La Antigüedad helénica
El papel de la mujer en el teatro estaba siempre dirigido por el hombre ya que todos los dramaturgos griegos eran del sexo masculino. Los actores, a su vez, eran también hombres pero se dirigían a las mujeres, quienes asistían con frecuencia a estas obras.
Muchas obras conocidas contienen personajes femeninos en las que las mujeres realizaban al mismo tiempo el papel de villano, el papel de víctima y el papel de heroína. Ejemplos de ello son Clitemnestra (una de las villanas más conocidas debido a su participación en el asesinato de su marido Agamenón) y Medea (considerada la mejor combinación de heroína, villano y víctima).
La Antigüedad romana
La mujer romana gozaba de más libertad que la griega en algunos aspectos, aunque estaban excluidas de la vida pública, no podían votar en los Comicios ni ser senadoras, no podían ser procuradoras, ni fiadoras de otro, ni garantizar las deudas ajenas.
Al igual que en Grecia, la educación de la mujer romana de la clase alta consistía en su preparación para ser madre, además de aprender a tejer, hilar, etc. El matrimonio era la principal misión de la mujer romana, incluso por delante de la maternidad.
Para su entretenimiento, podían asistir a los debates en el Foro, varios juegos y también los teatros. Estos estaban poco influenciados por la religión, siendo la guerra el tema principal. Los papeles de los personajes masculinos como los femeninos eran encarnados por hombres, aunque finalmente se cree que la mujer llegó a interpretar su papel.
La Edad Media
Como la mayoría de la gente era analfabeta, las historias de la Biblia tenían que ser relatadas y extendidas, por lo que el teatro era la opción más conveniente para ello.
La iglesia revive el teatro pero pone ciertas condiciones como prohibir lo cómico y la participación de la mujer en las obras. Alfonso X, el Sabio, fue fundamental para el desarrollo del teatro ya que fue el primero en proponer una separación entre lo popular y la Iglesia.
Se crean tres tipos de teatro: eclesiástico, de la corte y de la calle.
Durante este periodo las religiones predominantes eran el cristianismo y el Islam. Ambas religiones rechazan el protagonismo de la mujer en el teatro. Al parecer, la primera actriz aparece en 1458 en Metz protagonizando “El juego de Santa Catalina”.
Teatro Renacentista (Siglos XV-XVI)
El Renacimiento fue la época histórica que marcó el paso de la Edad Media a la Modernidad. En toda Europa estaban decayendo los cánones medievales a marchas forzadas, principalmente por la pérdida de la presencia religiosa en la vida cotidiana. A raíz de esto, el teatro se vio muy favorecido por este cambio de pensamiento. Las obras dramáticas estaban más centradas en los personajes y sus costumbres que en su moralidad.
Con el Renacimiento se tiene una nueva visión de la mujer. La invención de la imprenta por Gutemberg, fue lo que hizo que las mujeres empezaran a ascender socialmente ya que las mujeres van mejorando culturalmente y adquieren la capacidad de discutir y expresar su propia opinión. Así mismo, las mujeres empiezan a destacar en el ámbito de la literatura y en otras muchas artes.
En estos siglos la representación teatral femenina no goza de muy buena fama puesto que se identifica con un lugar de prostitución. En 1508 el decreto del Consiglio dei Diechi de Venecia prohíbe cualquier tipo de actuación teatral, sobre todo en lugares privados.
El reconocimiento profesional de las mujeres tanto en Italia, como en Francia y España no fue fácil de conseguir. Este reconocimiento fue resuelto con la profesionalización del teatro especialmente con la creación de las compañías de La Comedia del Arte durante la mitad y final del siglo XVI.
El teatro Barroco
El teatro del Barroco supuso un periodo de esplendor como género literario y como espectáculo que se extendió desde Italia al resto de Europa en el s. XVII. Durante el Barroco se conformaron los teatros nacionales en Europa. La Commedia dell´Arte en Italia; el Siglo de Oro en España; Shakespeare y el teatro isabelino en Inglaterra; o La Comédie - Française, Corneille, Molière y Racine en Francia.Las mujeres, a pesar de ser apuntadas como deshonestas cuando salen de casa, deciden trabajar en el teatro aprovechando el nacimiento de compañías teatrales. Se produce entonces la explotación de la mujer y de su cuerpo. A la hora de actuar, en la mayoría de las ocasiones salen disfrazadas de hombre o con muy poca ropa.
En el s. XVII, aunque sus obras no tuvieran gran repercusión histórica, existieron varias dramaturgas que gozaron de cierta reputación: María de Zayas y Sotomayor, Ana Caro, Leonor de la Cueva, Ángela Acevedo y Feliciana Enríquez de Guzmán. Esta última es muy importante porque a través de la Tragicomedia de los Jardines y Campos Sabeos que escribió, hace una ridiculización de las nuevas técnicas en los entreactos llamados “Las Gracias Mohosas”.
Lo que más sorprende de “Las Gracias Mohosas” es que aparecen mujeres fuertes que doblegan a los hombres de su alrededor. Se trata de una obra novedosa que muestra las nuevas tendencias que se consolidaron en el Siglo de Oro y reivindica la figura de la mujer dramaturga.
Las escritoras de los siglos de Oro se sintieron más atraídas por la comedia que por el drama. Los personajes que utilizaban eran damas criadas, mujeres disfrazadas de hombre y viceversa. Estos personajes eran portavoces de las preocupaciones de las mujeres de la época.
En cuanto al tema de honor, se observa un cierto rechazo a la violencia como forma de solucionar los conflictos. El tema de la libertad de elección de marido para la mujer será uno de los conflictos más habituales.
El teatro Neoclásico
El neoclasicismo es un movimiento enmarcado dentro de la Ilustración que acentúa el predominio de la razón humana y la creencia en el progreso humano.
En lo que a la mujer respecta, hay dos corrientes. La más abierta toma en consideración a la mujer como elemento a tener en cuenta en la nueva sociedad laboriosa y productiva que se perseguía. La corriente más conservadora, por consiguiente, repudiaba los nuevos roles que había comenzado a desempeñar la mujer y consideraba indispensable que se le recordase su inferioridad frente al hombre.
En el teatro, el neoclasicismo supone una vuelta a los esquemas clásicos (greco-romanos) en el que se apoyaba una visión conservadora del papel de la mujer. Ante esto poco pudieron hacer la mayoría de las mujeres a excepción de María Rosa Gálvez.
Las comedias y tragedias de María Rosa Gálvez desarrollan una fértil temática dieciochesca. Comparte temas con otros escritores ilustrados de su época y se opone al tema de que los padres intenten casar a sus hijas con los candidatos de su preferencia sin tener en cuenta los deseos del matrimonio futuro.
El teatro a principios de siglo
Destaca la riojana María de la O Lejárraga, que se casó en 1900 con un escritor y empresario teatral muy conocido en círculos modernistas, Gregorio Martínez Sierra. En las tertulias que realizaban en su casa tomó contacto con escritores como Juan Ramón Jiménez y músicos como Falla o Usandizaga. Se cree que el 90% de lo que su marido estrenó y publicó fue escrito por ella. Su apoyo a la República le llevó al exilio en Francia y posteriormente a Buenos Aires donde murió con casi 100 años, con una obra extensa llena de colaboraciones en el teatro, la poesía y el género chico (zarzuelas...), no del todo reconocida.