Salisbury/Stonehenge

Día 15. Jueves 21 de julio. Salisbury

La mañana está soleada y fresca. Desayunamos sin prisas porque Salisbury está sólo a 36 kilómetros aunque por estas carreteras no se va muy rápido y llegamos al camping Salisbury Club Site (51,088018, -1.798984) sobre las 11,30 de la mañana. Este camping no es del Caravan and Motorhome Club sino del Camping and Caravaning, por lo que, de entrada, nos dicen en recepción que va a ser muy caro (49,30£ con el recargo por no ser del club) y que sólo tiene una noche disponible (a pesar de que el camping es enorme, no hay muchas plazas disponibles porque aquí separan mucho las parcelas para evitar el fuego y hay una zona extensa sin parcelar). Además, no se puede entrar hasta la 1. Sin embargo, es la mejor opción porque el centro está a 2 km por carril bici. Cuando pudimos entrar y organizarnos era la hora de comer, así que dejamos para la tarde la visita a la ciudad.

El paseo hasta el centro de la ciudad por el carril bici, que parte del mismo camping, es fácil y bonito en algunos tramos. Dejamos las bicicletas en la plaza del mercado que tiene árboles en tres de sus lados y unos edificios muy bonitos. Unos metros más allá nos detuvimos en la iglesia de St Thomas. El templo tiene unos enormes ventanales y es muy luminoso, además tiene unas pinturas muy interesantes. Callejeamos un poco y llegamos a la imponente catedral. Es un edificio espectacular, con su enorme torre central, y separado de otras construcciones por una gran zona de césped en las cuatro direcciones, por lo que se puede contemplar en todo su esplendor. Nos llama mucho la atención que el césped está amarillento y marchito. A estas horas está cerrada pero pudimos acceder al inmenso claustro anexo. Conté diez arcos de unos cuatro metros cada uno, así que debe tener unos 1600 metros cuadrados, siendo el más grande de Gran Bretaña. En el centro hay dos enormes árboles. Aún sería más bonito el conjunto si el césped estuviese más verde.

Día 16. Viernes 22 de julio. Salisbury

Si la catedral de Winchester es espectacular, qué decir de la de Salisbury. Como en Winchester la entrada (10£) es válida para un año e incluye las explicaciones de guías voluntarios. Su inmensa nave central en la que se combinan de forma tan armoniosa diferentes colores de las piedras es una maravilla. Enormes pilares de piedra negra, que parece mármol, se elevan a gran altura para soportar amplios arcos de piedra más blanca. En el centro de la nave destaca una fuente. Llama la atención porque no es muy normal ver una fuente en lugar privilegiado de una catedral, además es una fuente moderna con cuatro caños en los extremos de una especie de flor que forma su superficie. Pero lo más llamativo es la lámina de agua que refleja el techo con la perfección de un espejo. El agua cae al suelo por los cuatro rebosaderos pero no se sabe de dónde procede y cómo lo hace sin perturbar lo más mínimo la lámina superior.

La catedral tiene otras muchas maravillas que admirar como el reloj mecánico más antiguo del mundo, realizado en 1386 o quizás incluso antes o el coro, también del siglo XIV. Una guía explicaba que la catedral se inundó en 1915 porque los cimientos sólo tienen 1,2 metros y más abajo hay agua. Para demostrarlo, levantó una piedra y metió un palo para llegar al nivel freático. Es maravilloso cómo ha podido sobrevivir un edificio tan grande a 800 años de historia sobre un terreno tan poco estable.

A lo largo de la catedral se puede ver una colección de grandes tapices modernos muy curiosos porque representan escenas bíblicas pero ambientadas en el mundo moderno. Esta mezcla de arte moderno y antiguo no es frecuente en España.

La catedral guarda otro tesoro. Junto al claustro hay una construcción octogonal llamada Chapter House o Sala Capitular, construida en 1260, para las reuniones del órgano de gobierno de la catedral. Es una amplia sala con grandes ventanales, con una bonita cúpula que descansa sobre una única columna central. En esta hermosa y luminosa sala hay una especie de tienda donde se puede admirar en semioscuridad la Magna Carta, un documento legal escrito en 1215 que recoge los derechos de pueblo frente al severo rey Juan. La Magna Carta, redactada por el arzobispo de Canterbury, recoge ideas de libertad y justicia, que aún no se respetan en muchas partes del planeta 800 años después pero que han influido en la historia de Inglaterra y, por extensión, del mundo.

Después de pasar toda la mañana en la catedral volvimos a la plaza para comer fish and chips (la oferta gastronómica no es muy variada) y tomar un helado.

Volvemos a la autocaravana, que dejamos aparcada en un parking justo a la entrada del camping, y pusimos rumbo a Stonehenge.

Stonehenge está sólo a 10 kilómetros de Salisbury, aunque tardamos un poco más de lo esperado porque la carretera llevaba una caravana de coches. El parking es un camino que pasa a unos 300 metros del círculo de piedras (51.17939, -1.83045). El inicio tiene algunos agujeros pero se pasa bien yendo despacio. La tarde se nubló y comenzó a lloviznear cuando llegamos aunque hacía muy buena temperatura. Nos acomodamos justo frente al megalito y un poco más tarde comenzó a llover más seriamente. Las piedras parecían gigantes bajo la lluvia.


Día 17. Sábado 23 de julio. Stonehenge

El día amanece radiante por lo que pudimos desayunar con unas magníficas vistas del círculo de piedras. El camino está lleno de autocaravanas de todas clases a ambos lados durante, al menos, 400 metros. Nuestro vecino de enfrente se parecía a Dumblendore, vendía toda clase de cachivaches y vivía en un pequeño camión camperizado que parecía sacado de Harry Potter y los de atrás tenían pinta de hippies y estaban tomando cerveza mientras nosotros desayunábamos. Nos invitaron a la fiesta que estaban preparando para la noche, aunque nosotros pensábamos que la fiesta la tuvieron anoche porque estuvieron poniendo música hasta tarde.

Desde donde pernoctamos podríamos haber andado unos 600 metros y llegado a un punto desde donde se ve la construcción megalítica desde el exterior (51.179415, -1.825131) pero a la misma distancia que desde dentro porque no se puede entrar en el interior del círculo. Sin embargo, nosotros habíamos comprado la entrada online (44£), así que nos desplazamos al parking del centro de visitantes (51.183157, -1.859436) que está a tres kilómetros. Desde aquí a las piedras hay unos 2 km que se pueden hacer andando o en autobús.

Stonehenge tiene algo mágico, esas piedras milenarias parecen que quieren transmitirnos un mensaje ancestral. No es posible entrar en el círculo de piedra, así que la miríada de turistas deben rodear el círculo a cierta distancia admirando las diferentes perspectivas que las piedras ofrecen en cada punto. Me hubiese gustado poder acercarme más, pero de ser así habría sido imposible hacer una foto sin más gente que roca. La entrada, como todo aquí, es bastante cara pero merece la pena admirar de cerca esta maravilla del pasado. En uno de los puntos del círculo hay un enorme monolito situado justo al lado de la flecha de bronce que indica la dirección de los rayos solares en el solsticio de invierno. Rodeamos por dos veces el recinto haciendo un montón fotos y volvemos a la auto a comer.

Por la tarde nos trasladamos hasta Exeter. Llegamos a Courtbrook Farm (50.696011 -3.444745) a las 8 de la tarde. El cielo está muy nublado y amenaza con llover con intensidad pero al final apenas cayeron unas gotas. El lugar es una parcela de césped muy verde separada por una valla de otra mucho más grande, donde pastaba un nutrido grupo de vacas.