Vida y obra

Friedrich Nietzsche nació en Röcken, Turingia, en 1844. Su padre fue un pastor protestante que murió de una enfermedad cerebral cuando él era todavía niño. Estudió filología clásica y en 1869, con tan solo 25 años, fue nombrado catedrático de esta especialidad en la Universidad de Basilea (Suiza). En sus años de estudiante había descubierto la filosofía de Arthur Schopenhauer, y en 1868 había trabado amistad con el compositor Richard Wagner.

En 1872 publica El nacimiento de la tragedia a partir del espíritu de la música, obra a mitad de camino entre la filosofía, la filología, y la fundamentación estética de la música wagneriana. Aparece aquí formulada por primera vez una visión trágica del mundo a través de la figura de Dioniso en su contraposición con Apolo. Los años siguientes Nietzsche emprenderá un proyecto de re-forma cultural que se plasma en sus Consideraciones intempestivas.

En 1876 empieza a alejarse de Wagner y de sus posiciones anteriores —alejamiento que se plasma en su libro Humano, demasiado humano (1878). Las constantes cefaleas obligan a Nietzsche a abandonar su cátedra en 1879, y a emprender una vida errante por el Mediterráneo y los Alpes suizos durante la cual se dedicará de lleno a la construcción de su obra filosófica. En apenas una década publicará todas sus obras más importantes, entre las cuales hemos de destacar La gaya ciencia (1882-87), Así habló Zaratustra (1883-85), Más allá del bien y el mal (1885), La genealogía de la moral (1887), El crepúsculo de los ídolos (1888), El Anticristo (1889) y Ecce Hommo (publicada en 1908).

En 1889 sufrió un colapso nervioso en la plaza de Turín. Poco después fue internado en una clínica psiquiátrica en Weimar, en la que permaneció hasta su muerte en 1900. Su hermana, Elizabeth Förster-Nietzsche, casada con un antisemita, se hizo cargo de su legado y emprendió una labor distorsionadora de su obra que fue fundamental en la recepción que de ella haría luego el nacionalsocialismo. A ella se debe la selección de fragmentos póstumos titulada La voluntad de poder, que tanta importancia tendría en la recepción del autor durante la primera mitad del siglo XX.