Contexto, vida y obra

IMMANUEL KANT (1724-1804)

Immanuel Kant es la figura culminante de la filosofía moderna. Sintetizó el racionalismo y el empirismo de la modernidad temprana, sentó las bases de gran parte de la filosofía de los siglos XIX y XX y continúa ejerciendo una influencia significativa hoy en día en metafísica, epistemología, ética, filosofía política, estética y otros campos. La idea fundamental de la "filosofía crítica" de Kant—elaborada especialmente en sus tres Críticas: la Crítica de la Razón Pura (1781, 1787), la Crítica de la Razón Práctica (1788) y la Crítica del Juicio (1790)—es la autonomía humana. Para Kant, el entendimiento humano es la fuente de las leyes generales de la naturaleza que estructuran toda nuestra experiencia; la razón humana, por su parte, se da a sí misma la ley moral, que es nuestra base para creer en Dios, la libertad y la inmortalidad. Por lo tanto, el conocimiento científico, la moralidad y la creencia religiosa son mutuamente consistentes y seguros porque todos descansan en una misma base, a saber, la autonomía de la razón humana, que también es el fin último de la naturaleza según la visión teleológica del juicio reflexivo que Kant introduce en la Crítica del Juicio para unificar las partes teóricas y prácticas de su sistema filosófico.

1. Primeros años

Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724 en Königsberg, cerca de la costa sureste del Mar Báltico. Hoy en día, Königsberg ha sido renombrada Kaliningrado y es parte de Rusia. Pero durante la vida de Kant, Königsberg era la capital de Prusia Oriental, y su idioma dominante era el alemán. Aunque geográficamente alejado del resto de Prusia y otras ciudades alemanas, Königsberg era entonces un importante centro comercial, un puerto militar relevante y una ciudad universitaria relativamente cosmopolita.

Kant nació en una familia de artesanos de modestos recursos. Su padre era un maestro arnesero, y su madre era hija de un arnesero, aunque estaba mejor educada que la mayoría de las mujeres de su clase social. La familia de Kant nunca estuvo en la indigencia, pero el oficio de su padre estaba en declive durante la juventud de Kant y en ocasiones sus padres tuvieron que depender del apoyo financiero de la familia extendida.

Los padres de Kant eran pietistas y él asistió a una escuela pietista, el Collegium Fridericianum, desde los ocho hasta los quince años. El pietismo era un movimiento luterano evangélico que enfatizaba la conversión, la confianza en la gracia divina, la experiencia de emociones religiosas y la devoción personal que implicaba un estudio regular de la Biblia, la oración y la introspección. Más tarde, el énfasis del Kant maduro en la razón y la autonomía, en lugar de la emoción y la dependencia de la autoridad o la gracia, puede reflejar en parte su reacción juvenil contra el pietismo. Pero aunque el joven Kant odiaba su educación pietista, tenía un profundo respeto y admiración por sus padres, especialmente por su madre, cuya "auténtica religiosidad" describió como "nada entusiasta".

Kant asistió a la Universidad de Königsberg, conocida como la Albertina, donde su interés inicial en los clásicos fue rápidamente reemplazado por la filosofía, que todos los estudiantes de primer año estudiaban y que abarcaba matemáticas y física además de lógica, metafísica, ética y derecho natural. Los profesores de filosofía de Kant lo expusieron al enfoque de Christian Wolff (1679–1750), cuya síntesis crítica de la filosofía de G. W. Leibniz (1646–1716) era entonces muy influyente en las universidades alemanas. Pero Kant también fue expuesto a una variedad de críticos alemanes y británicos de Wolff, y también había dosis fuertes de aristotelismo y pietismo representadas en la facultad de filosofía. El profesor favorito de Kant fue Martin Knutzen (1713–1751), un pietista que fue fuertemente influenciado tanto por Wolff como por el filósofo inglés John Locke (1632–1704). Fue Knutzen quien introdujo a Kant a la obra de Isaac Newton (1642–1727), y su influencia es visible en el primer trabajo publicado de Kant, Pensamientos sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas (1747), que supone un intento de mediar en la disputa entre leibnizianos y newtonianos sobre la medición adecuada de la fuerza.

Después de la universidad, Kant pasó seis años como tutor privado de niños fuera de Königsberg. Para entonces, ambos padres de Kant habían fallecido y las finanzas de Kant aún no eran lo suficientemente seguras como para que pudiera seguir una carrera académica. Finalmente regresó a Königsberg en 1754 y comenzó a enseñar en la Albertina al año siguiente. Durante las siguientes cuatro décadas, Kant enseñó filosofía allí, hasta su retiro de la enseñanza en 1796 a la edad de setenta y dos años.

