Aristóteles: Pautas para el estudio

contenidos

1. La ciencia en Aristóteles

2. El concepto aristotélico de sustancia

3. Biología y antropología: el alma racional

4. La buena vida

Comentarios sugeridos para practicar

Esquemas de corrección

1. La necesidad de que haya primeros principios (fragmento D)

(D) Pero nosotros decimos que no toda ciencia es demostrativa, sino que la de las cosas inmediatas [i.e., los principios] es indemostrable (y es evidente que esto es necesario: pues, si necesariamente hay que conocer las cosas anteriores y aquellas de las que <parte> la demostración, en algún momento se han de saber las cosas inmediatas, y éstas necesariamente serán indemostrables). De este modo, pues, decimos <que son> estas cosas, y que no sólo hay ciencia, sino también algún principio de la ciencia, por el que conocemos los términos. Y está claro que es imposible demostrar sin más en círculo, ya que es preciso que la demostración se base en cosas anteriores y más conocidas.

Aristóteles, Analíticos Posteriores 72b5-33

Ideas principales

Estructura formal

Es un fragmento de un texto tratadístico no concebido para su publicación, sino para uso interno en el Liceo. Se trata de un texto argumentativo, en el que se quiere argumentar a favor de una posición determinada: que en ciencia tiene que haber principios de la demostración. Esta posición se afirma en la primera oración del texto (idea 1) y se reitera en la segunda (idea 4).

Relación interna

Estamos ante un texto argumentativo, así que unas ideas apoyan otras. La tesis principal es la idea 4. Aristóteles puede afirmarla porque niega la posibilidad de la demostración circular (idea 5, que se justifica en la idea 6). Además, si no hubiera principios absolutos de la demostración, no sería posible la demostración (idea 2). Ahora bien, que hay demostración es, para Aristóteles, un hecho (idea 3). Con lo cual, tiene que haber principios de la ciencia (idea 4) que se pueden conocer científicamente sin demostración (idea 1).

Relación externa


2. La unidad de referencia de los distintos sentidos de ser: la sustancia

La expresión ‘algo que es’ se dice en muchos sentidos, pero en relación con una sola cosa y una sola naturaleza y no por mera homonimia, sino que, al igual que ‘sano’ se dice en todos los casos en relación con la salud [...], así también ‘algo que es’ se dice en muchos sentidos, pero en todos los casos en relación con un único principio: de unas cosas <se dice que son> por ser sustancias, de otras por ser afecciones de la sustancia, de otras por ser un proceso hacia la sustancia, o bien corrupciones o privaciones o cualidades o agentes productivos o agentes generadores ya de la sustancia ya de aquellas cosas que se dicen en relación con la sustancia, o bien por ser negaciones ya de alguna de estas cosas ya de la sustancia […]. Corresponde, en efecto, a una única ciencia estudiar, no solamente aquellas cosas que se denominan según un solo significado, sino también las que se denominan en relación con una sola naturaleza […]. Es, pues, evidente que el estudio de las cosas que son, en tanto que son, corresponde también a una sola <ciencia>.

Aristóteles, Metafísica, 1003a34-b16

Ideas principales

Estructura formal

Es un fragmento de un texto tratadístico no concebido para su publicación, sino para uso interno en el Liceo. Se trata de un texto argumentativo, en el que se quiere argumentar a favor de una posición determinada: que hay una ciencia de lo que es en tanto que algo que es. Esta posición se afirma al final del texto (idea 4) y todo lo dicho anteriormente viene a apoyar esta idea.

Relación interna

En este texto se percibe claramente un argumento a favor de la idea 4. Las dos premisas principales son la idea 1 y la idea 3. La idea 2, por su parte justifica la verdad de la idea 1.

Relación externa


3. La virtud como buena disposición en la realización de la función

Se ha de notar, pues, que toda virtud lleva a término la buena disposición de aquello de lo cual es virtud y hace que realice bien su función; por ejemplo, la virtud del ojo hace bueno al ojo y su función (pues vemos bien por la virtud del ojo); igualmente la virtud del caballo hace bueno al caballo y útil para correr, para llevar el jinete y para hacer frente a los enemigos. Si esto es así en todos los casos, la virtud del hombre será también el modo de ser por el cual el hombre se hace bueno y por el cual realiza bien su función propia.

Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1106a14-a22

Ideas principales

Estructura formal

Es un fragmento de un texto tratadístico no concebido para su publicación, sino para uso interno en el Liceo. Se trata de un texto argumentativo, en el que se quiere argumentar a favor de una posición determinada: que la virtud hace que el hombre cumpla bien su función. Esta posición se afirma al final del texto (idea 4) y todo lo dicho anteriormente viene a apoyar esta idea.

Relación interna

En este texto se percibe claramente un argumento a favor de la idea 4. La premisa principal es la idea 1, que afirma una tesis general relativa a la virtud. Las ideas 2 y 3 son ejemplificaciones de esa tesis general, que sirven para justificar su verdad. La idea 4 se desprende de la idea 1 y vendría a constituir un ejemplo paralelo a los de las ideas 2 y 3: al igual que sucede con el ojo (idea 2) y con el caballo (idea 3), el hombre se hace bueno por la virtud y la virtud es lo que hace que el hombre cumpla bien su función, porque es eso, precisamente, lo que define a la virtud de cualquier cosa (idea 1): hacer buena a esa cosa y llevar a buen término su función.

Relación externa


4. La actividad contemplativa como felicidad perfecta

Si la felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud, es razonable <que sea una actividad> de acuerdo con la virtud más excelsa, y ésta será una actividad de la parte mejor del hombre. Ya sea, pues, el intelecto, ya otra cosa lo que, por naturaleza, parece mandar y dirigir y poseer el conocimiento de los objetos nobles y divinos, siendo esto mismo divino o la parte más divina que hay en nosotros, su actividad de acuerdo con la virtud propia será la felicidad perfecta. Y esta actividad es contemplativa, como ya hemos dicho.

Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1177a12-19

Ideas principales

Estructura formal

Es un fragmento de un texto tratadístico no concebido para su publicación, sino para uso interno en el Liceo. Se trata de un texto argumentativo, en el que se quiere argumentar a favor de una posición determinada: que la felicidad perfecta consiste en la actividad contemplativa del intelecto. Esta posición se afirma al final del texto (ideas 5 y 6) y todo lo dicho anteriormente viene a apoyar esta idea.

Relación interna

Las ideas 1, 2 y 3 expresan un primer argumento, que culmina en la idea 3 como conclusión. La idea 1 define a la felicidad como actividad conforme a la virtud, la idea 2 clarifica que (de haber, se entiende implícitamente más de una virtud) habrá de serlo conforme a la virtud más excelsa, y la idea 3 concluye que entonces ha de ser actividad de la parte mejor del hombre. La idea 4 identifica cuál es esa parte mejor: el intelecto, o lo que sea que, en nosotros, conoce los objetos más nobles y divinos. De 3 y 4 se concluye que la felicidad perfecta ha de ser la actividad virtuosa de esta parte del hombre (idea 5). La última frase (idea 6) cierra el texto describiendo en qué consiste este tipo de actividad: es actividad contemplativa. La felicidad perfecta reside, pues, en la vida contemplativa (bíos theoretikós).

Relación externa

Comentario resuelto


Por otra parte, el alma es causa y principio del cuerpo viviente. Y por más que las palabras «causa» y «principio» tengan múltiples acepciones, el alma es causa por igual según las tres acepciones definidas: ella es, en efecto, causa en cuanto principio del movimiento mismo [i.e. causa eficiente], en cuanto fin [i.e. causa final] y en cuanto sustancia [i.e. causa formal] de los cuerpos animados. Que lo es en cuanto sustancia, es evidente, pues la sustancia es la causa del ser para todas las cosas: ahora bien, el ser es para los vivientes el vivir; el alma es su causa y principio.

Aristóteles, Acerca del Alma, 415b8-14

 

Vamos a resolver este comentario de manera distinta a los que hemos hecho hasta ahora: en vez de exponer primero las ideas y luego explicitar su relación interna, explicamos la relación entre las ideas a medida que las vamos exponiendo. Aunque es más difícil hacerlo de esta manera, si somos capaces, nos quedará un comentario más elegante y menos reiterativo.


Introducción

Este fragmento pertenece a la obra Acerca del Alma, un tratado escrito por el filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.). En esta obra—que Aristóteles nunca concibió para su publicación, el filósofo estagirita emplea su modelo hilemórfico de explicación para dar cuenta de la naturaleza y funcionamiento de los seres vivos. La tesis fundamental que defiende Aristóteles en esta obra es que el alma es la forma sustancial de los seres vivos. 

