El siglo XVIII se caracteriza por el resurgimiento del Drama con una puesta en escena muy realista y una interpretación más natural. El actor cobra protagonismo en la representación y se opta por ganarse al público con tramas que reflejan la problemática de la sociedad de la época. El teatro tiene como objetivo siempre una enseñanza moral.
1. FRANCIA:
En "La Paradoja del Comediante" (1773) el escritor Diderot recupera los planteamientos de Aristóteles (tres unidades, géneros,...) y afirma que los grandes artistas son grandes imitadores de la naturaleza. Ahora bien en el artista la razón debe estar por encima de la sensibilidad para conseguir el fin específico: conmover al espectador: el actor debe provocar la emoción del espectador, pero debe controlar en todo momento su propia emoción.
El mejor actor no es aquel que consigue esporádicamente grandes actuaciones obedeciendo a los impulsos de la naturaleza, sino aquel que es frío y metódico. Es la primera vez que se plantea el trabajo del actor como el producto de una técnica y un proceso racional y no como un arte intuitivo y exagerado.
Dramaturgos franceses
DIDEROT con su drama "El hijo natural".
MARIVAUX adoptó las técnicas de la Commedia dell´Arte. "Arlequín pulido por el amor".
BEAMARCHAIS es considerado el precursor del melodrama. "El barbero de Sevilla".
VOLTAIRE destacó con las tragedias llenas de momentos de terror, apariciones fantásticas, quid pro quo, anagnórisis... Sobre la legendaria reina de Asiria, que tuvo que gobernar disfrazada de hombre, escribió el drama "Semíramis" que ha sido inspiración del libreto de varias óperas posteriores.
2. ITALIA
La razón impulsa todos los argumentos de los melodramas y la escenografía gana esplendor contagiada por la ópera.
Dramaturgos italianos:
GOLDONI es un buen creador de caracteres y ambientes, nunca exentos de una fina sátira ya que opina que la comedia se creó para corregir vicios y malas costumbres. En un principio escribe obras con personajes de la Commedia dell´ Arte, de quien conserva su comicidad y la bufonería, auqnue convierte las obras en una comedia de costumbres. "Arlequín servidor de dos amos", "Los enamorados". Otro acierto es hacer un teatro coral, nada de grandes y pequeños papeles.
GOZZI se inspira en fábulas clásicas, que transforma en delicados juegos escénicos. "El rey ciervo"
ALFIERI cultiva la tragedia neoclásica. "Antígona", "Orestes".
3. ALEMANIA E INGLATERRA
En Alemania encontramos a Lessing que siguió en su actividad teórica los postulados de Diderot. Por su parte, en Inglaterra el puritanismo inglés que duró hasta 1660, había alejado a los espectadores de los teatros y solo sobresalen autores como John Milton y su tragedia "Sansón agonista" o John Gay "la ópera del bandido".
4. EL NEOCLASICISMO TEATRAL ESPAÑOL
Aunque no hay autores de renombre, la afición a las comedias de magia (lugares exóticos, con mucha tramoya y sorprendentes transformaciones) y a las comedias antiguas del siglo de Oro hizo del teatro una actividad que daba muchos beneficios. Por otro lado junto a esta corriente tradicional, hay una corriente de autores que importa formas y contenidos del teatro italiano y del clasicismo y neoclasicismo francés con traducciones de Racine, etc...
LUZÁN en la tercera parte de su "Poética" (1737) sienta la nueva preceptiva dramática.
El dramaturgo Nicolas FERNÁNDEZ DE MORATÍN censura los Autos Sacramentales,inaceptables para la sensibilidad neocclásica. Los Autos Sacramentales, con personajes alegóricos, se habían llenado de golpes efectistas y magia, y habían perdido claridad en sus enseñanzas morales. Además la vida de los actores no se correspondía con los papeles sagrados que representaban. Al final se prohibieron en 1765.
GARCÍA de la HUERTA se destaca como defensor de la comedia antigua y detractor de las innovaciones de Lope de Vega. Su tragedia "Raquel" en verso tuvo enorme éxito.
RAMÓN de la CRUZ, igualmente defensor del tradicionalismo teatral, escribió más de 400 sainetes al reconvertir el género del entremés.
Leandro FERNÁNDEZ de MORATÍN escribe la obra más conocida de la época es "El sí de las niñas" . También escribió "La comedia Nueva o el café" (1792)