Lectura a la luz de la Sinagoga

¿Se puede leer cualquier texto a través de la iluminación de las velas o lámparas de una Sinagoga?

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Agradecimientos

Agradecimiento Especial al RAABA"D Rab David Perets SHLIT"A (Presidente del Tribunal Rabínico de Panamá y, a su alumno R. Yaäcob Eliyahu Benarroch Bibás SHLIT"A, por ser los valuartes de esta publicación que ya lleva más de 18 años llegando a muchos países de habla hispana.

Todos los derechos reservados (C)

Agradecimiento al Torem quien humildemente ha ocultado su identidad en el anónimato, tal y como está escrito, en los Profetas:  "Hatzneä Léjet..."

Extendemos un agradecimiento especial a la familia, amigos, y muy en especial al comité encargado de la redacción, digitalización y envíos por haber colaborado horas extras

Prólogo

 

En estos momentos..., en que el Pueblo de Israel está sufriendo una situación de guerra en la Tierra Sagrada, "Vaibárej David" se ha dado a la tarea de seleccionar un tema apropiado orientado al cuidado de la Santidad de las Sinagogas. Y es apropiado, debido a lo que está escrito en el versículo "Hashem Yilajem Lajem Veatem Tajarishún" (Parashat Beshalaj), lo que se traduce como "Hashem va a Guerrear por (y en vez de) vosotros, y vosotros permaneceréis callados (serenos)".  Y nuestros Sabios de Bendita Memoria indicaron cuál es el sitio en el que hemos de quedar serenos: "en las sinagogas". Es decir, en la medida en que la persona vaya a la Sinagoga, la honre, cuide y mantenga su Santidad correspondiente, como debe ser: en esa misma manera, Hashem nos va Cuidar y Proteger, en momentos delicados como éstos. 

B.H, ¡que pronto tengamos Shalom en todo el mundo y en la Tierra de Israel, Amen Ken Yehí Ratzón!      

Introducción

 


En reiteradas ocasiones, la persona necesita leer algún documento o papeles escritos que sean relevantes para su vida cotidiana. Facturas, recibos, invitaciones, avisos, cuadernos con información secular, información bancaria, cartas empresariales, o particulares, instrucciones, manual de usuario, boletas, certificados, son  ejemplo de lecturas que suelen ser abordadas en forma espontánea e intuitiva, en cualquier momento del día. 

Pero, pudiera ocurrir que la persona se encuentre en la sinagoga justo afuera del recinto, antes de entrar, y, de pronto le provoque leer alguno de estos documentos a la luz de los focos y lámparas que iluminan a este recinto sagrado, como, por ejemplo, cuando sea de noche.

En esta oportunidad la investigación halájica se ha propuesto la tarea de exponer analíticamente y extender sus conclusiones acerca de si se puede o no leer este tipo de documentos alumbrados con la luz de la sinagoga, dado que este sagrado lugar está destinado al objetivo de rezar, lo que implicaría quizá que pudiera ser catalogado -aquel acto de lectura- como una forma de profanación de la luz sagrada que ilumina los espacios de la Sinagoga.

Preguntas


¿Es permitido leer cualquier texto, a la luz de las lámparas de la sinagoga?¿Acaso sólo los Sidurim y Jumashim y textos que tengan que ver con la Plegaria pueden ser leídos a la luz de los focos de un Beth Hakenéset?¿Se puede leer una tarjeta de invitación o presentación, usando la luz de una Sinagoga?

Limitaciones


El tema en cuestión está limitado sólo a la lectura, en días hábiles de la semana, de textos por escrito en papel o grabados en cualquier otra superficie, y no están incluidas, para esta investigación en particular, las lecturas a través de una pantalla de aparatos electrónicos u otros mecanismos con luz propia.

