Santiago Carrera
Director del Hostal de los Reyes Católicos
“Los peregrinos que vengan serán todos bienvenidos y estamos encantados de que venga muchísima gente, pero deben cumplir las medidas sanitarias”
El hostelero lamenta la situación de la hostelería en la primera parte del año xacobeo, pero tiene esperanza de que la situación mejore en el verano y, sobre todo, en el 2022
PABLO REGUEIRO Y CARMEN ABALO DACOSTA | Santiago de Compostela
Santiago Carrera Cal es el nuevo director del Hostal de los Reyes Católicos desde hace menos de un año. Desde entonces ha tenido que enfrentarse a la situación de la pandemia de coronavirus que ha hecho disminuir mucho los ingresos del Parador ya que dependen "en un 70% de clientes extranjeros", que no han podido llegar durante el último año. A pesar de esta situación, Carrera es optimista con el Xacobeo y espera que la ampliación al año 2022 decretada por el Papa ayude a mejorar mucho la situación actual.
— El Xacobeo nació junto al año Santo de 1993. Desde entonces suponemos que habrán ocurrido bastantes cambios. ¿Cómo ha ido evolucionando esta celebración para un hotel como el que usted dirige y qué ha cambiado desde que usted trabaja en el Hostal?
—Afortunadamente mucho. Y hay uno de los aspectos principales en los que ha cambiado y es que el Camino de Santiago ha ido cogiendo mucho y cada vez lo realiza más gente.
En los orígenes, la gente que lo realizaba era principalmente movida por cuestiones creyentes y católicas. Pero, afortunadamente, con los años no solamente la gente que realiza el Camino de Santiago lo hace por una cuestión religiosa, lo hace buscando alternativas como son espirituales o de ocio. Entonces, cada vez hay más gente que realiza el Camino de Santiago.
El Hostal ha evolucionado mucho. A partir del año 1954 se transformó en hotel. Antes era un hospital y un albergue de peregrinos. El origen del Hostal está en el año 1501. Fue mandado construir por los Reyes Católicos para darle cobijo a los peregrinos que llegaban. De ahí durante los 520 años que tiene, ha ido evolucionando de hospital a hotel, desde el año 1954.
—Con la tercera ola de la COVID todavía, ¿cómo está siendo este inicio de Año Santo para el Hostal?
—No todo lo bueno que tendría que ser. En general, en la hostelería y el turismo esta pandemia está afectando a muchos de los sectores. Concretamente en el nuestro un poquito más, seguramente, porque nosotros dependemos en un 70% de clientes extranjeros y, en un porcentaje muy alto, son americanos un 35%. Estos clientes no los tenemos ahora mismo, solo tenemos los clientes autonómicos que se pueden mover entre provincias en este momento por los cierres perimetrales o el cliente nacional que permite moverse entre provincias. Pero, obviamente, está afectando mucho, aunque esperamos que con la vacuna podamos ir viendo la luz y podamos ir recibiendo turistas.
—Debido a las restricciones de la COVID los visitantes no están llegando en este primer semestre. ¿Cómo cree usted que influirán medidas como las vacunas durante lo que queda de Año Santo?
— Las vacunas son la esperanza más próxima que tenemos, la única tal vez para que pueda ir remitiendo. Aún falta un proceso largo para que esté vacunado todo el mundo y hasta que no se hayan vacunado es complicado. Hay gente que se está vacunando, pero necesitamos llegar a la inmunidad de rebaño. La inmunidad de rebaño es cuando casi toda la población está vacunada. Hasta que no se consiga eso será complicado que se pueda mover la gente. Esperemos que con las vacunas podamos tener un cambio en esta pandemia.
—Debido a la COVID-19 tenemos que seguir una serie de pautas de seguridad. ¿Qué cambios ha supuesto esta situación para un hotel como el suyo?
—Fue una de las cosas que más incidió en su momento durante el confinamiento en el mes de marzo, abril y mayo que estuvimos confinados. El Hostal, que pertenece a una cadena hostelera Paradores, es una empresa pública del estado; entonces, como empresa estatal las medidas de seguridad tienen que ser ejemplares. Se hizo un protocolo muy exhaustivo y muy exigente de la COVID para transmitir la mayor seguridad a los clientes y para garantizar las medidas para que la gente pudiera ver que no se contagiarían en el Hostal. Obviamente eso supone unos cambios en cuanto a protocolos complejos al principio, porque hay que cambiar el método de trabajo, pero ahora la gente está más habituada.
