EL MARCO HISTÓRICO Y RELIGIOSO
Enrique VIII se había erigido jefe del poder religioso gracias al anglicanismo, pero fue su hijo Eduardo VI, quien consolidó la escisión de la Iglesia Romana y su sucesora María Tudor, no pudo dar marcha atrás en un estilo de entender la religión como fuerza unificadora de los dominios ingleses en torno a la corona. Isabel I ratificó el compromiso anglicano. Con Isabel I (1558 – 1603) el país consigue un periodo de gran prosperidad al producirse un importante despegue de su capitalismo industrial apoyado por un fuerte incremento de la población.
EVOLUCIÓN DEL TEATRO INGLÉS
Hubo una gradual progresión de la escena. De los intermedios y moralidades medievales evolucionó hacia formas mucho más realistas. El teatro alegórico en el que se daban contrastes de tono, lenguaje y representación, deja paso a una serie de personajes tipificados.
La dramaturgia al servicio de la ideología dominante será moneda corriente en la Inglaterra del siglo XVI. Las obras denunciarán al papado, a los clérigos rebeldes del anglicanismo, la resistencia de Escocia, la religión católica…
En la tradición puramente formal hay que señalar también el conocimiento de la comedia latina, Plauto y Terencio, gracias a la labor de humanistas pedagogos que consideran que el teatro es el mejor instrumento para formar y educar divirtiendo. De ahí su auge en todos los Colleges ingleses. Es de señalar el descubrimiento de la Poética de Aristóteles y de las tragedias de Séneca. El drama inglés encontró inspiración en Séneca y su temática trágica, elegante y ampulosa basada en la venganza y en la sangre, los celos, odios, ambiciones, suplicios y gritos de angustia. A los primeros imitadores seguirán otros que introducirán elementos cómicos y bufonescos.
LOS TEATROS Y LA REPRESENTACIÓN
Los teatros públicos en Londres:
Fuera de Londres, hubo una decena de teatros permanentes, la mayoría al aire libre. Se trataba de teatros hechos de madera, o madera y ladrillo, con partes techadas de paja, que en algún momento eran pasto fácil del fuego. Solían ser poligonales, con tendencia a circulares. Constaban de patio, en el que el público seguía la representación de pie, y con dos o tres pisos de galerías, disposición que recordaba a la de las posadas inglesas (inns), pues a falta de otros lugares, los cómicos ingleses se habían acostumbrado a actuar en esas posadas, y a la hora de construir un teatro se partía de su ya conocida arquitectura.
La capacidad de los mejores de estos teatros rondaba en torno a los dos mil espectadores. La media de las medidas exteriores era de veinticinco metros de diámetro por diez de alto.
El más conocido en la actualidad es el Globe, donde trabajó W. Shakespeare.
LOS DRAMATURGOS INGLESES
Destaca la figura de WILLIAM SHAKESPEARE, pero hay otros dramaturgos destacados:
CHRISTOPHER MARLOWE (1564 - 1593):
Llevó una vida marginal y rebelde. Con él avanzamos un poco más hacia Shakespeare. Marlowe abandona toda fe y práctica religiosa. Esto se deja ver en su teatro cuya temática y argumentos nos muestran el absurdo y el horror humanos. Su héroe pretende romper los moldes, aunque para ello sea preciso pactar con las fuerzas del Mal. Entre sus dramas destacaremos Tamerlán y la trágica historia del Doctor Faustus, habla del personaje que se condena por haber vendido su alma, a pesar de las pruebas de arrepentimiento que ofrece. Es un precedente de la obra "Fausto" de Goethe.
BEN JONSON (1572-1637):
El más digno rival de Shakespeare. Entre sus mejores producciones, Volpone, La mujer silenciosa y El Alquimista.
EL TEATRO POSTISABELINO
A la muerte de Isabel I (1603), llega al poder Jacobo I. El lujo y ostentación eran signos del absolutismo real. Su corte representó el auge de las llamadas mascaradas, consistentes en espectáculos de gran tramoya dando más importancia a los aspectos visuales que los textuales.
La tragedia y la comedia se vieron afectadas por el gusto del público y de una nobleza amiga del sensacionalismo. En la tragedia se extremó el senequismo, los temas del desenfreno sexual, de los celos, torturas, traiciones... eran moneda corriente, todo esto sazonado por invocaciones al diablo o apariciones de espectros.
Con la llevada al poder de Carlos I, en 1625, el teatro de corte impulsó aún más las mascaradas. EL propio rey y la reina participaron en ellas. El triunfo de Cromwell hizo que se prohibieran las representaciones escénicas, con lo que se cerró el mayor capítulo del teatro inglés.