Argumentos 

La Vela de Shabbat


 

El Rab Netronay Gaón, Sabio que vivió y ejerció antes que todos los Rishonim, se manifestó en respuesta (Teshubot R.N.G., Simán 48) a una pregunta que consistía en saber si, con el aceite que fue objeto de promesa para encenderla (una o más velas) en el Beth Hakenéset, es permitido leer “Talmud” disfrutando de su luz (que emana de aquél aceite). Y respondió recordando que hay un antecedente, en otro escenario, que sí prohíbe leer un texto a la luz de la vela de Shabbat, y el motivo –en ese caso- es evitar que la persona se sienta tentada a inclinar la vela (en caso de no poder leer bien dado un menoscabo en la luz que de allí emana), de tal forma, que mejore (facilitando el flujo del aceite a través de su mecha) logrando un mejor efecto lumínico. Y explica que solamente por una causa (que tenga que ver con no trasgredir el) Shabbat, se prohibió (para evitar caer en la posibilidad alta de que se apague o menoscabe su llama), pero, en horas y días hábiles de la semana, estaría permitido leer a la luz de aquella vela que sobró (la cual todavía tiene una santidad determinada por haberla dedicado a la Mitzvá de Encendido de Vela de Shabbat), se permite leer, con su luz, textos de Torá e incluso “cualquier otro asunto (texto) requerido”.

Si es así, se deduce que la luz de la Sinagoga no tendrá tampoco ningún cuidado a la hora disfrutar de la misma para leer cualquier texto, aunque sea secular, de la misma manera como se permitió para con la sobra de la vela de Shabbat para los días hábiles de la semana.



Interpretación alterna


Aunque, al principio de su exposición, pareciera indicar que iba a permitir leer cualquier texto a la luz de la vela de la sinagoga (dado que permitió, en el caso de la vela de Shabbat que sobró en días hábiles, leer con esa luz “cualquier otro asunto requerido”…), por otro lado, en su conclusión escribió el Gaón que existe una recompensa que “se multiplica según la cantidad de textos que se vayan a leer (a la luz de la sinagoga) ya sea de Torá o de Anécdotas Talmúdicas" (N.E. Asimismo, el uso de la palabra “Koré” como factor multiplicador de la recompensa indica que probablemente se trate de lecturas relevantes propias de la Torá, y por supuesto Tefilá), de lo que se podría deducir también que quizá que no sea tolerada una lectura secular bajo la luz de este sagrado recinto.

Lectura de toda índole

 

El Rabenu Yerujam (Toledot Adam Vejavá Netib 3, Jélek 8) se hizo eco de lo dicho por Rabenu Netronay Gaón, pero, a su vez, el Rab Yosef Caro, a través del Bet Yosef, recopiló las palabras del Rabenu Yerujam de la siguiente manera: “con el aceite que se ha donado a un Bet Hakenéset, y se ha encendido con éste, una vela, es permitido encender para alumbrarle la lectura, ya sea de Talmud, o cualquier otro requerimiento de su necesidad, ya que su intención (del donante) es alumbrar y que haya iluminación en el Bet Hakenéset; y mientras más se pueda leer con esta luz, será anexada una Mitzvá y obtendrá recompensa por ello, y así lo escribió Rabenu Netronay Gaón”. Y, aunque el autor del Col Bo (Simán 17) escribiera que no se acostumbra encender velas en el Bet Hakenéset, debido a que su luz ha sido dedicada sólo para su Mitzvá y, aunque los antiguos hayan prohibido enormemente encender sus luces, aunque sea para escribir y estudiar...: aun así, la costumbre es como las palabras de Rabenu Netronay.

Según el Bet Yosef, se revela que la intención del Gaón fue permitir el uso de la luz de la sinagoga para leer cualquier texto, aunque no sea de Torá ni de Tefilá, y concatenó la idea expresada sobre la vela de Shabbat, con la idea expresada en el tema de la vela de la Sinagoga y las sintetizó como si tuviesen el mismo nivel de santidad y provecho.

De una vela a otra

Continuó el Bet Yosef recopilando las palabras del Nimuké Yosef, en nombre del Séfer Haminhagot, prohibiendo encender (para otros motivos), a partir de  las velas del Bet Hakenéset, todo el tiempo que estén encendidas para su Mitzvá (del uso especial propio del lugar), para un uso de Jol (que no sea sagrado)… Pero, cuando haga falta apagarlas, sí se permitirá…Y dijo también: “de toda vela de Mitzvá, ya sea Vela de Shabbat o Vela de Janucá, se puede encender otra vela con el objetivo de servir a uno que está (muy) enfermo, aunque no esté tan grave, o de una parturienta, pues son casos isomorfos (desde este punto de vista)”… Y con todo y esto, el Bet Yosef concluyó que “el mundo acostumbró a no ser cauto en todo esto”



Arrepentimiento total

 

