En la naturaleza, los objetos pueden sufrir dos tipos de cambios: físicos o químicos.
En los cambios físicos las materias que intervienen no cambian su composición. Por ejemplo, cuando se deforma un muelle o en los cambios de estado, la sustancia es la misma.
En los cambios químicos, las sustancias reaccionan entre sí para transformarse en sustancias distintas. Por ejemplo, al quemarse madera se transforma en ceniza o cuando se oxida una pieza de hierro se convierte en trozos de óxido. A las sustancias originales se les llama reactivos, y a las que se obtienen después de la reacción se les llama productos.
Para representar las reacciones se utilizan las ecuaciones químicas, en las que se escriben todos los reactivos separados entre sí por el signo más, luego se escribe una flecha hacia la derecha y después se escriben todos los productos separados entre sí por el signo más.
Por ejemplo:
C + O2 => CO2
2H2 + O2 => 2 H2O
CH4 + 2 O2 => CO2 + 2 H2O
Los números que hay delante de algunas sustancias indican la cantidad de moléculas de esas sustancias que intervienen en la reacción, y se llaman coeficientes. Una reacción está ajustada cuando hay el mismo número y tipo de átomos en los reactivos y en los productos:
Para comprobar que una reacción está ajustada debe haber la misma cantidad y tipo de átomos a la izquierda y a la derecha de la flecha. Elegiremos un diseño de círculos para representar cada elemento y las moléculas, y para tener la reacción ajustada debemos asegurarnos de que haya los mismos átomos entre los reactivos y entre los productos.
Por ejemplo, para representar la reacción CH4 + 2 O2 => CO2 + 2 H2O
C = O; H = o; O = @
CH4 = Ooooo
2 O2 = @@ @@
CO2 = @O@
2 H2O = o@o o@o
CH4 + 2 O2 => CO2 + 2 H2O queda representado como: Ooooo + @@ @@ => @O@ + o@o o@o
Y se comparan los átomos que hay de cada elemento a la izquierda y a la derecha de la flecha:
Es decir, la reacción está ajustada.