2. El Kant Precrítico

En cuanto Kant regresa a la universidad, empieza a publicar ingentemente. Entre 1754 y 1755 publicó tres obras científicas, una de las cuales, Historia general de la naturaleza y teoría de los cielos (1755), fue un libro importante en el que, entre otras cosas, desarrolló lo que más tarde se conocería como la hipótesis nebular sobre la formación del sistema solar. Desafortunadamente, el impresor quebró y el libro tuvo poco impacto inmediato. Para obtener la cualificación para enseñar en la universidad, Kant también escribió dos disertaciones en latín: la primera, titulada Esbozo Conciso de Algunas Reflexiones sobre el Fuego (1755), le valió el título de Magíster; y la segunda, Nueva Elucidación de los Primeros Principios del Conocimiento Metafísico (1755), le permitió habilitarse como privatdozent. Esta obra, primera de Kant directamente relacionada con la metafísica, desarrolla aún más la posición sobre la interacción de sustancias finitas que Kant delineó por primera vez en su ensayo sobre las fuerzas vivas, y aunque ya se aparta aquí de las opiniones leibnizianas-wolffianas, aún no lo hace radicalmente. 

Como privatdozent, el sueldo de Kant dependía de la matrícula que le pagaban directamente los estudiantes que asistían a sus conferencias, por lo que necesitaba impartir muchas clases y atraer a muchos estudiantes para ganarse la vida. Kant ocupó este puesto desde 1755 hasta 1770, período durante el cual daría conferencias un promedio de veinte horas por semana sobre lógica, metafísica y ética, así como matemáticas, física y geografía física. En sus conferencias, Kant utilizaba manuales de autores wolffianos como Alexander Gottlieb Baumgarten (1714–1762) y Georg Friedrich Meier (1718–1777), pero los seguía de manera laxa y los utilizaba para estructurar sus propias reflexiones, que se basaban en una amplia gama de influencias de la época. Estas ideas a menudo provenían de filósofos británicos sentimentalistas como David Hume (1711–1776) y Francis Hutcheson (1694–1747), algunos de cuyos textos fueron traducidos al alemán a mediados de la década de 1750; y del filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau (1712–1778), que publicó una serie de obras a principios de la década de 1760. Desde el principio de su carrera, Kant fue un conferenciante popular y exitoso. También desarrolló rápidamente una reputación local como un joven intelectual prometedor y destacó en la sociedad de Königsberg.

Después de varios años de enfrascado en sus clases, Kant volvió a llevar a las prensas varias publicaciones entre 1762 y 1764:

Estas obras ayudaron a consolidar la reputación de Kant en Alemania, pero en su mayor parte no fueron notablemente originales. Al igual que otros filósofos alemanes de la época, las obras tempranas de Kant se ocupan generalmente de usar ideas de autores empiristas británicos para reformar o ampliar la tradición racionalista alemana sin socavar radicalmente sus fundamentos. Mientras que algunas de sus obras tempranas tienden a enfatizar ideas racionalistas, otras tienen un énfasis más empirista. 

En 1766, Kant publicó su primera obra relacionada con la posibilidad misma de la metafísica, que luego se convirtió en un tema central de su filosofía madura. Los sueños de un visionario explicados por los sueños de la metafísica fue fruto de la fascinación de Kant por el visionario sueco Emanuel Swedenborg (1688–1772), quien afirmaba tener conocimiento de un mundo espiritual que le permitía hacer una serie de predicciones aparentemente milagrosas. En esta obra curiosa, Kant compara satíricamente las visiones espirituales de Swedenborg con la creencia de los metafísicos racionalistas en un alma inmaterial que sobrevive a la muerte, y concluye que el conocimiento filosófico de cualquiera de ellos es imposible porque la razón humana está limitada por la experiencia. Sin embargo, el tono escéptico de Sueños se ve atenuado por la sugerencia de Kant de que la "fe moral" apoya, sin embargo, la creencia en un alma inmaterial e inmortal, aunque no sea posible alcanzar conocimiento metafísico en este ámbito.

3. El camino hacia el giro crítico

En 1770, a la edad de cuarenta y seis años, Kant fue nombrado titular de la cátedra de lógica y metafísica en la Albertina, después de enseñar durante quince años como privatdozent. y trabajar desde 1766 como subbibliotecario para complementar sus ingresos. Kant había sido rechazado para el mismo puesto en 1758. Pero más tarde, a medida que crecía su reputación, fue él quien rechazó cátedras de filosofía en Erlangen (1769) y Jena (1770), pues albergaba la esperanza de obtener una en su ciudad natal. Para inaugurar su nuevo puesto, Kant escribió una nueva disertación latina: Sobre la Forma y los Principios del Mundo Sensible e Inteligible (1770), habitualmente conocida como la Disertación Inaugural.