—¿Qué previsiones tienen para los próximos meses, particularmente para el verano, y cómo se preparan para afrontarlas?
—Para primavera y más para verano las previsiones no son muy buenas porque dependemos de cómo evolucione la vacunación. Hoy mismo veíamos como los ayuntamientos de Sanxenxo o Baiona volvían a un cierre perimetral y aumentan las restricciones, con lo cual esto va a ir subiendo y bajando en función de cómo evolucione y en función de cómo de rápido vaya la vacunación. Ahora mismo, las previsiones, aunque sea Año Santo, para primavera y verano no son muy buenas.
—¿Qué otras medidas, aparte de las vacunas, cree que deben tomar las autoridades para fomentar la llegada de visitantes a Santiago durante este Año Santo?
—Intento adaptar el Parador a lo que digan las autoridades y prefiero no meterme mucho, pero yo creo que lo que hay que transmitir es seguridad. Cuanta más seguridad y más medidas de seguridad vea la gente que hay, más gente podrá venir. Ahora mismo estamos aquí al aire libre con mascarilla y cualquiera que nos vea por fuera ve que estamos cumpliendo unos requisitos de seguridad, porque podríamos estar en un aula, pero tiene más riesgos que estar aquí al aire libre. Pues esto transmite seguridad a la gente que nos está viendo. Es lo mismo que la gente, los clientes tienen que ver que a nivel ayuntamiento se están ejecutando medidas que al cliente y los turistas les puedan transmitir seguridad.
—¿De dónde son la mayoría de peregrinos que vienen a Santiago?
—Afortunadamente, de todas las partes del mundo. Un porcentaje muy elevado, y es algo curioso, son norteamericanos. Hace unos años hubo una película que se grabó aquí en Galicia, que se titulaba The Way, una producción americana que tuvo mucho impacto en Estados Unidos, un país que no tiene mucha historia. Daros cuenta de que el descubrimiento de América fue en el año 1492 y el Hostal se construye en el 1501 y se acaba en el 1511. Casi coincide con el descubrimiento de América. Entonces, los estadounidenses que vienen aquí, vienen de un país que no tiene mucha historia. Por eso les llama mucho la atención que un edificio en el que van a dormir tenga casi los mismos años de historia que tiene su país.
Hay multitud de nacionalidades, muchísimas, pero una de las que más me llama la atención son los norteamericanos, en un porcentaje muy elevado. Obviamente, por cercanía, los franceses, alemanes o ingleses, pero, en general, de todos lados.
—¿Hay alguna actividad libre en el Hostal este año?
—Sí, haremos alguna. El año pasado en el Hostal, por ejemplo, no pudimos hacer la cena del día 24 de julio, la noche de los fuegos del Apóstol. Es un día muy representativo, una fecha muy marcada y normalmente se hace una cena multitudinaria en los salones Reales y en la Capilla.Pues el año pasado, por unas cuestiones de medidas de seguridad, lo hicimos en el Claustro. Estábamos al aire libre, nos acompañó el tiempo y, afortunadamente, lo pudimos hacer fuera con las medidas que sí se permiten hacer en el exterior.
—Este año, debido a la pandemia, el Xacobeo se ha prolongado hasta el 2022. ¿Qué opina usted sobre esta decisión que ha tomado el Papa y qué efectos va a tener en la hostelería de Santiago?
—Finalmente este año era muy esperado para todo el mundo después de 11 años que no había Año Santo. Al final, nos han chafado con esto de la pandemia y todo el mundo se ha quedado como si les hubiese caído un jarro de agua fría. El prolongar un año más, al año 2022, va a hacer que la gente no acuda a lo mejor cuando pensaba acudir, en el segundo semestre del año, y no se acumule mucho turismo; así, al no poder viajar este año, tener la opción de sí poder venir el año que viene nos parece acertadísimo y lo celebramos muchísimo porque es beneficioso para todo el mundo.
—Uno de los grandes atractivos del Xacobeo son los espectáculos internacionales y algunos conciertos en la Plaza del Obradoiro. ¿Qué influencia tienen estos eventos para el hotel y sus clientes?
