Bendecir por Frutos Nuevos

¿Cuándo se considera nuevo?

¿Alegría o renovación?

VD BENDECIR POR FRUTOS NUEVOS.pdf

Agradecimientos

Agradecimiento Especial al RAABA"D Rab David Perets SHLIT"A (Presidente del Tribunal Rabínico de Panamá y, a su alumno R. Yaäcob Eliyahu Benarroch Bibás SHLIT"A, por ser los valuartes de esta publicación que ya lleva casi 19 años llegando a muchos países en el mundo.

Todos los derechos reservados (C)

Agradecimiento al Torem quien humildemente ha ocultado su identidad en el anónimato, tal y como está escrito, en los Profetas:  "Hatzneä Léjet..."

Extendemos un agradecimiento especial a la familia, amigos, y muy en especial al comité encargado de la redacción, digitalización y envíos por haber colaborado horas extras

Introducción

 

La bendición de Shehejeyanu se recita por diferentes motivos y situaciones que generalmente están relacionados a la alegría profunda que invade a la persona al disfrutar de ciertos privilegios en su vida. Aunque las leyes básicas de esta bendición están muy bien definidas en los libros de Halajá, las personas podrían llegar a tener ciertas preguntas al ser que las causas de la pronunciación de esta berajá siguen un reglamento muy particular, para cada tema al cual se aplica: por ejemplo, no son las mismas causas de la pronunciación de la berajá de  Shehejeyanu por el nacimiento de un niño que la que se hace por el consumo de un fruto renovado.

Como ya se mencionó, la alegría profunda es una causa de la pronunciación del Shehejeyanu, pero no siempre es suficiente. Existe otra causa que se le ha vinculado a la recitación del Shehejeyanu aplicado a algunas ocasiones: la renovación.  Cuando nos refiramos, en este documento, al este término “renovación” nos estaremos refiriendo al “agradecimiento al Todopoderoso porque nos otorgó la vida para llegar al momento del disfrute de cierto elemento específico”, siendo esta causa independiente de la existencia la alegría que provocaría dicho elemento.


Preguntas


¿Sobre qué frutos se bendice Shehejeyanu?¿Cuál es la razón por la cuál se bendice Shehejeyanu en éstos?¿Acaso es la “alegría” que provoca un fruto nuevo suficiente motivo para pronunciar esta bendición o el simple hecho que hay una “renovación” de su temporada?


1. Si una persona nunca ha consumido algún fruto y le provoca comerlo un día por primera vez, ¿puede bendecir Shehejeyanu?  

2. Una persona que se fue de viaje y se encontró -en su destino- con un fruto que no hay en su país de proveniencia, ¿sería correcto bendecir Shehejeyanu por aquél?

3. Después de, al menos una vez que ya consumió un fruto, la misma  persona estuvo sin consumirlo durante varios años, hasta que un día retomó el hábito: ¿bendice Shehejeyanu en esta nueva oportunidad?


Limitaciones


El tema apuntará únicamente al tema de si se puede o no recitar Shehejeyanu antes del consumo de frutos específicos y en las situaciones descritas en la sección “Preguntas”. La bendición de Shehejeyanu [que se recita para otros tipos de elementos como ropas, utensilios, preceptos, etc., o situaciones como el nacimiento de un niño, ver a un compañero después de un tiempo largo, ocasiones especiales como por ejemplo, Pésaj, Shabuot, etc.] quedan exceptuadas de la conclusión del presente documento.

El tema de la importación de frutas será investigado en otra oportunidad.

Argumentos 

Estrenando Calabaza

La Guemará, en Masejet Ërubín, (40:2) relata que, en una oportunidad, Rabá preguntó si se dice Shehejeyanu sobre el día de Rosh Hashaná y en Yom Hakipurim. Continuó explicando la base de su pregunta: ¿se dice la bendición Shehejeyanu por el motivo que estos días son días especiales fijados que se presentan de tiempo en tiempo (renovación)? ¿O diremos que no se dice Shehejeyanu por ser que el nivel (de Moëd) de los días de Rosh Hashaná y Kipur no son totalmente equivalentes al nivel de los tres “Regalim” (Pésaj, Shabuot y Sucot)?

