Sara Horta Crugeiras es una productora que trabaja en Frida Films, una empresa dedicada a crear películas. Aparte de dedicarse al mundo del cine, es una viajera a la que le encanta viajar sola por todo el mundo. Con este objetivo tiene una web, Nunca quise ir a Brasil, donde comparte sus experiencias viajeras. Además, como productora ejecutiva, fue responsable de Dhogs, una de las películas con más premios Mestre Mateo. Para ella la producción es "una fórmula muy compleja y nunca en todos los proyectos en los que trabajé se financiaron dos películas o cortos de la misma forma". Por eso insiste en que "hay que ser muy conscientes del producto que tienes entre las manos, insistir en llamar a distintas puertas, saber moverse en mercados de festivales de cine y ver si puedes conseguir socios".
—¿De qué manera la prepararon sus estudios para ser productora?
—Toda formación es básica. En mi caso y en el caso de todos los que se dedican al cine, la formación es un punto de partida. Allí consigues todas las herramientas que vas a desarrollar a lo largo de toda tu carrera profesional. El cine es algo vivo, es movimiento. Los lenguajes cambian y los espectadores van mudando sus preferencias con el paso de los años, así que tienes que estar en un aprendizaje continuo, pero la formación es esencial para llenarte de herramientas con las cuales profundizar y continuar tu camino en el mundo del cine.
—¿Hubo algún motivo en particular que le haya influido más para dedicarse al mundo de la producción?
—Yo siempre digo que es muy complicado y admiro a la gente que tiene esa capacidad de saber a lo que se quiere dedicar, pero eso no fue mi caso. Yo en general no sabía a lo que me quería dedicar dentro del mundo del cine. Sí que me seducía la idea de la interpretación, el cómo transmitir emociones a través del teatro. Entonces investigué y finalmente me decidí a formarme en el estudio de realización y de la dirección y vi que sí que era algo que me interesaba. Más tarde monté una empresa en la que tuve que asumir puestos y labores de dirección. Y fue en ese camino en el que fui aprendiendo lo que es la producción de cine y que realmente es a lo que a mí me encanta y es a lo que me quiero dedicar.
—¿Cómo es el camino para llegar a ser productora y cuáles fueron los pasos en su caso particular?
—En mi caso particular, yo ya hacía teatro cuando era pequeña y eso me sedujo muchísimo y me hizo querer experimentar en el mundo del cine; cómo es eso de vivir contando historias y transmitiendo emociones. Yo estudié realización, un ciclo superior, y ahí me di cuenta de que realmente me gustaba muchísimo y quise apostar un poco por dedicarme al mundo del cine.
Al acabar de estudiar, monté una productora junto con un socio, Pixel Films, en la que estuvimos trabajando ocho años, en la que me seguí formándome trabajando muy duro y ahí empecé a compatibilizar el trabajo como empresaria llevando una pequeña empresa. Ahí comencé a aspirar a ser productora de cine leyendo proyectos, estudiando más en profundidad sobre el trabajo de realizador.
Los últimos años de Pixel Films produjimos una película que fue una de las películas más premiadas de la historia del cine de Mestre Mateo y tuvimos un gran reconocimiento internacional. Fuimos a todos los festivales de cine y esa fue como la primera vez que pude ser productora desde un inicio, desde el principio de un proyecto que considero mío. Y eso fue después de tantos años de estudio y de tener una empresa la primera vez que me sentí que quería ser productora. Luego cerré Pixel Films, decidimos darnos un descanso y me contrataron en una muy buena productora aquí en Santiago, muy cerca de vuestro instituto, en Frida Films, donde hacemos proyectos muy grandes. Es una productora de cine de autor a la que considero como una de las mejores de Galicia. Y llevo ya 3 años trabajando aquí, aprendiendo muchísimo con mi jefa, que es la encargada de todas las producciones de Frida Films, y sigo mi camino para continuar siendo productora de cine.
—Siempre hay trabajos que influyen mucho. ¿Cuáles son las películas, los directores o productores que más la han marcado y por qué?
—Pues esta pregunta es difícil pues más bien todas estas películas o directores marcan, pero quizás más a los directores que a mí como productora. Obviamente, todos los clásicos del cine están ahí, pero me gustan especialmente Francis Ford Coppola, Kubrick o Roman Polanski. Luego también quizás a nivel fotografía uno de los que más me influyeron como referencia artística es Wes Anderson por su simetría. Podría decir también Tim Burton porque me encanta ese mundo mágico o Christopher Nolan.
—En la actualidad es productora en Frida Films. ¿En qué consiste su trabajo y cómo es su día a día?
