Textos Unitat Didàctica 1. CATALUNYA EN LA CRISI DE L'ANTIC RÈGIM (1789-1833)
Era un verdadero golpe revolucionario: en ausencia del Rey y en una situación de vacío de poder, un Congreso de diputados se amparaba de la representación nacional e iniciaba una obra legislativa -que se iba a prolongar hasta la primavera de 1814— coronada con la Constitución de 19 de marzo de 1812, que introducía importantísimas reformas políticas, sociales y económicas y transformaba España en una monarquía liberal y parlamentaria. Así, las Cortes de Cádiz (en donde se establecieron en 1811) acordaron, entre otras muchas medidas, la libertad de imprenta, el reconocimiento de la igualdad de derechos políticos de americanos y peninsulares, la abolición de la Inquisición, la extinción de los señoríos, y la liberalización de la agricultura, de la ganadería, de la industria y del comercio. La Constitución de 1812 —diez títulos, 384 artículos— proclamaba la soberanía nacional, declaraba a España como una Monarquía moderada hereditaria, establecía la separación de poderes (y preveía la creación de un Tribunal Supremo), hacía residir el poder legislativo en las Cortes con el Rey, instituía unas Cortes unicamerales elegidas por un sistema de elección indirecta, introducía el principio de responsabilidad ministerial, dividía a España en provincias y ayuntamientos y garantizaba los derechos individuales y las libertades políticas básicas.
Eran textos, especialmente la Constitución, moral y políticamente admirables.
Juan Pablo Fusi y Jordi Palafox. España:1808-1996. El desafío dela modernidad. Ed. Espasa Calpe, Madrid, 2ª ed. 1996. ISBN: 84-239-9731-6. 466 pgs. Pg. 22.
El fracaso de la ofensiva francesa sobre Portugal fue, pues, el hecho decisivo que cambió el signo de la guerra. Desmoralizó a los ejércitos franceses, estableció un cierto equilibrio militar entre ambos mandos, proporcionó a los aliados una base de operaciones segura y consolidada y, sobre todo, les permitió ganar tiempo, lo que acabaría por ser determinante: el desplazamiento en 1812 de los intereses militares franceses hacia otros escenarios —concretamente, la invasión de Rusia— hizo que Napoleón retirara numerosos efectivos de España y que, por tanto, en 1813 las tropas aliadas fueran incluso superiores en número a las francesas.
Juan Pablo Fusi y Jordi Palafox. España:1808-1996. El desafío dela modernidad. Ed. Espasa Calpe, Madrid, 2ª ed. 1996. ISBN: 84-239-9731-6. 466 pgs. Pg. 22.
Desenllaç i balanç de la Guerra del Francès
El choque definitivo tuvo lugar en Vitoria, el 21 de junio de 1813. Las fuerzas de Wellington -120.926 hombres (de ellos, 8.300 portugueses y 39.500 españoles)— vencieron a las de José Bonaparte (68.551 soldados), que sufrieron unas 8.000 bajas y que perdieron además toda moral de lucha. De hecho, salvo las tropas de Suchet, los ejércitos franceses huyeron a Francia (y Suchet se replegó hacia el Norte, hasta la línea del río Fluviá). Wellington continuó su ofensiva hacia la frontera, por el País Vasco y Navarra. San Sebastián fue incendiada y tomada al asalto el 31 de agosto, al tiempo que Wellington deshacía en San Marcial (Irún), en la misma linea fronteriza, un vigoroso contraataque de Soult. Pamplona se rindió el 31 de octubre de 1813. Si bien aún se combatiría en suelo francés hasta abril de 1814, la guerra en España —la «úlcera española», como la llamó el propio Napoleón—había terminado. Napoleón precipitó su final. El 11 de diciembre de 1813 liberó a Fernando VII, le restableció en el trono de España y aun firmó con el un tratado de paz y amistad franco-española: Fernando VII volvió a España por Cataluña, donde aún permanecían, aunque inactivas, las tropas de Suchet- el 22 de-marzo de. 1814. La guerra, en la que Francia había perdido unos 200.000 hombres y España entre 300.000 y 500.000, había sido una tragedia inútil. En 1814, la situación política se retrotraía a 1808.
Juan Pablo Fusi y Jordi Palafox. España:1808-1996. El desafío dela modernidad. Ed. Espasa Calpe, Madrid, 2ª ed. 1996. ISBN: 84-239-9731-6. 466 pgs. Pg. 25.