Sesión de terapia en la Fundación Érguete en Vigo. / CEDIDA

La ruleta rusa de las adicciones

Varios psicólogos, terapeutas, educadores sociales y adictos reflexionan sobre el efecto de las adicciones en la adolescen cia

MANUEL BARREIRO FERNÁNDEZ, VALERIA CASAL LÓPEZ, BRUNA DÍAZ VALERO Y EL EQUIPO DE LA SECCIÓN DE SOCIEDAD | Vigo, A Coruña y Santiago de Compostela

Hay muchos adolescentes que se enganchan o bien a una sustancia o a otras cosas como las apuestas o los juegos. ¿Pero qué es una adicción? “Podemos definir la adicción como cualquier tendencia a consumir una sustancia o a realizar alguna conducta sobre la que no tenemos el control”, afirma el psicólogo especialista en adicciones Manuel Isorna. Son sustancias o conductas que nos pueden llevar a la muerte. Que nos llevan muchas veces a un infierno. Las drogas son uno de los mayores enemigos que tenemos en Galicia. Se llevan la vida de demasiadas personas y de mucha gente muy joven. Pero no solo las drogas provocan dependencia; hoy en día, como afirma Isorna, hay muchas más adicciones que enganchan a los adolescentes: “Las adicciones se entendían siempre relacionándose con sustancias, pero como a lo largo de los años ha ido cambiando hasta el momento actual, que vemos que existen adicciones en las que no hay sustancias por el medio, pero acaba produciéndose esa misma dependencia y esa misma pérdida de control”.

Venga, que por una vez no pasa nada

¿Por qué comienza una adicción? Los terapeutas de UTACA lo tienen claro: “Si pensáis en vosotros mismos, en el valor que le dais a vuestro grupo de amigos, lo que hagan vuestros amigos, simplemente, hay muchas más posibilidades de que lo acabéis haciendo, porque le dais mucha importancia a todo aquello que hacen vuestros amigos, vuestro entorno social”. Pero además de esto es muy fácil acceder a las drogas, algo que comprueba a diario Ana Vázquez, educadora social de la Asociación Érguete: “Otro motivo es la disponibilidad, el acceso que hay a las drogas, es decir, es fácil acceder a ellas, con lo cual una razón para también consumir es el hecho de probar porque es fácil acceder a ellas”. Pero su principal atractivo, como afirma Vázquez, es el efecto de hacer que te sientas mejor, aunque lo único que hacen es perjudicarte: “Otra razón importante es para sentirse bien porque al final las drogas tienen unas sensaciones muy intensas, según que tipo de droga sea, puede potenciar la atractividad, la euforia, la relajación, muchas veces se utilizan para sentirse bien”.

Pero, si pasa, ¿qué se puede hacer?

¿Pero qué podemos hacer para que esto termine? ¿Cómo puedo mejorar mi situación? ¿Quién me puede ayudar con esto? Cualquiera puede ayudarte, tu familia o amigos, pero lo más importante, como dice la coordinadora de Proyecto Hombre en Santiago María Carril, es primero darse cuenta del problema y aceptarlo: “Reconocer que hay un problema. Si no se reconoce, difícilmente vamos a poder realizar ningún tipo de trabajo. Partiendo de ese reconocimiento, de “tengo un problema”. El segundo paso para ella es “permitir y dejarse ayudar” y, si conoces a alguien que lo pase mal, lo inmediato es actuar: “No ser cómplices de esa situación, ayudar a resolver el problema, buscar apoyo y ayuda para ayudar a esa persona”. Además, como afirma el equipo terapéutico de UTACA, “si es una persona próxima como un amigo o un familiar, alguien con quien tenemos confianza, tenemos que manifestarle lo que no siente, lo que no sabe, sin hablar directamente de él. Eso ayuda a que la persona no se sienta atacada”.

Todo esto, para María Carril, es fundamental para iniciar un tratamiento en una ONG como Proyecto Hombre: “Ahora mismo aquí estamos abordando tratamientos para personas con adicción a opiáceos, con adicción a psicoestimulantes, y otro programa diferenciado para personas con problemas de ludopatías. Por otra parte, tendríamos todo lo que son politoxicómanos, no solamente adicciones específicas a una sola droga, y, por último, un programa de intervención directa para adolescentes que se están iniciando en el consumo de drogas, para conseguir que ese inicio en el consumo se paralice y no lleve a una adicción en un futuro”.

Sí hay salida

El camino de la rehabilitación es muy difícil y a veces hay recaídas, como indica Manuel Isorna: “En el 9% de los casos hay un componente muy importante de recaída. La recaída es que el sujeto vuelve a consumir o vuelve a perder el control sobre las sustancias, sobre la pantalla, sobre las máquinas tragaperras o sobre las apuestas; y justamente lo que intentamos hacerles ver es que una cosa es un desliz y otra cosa es una recaída”. Sin embargo, para el psicólogo, si se quiere, se puede salir de una adicción: “Es un proceso que transcurrirá en sus primeras semanas o sus primeros meses, que su vida va a mejorar y que va a ser mucho más feliz”. Pero el peligro está siempre ahí: “Creer que en dos años se puede borrar todo esto es bastante ilusorio; lo que se intenta hacer ver en esos dos años es adaptar o plantearle situaciones que se van a encontrar en su vida real, como, por ejemplo, como comentamos anteriormente, una situación vital estresante: una pérdida de empleo, un conflicto con su pareja, que su pareja le diga que quiere separarse o un problema grave de enfermedad. Todo eso genera una serie de emociones desagradables que él nunca antes, durante todos esos años, ha gestionado correctamente”. Aunque organizaciones como Proyecto Hombre, UTACA o Érguete están ahí para echar una mano para que cualquiera pueda volver a integrarse en una vida normal. Una intervención que describe con detalle María Carril: “Aquí estamos abordando tratamientos para personas con adicción a opiáceos, con adicción a psicoestimulantes, y otro programa diferenciado para personas con problemas de ludopatías. Por otra parte, tendríamos todo lo que son politoxicomanías, no solamente adicciones específicas a una sola droga y, por último, un programa de intervención directa para adolescentes que se están iniciando en el consumo de drogas, para conseguir que ese inicio en el consumo se paralice y no lleve a una adicción en un futuro”. De esta forma el infierno puede quedar atrás.