El proyecto Diversimar está a cargo de Julio Valeiras Mota y Eva Mª Velasco Gil y es una iniciativa del Instituto Oceanográfico de Vigo que hace un seguimiento de las especies marinas de Galicia y el Cantábrico. Se centra principalmente en las especies que son capturadas por las pesquerías y tiene varios objetivos, entre los que destaca el “conseguir una red de personas relacionadas con el mundo marino”. Además, hace talleres con los pescadores para que colaboren con la investigación científica y también busca que hagan una pesca sostenible. Ambos están muy contentos con el trabajo que hacen con los pescadores porque trabajan “ con codo con codo ellos” y aseguran que están “muy contentos de trabajar con ellos”.
—Ustedes trabajan en el Instituto Oceanográfico de Vigo. En este momento, ¿qué proyectos están llevando a cabo en relación con la biodiversidad marina?
—JULIO VALEIRAS: Una de las tareas más importantes del trabajo que realizamos en el Centro Oceanográfico de Vigo es hacer el seguimiento de las especies marinas y, concretamente, de aquellas que son pescadas por las pesquerías que hay en Galicia y en el mar Cantábrico. Tenemos diferentes proyectos dedicados específicamente a evaluar estos recursos pesqueros y otros a estudiar la biodiversidad de todas las especies, tanto de la fauna como de la flora marina. En particular, el Proyecto Diversimar es un proyecto que empezamos el año pasado y que está haciendo una catalogación de toda la biodiversidad marina de Galicia y el Cantábrico.
—Uno de los trabajos que lideran es ese Proyecto Diversimar que acaban de mencionar. ¿Qué objetivos tiene?
—EVA VELASCO: Los objetivos son varios. Uno de ellos es que sirva como fuente de datos, que sea accesible y que sea una base de datos científicos para poder utilizarla, para poder ver exactamente qué es lo que está ocurriendo en el medio marino. Gracias a esta base de datos los gestores podrán en un futuro utilizarla para crear planos de control, de gestión de especies y demás. Lo que quiere Diversimar es conseguir una red de personas relacionadas con el mundo marino para poder hacer ese seguimiento.
—¿Podrían resumir brevemente cuál es la situación actual del proyecto?
—J.V.: El proyecto está financiado por nuestro instituto y también por la Fundación Biodiversidad, que depende del Ministerio de Medioambiente del Estado de España, y tiene una duración de tres años; pero nuestra idea es que continúe a medio y a largo plazo durante muchos años con sucesivas financiaciones y sucesivas anualidades. Ahora lo que podéis ver en nuestra página web es un catálogo de especies pero vamos a publicar un visor web con una serie de mapas, donde se ve la distribución de las especies y una serie de materiales para la identificación de diferentes grupos de fauna y de flora marina, aunque todavía nos queda un poquito más de año y medio de proyecto para hacer esto. Sin embargo, tenemos un cronograma porque en nuestros proyectos hay diferentes fases y vamos avanzando. Actualmente ya hemos puesto una parte importante de lo que vamos a hacer en nuestra página web que podéis consultar en https://diversimar.cesga.es/..
—Durante todos estos años, ¿os ha resultado útil el proyecto?
—E.V.: Por supuesto, En primer lugar porque nos sirve para catalogar qué especies hay en nuestras costas y en nuestro medio marino, tanto en Galicia como en el Cantábrico, y, por otro lado, porque nos sirve para identificar posibles nuevas especies o para poder ver si hay una diferencia en la distribución de otras especies. Estamos haciendo un trabajo que realmente es muy aplicado. Estamos consiguiendo ver si está habiendo cambios en el medio marino.
—¿Cuáles creen que son los principales motivos de que haya cada vez más especies marinas en peligro de extinción?
—J.V.: Los principales motivos son, sobre todo, las alteraciones de los ecosistemas marinos. La mano del hombre y su acción en los ecosistemas tiene una serie de efectos que son muchísimos. Conocemos, por ejemplo, la contaminación de los mares, el efecto que está teniendo el cambio climático y también la sobreexplotación pesquera. La sobrepesca es un factor muy importante porque se capturan gran cantidad de especies y no siempre se hacen unas buenas prácticas pesqueras. Nosotros trabajamos mucho con los descartes y también con la captura accidental de especies protegidas como, por ejemplo, los cetáceos e intentamos buscar soluciones para reducir este impacto.