Rab Yehudá le respondió de la siguiente forma: si cuando me encuentro una calabaza nueva, mencionó la berajá de Shehejeyanu, entonces, con más razón lo debería hacer (bendecir Shehejeyanu) en la oportunidad en que se presenta una fecha tan importante como esta(, que viene de tiempo en tiempo).

Gracias por la vida

RASH”I (Ërubín 40:2)  orienta en la explicación de lo que es la palabra “nueva” con la que se refirió Rab Yehudá  al responderle a Rabá. El dice que se refiere a un fruto que renueva su temporada, de año en año.

Se pudiera deducir, de las palabras de RASH”I, que el motivo por el cual se bendice el Shehejeyanu sobre los frutos, es que se cumple una renovación de la temporada de la aparición del fruto, de año en año; es decir la persona está agradecida por tener un tiempo más de vida para aprovechar “de nuevo” el fruto de la nueva temporada.

Por el contrario, de ser posible encontrar aquel fruto durante todo el año, es decir, si no se renueva de año en año,  o si no tiene un tiempo en el año en que no hay temporada de ese fruto, será improcedente la pronunciación de esta berajá.

 

Y la alegría, ¿qué…?

 

Cuando nos encontramos con un fruto renovado, es muy probable que sintamos una alegría mayor que la que sentimos al ver otro fruto con el cual es habitual encontrarse, acompañando ese sentimiento, a su vez, de un mayor interés en aquel fruto que “extrañaba” que por el otro que se puede conseguir todos los días en el mercado. Es por esto, que tal vez, cuando la Guemará nos enseña que es una fruta nueva el objeto sobre el cual se bendice Shehejeyanu, se estaría refiriendo a la Alegría que produce encontrarse, el cual aparece - por temporada - de año en año, y no el aspecto técnico propio de un agradecimiento debido a oportunidad de vida que el Todopoderoso Prestó a la persona para tener el privilegio de disfrutar de la “renovación de un determinado fruto de año en año”.


Texto y Contexto

 

Por otro lado, la investigación arroja, a manera introductoria, un resultado textual (ver RASH”I) que indica que el aspecto que aparentemente provoca que se pronuncie la bendición de Shehejeyanu es el que exista una renovación del fruto, de temporada en temporada, por la cual se debe agradecer al Todopoderoso por haber otorgado vida a la persona,  y que le ha permitido a la misma haber llegado al momento en que se le da la oportunidad de apreciar la presencia del fruto sin importar realmente si se manifiesta o no un sentimiento de alegría.


Importancia de la diferencia

 

La importancia de esta reflexión es la siguiente: si una persona particularmente no está contenta por un fruto determinado que tiene en la mano, aunque sea de los frutos que tienen una temporada específica, no podrá decir Shehejeyanu si lo fundamental es el sentimiento de alegría que le produce particularmente la aparición de un fruto renovado. Y por el contrario, si lo fundamental es el agradecimiento por la apreciación de un fruto renovado de temporada en temporada, entonces,  aunque se encuentre no alegre, podrá pronunciar la bendición de Shehejeyanu sin que se considere una bendición dicha “en vano”.

 


Guía del viajero

 

Temporada en el país de destino

 

Otro enfoque de la importancia que tiene la solución de este dilema es que en el caso de que lo fundamental en el requisito de la bendición sea el hecho de que en un país (por ejemplo, Argentina), en particular, se renueva un fruto (por ejemplo, la sandía) por temporada, de año en año, entonces, suponiendo, que una persona de un país (por ejemplo, Venezuela) donde existe ese fruto todo el año, viaje a ese país (Argentina), entonces, quizá

a)       Tendría que decir Shehejeyanu (en Argentina) por ese fruto aunque de donde él proviene (Venezuela) existe el mismo fruto (Sandía) todo el año – existe sin ciclos de renovación o temporada-.

b)       O tal vez, no podría decir Shehejeyanu (en Argentina) pues a ese fruto (Sandía) ya está “cansado de verlo en su país de origen (Venezuela)” y no le produce ningún sentimiento especial.