 Dice el Maguen Abraham (O.J., Simán 154:S.K.20) que es impresionante que el Bet Yosef haya interpretado así al Rabenu Yerujam, en nombre de Rabenu Netronay Gaón (N.E. y es más impresionante aun que el Bet Yosef haya concluido que la costumbre es permitir como esta opinión), dado que el Shulján Äruj no lo trasmitió así…


Y esta sorpresa lo manifestó sobre la conclusión expresada en el Shulján Äruj (154:14): “no se enciende una vela común y corriente (de uso no sagrado) a partir de la llama de una vela de la Sinagoga…”, después de haber dicho, en el inciso 13, que es permitido leer con la luz del Bet Hakenéset;


Inciso 13

   נר של ב"ה מותר לקרות לאורו:

Inciso 14

אין מדליקין נר של הדיוט מנר של ב"ה ויש מי שאומר דהני מילי בעוד שדולקין למצותן אבל כשצריך לכבותן מותר


El dictamen del inciso 14 ya lo había escrito el Bet Yosef, como la opinión del Nimuké Yosef, aunque al final dijo que no se acostumbró a prohibir así.


Esto llevó al Maguen Abraham a deducir que el Rab Yosef Caro no siguió su propia opinión en el libro Bet Yosef, y se arrepintió de ambos dictámenes, y seguramente dictaminó, a través del Shulján Äruj, que es prohibido leer textos -que no sean sagrados- a la luz del Bet Hakenéset (de la misma manera como se arrepintió y dijo que sea prohibido pasar un fuego de la sinagoga a una vela cualquiera) y así se concilia que, por un lado, diga que es permitido leer bajo la luz de este sagrado recinto (porque se refiere sólo a textos sagrados), y, por otro lado, diga que las velas tienen una santidad no (para un objetivo) corriente (ajeno a lo sagrado).




Recompensa de su luz

 

Y el Maguen Abraham, de hecho, explicó su sorpresa de cómo el Bet Yosef pudo haber recopilado las líneas del Gaón, diciendo que el Gaón habló al final sobre la Mitzvá que se hace con estas velas de la Sinagoga, y la recompensa que es proporcional al encendido y lectura que se haga en la Sinagoga con la proyección de la luz que emana sus velas, y entendió el Maguen Abraham que habrá una recompensa, pero, no por haber iluminado la lectura secular de una persona que está en el Bet Hakenéset… Y todo esto, aunado a que el propio Shulján Äruj prohibió pasar el fuego de una vela del Bet Hakenéset hacia una vela personal (que no sea sagrada), hicieron concluir, al Maguen Abraham, que sea prohibido leer un texto que no sea de Torá o Tefilá por medio de la claridad que emana de la vela que fue comprometida para uso de la Sinagoga.

Observación vs Acción

El JATA”M Sofer se sorprende de lo dicho por el Maguen Abraham (Loc.Cit.) y dice que no se puede hacer ningún silogismo (ninguna conjetura) pretendiendo aprender del hecho que se prohíba “encender una vela común y corriente a partir de una vela de la Sinagoga”, para concluir que “con más razón se prohíba leer un texto no sagrado con la luz que emana dicha vela”, dado que, si bien el caso del pase de una vela a otra implica una degradación y humillación evidente de la Mitzvá, no es así en un caso en el que no se realiza una acción empírica, sino únicamente “leer”, y esto se puede demostrar del corolario escrito por el Talmud (Pesajim, 26:1) “el sonido, lo que se ve, y el olor no son susceptibles de Meïlá (profanación de lo sagrado)sino únicamente como una advertencia de los Sabios (cuando se trata de nuestro Sagrado Templo)…

 Por lo tanto (N.E. dado que, además, una Sinagoga no tiene exactamente el mismo grado que el Templo), concluye el JATA”M Sofer que, estaría permitido, con más razón e incluso en primera instancia (leer un texto, aunque sea común y corriente, usando la luz de la vela de la Sinagoga).