—Pues sí, trabajo en Frida Films desde hace tres años y podría decirse que aquí soy como productora junior en una empresa grande y estoy aprendiendo a ser productora, asistiendo en el día a día a la productora ejecutiva principal, que es Luisa Romeo, en todo lo que necesite. Digamos que soy su mano derecha. Somos las dos personas encargadas ahora mismo de conseguir la financiación de los proyectos y en mi día a día, como puedes ver, estoy en un despacho con mucho papeleo, tanto leyendo guiones como contactando con directores y guionistas, pero también viendo la posibilidad de financiación de los diferentes proyectos, solicitando subvenciones, contactando con televisiones para ver si les interesa alguna de nuestras películas. Es decir, estoy desarrollando proyectos y, una vez que ya tenemos la financiación, empieza lo que se llama la preproducción de la película, que es cuando te preparas para el rodaje y cuando ya contratas a un montón de gente que se va a encargar de sacar adelante la producción. Luego, en la fase de rodaje también hay que supervisar que todo eso esté bien acorde a la normativa y que todo funciona correctamente. Finalmente, está la fase de postproducción, coordinando también que la música se haga bien y que lleguemos en plazo a todos los diferentes compromisos que tenemos adquiridos.
Luego, también supone estar pendiente de que las películas ya hechas y ver cómo va su circuito de distribución, su paso por festivales e intentar hacer una buena estrategia de marketing. Digamos que el día día es bastante complejo porque todo depende en qué fase del proyecto estemos; por ejemplo, ahora mismo estamos trabajando con mayor esfuerzo en varios de los proyectos: uno de ellos está en proceso de postproducción, en otro estamos ya a punto de entrar en la preproducción y otro de ellos está en proceso de desarrollo y se rodará dentro de dos años.
Resumiendo, somos un poco como las madres de las películas en las que estamos desde el principio hasta el final. Y hacemos básicamente el trabajo desde esta oficina salvo cuando estamos en rodaje.
—Cuando se piensa en la producción se imagina uno que lo importante es el dinero. ¿Cómo es el proceso de conseguirlo para hacer una película, un corto o un documental?
—Es una pregunta que nunca en todo el tiempo que estudié pudo nadie responderme. Cuando uno piensa en producción piensa en dinero y, efectivamente, no es que sea lo más importante porque en la producción de cine yo considero que lo más importante es tener una buena historia. Pero buenas historias las puede tener mucha gente y finalmente sí que vas a necesitar dinero. Por lo tanto, aunque no sea lo más importante, sí que es un elemento total y absolutamente condicionante. Entonces, como productora, una vez que encuentras una buena historia necesitas conseguir ese dinero para que se lleve a cabo y para que pase de ser un proyecto o una idea a que acabe siendo una película. No existe una fórmula y es muy complejo conseguir ese dinero porque todo depende del producto. Dependiendo de si es una película, un cortometraje o un documental, se financian de formas totalmente diferentes. En el caso de Frida Films, donde hacemos principalmente películas de ficción, también depende de qué tipo de película es. En nuestro caso sería cine de autor, que son películas que suelen ir a un circuito de festivales. Pero si es una película comercial, se financian normalmente con inversión privada a través de canales de televisión como Telecinco o Antena 3 o de plataformas tipo Netflix que apuestan por tu historia y ponen el capital necesario. En el caso de Frida Films buscamos películas alternativas que son un poco más complejas de financiar porque no siempre las grandes cadenas apuestan por este tipo de historia. Por lo tanto, buscamos asociaciones con coproducciones europeas y con otros países donde existe alguna sensibilidad y se apuesta mucho más que nosotros por este tipo de trabajo. Pero también se buscan subvenciones nacionales o también nos asociamos con las televisiones, especialmente las televisiones públicas. Es una fórmula muy compleja y nunca en todos los proyectos en los que trabajé se financiaron dos películas o cortos de la misma forma. Hay que ser muy conscientes del producto que tienes entre las manos, insistir en llamar a distintas puertas, saber moverse en mercados de festivales de cine y ver si puedes conseguir socios.
—Una figura importante para que funcione una película es la persona que la dirige. ¿Cómo es normalmente la relación entre una productora como usted y un director o directora y qué es lo que hace que funcione?
—Esta es una muy buena pregunta porque efectivamente, como he dicho antes, lo más importante para mí es tener una buena historia donde tiene que haber un creador y no siempre es el guionista. Debe existir una implicación de ese director muy fuerte y, en el momento que como productora apuestas por un guión o por un director en concreto, aunque el productor siempre tiene la última palabra, pues es la persona que maneja el dinero, aquí se trata de delegar. Si tú confías en un director, tienes que hacerlo y esa relación se tiene que basar en la confianza. Asimismo, el director tiene que confiar en que el productor va a buscar lo mejor para la película y el productor tiene que confiar en que creativamente ese director sabe lo que hace. Pero a veces nunca se sabe si como productora estás opinando de más o de menos, por lo que es un poco complicado, aunque suelen hacerse muchas reuniones previas . En mi caso particular, al haber estudiado dirección, sí que me sé poner en el lugar del director y puedo visualizar lo que me está explicando. Por eso personalmente suelo entender su punto de vista muy bien, lo que considero que es algo básico.
