16/03/13 "Desde las raíces..."

¿Cómo están estimados Profesores, alumnos y amigos del ISPI Evangélico?

Pongamos a prueba el conocimiento de la ciudad de Rosario.

¿A qué lugar pertenece este paisaje?

¿Difícil no?

Ahí va otra ayudita....

¡Ahora siiiiiiiii !

Por supuesto...! se trata de la intersección de Av. Pellegrini y Bv. Oroño. ¿Notó alguna vez este árbol? Yo no. Así que cuando me enteré de él quise interiorizarme y con curiosidad inquirí acerca del mismo.

Me entrevisté con el presidente de la asociación "Amigos del Parque Independencia", Adrian D'Alessandro, quien con mucha amabilidad me contactó con la Ingeniera Ángela Villademoros.

Muy atentamente la actual Coordinadora General de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Rosario, me asesoró acerca de este curioso ejemplar.

"Se trata de un cedro del Atlas (Cedrus atlantica) que está apuntalado desde hace más de 20 años y realmente ya necesitaría un refuerzo" (me escribió).

Le agradecí la deferencia por la información e investigué más acerca de la especie.

"es una especie arbórea perteneciente a la familia de las pináceas, originaria de las montañas del Atlas de Argelia y de Marruecos. A veces algunos autores lo consideran como una variedad o subespecie del Cedro del Libano. Es un árbol de tamaño mediano a grande, de 30 a 35 m (raramente llegan a 40m) de alto, con un diámetro del tronco de 1.5 a 2 m. Es común en cultivo en climas templados. En los diseños de jardines son utilizadas más frecuentemente las formas glaucas que se plantan como árbol ornamental".

¿Qué le habrá ocurrido para que este imponente cedro se encuentre así? Cuando me acerqué para fotografiarlo con asombro noté que desde sus raíces se podía apreciar la peligrosa inclinación. ¡Desde sus raíces!

¡La asociación con la tarea educativa, fue inmediata !

Muchos de nosotros tenemos el privilegio de cumplir nuestra vocación entre los niños (cuando se están arraigando por medio de la formación que reciben).

Pero es bien cierto que los mensajes que incorporan desde distintos ámbitos, está desviándolos peligrosamente. Notamos actitudes, palabras, y conductas que nos permiten percibir: el dolor del abandono, las heridas de la indiferencia, la ausencia de futuro con su consecuente vacío de esperanza.

Más tarde al llegar a la adolescencia la inclinación hacia la violencia y el desprecio por el valor de la vida ya es notable.

En la madurez de la vida, sus retoños: ¿que rumbo seguirán?

Como docentes, cada día, desde ese "laboratorio de humanidad" (el aula), tenemos la oportunidad de influir en el crecimiento de ese precioso ser, con paciencia, esfuerzo e irrenunciable fe.

La Biblia compara la vida humana con el crecimiento de los árboles. Dice que aquellos que confía en el Dios vivo y verdadero: "Son como árboles plantados a la orilla de un río: extienden sus raíces hacia la corriente, el calor no les causa ningún daño, sus hojas siempre están verdes y todo el año dan fruto".(Jeremías 17:8).

Al igual que el "cedro del Atlas" del Parque Independencia, cada uno de nosotros tenemos una misión que cumplir en el diseño de la historia que nos toca vivir.

Jesús enseñó: "el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Mateo 20:28).

¿Y por que era necesario que lo hiciera? Como le escribía el apóstol Pablo a la iglesia de Roma:

Como está escrito:

No hay justo, ni aun uno;

No hay quien entienda,

No hay quien busque a Dios.

Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;

No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

(Romanos 3:10-12)

Nuestras vidas están inexorablemente inclinadas al mal, al orgullo al egoísmo y no hay nada que podamos hacer para "enderezarnos solos".

Era, entonces necesario que alguien nos rescatara de nuestro estado. Y así lo hizo Jesucristo muriendo en la cruz por todos nuestros pecados.

Al tercer día se levantó glorioso, triunfante y hoy es poderoso para brindarnos el perdón cuando aceptamos su sacrificio de amor, con arrepentimiento y fe.

De esa manera "desde la raíz" (un nuevo corazón), podremos comenzar a vivir la misión de nuestras vidas.

Cumplir la misión será posible si aceptamos "ese diseño", pero además, si nos mantenemos firmes sin desviar la mirada de "Aquel" que con su ejemplo nos enseñó, que cumplir con la voluntad de Dios para la vida, es el secreto de la vida.

Con todo afecto:

Miguel José Pereyra

"Sigo avanzando

hacia la meta

para ganar el premio

que Dios ofrece

mediante su llamamiento

celestial en Cristo Jesús"

Filipenses 3:14