El teatro que llena las salas tras la Guerra Civil es el que realizan autores que ensalzan el Régimen franquista, aunque siguen las obras de J. Benavente y las tragicomedias de Carlos Arniches como “La señorita de Trevélez” que caricaturiza la clase media provinciana. Además, se reproducen todo tipo de obras costumbristas, de chiste fácil y equívocos constantes, como son: sainete, vodevil, astracán…
Junto a ellos se desarrolla un teatro más renovador, de una comicidad menos zafia y un texto más elaborado que juega con la fantasía y el absurdo. Son las obras de:
Enrique Jardiel Poncela. “Eloísa está debajo de un almendro” (1940) (lee el prólogo de la obra que encontararás al final de esta página) y “Cuatro Corazones con freno y marcha atrás”.
Miguel Mihura “Tres sombreros de copa” escrita en 1932 con situaciones absurdas, un humor peculiar y un final negativo no fue representada hasta 1952 con poco éxito. “Ninette y un señor de Murcia”.
Años más tarde, paralelamente a este primer teatro de la apariencia y de la renovación humorística, aparecen autores que reflejan las inquietudes de la época a partir de situaciones cotidianas y una ambientación realista.
Antonio Buero Vallejo (1916-2000) con “Historia de una escalera” (1949) inicia el teatro existencial con temas de índole social. Características que se acentúan en sus siguientes obras “El Tragaluz”, "Un soñador para un pueblo", “El sueño de la Razón” o “La Fundación”.
Alfonso Sastre, al concebir el teatro como instrumento de agitación y concienciación política tuvo problemas con la censura y su obra no es tan conocida. “Escuadra hacia la muerte” es un alegato contra la guerra.
Antonio Gala presenta un teatro más poético, con un contenido humano y un ligero toque romántico en el tratamiento del amor, la libertad… "Anillos para una dama" (1973).
Destacan también otros autores como Juan José Alonso o Alfonso Paso con comedias divertidas basadas en enredos.
Posteriormente, en los años setenta se abre paso el teatro experimental que recae , sobre todo, en grupos de teatro independiente que reciben las influencias de los grupos vanguardistas americanos en aspectos como la improvisación, grandes montajes, trabajo físico del actor e implicación del público en representaciones muy visuales al margen de los circuitos comerciales: son compañías como Els Joglars, Els Comediants, La Fura dels Baus, La cubana, La Cuadra, Karraka…
Dentro de las últimas tendencias encontramos autores de éxito como Jordi Galcerán “Arte”, “El método Grönholm” y "El crédito"; Alonso de Santos con las conocidísimas obras “La estanquera de Vallecas”, "Bajarse al moro"; Juan Mayorga con "El chico de la última fila", Alberto Miralles o Luis Matilla .