—Los clientes están muy contentos porque así pueden ver a sus ídolos, sus estrellas de rock, cantantes o músicos, ahí cerquita. Obviamente, para nosotros es muy positivo y, al final, el emplazamiento del Hostal, en la plaza del Obradoiro, al lado de la catedral, es un privilegio por estar ahí ubicados. Efectivamente, tenemos la suerte de que se celebren muchos eventos en la plaza del Obradoiro. Mucha gente de esos eventos, si hablamos de conciertos, se alojan en el Hostal. Para nosotros es muy positivo y para los clientes también. Es algo a disfrutar.
—Siendo un edificio creado para los peregrinos, habrá muchas historias del Camino que le habrán contado. ¿Cuál de ellas le ha impactado más y por qué?
—Te voy a contar una que, aparte, es un poco ilustrativa:
Hay una habitación, que es la 329, a la que llaman la Suite del Cardenal. Te voy a explicar por qué se llama la suite del Cardenal:
En el año 1953, el Hostal era un hospital y, en esa época había un Cardenal que se llamaba Quiroga Palacios. Este informó al que, en aquel momento, era el jefe del gobierno, el general Franco, que el año 1954 era Año Santo y que tenía prevista la visita a Santiago del Papa Pío XII y una representación desde el Vaticano.
Quiroga Palacios dijo que no había un sitio con cierto nivel para poder albergar y poder alojar a la representación y al Papa, por lo que, entonces, mandaron construir el Hostal. Del año 53 al 54 lo transformaron de hospital a hotel. Como 1954 era Año Santo, el día del Apóstol iba a venir el Papa Pío XII, pero finalmente no pudo venir y mandó en su representación a un Cardenal del Vaticano llamado Roncalli, que duerme en esa habitación 329. Cuatro años más tarde, cuando muere el Papa Pío XII, es nombrado Papa, el Papa Juan XXIII. Así que podemos decir que en el Hostal durmió un Papa.
—¿Xacobeo, Año Santo o Año Jubilar? ¿Cuál prefiere y por qué?
—Me quedo con lo que os comenté antes, al principio de la entrevista, el Xacobeo. Como os decía, el Camino de Santiago fue creciendo en los últimos años. Afortunadamente, la gente no solamente lo hace, como en sus orígenes, movida por un tema religioso, sino que lo hace por otras motivaciones. Mucha gente que lo hace ahora no es ni practicante ni creyente ni nada. Entonces, si ponemos Año Santo o Año Jubilar, lo estamos enfocando al tema eclesiástico, que es muy importante, pero si queremos abarcar a todo el mundo, me iría a un término que es el Xacobeo, no tan eclesiástico, y así tiene cabida todo el mundo.
—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo en el hotel y cuáles son las razones por las que se lo recomendaría a alguien que va a visitar Santiago durante este Xacobeo?
—Afortunadamente me gustan muchas cosas. Ahora lo voy disfrutando un poco más porque nos vamos haciendo mayores. Yo ya había estado aquí en el Hostal hace años. Cuando eras más joven no te llamaban la atención las mismas cosas que te llaman ahora, cuando vas cumpliendo ciertos años. Es sentirte un privilegiado el poder trabajar en un sitio que es una joya arquitectónica con 500 años de historia y que está ubicado en el kilómetro 0 del Camino de Santiago, con lo que mueve hoy en día el Camino de Santiago. Además, está al lado de la catedral, con toda la cantidad de eventos que se celebran o las personalidades que vienen al Parador. Es una suerte y eso que yo he trabajado en otros hoteles y cada uno con sus cosas agradables, pero digamos que este es muy especial.
—Para finalizar, muchas personas, sobre todo peregrinos, están pensado en venir a Santiago durante el 2021 y el 2022. ¿Qué recomendaciones les daría?
—Que la gente sea prudente, que cumpla todas las medidas, que son muy importantes. Los primeros que queremos salir de esto somos todos nosotros, y así poder hacer una vida normal como hacíamos antes. Pero para eso, al margen de las medidas que tomen las autoridades, los primeros que tenemos que concienciarnos somos nosotros, los ciudadanos. No porque nos lo imponga una ley, al margen de que, obviamente, hay que cumplir las normas y las leyes.Tenemos que ser civilizados para poder respetarnos todos y, de esta manera, podrá remitir antes de todo esto el virus y toda la pandemia. Pero, si no cumplimos las medidas y no somos responsables, nos costará un poco más.
Los peregrinos que vengan serán todos bienvenidos. Estamos encantados de que venga muchísima gente, pero que cumplan las medidas, que se respete a todo el mundo y que todos hagan el Camino.