Bet Hashoebá Encandiladora

 

Y esta aseveración la hizo en apoyo a lo dicho por los Tosafot, quien, a su vez, se basó en la disertación del Talmud Bablí (en Pesajim, 26.1) sobre el principio básico recién mencionado, y en la determinación definitiva del Talmud Yerushalmi de que el sonido, lo que se mira, y el olor no son susceptibles de Meïlá, y éste, a su vez, basado en un corolario expuesto también por la Guemará (Sucá, 53.1), que dictamina que 

אִשָּׁה הָיְתָה בּוֹרֶרֶת חִטִּים לָאוֹר שֶׁל בֵּית הַשּׁוֹאֵבָה

la iluminación (que habían sido consagrados al Templo con motivo) de la celebración de Bet Hashoebá,  puede ser aprovechada (incluso en la hora de dicha celebración) para que una mujer separe efectivamente granos de trigo (N.E. para fines personales).

Por lo tanto, concluye el JATA”M Sofer que, si bien se arrepintió el Bet Yosef sobre el permiso de uso de la vela de la Sinagoga para encender otra vela común y corriente, y, a través del Shulján Äruj, lo prohibió, no obstante, no fue así con el tema de “leer cualquier texto a la luz de la Sinagoga”, y ratificó ciertamente este permiso (en el inciso 13 del Shulján Äruj), cuando dijo que se permite leer a la luz del Bet Hakenéset. 


 Sin Manipular la lámpara

El Rab Yaäcob Ben Tzebí  (YAÄBET”Z) Emdin, a través de su libro Mor Uktziä, hizo una reflexión, aun considerando la santidad de una sinagoga similar a un Bet Hamikdash, y dijo que todo lo que el Talmud dijo que, aunque no haya Meïlá, hay una prohibición de los Sabios de “mirar”, “oler” y “oir”  a partir de insumos y servicios del Templo habría sido únicamente cuando no haya nadie usando este insumo o servicio para fines sagrados, y no sería loable que se disfrute de una luz del Templo sólo para fines cotidianos y corrientes no sagrados… Es decir, si se encendiera o se aprovechara la luz de una Sinagoga sólo para leer textos comunes y corrientes (por ejemplo, una factura de luz, un manual de instrucciones, un memorándum de su oficina), sería incorrecto; pero, si ese encendido ya se estuviera usando para fines sagrados, como lo es el estudio de la Torá o la Plegaria, entonces, si alguien que allí presente sacara un papel común y corriente para leerlo, no estaría prohibido, debido a que ya se está aprovechando para el fin por el que fueron donados los aceites y las mechas.

 

Solamente afuera

 

Y, con más razón, cuando se considera que la santidad de una Sinagoga no es tan alta como la del Templo… El Mor Uktziä recordó también lo dicho en Maséjet Sucá, sobre ‘el tema de separar granos de trigo en las casas de Yerushalayim permitiendo el Talmud aprovechar la luz que emanaba el Templo aun para dicha finalidad’, de lo que entendió que todo el tiempo que (N.E. no se manipule la vela y) la luz tenga su lugar fijo, no habría inconveniente de aprovechar su luz, y, de esta manera, afianzó más todavía este permiso de usar la luz de la sinagoga para fines seculares, tal como lo hiciere el JATA”M Sofer.


Pero, sí aclara, entre paréntesis, que una persona que quiere realizar un servicio secular “adentro” de una sinagoga, con o sin luz de la vela, debe saber que es prohibido realizar quehaceres particulares y servicios no sagrados. Y todo el permiso que se está dando sería cuando el usuario de la luz se encuentra “afuera” del área de la sinagoga, y pretende aprovechar la luz interna de la sinagoga para leer un texto cualquiera que no sea ni de Torá o Tefilá.

Más esplendor, más recompensa

 Una vez aclarado esto, procedió el Mor Uktziä a explicar que, cuando Rabenu Yerujam habló sobre la recompensa que se recibe proporcionalmente al encendido y las lecturas que se hagan en la sinagoga, no implica una exclusividad de uso de dichas luces para lecturas sagradas como piensa el Maguen Abraham, sino que lo que quiso decir es que, a mayor cantidad e intensidad de luz (N.E. es decir, cuando el o los donantes y encargados aportan para que haya muchas velas en la Sinagoga), habrá una oportunidad mayor de lectura desde lejos (frente y desde afuera de la sinagoga), incluso desde afuera, habrá mayor Mitzvá, y recibirá una recompensa mayor, ya que se reconoce su Mitzvá más todavía, y esto es así, ya que toda la razón de existencia de velas allí es alumbrar…, y, por lo tanto, todo el que pueda servirse de esta luz, aunque sea un servicio particular desde afuera de la Sinagoga, será justamente una representación y aporte más de “honor” de la Sinagoga (pues es el signo del gran alcance que tiene su luz), y es una alabanza (virtud), así como fue descrito el honor y virtud de Bet Hashoebá en el Templo, ilustrado por medio de las personas a quienes, desde muy lejos, les llegaba la iluminación del Templo, a causa de dicho evento.

