Ya hemos visto que cada elemento tiene un número atómico que indica cuantos protones tiene en el núcleo. En la corteza, ese átomo tiene la misma cantidad de electrones moviéndose alrededor del núcleo en distintas órbitas. Por último, el número másico indica la suma de protones y neutrones que hay en total en el núcleo del átomo.
La tabla periódica es una serie de casillas en las que se colocan todos los elementos, ordenados en filas o periodos y en columnas o grupos, y con ella tenemos una forma de interpretar cómo son los átomos en la Naturaleza:
- La fila o periodo en la que esté el elemento indica cuántas órbitas o niveles electrónicos tiene.
- La columna o grupo indica cuántos electrones tiene el átomo en la última órbita.
Para hacernos una idea muy aproximada de la realidad, el número máximo de electrones que puede haber en la primera órbita es 2, en la segunda y la tercera órbitas pueden tener hasta 8 electrones, en la cuarta y quintas puede haber hasta 18, y en la sexta y séptima, hasta 50. Así, la colocación sería:
Con la tabla periódica, además, podemos prever si un átomo va a perder o ganar electrones y cuántos ganará o perderá, ya que un átomo tiende a tener su última capa, llamada capa de valencia, completa, con 2, 8, 18 o 32 electrones. Si en la última capa tiene 1 o 2 electrones, los perderá y será un catión con una capa menos; en cambio, si le faltan electrones, los atraerá y será un anión.
El aspecto de la tabla periódica, con todas las casillas es éste:
Pero se suele representar una versión acortada: