El audiovisual es un modo de entretenimiento. Todo el mundo ha visto alguna vez una serie o ha ido al cine a ver una película, pero lo que la gente no sabe es el trabajo que conlleva hacer eso: “Dedicarse al mundo de cualquier arte, cualquier disciplina de este tipo es muy esclavo porque no puedes entrar a trabajar y salir de trabajar en un horario”, afirma la guionista y productora ejecutiva Esther Martínez Lobato, que define este oficio de un modo claro y directo: “Más que una profesión es una manera de vida”.
Mucha gente que ahora trabaja en el audiovisual se formó por distintas ramas, aunque no necesariamente en la comunicación audiovisual, como es el caso de María Castro, que al principio trabajó como gimnasta: “No creo que haya sido la rítmica la que me haya impulsado a ser actriz, sino que yo ya me consideraba actriz antes”. Otros, como el actor Tamar Novas, combinaron su formación universitaria con el teatro: “Yo empecé a formarme en el teatro y lo compaginaba con Comunicación Audiovisual”. Por otra parte, Jorge Coira no pudo estudiar cine en Galicia y optó por la filología: “Yo no empecé a estudiar cine porque en aquel momento no había ninguna escuela de cine en Galicia. Había en Madrid y en Barcelona, pero yo quería irme a vivir a Santiago de Compostela, ya que vivía en Lugo, y me fui a estudiar filología porque siempre me habían gustado las lenguas, pero no acabé la carrera porque, después de varios años, me di cuenta de que aquello no era lo mío”. Sara Horta eligió la Formación Profesional: “Yo estudié realización, un ciclo superior, y ahí me di cuenta de que realmente me gustaba muchísimo y quise apostar un poco por dedicarme al mundo del cine.”
El primer paso para un proyecto audiovisual suele ser el guion: “La escritura de guion es arrojar una mirada personal sobre el mundo, sobre unas circunstancias que suceden, sobre una historia concreta; tener algo que contar y contarlo de una manera original y diferente que no se haya contado. Porque llevamos escribiendo y escuchando historias desde que el ser humano es ser humano. Son como una especie de nutrición para el alma. Son el alimento del ser humano y de su espíritu”. A continuación, como indica Jorge Coira, hay que preparar una gran variedad de cosas, como el vestuario, el maquillaje, la iluminación o los lugares en donde se desenvuelve la historia: “El director no está solo ni muchísimo menos. El cine es un trabajo en equipo, con lo cual cambia completamente si cambias al director, pero también si cambias a quien haga la dirección de fotografía, maquillaje, sonido o la música. Es todo un conglomerado y yo, por mi parte, lo que intento es que sea un conglomerado lo más armónico posible”.
A continuación es importante hacer un buen casting y preparar el trabajo con los actores, como explica Sara Horta: “En el caso de los actores es un poco más complejo porque aquí personalmente como productora lo que creo que es más interesante, es que cuando contratas a un actor debes dejar muy claros pues como van a ser las condiciones laborales, el contrato y hablar un poco de lo que van a ser las condiciones en rodaje, es decir dejarlo todo hablado desde un inicio y una vez que se ha llegado a un acuerdo y que se firmó el contrato, creo que lo mejor es dejar que los actores traten con el director”.
En el audiovisual se conoce a mucha gente en los rodajes, y al trabajar con ellos los acabas conociendo más, como afirma la actriz María Castro: “Tenemos un trabajo donde conocemos a muchísima gente más que otra persona que tenga un trabajo más convencional porque cada rodaje son nuevos compañeros, nuevos amigos; son casi como campamentos de verano”. Son momentos muy intensos donde los directores como Jorge Coira buscan obtener lo mejor de cada uno: “Tengo la sensación de que no es tanto sacar lo mejor de ellos, sino ayudarles a que ellos saquen lo mejor de sí mismos”.
Pero el audiovisual ha cambiado mucho durante este último año por culpa de la COVID: “Todo se paró porque, además, en el audiovisual, las mascarillas no se pueden llevar y, entonces, era una forma muy compleja de trabajar. Ahora que han restaurado las PCR y las pruebas de antígenos en muchísimas producciones, hacen un procedimiento muy exhaustivo de los actores para que puedan seguir trabajando y ya se ha vuelto a arrancar, pero durante unos meses fue muy dramática la situación”, recuerda María Castro. Sin embargo, el audiovisual, como dice Jorge Coira, ha sobrevivido mejor a la pandemia que otros productos culturales: “Lo que es hacer las películas o hacer las series, como la gente sigue queriendo verlas y están mucho tiempo en casa y quieren ver películas y series nuevas, apenas hubo unos meses al principio de la pandemia en los que la cosa estuvo muy parada. Pero enseguida se reactivó, aunque de una manera más incómoda al estar todo el rato con la mascarilla puesta y otros muchos impedimentos”.
Pero la pandemia ha sido también una oportunidad de ampliar el mercado audiovisual a través de plataformas como Netflix, Movistar+ o Prime, aunque Esther habla de una especie de saturación: “Ahora mismo estamos en el momento, creo, de una burbuja de contenidos, porque hay un montón de plataformas y un montón de contenidos. Hay gente que se empieza a aburrir de la exageración de contenidos que hay. Pero yo creo que de la misma manera que la literatura, el teatro o la tele, la ficción es necesaria para el alma y para el ser humano”. Asimismo, Tamar Novas enfatiza la sorpresa por estos nuevos formatos, algunos surgidos durante la pandemia: “Todo lo que ha pasado durante la pandemia, incluso series que se hacían desde casa, YouTube o TikTok, que son también formatos de expresión audiovisual, para mí es algo completamente novedoso y no me lo esperaba ni hace unos meses”. Una ocasión para crecer hacia un futuro más audiovisual porque, como afirma Esther Martínez Lobato, “el ser humano necesita que le cuenten historias”.