Luz eléctrica



Post Pago


En cuanto a la luz eléctrica, es necesario considerar que, suponiendo que sean consideradas equivalentes a una lámpara de aceite encendido, aun así, la forma como se aporta o dona para impulsar a que la luz se haga realidad, no es igual… El aporte de la vela de la sinagoga es inmediato y siempre se hace anticipada o simultáneamente al momento en que se realiza el servicio lumínico, por lo que las Velas son más intensas a la hora de evaluar la santidad y el impacto que ésta tiene en sus usuarios, a diferencia de una bombilla de luz, la cual proviene de una energía eléctrica que, en la gran mayoría de los casos, proviene de un aporte posterior, como por ejemplo, a la llegada de la factura de luz o avisos de cobro de la empresa eléctrica que presta dicho servicio: el pago viene después de haberla usado… 

Y, por lo tanto, al acto de donar para la luz de la Sinagoga no consagra su iluminación de la misma manera como lo hacían las velas antiguamente, y el impacto que esto causa en la forma y actitud del usuario vendrá en esa misma proporción: por la vela, se consagró desde antes, y tiene un impacto intenso, mientras que por la luz de un bombillo eléctrico todo el tiempo que está alumbrado todavía no se ha pagado (porque no se ha avisado para el cobro del mismo), y, por lo tanto, no se ha consagrado de la misma manera, sino con un efecto retroactivo, lo cual no puede causar las mismas restricciones de uso.

Condición tolerante y amplia

Otro argumento que aliviana aún más el efecto sagrado de la luz de una sinagoga, es que existe un concepto ubicado en Maséjet Shebuöt (11:1), conocido como “el Corazón del Tribunal condiciona”, lo que implica que, cuando se hace una inversión de dinero o insumo para el Kódesh, los que aportan, dependiendo del caso, saben que existe una parte que se va a dedicar a otros intereses, pues saben que el aporte supera al requerimiento, y que lo que sobre se dedicaría para otro objetivo, y todo esto sin necesidad de aclararlo verbalmente sino que fuera suficiente con saber que así es la intención y pensamiento del o  los donantes.

 

Y así se puede apreciar en el texto del RAM”A (O.J, 154:8) quien dijo que se permite usar una mesa del Bet Hakenéset para un uso no sagrado, debido a esta regla que atenúa el nivel de restricción sagrada del objeto donado. Y se deduce que el RAM”A opinaría que también la luz de una Sinagoga tendría esta misma transigencia, y, por lo tanto, las dádivas de aceites, mechas y/o energía eléctrica que se consagran para una sinagoga, cuentan con cierta holgura o tolerancia esporádica con respecto a cualquier otro uso que se pueda presentar eventualmente.  

Conclusión 

 

I.        Si una persona está Adentro de una Sinagoga, no se debe leer un texto común y corriente que no tenga que ver con Torá, Talmud, ni con la Plegaria. Es decir, sólo se podrá leer textos de Torá, Talmud y Tefilá. Es decir:

 

a. Textos de Torá y Tefilá: permitido su lectura

b. Textos no sagrados: no se debe leer de cualquier manera

 

 

II.  Si una persona está Afuera de una Sinagoga y quiere usar la luz interna de la Sinagoga para visualizar una Lectura, depende si los que lee son:

 

a. Textos de Torá y Tefilá: permitido su lectura, con más razón

b. Textos no sagrados

                     i.  Hay quien prohíbe su lectura: Maguen Abraham, Mishná Berurá, Caf Hajayim, y Ben Ish Jay

                           ii.  Hay quien permite su lectura: Mor Uktziä, JATA”M Sofer y Rab Öbadía Yosef

 

Por lo tanto, en principio (Lejatejilá): hay que ser cauto de no usar la luz de una sinagoga para intereses particulares y que no tengan contenido sagrado

Pero en caso de apremio (Bediäbad) o que la información a leer sea muy relevante: se permitirá leer solamente afuera de la Sinagoga, aunque esté iluminada su lectura por la luz interna de la Sinagoga.