Xosé Manoel Santos Díaz (Corrubedo, 1969) es zoólogo, máster en Gestión y Conservación de la naturaleza y coordinador de movilización de la ONG Greenpeace en Galicia. También es altermundista y fue uno de los promotores del Foro Social Galego. El activista alerta de que “el ochenta por ciento de la contaminación que hay en el mar, que puede ser producida por productos químicos como los fertilizantes que se utilizan en la agricultura”.
—Es usted biólogo y responsable de Movilización de Greenpeace en Galicia. ¿Cómo influyeron sus estudios en su trabajo actual en Greenpeace?
—Influye mucho, porque Greenpeace es una asociación ecologista. Busca cuidar la naturaleza, tanto que estudies biología o cualquier carrera de ciencias o similar. Puede influir mucho porque es en lo que trabajas, y la verdad es que es una suerte trabajar en algo como Greenpeace porque es una de las asociaciones más grandes del mundo; está presente en más de 50 países y tiene más de 3 millones de socios. Evidentemente, influye mucho porque la mayor parte de mi trabajo tiene que ver con el trabajo de la naturaleza, con la biología y todas las ramas de las ciencias.
—Nuestra sección del periódico está centrada en los peligros para la fauna marina. ¿Cuáles son las amenazas mayores en la actualidad para los animales que viven en el mar?
—Desgraciadamente son muchas, como la sobrepesca, que hace que la mayor parte de las poblaciones pesqueras estén amenazadas. Hay sitios como el Mediterráneo en los que el 90 por ciento de sus recursos están explotados; es decir, que pescan demasiado. Ya no es solo que la pesca sea legal o ilegal, sino que es una de las mayores amenazas que tiene el océano o los animales marinos junto con el cambio climático. Además, la mayor parte de la contaminación, en un 80 por ciento, procede de las actividades en tierra y el otro 20 por ciento procede de los barcos. Aparte, está la contaminación por plásticos, por residuos químicos y por el transporte de los barcos. También hay amenazas, por ejemplo, porque quieren hacer muchas explotaciones mineras en el fondo del mar o cosas como las urbanizaciones en la costa. Todo esto afecta mucho a los océanos y, por lo tanto, las amenazas son múltiples y vienen de las actividades humanas.
—Uno de esos peligros principales es el calentamiento global. ¿Cómo está afectando y cómo va a afectar a los animales marinos?
—Efectivamente, el cambio climático y el calentamiento global son una de las principales amenazas que tienen nuestros océanos y afecta de muchas maneras: las emisiones de gases con efecto invernadero son las que producen las actividades humanas quemando, sobre todo, combustibles fósiles como el petróleo, el gas o el carbón. Producen muchos contaminantes como el dióxido de carbono, que está calentando el planeta. Esto está provocando en los océanos una subida de temperatura, pero también se está provocando la acidificación de los océanos, que se vuelven cada vez más ácidos. Todo ese dióxido de carbono que generamos reacciona con el agua. Se vuelve el agua más ácida y, por ejemplo, está provocando la subida de la temperatura el deshielo de los polos y, por lo tanto, que también suba el nivel del mar y que se forme mucha agua dulce.
Todo esto pone en peligro a muchísimas especies. Por ejemplo, la subida de un grado de temperatura puede afectar a muchas especies de moluscos que son de interés comercial como percebes y mejillones que se reproducen en etapas larvarias. Al principio son larvas pequeñas, para así crecer y convertirse en moluscos. Solo un grado de temperatura de diferencia puede hacer que ya no puedan sobrevivir.
También afecta a la capacidad de reproducirse en diferentes especies. Justo una subida de un grado o de medio puede hacer que, por ejemplo, todos los barcos de sardinas o de caballa, como el agua se calienta, se desplacen más al norte a buscar aguas más frías. Por lo tanto, eso afecta también económicamente, porque los marineros y los barcos tienen que ir más al norte a pescar, y eso afecta hasta a los más pequeños a los mamíferos más grandes. El cambio climático es, junto a la contaminación y la sobrepesca, uno de los mayores problemas que tenemos en los océanos.
—Aquí en Santiago y en otros sitios los ríos no llegan muy limpios al mar. ¿Cuáles son los efectos de esta producción en las especies marinas y generalmente en las rías gallegas?
—Como decía antes, el ochenta por ciento de la contaminación que hay en el mar, que puede ser producida por productos químicos como los fertilizantes que se utilizan en la agricultura, llegan al mar a través de los ríos. Como en el ciclo del agua todo es un ciclo que va por los ríos y por corrientes subterráneas, todo eso se vuelve a evaporar y vuelve a las nubes y así constantemente.
El ochenta por ciento de la contaminación que hay en los océanos procede de la tierra y llega fundamentalmente por los ríos y, aquí, también llega directamente a las rías. Por eso en Galicia tenemos un problema muy grande: estamos echando contaminantes a las rías y eso causa muchos problemas. A través de los ríos llegan químicos de todo tipo, como decía antes: fertilizantes de la agricultura, pero también muchísimos otros tipos. El ochenta por ciento de los plásticos en los océanos proceden de la tierra o son vertidos que llegan por el viento. Pero sobre todo a través de los ríos, ya que absolutamente todos, de alguna u otra manera, acaban en el mar. Y todo esto afecta muchísimo a la vida marina; es decir, que hoy en día se sabe que cada minuto echamos vertidos de plásticos como si estuviéramos echando un camión de plástico al mar. Son doce millones de toneladas al año. Y se sabe que 9 de cada 10 aves, que un tercio de las tortugas marinas y la mitad de los delfines y ballenas ingirieron plástico alguna vez. Esto les provoca a veces la muerte por convulsión porque ingieren los plásticos. Además, están los microplásticos, que son imperceptibles para el ojo humano, también se meten en sus tejidos y provocan la muerte de muchísimas especies.
—Como dice, dentro de la contaminación en el mar son particularmente preocupantes los plásticos y microplásticos. ¿De qué modo le afectan a la fauna marina y, una vez que comemos pescado, de qué manera nos afectan a nosotros?
— Queda mucho por estudiar sobre los efectos de los plásticos y los microplásticos en el mar. También en las cadenas alimentarias, que se llaman también cadenas tróficas, esto afecta a muchos peces y también nos puede afectar a nosotros. Los animales de la fauna marina, los mamíferos marinos o las tortugas se enredan en los plásticos cada año.Las abrasiones son muchas. Pero no solo son los plásticos, sino que hay hasta 600.000 toneladas de redes en el mar. Hay redes que aún siguen ahí perdidas y que siguen pescando y enredando peces.
Pero además, los plásticos los ingieren muchos animales. Existe, por lo tanto, también la ingesta directa.Y, en este sentido, también se les añaden componentes químicos que se van disolviendo en el océano y afectando a las especies. Incluso ya se sabe que muchos de estos componentes afectan a las primeras etapas de reproducción de estas especies. Y, por lo tanto, no consiguen llegar a sobrevivir.
—Otra cuestión preocupante es el tipo de pesca que se está haciendo, a veces con redes y barcos muy grandes. ¿Cómo debería ser esa pesca y qué deben hacer las autoridades para controlarla?
—Una de las cosas que estamos haciendo en Greenpeace es que estamos luchando por crear un tratado de los océanos a nivel mundial que proteja el treinta por ciento de los océanos; es decir, una red de santuarios marinos que estén libres de las actividades humanas. Como si fueran grandes criaderos donde millones de especies pueden vivir libremente y que eso consiga, también, acotar en los océanos muchas de las especies.
Lo primero que tenemos que hacer es proteger el océano. El océano ocupa dos terceras partes del planeta y sólo el tres por ciento de los océanos están protegidos por alguna ley, sobre todo en alta mar. Allí prácticamente no hay leyes internacionales que protejan el mar y esa es la principal lucha que tenemos en Greenpeace. Con un tratado de los océanos que cree una red de santuarios marinos en todo el planeta se pueden recuperar las especies. De esta manera puede haber ciclos biológicos sanos con la intervención humana para que luego haya especies que se desplacen a zonas donde el ser humano las pesca para alimentarse. Hay casi ocho mil millones de personas en este planeta y supongo que los humanos necesitan proteínas que proceden del mar.
En este tratado de los océanos nosotros abogamos por una pesca mucho más sostenible. No estamos de acuerdo con ciertos sistemas de pesca industrial; por ejemplo, los grandes arrastreros, que pertenecen a grandes empresas de grandes países ricos y que son capaces de pescar hasta tres mil metros de profundidad con grandes redes que arrasan con todo y que no solo cogen el pescado, sino que también cogen y arrasan todas las praderas submarinas. Nosotros lo que abogamos es por una pesca sostenible. En Galicia, por ejemplo, tenemos mucha pesca de bajura. La pesca artesanal es la que se realiza con barcos pequeños, bastante cerca de la costa y que es capaz de seleccionar y escoger bien las especies; es decir, que para coger una sardina no arrasas corales o esponjas.
Entonces, estamos luchando porque haya más zonas protegidas y, sobre todo, para que abandonen las prácticas pesqueras industriales que lo único que hacen es destruir el océano. Cada una de estas prácticas pesqueras, por cada kilo de pescado, cogen toneladas y toneladas de vida marina. Pueden ser algas o también mamíferos marinos que se llevan las redes. Sobre todo tenemos que proteger los océanos, que no lo están, y abogar por una pesca sostenible y que el pescado que cojamos no venga de actividades industriales que dañan los océanos.
—¿Cómo afecta la construcción en la costa a los animales del mar, concretamente a los de la costa gallega?
—La urbanización en la costa es otra de las grandes amenazas de los océanos porque eso genera mucha acumulacion de población en la costa. Esta población genera residuos y estos acaban en el mar. También hay grandes estructuras, como los grandes paseos marítimos, que afectan a todos los ciclos biológicos del mar y, efectivamente, las poblaciones producimos muchísimos recursos que van al mar. Afectan a toda la costa, quizás la costa gallega, entre todas las de la península, no es la más afectada pero lo es como todas. Hay zonas mucho más afectadas, como por ejemplo Cataluña, donde el turismo es mucho más importante, pero también porque por la temperatura de las aguas y el sol están muchísimo más urbanizadas. En efecto, hay zonas en Cataluña donde el noventa por ciento de la costa está urbanizada. Ya no queda costa libre.
En Galicia tenemos la suerte de que, como las aguas son más frías, entonces hay menos turismo y la población en la costa es menor. Pero, aún así, la urbanización está siendo muy elevada y más del cuarenta por ciento de la costa no está protegida. Esto afecta bastante porque estas acumulaciones de población generan muchísimos residuos y acaban yendo al mar. Particularmente, en Galicia tenemos un serio problema en nuestras rías, que no están saneadas. Incluso la Unión Europea ya ha sancionado a Galicia y a España muchas veces por no depurar bien las aguas, las aguas residuales y las aguas urbanas que acaban en el mar sin depurar, y esto afecta evidentemente a toda la vida marina que tenemos ahí. La urbanización, aparte de modificar físicamente la costa, afecta a las corrientes y afecta a las playas.. Y ya que la mayor parte de la población gallega vive en la costa y no en el interior, la acción es fundamental: tenemos que proteger mucho más las costas y evitar tantas urbanizaciones. Todos esos paseos marítimos que nos gustan tanto afectan al ecosistema. Galicia tenía en toda la costa muchas zonas dunares que fueron destruidas por urbanizaciones, por paseos marítimos, por puertos y por otras infraestructuras. Y todo esto afecta a los ciclos biológicos marinos directamente.
—También son peligrosas las nuevas especies que llegan de otras partes del mundo y que a veces invaden nuestras aguas. ¿Qué impacto tienen estas especies invasoras en la fauna marina de las costas gallegas y españolas?
—Mucho. De hecho empieza a ser un problema muy grave como decía antes. Además las especies exóticas, hay especies que vienen de otros lugares más próximos y se instalan aquí en nuestra costa. Pero se pueden convertir en invasoras o no y puede haber especies que lleguen, que no se adapten bien y mueran; pero, sin embargo, otras pueden tener éxito y pueden encontrar las condiciones adecuadas en nuestras aguas para desarrollarse. Y, como no tienen competidores, pueden desplazar a especies que tenemos autóctonas. Muchas de estas especies llegan en los fondos de los barcos. También los plásticos, como decíamos antes, son aglomerantes de especies y los que andan flotando por el océano en la columna de agua traen muchas vecesincrustadas especies ahí que llegan a nuestras aguas. Estas especies sí que son depredadoras; comono tienen depredadores naturales porque no son de aquí, pueden empezar ellas a comer muchísimo material dejando a otras especies que tenemos aquí sin comida.
Las especies invasoras son bastante peligrosas y no solo son especies animales, sino también especies vegetales. En Galicia tenemos muchísimas algas que vinieron incluso de Japón o de otras zonas de Asia y que llegan pegadas en los cascos de los barcos. Ahora están desplazando a todas nuestras algas autóctonas donde vivían y criaban muchísimas especies; por lo tanto, creando condiciones que son imposibles para muchas especies. Las especies exóticas invasoras son uno de los grandes problemas de la naturaleza a nivel mundial, no solo en los océanos sino también en la tierra. En los parques naturales, como en el de las Illas Atlánticas, uno de los mayores gastos que tiene la gestión es combatir las especies exóticas invasoras, que desplazan a las autóctonas y pueden provocar un verdadero caos en todas las cadenas biológicas.
—El pasado verano llegaron especies de animales marinos como orcas que no son habituales en las aguas de Galicia. ¿Qué significado tiene esto?
—Lo dijimos antes: muchas especies exóticas invasoras llegan porque el cambio climático está cambiando las temperaturas de los océanos y hacen que, por ejemplo, siendo subtropicales, necesiten una temperatura mayor.
Las orcas llegaron siempre a Galicia. Es un paso desde el norte hacia el sur de grandes mamíferos marinos y que siempre pasaron por Galicia. Sin embargo, lo que pasó este verano es que se acercaron mucho a la costa; había una población de orcas y no se sabía exactamente por qué, y tuvieron choques con algunos barcos. Pero siempre pasaron orcas por Galicia; esta región tiene un paso migratorio de muchísimos mamíferos marinos a nivel mundial que se desplazan a miles de kilómetros para ir buscando comida del sur al norte. Pero no solo es un paso de animales marinos, sino que también es un paso importante de aves marinas migratorias que todos los años bajan al sur cuando en el norte es invierno. Van a buscar zonas más cálidas para alimentarse y, cuando llega el verano en el norte, suben. Entonces, no es importante que pasen orcas por las costas gallegas, lo que es más infrecuente es lo que pasó con algunos barcos: probablemente la familia de orcas estaba enseñando a sus crías a cazar y entonces perseguían a los barcos y causaron algunos problemas con algunos veleros. Pero siempre pasaron orcas por Galicia y, de hecho, hasta que se prohibió la pesca de ballenas hace muchos años, había muchos pueblos que vivían de la pesca de ballenas. Salían a pescar ballenas en muchas aguas.
—Entre los animales marinos, ¿cuáles son aquellos con más probabilidades de extinguirse en la actualidad y por qué?
—Son muchos, porque los animales marinos son muy variados. Hay verdaderos problemas, por ejemplo, con los corales, que no son plantas, sino animales; son colonias de animales marinos. El treinta por ciento de los corales del mundo están prácticamente amenazados, y son básicos para la vida porque las grandes barreras de coral, como las de Australia o el Caribe, donde también hay corales de aguas profundas, son espacios fundamentales para muchas especies.
En el fondo de los océanos, a miles de kilómetros de profundidad, hay muchísimas colonias de coral. Albergan millones de especies en grandes bosques, donde muchas especias crían, hacen sus primeras etapas de reproducción y después se distribuyen por el mar. Estamos viendo como la mayor parte de los corales del mundo ya están amenazados y se producen cosas muy curiosas. Los corales, que son de muchísimos colores, por culpa de la subida de temperaturas de las aguas se están volviendo blancos, porque los corales se asocian con unas algas que son las que les dan el color y, al subir la temperatura del mar, se estresan y expulsan esas algas y, por volverse blancos, se van muriendo. Aparte de los corales, la mayor parte de las especies de interés comercial a veces están amenazadas y más del treinta por ciento, ya sea por la sobre pesca o por otras causas, no sobreviven. El noventa por ciento de las especies de interés comercial, que se pescan para comer, están sobreexplotadas. Muchas desaparecerán en los próximos años. También tenemos algunos problemas con otras especies más simbólicas como, por ejemplo, los grandes atunes. El atún rojo del Pacífico fue uno de los peces más apreciados del mundo y, a día de hoy, solo queda el 3 por ciento.