Praga

Día 21. 1 de agosto. Praga

Nos despedimos de Český Krumlov y ponemos rumbo a Praga, tardamos un poco más de lo previsto porque encontramos una carretera cortada, atascos en Cesky Budejovice, obras en la carretera, tramos de autopista y otros de carretera... Llegamos sobre la 1 con mucho calor a la calle Trojska donde hay muchos autocamps porque parece que son casas con un amplio patio trasero de unos 600 m2 convertidos en pequeños campings. Elegimos el Autocamp Hajek (50.1173,14.4288) porque nos dieron buenas referencias unos autocaravanistas que conocimos en Cesky Krumlov. Como hace mucho calor nos dedicamos a lavar la ropa, descansar, comer y sestear antes de ducharnos y ver Praga por la tarde/noche. El tranvía 17 está a 5 minutos y nos deja en el puente de Carlos. Lo cruzamos disfrutando de las vistas y las diferentes animaciones musicales y de otro tipo que lo pueblan, además de muchos turistas. Volvemos hacia la plaza de la ciudad vieja por calles muy animadas de turistas, tiendas de todo tipo de recuerdos, restaurantes, helados y unos dulces típicos que consisten en un cilindro de masa con azúcar que se rellena de helado y huele delicioso. Se llaman trdlo, no, no me he comido ninguna vocal, el checo es así, jeje. En la plaza admiramos la típica imagen de las torres de la iglesia de nuestra señora de Tyn pero no pudimos ver el famoso reloj astronómico porque lo están restaurando y está cubierto de andamios. Volvemos a casa envueltos en un bochorno pringoso, casi tropical, pero afortunadamente en el camping se está más agradable.

Día 22. 2 de agosto. Praga

Llegamos al centro a las 10 y cruzamos el puente de Carlos para visitar el castillo, la catedral de San Vito, el Callejón del Oro y el barrio de Mala Strana. El Callejón del Oro es un calle con unas casitas minúsculas y muy bien decoradas donde vivió Franz Kafka. A la hora de comer bajamos un poco para buscar un pequeño bareto, llamado U Magistra Kelly. Almorzamos codillo, gulash, patatas rellenas y mucha cerveza por 900 coronas. Un sitio realmente recomendable.

Bien hartos paseamos hasta el río para descansar en su orilla a la sombra y luego un paseo más largo hasta la iglesia de Cirilo y Metodio donde los alemanes acorralaron y mataron a los paracaidistas que asesinaron al lugarteniente de Hitler Reinhard Ryedrich en la llamada Operación Antropoid. En los sótanos donde se escondían han hecho un memorial pero está cerrado. Sin embargo, es impresionante ver el ventanuco desde donde podían ver a las tropas alemanas que los asediaban con muchos impactos de bala, dos claveles blancos frescos y una vela encendida. La memoria de los trágicos sucesos acaecidos aquí durante la barbarie de la Segunda Guerra Mundial sigue viva. Y no debería olvidarse nunca.

Día 23. 3 de agosto. Praga

Como hace tanto calor, para el último día en Praga decidimos ir por la mañana, comer y descansar en la auto y volver por la tarde. En la sesión de mañana vamos directamente a la Plaza de San Wenceslao, dominada por la imponente estatua ecuestre y el museo al fondo. Tristemente famosa por la presencia de los tanques rusos arruinando las ansías de democracia y libertad del pueblo checoslovaco en 1968. Bajamos toda la avenida hasta la Torre de la Pólvora y la Casa Municipal. Llegamos a la Plaza de la Ciudad Vieja y visitamos la iglesia de nuestra señora de Tyn. Me sorprendió la abigarrada decoración barroca, con abundantes dorados de su interior. Después subimos a la torre del ayuntamiento para tener una mejor perspectiva de la fachada y la plaza. Para terminar la mañana descansamos en la iglesia de San Nicolás mientras oíamos un concierto de un coro italiano.

Por la tarde estuvimos por la zona de la Sinagoga española donde nos comimos un trdlo exquisito y paseamos por las calles abigarradas de turistas y hasta pasar el puente Carlos y tomarnos la última pivo en Praga en una terraza desde la que se adivinaban las torres del puente del lado de Mala Strana.