 

Temporada en el país de proveniencia

 

Asimismo, si el caso fuera a la inversa: el país, de donde el viajero proviene (Argentina), es un país donde un fruto determinado (Sandía) tiene una aparición por temporada o hasta quizá, ni se encuentra, pero, en el país de destino (Venezuela) ese mismo fruto se encuentra todo el año (no tiene temporada), entonces, quizá

a)       Tendría que decir Shehejeyanu pues un fruto (Sandía) tan difícil de encontrar en su país de origen - en épocas del año -, que al encontrarlo en el país de destino (Venezuela), le provoca la misma alegría que le provocaría al aparecer este fruto, de nuevo, en su país de origen.

b)       O tal vez, no podría decir Shehejeyanu, pues en el país donde se encuentra actualmente (Venezuela), la cosecha del fruto (Sandía) persiste en el transcurso de todo el año.

¿Agradecimiento o Sentimiento?


 En la búsqueda de una respuesta al presente problema se podría intentar una deducción, a partir de la misma comparación hecha por la Guemará en Ërubin (40:2). Rab Yehudá eligió responder a la pregunta de Rabá (sobre si decir o no Shehejeyanu por el día de Rosh Hashaná y Kipur),  comparando el caso de Rosh Hashaná y Kipur con el encuentro de una calabaza nueva, para mostrar así que sí se dice Shehejeyanu por el día de  Rosh Hashaná y Kipur…

A modo de reflexión, si fuera el factor de alegría o placer óptimo que se siente, al encontrarse con un fruto nuevo, la causa por la cual se dice la bendición de Shehejeyanu, entonces, ¿cómo comparar ese sentimiento con el del encuentro de un día de Rosh Hashaná?, o, más todavía, ¿cómo equiparar el placer por el consumo de una fruta nueva, con el sentimiento de Yom Hakipurim, un día en el cual están prohibidos cinco placeres físicos, incluyendo ingerir alimentos? En resumen, ¿cómo equiparar el punto del fruto nuevo como causa del placer o alegría por un beneficio físico, con un punto del sentimiento que es sólo un agradecimiento por el privilegio de haber tenido más vida para recibir la llegada de Yom Kipur y Rosh Hashaná?.

¡Ahora sí!

 

 

Una aparente respuesta a estas interrogantes podría ser, entre tanto, que la comparación no se centra en la alegría que se manifiesta al comer un fruto nuevo sino en el “agradecimiento por haber tenido el privilegio de haber contado con una vida larga logrando que se pudiera llegar a acceder a la vista y encuentro del fruto determinado, y al ser que ha sido producido y cosechado una vez más después de una temporada en la que se halló inexistente”.

Seguramente, de esta manera, la Guemará pudo equivaler un agradecimiento con otro. Por lo tanto,  [la mención de Shehejeyanu por los días de  Rosh Hashaná y Kipur, con la cual se agradece por el privilegio de recibir la “renovación” de esas Festividades Sagradas], se puede aprender lógicamente, a partir del basamento inicial de Rab Yehudá, que se dice Shehejeyanu a causa del [agradecimiento por el privilegio de recibir la “renovación” de la temporada que corresponde a la aparición del fruto]. Así quedarían bien explicadas las palabras de Rab Yehudá: si Le agradecemos por habernos dado la vida,  oportunidad y privilegio de ver un fruto renovado (calabaza nueva, por ejemplo) – y decimos Shehejeyanu –, entonces, con más razón que habrá que agradecer al Todopoderoso por habernos dado la vida, oportunidad y privilegio de recibir todo una fecha renovada de Rosh Hashaná o un día entero renovado de Kipur – y diremos Shehejeyanu –.

El deber de aprovechar

 En el Talmud Yerushalmi, al final de Maséjet Kidushín, está dicho, en nombre de "Rabí Jizkiyá Rabí Cohén", quienes a su vez dijeron, en nombre de Rab, que, en el futuro, (toda persona) habrá de entregar cuentas (será auditado) por todo (alimento) que vio y no ingirió. Se refiere este Talmud a cualquier fruto que haya en el mercado, y que pueda conseguirlo, advirtiendo -con esto- que la persona deba probar cualquier fruto que Hashem le Dio la oportunidad de comer (mientras sea permitida por la Ley).

Continuó el Talmud (IDEM) diciendo que Rabí Läzar también sostenía de esa manera – como lo dicho anteriormente -,  (razón por la que) ahorraba dinero durante todo el año con el propósito de comprar un fruto que no hubiese visto antes y comerlo una vez al año, para cumplir con lo afirmado recientemente por el Talmud Yerushalmi unas líneas antes.