—El proyecto se centra en las especies marinas de Galicia y del Cantábrico. ¿Cómo creen que afecta el cambio climático a las especies marinas de esta zona?
—E.V.: La verdad es que afecta bastante. Nosotros estamos en una zona que es un poco una zona de transición; por un lado hay especies que son sobre todo de la zona templada, pero luego hay especies que vienen de la zona más del norte y otras veces más del sur. Con el calentamiento global lo que está pasando es que hay un aumento de la temperatura y está atrayendo especies que son más típicas de aguas cálidas. Lo que está pasando es que hay un aumento de especies de esas aguas, un cambio en la distribución de las especies e, incluso, están llegando especies potencialmente invasoras que podrían desplazar a las especies de aquí. Entonces, sí que podemos ver que hay un cambio en la abundancia y en la distribución de algunas de las especies debido a este calentamiento global.
—Otro de los problemas que existen, como han mencionado, es la sobreexplotación de los océanos. ¿Cómo se pueden poner de acuerdo los intereses de la industria pesquera y la conservación de la biodiversidad en los océanos?
—J.V.: Precisamente ese es uno de nuestros trabajos. En el mar hay muchos usuarios, muchos “actores”, les llamamos nosotros. Están los pescadores, están los ciudadanos, que también hacen diferentes actividades en el mar, están las administraciones que se encargan de gestionarlo y estamos nosotros los científicos. Nosotros intentamos estudiar primero los problemas y luego buscar soluciones. Con los pescadores, por ejemplo, aquí en Galicia tenemos varios proyectos en los que tratamos de hacer talleres con ellos y de que colaboren con la investigación científica, pero, también, que hagan una pesca sostenible. Es decir, buscar soluciones para pescar esos recursos pesqueros de la forma que dañen lo menos posible al ecosistema marino. Con artes de pesca menos dañinas o durante el día a día, liberando a las especies que puedan salir vivas y que no tengan un aprovechamiento pesquero. Una parte muy importante del Instituto Oceanográfico es trabajar con los pescadores.
—¿Cómo está progresando el trabajo de esos talleres?
—E.V. Y J.V: La verdad es que nosotros trabajamos codo con codo con ellos y podemos decir que estamos muy contentos de trabajar con ellos. Realmente hay muchos pescadores que también quieren que el futuro del mar sea igual que el que queremos nosotros. Que sea sostenible, que sus prácticas sean buenas, por lo que están trabajando para conseguir pescar de una forma que asegure que su actividad se pueda seguir desarrollando mañana. Podemos decir que realmente los talleres que hacemos con ellos son muy efectivos. Son muy buenos tanto para ellos como para nosotros. Con esos actores de los que hablaba Julio, realmente tenemos que trabajar de una forma conjunta para conseguir el objetivo común que tenemos, que es preservar los océanos y los recursos que hay en el mismo. Normalmente lo que hacemos es reunirnos con ellos en las lonjas y en los puertos, o embarcarnos en los barcos para realizar estos estudios. En el último año, como tenemos la pandemia, hacemos también mucho contacto de esta forma, online, virtual. Gracias a los smartphones y aplicaciones como esta podemos estar en contacto con ellos cuando no podemos ir al puerto.
—También la polución pone en peligro las especies marinas, particularmente en nuestras rías. ¿Cómo afectan los vertidos y, especialmente, los plásticos y microplásticos a las especies marinas?
