Dinant-Rekem

Día 6, martes 12 de julio. Dinant

El parking está muy cerca de la ciudadela, así que lo primero que hacemos es visitarla. Este estratégico enclave ha sido disputado desde hace siglos y fue escenario de una cruenta batalla en la Primera Guerra Mundial, muchos de los caídos en ella yacen en un cementerio cercano. Desde aquí se tiene una preciosa panorámica del río y la ciudad. Bajamos por el funicular y en unos minutos estamos en su orilla. Enseguida nos llama la atención los enormes saxofones de diversos colores y tramas hasta que vemos a Adolfphe Sax en bronce sentado en un banco y aprendimos que aquí nació el inventor del instrumento.

Anduvimos por el centro y visitamos la colegiata de Nuestra Señora, una imponente iglesia en piedra oscura a orillas del río, con la ciudadela a la espalda.

Para descansar de tanta caminata nos apuntamos a dar un paseo por el río en barco y tomamos nuestra primera cerveza belga en una terraza en su orilla.

Después de comer vamos a la Maison Leffe. Está a las afueras del pueblo, pero como no es muy grande llegamos fácilmente y en poco tiempo a pie. Con la entrada tienes acceso a una sala-museo donde explican el origen de esta cerveza, como la hacen y los ingredientes. Cuando acabas de ver la exposición a tu ritmo, se pasa a un bar donde puedes catar cerveza. Puedes elegir entre probar 33cl de un solo tipo o 10 cl de 3 diferentes. Elegimos de la carta los cuatro tipos que son más difíciles de encontrar en España. A la salida nos dan un recuerdo, ¡una copa leffe para cada uno! Todo incluido en la entrada por 7€, sólo por la cerveza merece la pena.

Día 7, miércoles 13 de julio. Namur

Después de desayunar recorremos los 30 kilómetros que nos separa de Namur. Como la distancia es corta llegamos con tiempo de ir andando al centro y dar una vuelta siguiendo el mapa que nos dan en la oficina de turismo. Por la tarde paseamos tranquilamente y subimos a la ciudadela. El área (N 50.46802, E 4.85007) es pequeña, está junto al polideportivo, bien situada para visitar la ciudad.

Día 8, jueves 14 de julio. De Namur a Rekem

Continuamos la ruta hasta Lieja. Teníamos las coordenadas de un área cerca del centro, pero no la encontramos y decidimos saltarnos esta ciudad y ponemos rumbo hacia Maastricht.

A la hora de comer estábamos en Blegny así que aprovechamos para parar a descansar en el parking de la mina y visitarla. Muchas veces he visto como bajan los mineros en televisión pero la sensación de ponerte casco y chaquetón y meterte en las entrañas de la tierra, aunque sea de turista, es impresionante. Desgraciadamente la visita fue en flamenco porque las explicaciones del antiguo minero, además de informar, hacían reír o admirarse a la gente. De vez en cuando, nos decía algo en inglés. Viendo los túneles limpios y vacíos hay que hacer un buen ejercicio de imaginación para comprender el infierno que debió ser trabajar aquí abajo. Durante muchos a años a pico y pala y después con unos enormes martillos neumáticos que, por la demostración de uno solo que pudimos oír, debían hacer un estruendo ensordecedor. Me pregunto que sería peor. En su época de esplendor los obreros llegaron de toda Europa, incluido muchos españoles. La visita fue muy didáctica y entretenida. ¡No tiene uno todos los días la ocasión de visitar una mina!

Por la tarde llegamos a Rekem, un pueblo belga junto a la frontera con los Países Bajos, a 10 km de Maastricht. Estacionamos en un aparcamiento sin servicios (N 50.92176, E 5.70496), junto al río y al carril bici que lleva hasta Maastricht siguiendo el canal. Llegamos con tiempo de bajar las bicicletas y dar un paseo pero investigando el camino que tendríamos que coger al día siguiente llegamos a la ciudad casi sin darnos cuenta. Damos una vuelta rápida y volvemos a la autocaravana antes de que oscurezca.