Poznan

Día 20. Martes 30 de Julio. Poznan

Las grandes ciudades son agotadoras, así que hoy nos lo tomamos de asueto y salimos tarde del área en dirección a Poznan. Llegamos a la hora de comer y después de descansar aprovechamos que hay lavadoras para hacer la colada. Por la tarde fui a investigar el carril bici que lleva hasta la ciudad y recoger alguna información para mañana. Nos alojamos en el camping Malta (N 52.40331, E 16.98434 // N 52°24'12", E 16°59'04").

Día 21. Miercoles 31 de Julio. Poznan

Aunque se puede llegar bien en bicicleta al centro, ayer vi que era pequeño y que se puede recorrer a pie con facilidad por lo que decidimos coger el tranvía que está a unos 400 metros. La plaza del ayuntamiento nos sorprendió gratamente. Es bastante grande pero como tiene edificios en el centro, no se aprecia su tamaño. Los edificios son muy coquetos, de diferentes colores configurando un armonioso conjunto. Además, está llena de vida, siempre con gente paseando, en las terrazas...

En la plaza destaca el Ayuntamiento, un edificio renacentista situado en el centro y con una fachada muy original. Actualmente alberga un museo pero estaba cerrado por reformas. Al mediodía se concentran los turistas frente a su fachada porque hay una especie de carrillón en el que dos cabras chocan sus cuernos en recuerdo de una conocida leyenda de la ciudad.

Luego nos fuimos a la iglesia de San Estanislao que está a dos pasos, el exterior no es muy interesante pero cuando entramos nos quedamos pasmados. Creo que es la iglesia más bonita que he visto ¡y ya llevo unas cuentas! Es una iglesia barroca profusamente decorada, como corresponde a este estilo arquitectónico que tiene horror al vacío. Tiene tres naves y 14 enormes columnas estriadas con capiteles corintios dorados.

Hora de comer. En la plaza hay una variada oferta pero creo que acertamos con el restaurante porque comimos estupendamente y a buen precio. Tomé una pinta con dos tipos de cerveza, una rubia y otra tostada, que no se mezclaban y estaba exquisita.

Terminamos la tarde dando un paseo hacia el colegio menor de la Universidad Adam Mickiewicz. En la misma zona está el monumento a la revuelta de 1956 contra el dominio comunista y el edificio de la universidad. En la puerta encontramos una reproducción de la máquina enigma a gran escala que en su interior contenía una exposición que explicaba como fueron tres matemáticos polacos, liderados por Marian Rejewski, quienes empezaron el trabajo de descifrar el código alemán antes de la guerra. Cuando Polonia fue invadida compartieron la información con los ingleses para quienes continuaron trabajando. Sin embargo, su enorme aportación al esfuerzo bélico es prácticamente desconocida.