La Disertación Inaugural se aparta de manera más radical tanto del racionalismo wolffiano como del sentimentalismo británico que los trabajos anteriores de Kant. Mientras que los racionalistas consideraban al entendimiento como la única facultad cognitiva del ser humano (pues para ellos la sensibilidad es solo una especie confusa de cognición intelectual) y empiristas como Hume habían reducido toda actividad mental a distintas formas de la experiencia sensible, Kant distinguirá en la Disertación entre dos facultades fundamentales de la cognición: la sensibilidad y el entendimiento. La sensibilidad es distinta del entendimiento y aporta a la percepción sus propias formas subjetivas de espacio y tiempo. Además, sensibilidad y el entendimiento están dirigidos a dos mundos diferentes: la sensibilidad nos da acceso al mundo sensible, mientras que el entendimiento nos permite entender un mundo inteligible distinto. La Disertación Inaugural desarrolla así una forma de platonismo; y rechaza la opinión de los sentimentalistas británicos de que los juicios morales se basan en sentimientos de placer o dolor, ya que Kant sostiene ahora que los juicios morales se basan únicamente en el entendimiento puro.

Después de 1770, Kant nunca renunció a la idea de que la sensibilidad y el entendimiento son poderes de cognición distintos, de que el espacio y el tiempo son formas subjetivas de la sensibilidad humana, y de que los juicios morales se basan únicamente en el entendimiento puro (o la razón). Pero el platonismo de la Disertación Inaugural tuvo una vida muy corta. Muy pronto, Kant empezó a poner en duda la tesis de que el entendimiento sea capaz de acceder a un mundo inteligible. Este rechazo del platonismo allanaría el camino hacia la posición madura que desarrollaría en la Crítica de la Razón Pura (1781), donde afirmará que el entendimiento, al igual que la sensibilidad, lo único que hace es proporcionar formas que estructuran nuestra experiencia del mundo sensible. El mundo sensible es el único que los seres humanos podemos conocer, mientras que el mundo inteligible (o nouménico) es estrictamente incognoscible para nosotros. 

4. El Período crítico: Obras fundamentales

Kant pasó una década trabajando en la Crítica de la Razón Pura y no publicó nada más entre 1770 y 1781. En esta obra capital de la historia del pensamiento, Kant examina los límites de nuestras facultades de conocimiento y extrae importantes conclusiones acerca de la posibilidad de la metafísica como ciencia. Su publicación supuso un giro crítico en el pensamiento de Kant y dio comienzo a otro estallido de actividad que produjo sus obras más importantes y perdurables. 

Kant también publicó varios ensayos importantes en este período, incluyendo Idea para una Historia Universal con un Propósito Cosmopolita (1784) y Principios de una Historia Universal desde el Punto de Vista Cosmopolita (1786), sus principales contribuciones a la filosofía de la historia; o Una Respuesta a la Pregunta: ¿Qué es la Ilustración? (1784), que aborda algunas de las ideas clave de sus ensayos políticos posteriores.

Con estas obras, Kant se aseguró la fama internacional y llegó a dominar la filosofía alemana a finales de la década de 1780. 

5. últimos años

En 1790 Kant anunció que la Crítica del Juicio ponía fin a su empresa crítica. Para entonces, K. L. Reinhold (1758–1823), cuyas Cartas sobre la Filosofía Kantiana (1786) popularizaron las ideas morales y religiosas de Kant, había accedido a una cátedra de nueva creación dedicada a la filosofía kantiana en Jena, ciudad situada en el epicentro del mundo germanoparlante y que rápidamente se estaba convirtiendo en un centro intelectual importante. Reinhold pronto comenzó a criticar y alejarse de las opiniones de Kant. En 1794, su cátedra en Jena pasó a J. G. Fichte, que también se alejó de Kant y desarrolló una posición original bastante opuesta a la suya. 

Mientras que la filosofía alemana avanzaba para evaluar y responder al legado de Kant, él mismo continuó publicando obras importantes en la década de 1790. 

Kant se retiró de la enseñanza en 1796. Durante casi dos décadas había llevado una vida altamente disciplinada centrada principalmente en completar su sistema filosófico, que comenzó a tomar forma definida en su mente solo en la mediana edad. Después de retirarse, llegó a creer que había un vacío en este sistema que separaba los fundamentos metafísicos de la ciencia natural de la física misma, y se propuso cerrar este vacío en una serie de notas que postulan la existencia de un éter o materia calórica. Estas notas, conocidas como el Opus Postumum, permanecieron inconclusas e inéditas durante la vida de Kant, y los académicos discrepan sobre su importancia y relación con su obra anterior. Sin embargo, está claro que algunas de estas notas tardías muestran signos inconfundibles del declive mental de Kant, que se volvió trágicamente precipitado alrededor de 1800. Kant falleció el 12 de febrero de 1804, justo antes de su octogésimo cumpleaños.