TEATRO BARROCO FRANCÉS
MARCO HISTÓRICO
El siglo XVII se divide entre los reinados de Luis XIII (1610-1643), que dejó el poder en manos de Richelieu, y Luis XIV (1643-1715).
París será el centro de atracción cultural del mundo, sobrepasando a los italianos en fastuosidad. Se producen grandes espectáculos y, por influencia italiana, se impone el gusto por la música y el canto, lo que se une a la inclinación francesa por el baile. Estos dos ingredientes explican el auge de la comedia-ballet, género que Molière tuvo que cultivar. En su inicio, final y entreactos, esta comedia daba paso a números de mimo, baile y canto, innecesarios desde el punto de vista del argumento.
Pero la expansión del teatro no será fácil, pues fue atacado por la jerarquía eclesiástica de París y por los jansenistas (para ellos cualquier cosa era pecado, el hombre podía perderse fácilmente, y por eso debía evitar una fuente de pecado como era el teatro). También había diferentes cábalas y sociedades secretas, como la Compañía del Santo Sacramento, que lograron retirar algunas obras de cartel a pesar del favor del rey, como el Tartufo de Molière.
Hay que saber que el arte francés, y en él el teatro, está basado en la formación de una rigurosa disciplina de pensamiento que arranca del filósofo Descartes. Para él lo único de lo que no se puede dudar es de la razón, del pensamiento. El culto cartesiano a la razón se impondrá en el arte francés hasta nuestros tiempos. Esto lleva en el teatro al respeto a las reglas de tiempo, lugar y acción, a las que los franceses añaden otras dos reglas: el decoro y la verosimilitud.
El teatro clásico francés
Superado el primer tercio del s.XVII, la escena francesa olvida el Barroco y la escena francesa mira hacia los clásicos y se inclina por la claridad y el equilibrio.Estos son los rasgos fundamentales:
a) Separación de tragedia y comedia. La tragedia en verso y la comedia en verso y prosa.
b) Moderación y sencillez en la presentación de contenidos; evitan la violencia, el efectismo, los hechos truculentos...
c) Respeto absoluto de la regla de las tres unidades.
d) Estructura en cinco actos.
Espacios Escénicos
La Comedia francesa (Comédie Française) se crea en 1680, al fusionar a las compañías más importantes del momento: el Hotel de Borgoña y el Hotel de Guénegaud (que ya englobaba las compañías del Marais y de Molière). Es una fundación Real, el teatro público más antiguo conocido, creado por Luis XIV.
A estas compañías se añaden las de los comediantes italianos, muy apreciadas. No entienden bien los dialectos, pero aprecian la expresiva mímica, las improvisaciones, los tics y movimientos de personajes consagrados (Arlequín, Pierrot...).
Las salas eran antiguos locales destinados al juego de pelota (Jeu de Paume), todos de forma rectangular. Constaban de un patio, en que se ponía de pie el público popular masculino, pues las mujeres no frecuentaron el teatro hasta 1640, cuando ocuparán palcos y galerías. Los espectadores eran ruidosos y turbulentos, especialmente los del patio. Como en Inglaterra, en el último tercio del siglo XVII se impone la costumbre de ceder parte del escenario al público noble, lo que reduce grandemente las posibilidades del espectáculo.
La tragedia francesa
Nace en Francia en el XVI, a partir del culto neoclásico a las obras latinas, a las tres reglas y a los preceptos clásicos. A mediados XVII destaca la obra de Pierre Corneille (1606-1684).
Pierre Corneille. Tras trasladarse a París, Corneille se convierte en comediógrafo, con títulos como Melita, La viuda, La galería del palacio, La Plaza Real (1635). Después se dedicará a la tragedia, aunque en 1636 escribe la comedia La ilusión cómica, la más atrevida de todo el XVII francés.
Gracias a su dominio del arte dramático pudo crear buenas obras sometiéndose a la disciplina del clasicismo francés. Crea El Cid (1636), basado en Las mocedades del Cid de Guillén de Castro. Fue un gran éxito, aunque los críticos partidarios de las reglas criticaron la obra. Le achacaban falta de verosimilitud, mezcla de planos y de tonos e inobservancia de las reglas. Tras esto, Corneille abandona el teatro durante más de tres años, pero vuelve con tragedias romanas: Horacio (1640), Cinna (1642), La muerte de Pompeyo (1643)...
A través de estas historias ambientadas en Roma, Corneille opina sobre la historia francesa.
Jean Racine (1639-1699) mostrará que la observancia más estricta de la doctrina clásica no es obstáculo para crear obras maestras. Para ello, centra la historia en el momento más trágico de los personajes. Contrariamente a Corneille, cuyo teatro es mucho más racionalista, Racine no relega a segundo plano pasiones como el amor, los celos o la venganza y destaca el estudio de la figura femenina en sus obras.
Además de observar las reglas y el debate pasional, Racine trabaja escrupulosamente la poesía del drama, llevando a su perfección el alejandrino francés. Son las grandes dificultades del teatro de Racine: la traducción a otros idiomas y la interpretación, para la que se debe tener un gran manejo de la palabra.
En su producción destacan Andrómaca (1666), Británico (1669), Berenice (1670) y Fedra (1677).
La comedia francesa
Las fuentes de las que bebe la comedia en el XVII son la farsa y la comedia antigua del XVI y la influencia del teatro español e italiano.
Jean-Baptiste Poquelin, Molière (1622-1673), fue un gran conocedor del teatro, pues fue dramaturgo, empresario, actor, director...
Conoce bien al público, por lo que tiene un humor intemporal y universal. La principal característica de su dramaturgia es la maestría en manejar la caricatura y en saber actualizar todos los recursos de la comedia antigua y de los modelos más recientes. Molière sentía horror por la fijación impresa de sus textos, pues en ellos se perdía el cometido del poeta, del director o del actor. Sus representaciones estaban llenas de los elementos cómicos y los tics de la antigua farsa: disfraces, bofetadas, bastonazos, persecuciones, entradas inoportunas...
Los diálogos de los personajes tiene las siguientes características: 1) Estilo natural. Lenguaje vivo y expresivo.
2) Sirve para explicar y hacer reír por sus contenidos y mensajes.
3) En su aspecto formal sirve para caricaturizar, tipificar a los personajes y también divertir.
4) Usa jergas dialectales que alternan con el francés más correcto o con el latín macarrónico.
Aborda los temas desde un enfoque crítico plasmando así una clara intención moral. Aborda la hipocresía, la falsedad, la frivolidd, la pedantería, la avaricia, el libertinaje... En las tesis de sus comedias, a veces, parece querer contentar a todos buscando una postura intermedia. Así en la obra La escuela de las mujeres advierte que no se debe dejar a los hijos en la ignorancia, y en Las mujeres sabias previene de una instrucción excesiva.
Obras: El Misántropo. El Avaro. El enfermo imaginario. Y la más famosa: Tartufo.
Tras el estreno de Tartufo tuvo que remodelar la obra, pues en la primera versión (de 1664, hoy perdida) Tartufo aparece con atuendos eclesiásticos pues quiere denunciar la hipocresía religiosa que atenta contra la auténtica virtud. Los Cofrades del Santo Sacramento se sintieron aludidos y provocaron que se retirara la obra. En 1667, Luis XIV autoriza una segunda versión dulcificada, que es prohibida en ausencia del monarca por la policía de París. Estas censuras excitan el ingenio de Molière hasta ofrecernos la obra maestra que hoy conocemos, de sutil crítica, estrenada el 5 de febrero de 1669.