—Otro aspecto importante de su trabajo debe ser la relación con los actores y actrices. ¿Cómo es esa relación en su caso y qué secretos tiene para que todo vaya bien durante un rodaje?
—En el caso de los actores es un poco más complejo porque aquí personalmente como productora lo que creo que es más interesante es que cuando contratas a un actor debes dejar muy claros pues cómo van a ser las condiciones laborales, el contrato, y hablar un poco de lo que van a ser las condiciones en rodaje; es decir, dejarlo todo hablado desde un inicio y, una vez que se ha llegado a un acuerdo y que se firmó el contrato, creo que lo mejor es dejar que los actores traten con el director. Obviamente, tiene que haber un equipo de producción que ampare, acoja y cuide a los actores, pero en lo que son temas de la película o del trabajo, de lo que se tiene que hacer o si esto está bien o está mal, creo que las únicas indicaciones que debe recibir un actor o actriz deben ser del director.
—En el último año la pandemia lo ha cambiado todo. ¿Cómo ha afectado la COVID al mundo del cine y a su trabajo en particular?
—La incertidumbre ha sido lo que más ha afectado a la industria del cine . En principio este año se sigue produciendo mucho cine porque las plataformas como Netflix, Amazon o HBO tienen una gran demanda de consumo y se sigue apostando por producir, pero lo que no sabemos es cómo serán los años futuros. Las producciones de autor son más sensibles y necesitan un poco más de ayuda pública. En mi caso particular y en el caso de Frida Films fue muy difícil: en primer lugar, a nivel presupuestario, pues tuvimos que realizar una gran inversión en protocolos y en prevenciones y todo ello fue un gran esfuerzo. Luego, también era muy limitante y muy angustiante porque no podíamos interactuar demasiado. Es que no podíamos comer unos con los otros y, entonces, lo que antes era un rodaje con un equipo de unas 50 personas que durante mes y medio o dos meses estaban viviendo juntos como si fuera un campamento rodando una película, en el contexto del COVID se vuelve todo extraño y más complicado y en todos los departamentos se sufre un estrés añadido que se nota mucho en el trabajo diario.
—Estamos cerca del 8 de marzo. ¿De qué modo considera que todavía existe machismo en el mundo del cine y en su trabajo?
—Realmente considero que la mejor forma de visibilizar la diferencia entre el hombre y la mujer en el cine es que todavía hay muy pocas mujeres directoras, todavía hay muy pocas directoras de fotografía y eso manifiesta que hay un problema. Digamos que hay más dificultades en confiar en las historias o en las visiones y en el saber hacer de las mujeres, sobre todo cuando tienen que liderar un equipo en el que todos los técnicos son hombres. Y no digamos, por ejemplo, en el departamento de sonido, de Fotografía o en el equipo de iluminación. Entonces, es complicado que una mujer se ponga al carro de un equipo de hombres y, aunque hay grandes referentes de mujeres que sí lo hacen, es algo que se palpa y se ve que hay una gran diferencia entre hombres y mujeres que lideran. Por todo ello, aunque tienen el mismo talento y las mismas capacidades hombres y mujeres, el porqué todavía las mujeres no son capaces de igualar el número de hombres denota que todavía existe un problema.
—¿Qué le recomendaría a alguien de nuestra edad si quisiera ser productor audiovisual?
—Primero paciencia y que seas muy consciente de que es un mundo muy frustrante y muy complejo, porque nosotros trabajamos con proyectos subjetivos, y esa subjetividad es bastante desmotivadora. Así que tesón, paciencia y lo primero es empezar a formarte bien, sea con estudios universitarios o con prácticas en empresas. Por eso es muy importante la formación práctica que ofrecen algunos ciclos formativos o apoyarte directamente en tus propios compañeros, que empiezan a hacer cortometrajes. Esa es la única forma de aprender en el cine: haciendo cortometrajes, haciendo pequeños videoclips y creando un equipo con compañeros. O si de repente empiezas a estudiar y tienes la oportunidad de participar en un proyecto mayor. Esa sería casi la única forma de empezar a meter el pie en este mundo porque nosotros trabajamos en equipo y es importantísimo, porque no solo valoramos currículums sino que valoramos que sepa trabajar en equipo y la mejor forma de demostrarlo es efectivamente trabajando en equipo y que el equipo quede contento contigo. Entonces hay que tener muchas ganas de trabajar, muchas ganas de meterse en equipos haciendo labores que a priori no te suelen gustar, pero estando ahí muy cerca de los productores y de los directores es la mejor forma en la que puedes aprender.
—Si miramos al presente y al futuro, ¿Cómo ve la situación de la industria audiovisual y de su oficio como productora?
—Ahora mismo hay una gran incertidumbre y especialmente en España en cuanto a las producciones de cine de autor, pero también hay una incertidumbre con las películas comerciales en relación a cómo funcionan las salas de cine pero lo que sí es cierto es que hay una gran demanda desde las plataformas porque hay un gran consumo en Netflix, Amazon o HBO y seguirán produciendo cine y series.