Se define la intensidad eléctrica como la cantidad de electrones que se mueven por un conductor. El electrón es una partícula muy pequeña, por lo cual en electricidad nunca se le tiene en cuenta de forma unitaria. Para hablar de intensidad se utiliza la letra I y se mide en una unidad llamada amperio (A). Por un material circula un amperio cuando le atraviesan 6·1018 electrones en un segundo.
La fuerza con que se impulsa a los electrones se denomina tensión o voltaje, se representa por la letra V y se mide en voltios (V).
Según las leyes de la Dinámica, esta fuerza con la que se impulsan los electrones debería producir un movimiento uniformemente acelerado; de hecho, el desplazamiento electrónico queda frenado por los choques de los electrones contra los corpúsculos inmóviles, generando calor. La dificultad con que se permite el paso de electrones en cada material se llama resistencia eléctrica, se representa por la letra R y se mide en ohmios (Ω).
La cantidad de electrones que atraviesa un material es mayor cuanto mayor sea la fuerza que se le da a los electrones y cuanta menos resistencia tenga el material. Esto es lo que se llama Ley de Ohm, y matemáticamente se expresa como:
V = I · R
La potencia eléctrica es la energía necesaria para mover las cargas eléctricas a través de un material durante un segundo, y se expresa en vatios o su múltiplo, el kilovatio. Cuanta más fuerza o más cantidad de electrones se muevan, mayor es la potencia necesaria; matemáticamente se expresa como:
P = V · I
Este cuadro es un resumen de todas estas magnitudes:
ATENCIÓN: Cuando notamos un calambrazo, estamos sintiendo la corriente de electrones, y si esta corriente tiene una intensidad de 0,1 A puede llegar a producir la muerte. Esta intensidad se puede alcanzar incluso con una batería de coche, cuyo voltaje es de sólo 12 V.