Al comer, ¿únicamente?

 

De este Talmud, según algunos de los Ajaronim, se podría manifestar una prueba en contra de la interpretación de RASH”I, quien había informado que era la “vista” el sentido que activaba el requerimiento de decir la berajá de Shehejeyanu y no dijo RASH”I que era el consumo del alimento. En efecto, cabría interpretar que, la razón que serviría aparentemente para decir Shehejeyanu, tendría que ver con  su consumo y no con la simple vista.

Por un lado, del Talmud Bablí interpretado por RASH”I se entiende que nos guiamos según la visión para la bendición de Shehejeyanu y, por otro lado, del Yerushalmi se entiende que es el consumo del alimento lo que activa bendecir previamente el Shehejeyanu.

Mas debemos recordar que fue sólo algunos de los Ajaronim los que relacionaron lo escrito en el Talmud Yerushalmi, al final de Masejet Kidushín, con el tema de Shehejeyanu.

¿Estrenar sin Shehejeyanu?

No obstante, el Yerushalmi no declaró textualmente si este requerimiento del consumo de estos “alimentos nuevos” se referiría  al tema de Shehejeyanu y sólo se vinculó al tema principal de cumplir con un requerimiento físico (de ingerir un alimento nuevo)  que el Creador otorgó para complacer a los seres humanos, pues ¡cómo puede ser que las Alturas nos extienden la mano y rechacemos ese favor! Si es así y considerando que no  aparece textualmente el tema de Shehejeyanu en el texto de este  Yerushalmi, por lo tanto, no necesariamente es una prueba suficiente lo dicho por el Talmud Yerushalmi como para afirmar que un placer físico (de comer un fruto nuevo) sea el motivo de pronunciar la  bendición  de Shehejeyanu sobre un fruto nuevo.

En otras palabras, si bien es cierto que el placer óptimo o alegría que uno siente por el consumo de un fruto “nuevo” es el resultado de lo que se debe buscar para el logro de cumplir con una obligación de no dejar pasar el tiempo sin aprovechar los frutos que el Todopoderoso nos dio, pero, no por eso, significa que debemos recitar la bendición de Shehejeyanu por cada fruto que cumpla con este requisito de estrenar un paladar.

Privilegio del fruto renovado

El TU”R (O.J., Simán 225) dice que si no se renueva la temporada del fruto, cíclicamente,  de año en año (es decir, en el caso en que el fruto se coseche efectivamente durante todo el año), aunque la persona pase muchos días (por ejemplo, más de un año) sin comer del mismo, aun así no deberá pronunciar la bendición Shehejeyanu (sobre éste).

En efecto, las palabras del TU”R demuestran la importancia que tiene la existencia de una renovación del período de la cosecha del fruto como factor principal del agradecimiento por tener la oportunidad y el privilegio de contar con más vida para la apreciación del mismo, y, por lo tanto se pronunciará la bendición de Shehejeyanu. Y, al contrario, si la cosecha del fruto no se renueva, resaltó el TU”R que, aunque una persona pase (años) sin comer del mismo, no será un factor definitivo para la pronunciación de la berajá de Shehejeyanu; es decir, por más alegre o emocionado que se encuentre la persona por poder probar de un fruto que hace, por ejemplo, tres años no comía por cualquier razón, no podrá bendecir Shehejeyanu, a menos que se trate de un fruto que su cosecha se está renovando su cosecha en este año.


Un  viaje sin dudas…Se aclaran las preguntas


Estas palabras del TU”R se pueden ilustrar con un ejemplo: el cambur (banana) en Venezuela se cosecha y existe en el mercado durante todo el año; en el caso en que arribe al país un turista que no ha probado cambur en años ya que en su país no lo hay, y desea hacerlo aprovechando que está de paso en Venezuela, entonces,  aún así no deberá bendecir Shehejeyanu y muy a pesar de que haya pasado tantos “días” sin comerlo.

 


Bet Yosef


El Bet Yosef , en su comentario al  TU”R, explica  que se entiende de sus palabras que la condición de ser un fruto que se cosecha por temporadas, es exclusiva para bendecir Shehejeyanu sobre los frutos, y no se deberá bendecir Shehejeyanu si no se presenta esta condición. Así lo afirma el Bet Yosef, en nombre del SMA”G, quien a su vez lo dijo en nombre de Rabenu Sherirá. Similarmente escribió esto el Mordejí, en Halajot Sucá.