Resumen y estructura

Precisamente esta tesis, que "el alma es principio y causa del cuerpo viviente", es la que se intenta defender y desarrollar en el fragmento que aquí comentamos. Después de expresarla en la primera frase, Aristóteles la precisa afirmando que, aunque la palabra 'causa' puede entenderse de distintas maneras, el alma es causa en todos los sentidos relevantes. Nos dirá, primero, que es causa eficiente, es decir, "principio del movimiento mismo" del cuerpo vivo. En segundo lugar, afirma que también es causa "en cuanto fin", es decir, causa final del organismo vivo. Por último, señala que también es causa "en cuanto sustancia de los cuerpos animados". Aquí Aristóteles está empleando el término 'sustancia' en su sentido de sustancia segunda—es decir, nos está sugiriendo que el alma es la forma sustancial y, por tanto, la causa formal de ese compuesto hilemórfico que es el cuerpo vivo. Lo que encontramos al final del texto es precisamente una defensa argumentativa de esta última tesis. El argumento que nos ofrece Aristóteles descansa sobre tres premisas. La primera, que "la sustancia es la causa del ser para todas las cosas", con lo cual Aristóteles nos quiere decir que cada cosa es lo que es en virtud de su forma sustancial. En segundo lugar, Aristóteles afirma que el ser de las cosas vivas consiste en vivir. Por último, Aristóteles apunta al alma como causa y principio de la vida en los seres vivos. Pero si lo que da vida a los seres vivos es el alma, y el ser de los seres vivos consiste precisamente en vivir, "es evidente" que el alma ha de ser la forma sustancial del cuerpo vivo.

En definitiva, estamos ante un fragmento de naturaleza argumentativa, en el que Aristóteles expone una tesisa saber, que el alma es principio y causa del cuerpo viviente, explica lo que esta significa y nos ofrece algunas razones para pensar que esta es cierta. 

 

Por qué el texto dice lo que dice

En este fragmento se aprecia claramente cómo Aristóteles aplica su modelo de explicación tetracausal y, más concretamente, su hilemorfismo a la elucidación de la naturaleza del alma y de los seres vivos. Como todos los griegos, Aristóteles llama 'alma' a aquello que distingue a los seres vivos de los seres inertes y, por tanto, a aquello que es causa de que el cuerpo vivo tenga vida. Su teoría del alma, sin embargo, difiere significativamente de las de otros autores de su época como los atomistas o su maestro Platón. Lo distintivo de la posición aristotélica es precisamente la defensa, que encontramos reflejada en este fragmento, de que el alma es la forma sustancial del cuerpo vivo. Al defender esta tesis, Aristóteles se separa de los atomistas, que identificaban el alma con un principio material, pero también de Platón, que concebía el alma como una sustancia espiritual distinta e independiente del cuerpo. Para Aristóteles, cuerpo y alma conforman una unidad indisoluble: el ser vivo es un compuesto hilemórfico en el que el cuerpo ejerce el rol de la materia y el alma es el principio formal que la unifica y la vivifica. Aristóteles se refiere al alma también como el acto primero del cuerpo que en potencia tiene vida. La caracteriza, asimismo, como la función del cuerpo, en consonancia con su afirmación de que la forma esencial de una sustancia es, a su vez, su causa final. 

El alma, en definitiva, es lo que explica que el cuerpo actualice sus potencialidades y lo que determina el tipo de funciones que le corresponde llevar a término. Las distintas especies de seres vivos tienen distintos tipos de alma, y estas se diferencian entre sí por el espectro de funciones que pueden llevar a cabo. Lo que distingue a los animales de las plantas, por un lado, y al ser humano del resto de animales, por otro, es precisamente el rango de funciones que sus respectivas almas son capaces de desplegar: mientras que el alma vegetativa de las plantas se limita a realizar las funciones de la nutrición, el crecimiento y la reproducción, el alma sensitiva de los animales también posee sensibilidad, apetito y capacidad de locomoción, mientras que los seres humanos ocupamos un lugar privilegiado en el orden natural porque tenemos un alma racional capaz de entendimiento y voluntad.