—J.V.: Un problema que ahora ha salido mucho en los medios de comunicación, pero lo conocemos desde hace muchísimo tiempo, es el de la contaminación. Por una parte está la contaminación por los vertidos de las alcantarillas, de las ciudades, un problema que ya hace muchos años que se ha comenzado a arreglar a base de establecer depuradoras y que los vertidos no contengan tanto contaminantes orgánicos como contaminantes inorgánicos procedentes de la industria. Pero un problema que se ha visto ahora es el de los plásticos. Por una parte, tenemos plásticos de un tamaño que se ven, por ejemplo, en las playas. Cuando vamos a la playa o cuando damos paseos se ve todo lo que puede traer el mar. La mayor parte es de procedencia terrestre y otra parte también es de los barcos y de la navegación. Y luego hay una contaminación por microplásticos que no se ve porque son muy pequeñitos y es algo muy preocupante porque se han encontrado microplásticos en todos los mares del mundo, incluyendo también la Antártida y el Ártico. Por lo tanto, han llegado ya esas pequeñas fibras a todos los sitios. Para que os hagáis una idea, cada vez que hacemos una lavadora y metemos, por ejemplo, un forro polar o alguna ropa que es sintética, en esa agua se van unos microplásticos muy pequeñitos, de micras, que terminan normalmente en el mar y son millones.
—Respecto a los plásticos y microplásticos, ¿de qué modo se está progresando en su disminución?
—E.V.: La verdad es que las cifras no son muy alentadoras. Porque ya sabéis que eso sí que es tarea de todos pero, la verdad, es que consumimos muchísima cantidad de plásticos en nuestra vida diaria. Creo que es algo que en lo que tenemos que trabajar porque este año de pandemia, en concreto, aunque parecía que estábamos yendo en la buena dirección, con todas las historias de que hemos tenido al principio que ponernos los guantes y las mascarillas, hay un montón de plásticos más que se han hecho y estamos viendo que acaban en los mares. De momento, creo que no podemos decir que hemos aprobado en la disminución de los plásticos, sino todo lo contrario, y es una tarea que realmente es labor de todos.
—En su opinión, ¿de qué manera establecer zonas marinas protegidas podría favorecer la preservación y sostenibilidad de los ecosistemas marinos?
—J.V: Las áreas marinas protegidas lo que hacen es preservar determinadas zonas marinas con una riqueza importante en su biodiversidad y en las que está regulada la actividad que se puede hacer, como las pesquerías que puede haber, pero también las extracciones por ejemplo de petróleo o de gas o de otros minerales. Su papel es fundamental, porque actúan como zonas en las que los peces pueden reproducirse y también porque, luego, una parte de esos peces emigran a otras zonas, con lo cual aumenta la riqueza en las zonas limítrofes de las áreas marinas. Por eso es muy importante hacer zonas marinas protegidas que pueden ser vedadas solo temporalmente durante una época en la que que haya muchos peces juveniles, pezqueñines. Proteger esa zona es vital para no pescarlos antes de tiempo.
—Este verano hubo avistamientos de especies no habituales en las costas gallegas, así como animales varados en mayor cantidad que en años anteriores. ¿Cuáles podrían ser los motivos de que haya sucedido esto?
—E.V. Y J.V.: Galicia está situada en una zona privilegiada en la que realmente hay un afloramiento de aguas que vienen cargadas de nutrientes, por lo que se produce mucho fitoplancton; y de ese fitoplancton se produce zooplancton. De ese modo acaba habiendo mucha comida que, al final, es lo que les interesa a los grandes mamíferos para venir a comer. A pesar de que hay algunas personas que pueden pensar que gracias a que nos quedamos todos en casa dos meses empezó a haber más movimiento de cetáceos, realmente lo que tenemos que pensar es que los cetáceos vienen para alimentarse porque es una zona propicia para poder alimentarse. Estaba lleno de alimento para ellos y hay las condiciones adecuadas para que estén ahí. Eso en cuanto a los avistamientos. En cuanto a los cetáceos varados, ocurre lo mismo. Al haber tantos cetáceos es una zona caliente, un hotspot le llamamos nosotros los científicos, porque es una zona en la que hay muchas especies y, además, son muy abundantes. Todos los años se producen muchos varamientos que son motivados por muchas causas, como puede ser con la pesca accidental, pero también por la contaminación o por enfermedades que tienen los cetáceos. Y la verdad es que el año pasado ha habido muchos varamientos por estos diferentes motivos, pero esto es muy habitual en Galicia porque es una zona en la que todos los años hay muchos varamientos de mamíferos marinos.
—¿Qué especies tienen identificadas como las más amenazadas en su zona de estudio y por qué?