Por lo tanto, se podría inferir ya a esta altura de la investigación, que el motivo de la alegría que siente una persona al ver un fruto por primera vez o después de mucho tiempo que no la ve, no será suficiente motivo para poder bendecir Shehejeyanu.


Aves y peces

El Maguén Abraham (O.J.,225:6, S.K. 12) seguramente se preguntó ¿cuál sería el fruto que no se renueva año tras año? Y declaró que se refiere a (los seres vivos) que no crecen de la tierra, como por ejemplo, aves y peces, a pesar de que si se renueven año tras a año. (N.E. Pareciera como si el Maguén Abraham sostuviese que todos los frutos se renuevan año tras año).

Esta declaración del Maguén Abraham parece extraña si recordamos que hay frutos que crecen en la tierra y que tampoco renuevan su período de cosecha; más bien, se producen todo el año. 

Probablemente por esta razón, enfrentando a esta declaración del Maguén Abraham, se encuentran otros Ajaronim quienes sostienen que no sólo se refiere el TU”R a aves y peces para ejemplificar a alimentos que no se renuevan durante el año; sostienen estos Ajaronim que se incluyen otros frutos los cuales sí se cosechan durante todo el año y ni siquiera se habla de una renovación de un período de producción.

 

Renacimiento  de corderos

 

A pesar de que pareciera que hay una discusión de Ajaronim en este tópico, el mismo Maguén Abraham trae una idea que él considera para enfrentar su propio comentario, en nombre del TASHBET”Z, que consiste en lo siguiente: “…sobre los corderitos y sobre los cabritos se dice Shehejeyanu”. El Maguén Abraham agregó posteriormente a este comentario la expresión  “Tzarij Ïyún” (hay que investigar más), que se invoca cuando el expositor de la halajá no puede llegar a una conclusión definitiva a causa del valor o peso de los argumentos que apoyan las hipótesis planteadas. La interrogante sería ¿qué tiene de especial el cordero que no tenga el ave o el pescado?



Es importante señalar que la reproducción o nacimiento de estos corderitos y cabritos se completa principalmente en una época específica del año. Así, por ejemplo, según una opinión de Tanaim (Rosh Hashaná Hoja 8) los nacimientos de mencionados animales se desenlazan en el mes de Elul, y, por ende, su Rosh Hashaná es en el mes de Tishrí de cada año, y, según otra opinión, un mes menos. Esta fecha sería considerada como la “temporada” de esta especie de animales, lo que exclusivamente los ha hecho pertenecer al renglón de los alimentos sobre los cuales se pronunciaría Shehejeyanu, a pesar de ser producto de origen animal.

Este argumento final aporta un apoyo más para sostener la idea de que es, la renovación de la temporada del fruto, la razón que provoca la bendición del Shehejeyanu, y no algún sentimiento especial o placer físico que manifieste por el mismo.

Sin apartar los sentidos

Contrariamente a esta idea, el autor del Shebet Ha_Leví (Jelek 4, , el Rab Shemuel Ha_Leví Vozner dijo que el que puede estar conciente de que verdaderamente no se encuentra alegre del todo, aún cuando se dirige a consumir un fruto que acaba de renovar su temporada, tendrá prohibido decir la bendición de Shehejeyanu.

Así es la opinión del Dibré Jayim Mi_Tzam quien sostenía que no hay alegría por comer ninguna fruta, y, por lo tanto, no se recita la bendición  de Shehejeyanu. El ADMU”R Dibré Yejezkel propiamente no decía Shehejeyanu por ninguna fruta ya que, y así él decía, no le causaba ningún placer especial.


Sin embargo, vale recordar que la investigación ha sostenido de manera concisa que el motivo de la bendición sobre los frutos consiste en el agradecimiento que se debe dar al Todopoderoso, por parte del que se encuentra el fruto, por Haberle otorgado una vida más larga para poder llegar a encontrarse con un fruto que está renovando su cosecha (lo que es independiente de la alegría que se sienta en un momento dado), razón por la cual se dificulta comprender las tres últimas opiniones presentes en este segmento, que ubican a la alegría como condición principal de la pronunciación de Shehejeyanu.

Abundancia anual=No Temporada

 

El ADMU”R Mi_Satmer, Rabí Yoel Teitelbaum Z”L, no pronunciaba nunca esta berajá de Shehejeyanu incluso en Tu_Bishbat, pues él vivía en New York, ciudad donde abundan en el mercado todo tipo de frutas durante todo el año.

Cabe la observación de que esta opinión, aunque no habla del tema de la alegría, sí se refiere al tema de la abundancia, durante todo el año, de un fruto en el mercado. En fin, el punto que esta opinión desea resaltar es el que esas frutas no dejan de ser nuevas a los ojos de los que viven en el país.  

Sin embargo, quizá entre los frutos que abundan en ese mercado, existan frutos importados durante una época del año y prescindibles de importar en otra época del año pues coincidiría con la temporada de producción nacional de ese fruto. Si es así, aunque ese fruto sea abundante durante el año, habrá un época en el año en que el aporte a esa abundancia sea por producción nacional, razón por la cual, de seguro se tendrá que pronunciar la bendición de Shehejeyanu por el agradecimiento por que nos dio vida para llegar a estos momentos en que la renovación del fruto es una realidad.

¡Que sea provechosa…!

 

Cuando le preguntaron al  RADBA”Z el por qué no se acostumbraba a decir Shehejeyanu por una rosa nueva con olor nuevo, respondió, y así lo registró en su  libro Sheelot Utshubot, Tomo I, Simán  297, que es un error decir que no se dice Shehejeyanu por una rosa nueva, ya que sí se dice. Sin embargo, si no se tuviera provecho de ésta, estaría prohibido pronunciar dicha berajá.

De esta manera, se puede desplegar de las palabras del RADBA”Z dos aportes evidentes:

No es necesario ni suficiente el sentimiento de alegría que causa un fruto nuevo para que se efectúe la pronunciación de la bendición de Shehejeyanu.

Para bendecir “Shehejeyanu” es fundamental que el producto sea aprovechable de alguna manera; por ejemplo, que la fruta sea comestible.

Conclusiones


 


 

La bendición de Shehejeyanu no es principalmente recitada a causa del sentimiento de alegría que se tenga por el fruto sino viene como una necesidad de agradecer por la extensión de vida que recibe la persona y que le permite llegar a un momento de llegar a encontrarse con un fruto en la época de renovación de su  cosecha.


No es condición, ni suficiente ni necesaria, que la fruta sea consumida por primera vez en la vida, sino que es  el agradecimiento al Todopoderoso  Quien da la vida a la persona para poder llegar a un momento de llegar a encontrarse con un fruto que está renovando su cosecha.


Es importante destacar que cuando se habla de renovación de temporadas de los frutos, se refiere a la cosecha nacional, ya que, como lo señalamos en la sección  “Limitaciones”, los frutos importados serán tratados particularmente en otra oportunidad.


La fruta sobre la que se bendiga Shehejeyanu debe ser comestible.

 

Y, como respuesta a las demás preguntas prácticas, hechas al también al principio de este documento:

 

1. Si una persona nunca ha consumido algún fruto y le provoca comerlo un día por primera vez, no necesariamente puede bendecir Shehejeyanu, y deberá informarse si se encuentran en la temporada de la renovación del fruto en el país donde se encuentra ubicado.


2.  Una persona que se fue de viaje y se encontró en su destino con un fruto que no hay en su país de proveniencia, no sería correcto bendecir Shehejeyanu por aquél, hasta que se asegure de que ese fruto se produce por temporadas en el país de destino y coincide el viajero en un momento que es justo la época de renovación de dicha temporada.


3.  Aunque, después de, al menos una vez que ya consumió un fruto, la misma  persona estuvo sin consumirlo durante varios años, hasta que un día retomó el hábito, no por eso tendrá derecho a bendecir Shehejeyanu. Indudablemente tendrá que investigar primero si el fruto -que dejo por tantos años sin comer- es de aquellos que se producen por temporada, año tras año, y así, cuando se reencuentre con el mismo, podrá bendecir Shehejeyanu efectivamente, siempre y cuando se  percate de que coincida con la renovación de temporada en el país en el que está consumiendo dicho alimento.