—E.V: Especies amenazadas ya sabéis también que hay unas cuantas: Podríamos hablar de que especies amenazadas, por ejemplo, son las tortugas marinas, las que se dan por la zona, tanto la tortuga boba como la tortuga laúd, que son dos especies que están muy amenazadas pero protegidas. Además de las tortugas marinas, los mamíferos marinos también están bastante amenazados. Tenemos, por ejemplo, a la marsopa, que está muy, muy, amenazada; probablemente es la que está en mayor peligro de todas. Esa sí que tiene un problema sobre todo con algunas redes de pesca y tenemos que hacer un gran esfuerzo para que no caiga en ese tipo de artes. Luego hay otras especies amenazadas como son los tiburones de profundidad, a los que también hay que intentar proteger porque son especies muy longevas y que tienen normalmente una descendencia muy pequeñita, por lo que tardan mucho en poder recuperarse. Si pescamos demasiados, tarda mucho en poder recuperarse. Estas son las especies que podríamos decir que son las más delicadas y en las que hay que poner más atención. También algunas aves, que sí llegan por todo el Cantábrico. En particular, o una de las especies que tenemos clave aquí en la Península es la pardela balear, que se encuentra en peligro de extinción. Pero hay unas cuantas especies más.
—¿Cómo está yendo el proceso de recuperación de estas especies?
—J.V: Es muy importante en la recuperación de las especies lo que comentabais antes: actuar sobre todas esas amenazas que hay en el mar. Las áreas marinas protegidas son muy importantes para los cetáceos y para las aves marinas, pero también para otras especies. Aquí tenemos corales de profundidad en aguas de Galicia y una montaña submarina. El banco de Galicia tiene más de dos mil metros de profundidad y una biodiversidad única a nivel mundial. Es muy importante, por una parte, esa protección para que esas especies se conserven y, por otra parte,en el caso de los varamientos de cetáceos o de tortugas y de focas que se producen anualmente aquí en Galicia. Por eso es muy importante que haya centros de recuperación de fauna salvaje que puedan atender a esos animales que a veces están heridos y necesitan unas condiciones adecuadas para mantenerlos, curarlos y liberarlos de nuevo al medio marino. Hay una asociación aquí en Galicia que se llama CEMNMA, la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños, que es la que lleva esta red de varamientos y que se encarga de recuperar a estos animales.
—¿Cuáles son las consecuencias de la disminución de la biodiversidad marina?
—E.V.: Lo hemos estado viendo. La biodiversidad lo que hace es que el medio sea capaz de amortiguar cualquier cambio que se produzca y un poco continuar adelante. Este año, en concreto, se ha hablado mucho del tema de que hay que preservar la biodiversidad; precisamente para amortiguar esos posibles efectos nocivos, porque si tenemos muy poquitas especies y hay un problema sobre una especie, va a afectar rapidamente a las otras. Si tenemos muchas especies, mucha biodiversidad y la disminución afecta a una especie, esos efectos se van un poco amortiguando en lo que es el resto del ecosistema. Es muy importante preservar todos los escalones para poder mantener esto.
—Para finalizar, ¿cómo creen que podemos contribuir individual y colectivamente a la conservación del medio ambiente marino?
—J.V: Desde vuestra clase y toda la ciudadanía, en primer lugar, podéis colaborar en algunos proyectos que llevamos a cabo los científicos como el Proyecto Diversimar. En este sentido tenemos un programa de ciencia ciudadana en el que cualquier persona puede ayudar con sus observaciones a conocer la biodiversidad y los ecosistemas de Galicia. Por otra parte, en cuanto a protección del medio ambiente, está claro que cada uno tenemos la responsabilidad en nuestra actividad diaria de llevar una vida lo más ecológica posible, de tratar con nuestras compras y con nuestras actitudes diarias de ayudar al reciclaje de nuestros residuos y de ser lo más limpios posible cuando estamos en espacios naturales. Por esa razón, cuando visitamos algún área marina en la costa de Galicia tenemos que ser conscientes del efecto que tenemos los humanos. Una persona hace un poquito de efecto pero muchas juntas hacen un efecto muy grande. Es responsabilidad de todos trabajar para la conservación del medio ambiente.