Anunciamos en esta misma Web, El Evangelio y El Santo del Día


"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"


y, El Santo del Día

Visitación de la Virgen María


EVANGELIO

Mayo 31, 2024


Lucas 1, 39-56
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Consagración


Hemos recibido a lo largo del mes de Mayo las Lecciones todas de Cielo, que nos ha dado Nuestra Madre y Reina de la Divina Voluntad, con las que nos hemos preparado para Consagrarnos o renovar nuestra Consagración hoy 31 de Mayo en la Eucaristía de la Fiesta Mariana de la Visitación de la Virgen María.  Pronunciemos la Fórmula de Consagración:


Fórmula de Consagración:

"Solemne Consagración de mi voluntad a mi Mamá Celestial"



Sea nuestra alma Glorificada para el Señor.

Santo Rosario

Por El Reino


AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

La Reina del Cielo





















Virgen de Fátima

Peregrina de Colombia


Mayo 13, 1917 

Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos


Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

CÁNTICO DE ZACARÍAS:
«Benedictus» (Lc 1, 68-79)
El Mesías y su Precursor

68Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
69suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
70según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

71Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
72realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
73y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

74Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
75le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

76Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
77anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

78Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
79para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.


Fuente:Directorio Franciscano

EVANGELIO

Lucas 1, 39-56


Lectura del santo Evangelio según San Lucas
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


39.En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;

40.entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

41.Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo;

42.y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;

43.y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?

44.Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

45.¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»

46.Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor

47.y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador

48.porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,

49.porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre

50.y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.

51.Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.

52.Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.

53.A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.

54.Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

55.- como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos».

56.María permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

y, El Santo del Día

Visitación de la Virgen María

Libro:

La Reina del Cielo

en el Reino de la Divina Voluntad



Con María 

en el Cenáculo 

del Evangelio

Lc 1, 42-43

42.y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;

43.y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?

AUDIO


Visita de la Reina del Cielo

Día 18

Visita a santa Isabel; santificación de Juan


"...Partí de Nazaret acompañada de san José, afrontando un largo viaje y atravesando montañas para ir a visitar en Judea a Isabel, que, a avanzada edad, milagrosamente llegaba a ser madre. 

Yo iba a ella no para hacerle una simple visita, sino más bien porque ardía en deseos de llevarle a Jesús. La plenitud de gracia, de amor, de luz que sentía en Mí me empujaba a llevar, a multiplicar, a centuplicar la vida de mi Hijo en las criaturas. Sí hija mía, el amor de Madre que tuve por todos los hombres y por ti en particular, fue tan grande, que Yo sentí la necesidad extrema de dar a todos a mi querido Jesús, a fin de que todos lo pudieran poseer y amar. El derecho de Madre que me fue dado por el Fiat, me enriqueció de tal potencia, 58 de multiplicar tantas veces a Jesús por cuantas eran las criaturas que lo querían recibir, éste era el más grande milagro que Yo podía hacer, tener pronto a Jesús para darlo a cualquiera que lo deseara. ¡Cómo me sentía feliz!

Cuánto quisiera que también tú hija mía, acercándote a las personas y haciendo visitas, fueras siempre la portadora de Jesús, capaz de hacerlo conocer y deseosa de hacerlo amar. 


"EL CANTO DEL MAGNIFICAT"

"Proclama mi alma la Grandeza del Señor"

"Después de algunos días de viaje llegué finalmente a Judea, y presurosa me conduje a la casa de Isabel. ...Al saludo que le di sucedieron fenómenos maravillosos, mi pequeño Jesús exultó en mi seno y fijando con los rayos de la propia Divinidad al pequeño Juan en el seno de su madre, lo santificó, le dio el uso de la razón y le hizo conocer que Él era el Hijo de Dios.¨ 

Juan entonces saltó tan fuertemente de amor y alegría, que Isabel se sintió sacudida, golpeada también ella por la luz de la Divinidad de mi Hijo, supo que Yo me había convertido en la Madre de Dios, y en el énfasis de su amor, temblando de gratitud exclamó: “¿De dónde a mí tanto honor, que la Madre de mi Señor venga a mí?”

Yo no negué el altísimo misterio, más bien lo confirmé humildemente. Alabando a Dios con el canto del Magnificat, canto sublime por medio del cual continuamente la Iglesia me honra, anuncié que el Señor había hecho grandes cosas en Mí, su esclava, y por esto todas las gentes me habrían llamado bienaventurada.

Hija mía, Yo me sentía consumir por el deseo de dar un desahogo a las  llamas de amor que me consumían, y de externar mi secreto a Isabel, la cual, también ella suspiraba al Mesías sobre la  tierra. 

El secreto  es  una  necesidad del corazón que irresistiblemente se revela a las personas capaces de entenderse. 

¿Quién podrá jamás decirte cuánto bien llevó mi visita a Isabel, a Juan, a toda aquella casa? Cada uno quedó santificado, lleno  de  alegría,  advirtió alegrías insólitas, comprendió cosas inauditas, y Juan en particular recibió todas las gracias que le eran necesarias para prepararse a ser el precursor de mi Hijo.

Hija queridísima, la Divina Voluntad hace cosas grandes e inauditas dondequiera que Ella reina; si Yo obré tantos prodigios fue porque Ella tenía su puesto real en Mí. 

Si también tú dejas reinar al Divino Querer en tu alma, te convertirás también en la portadora de Jesús a las criaturas, sentirás también tú la irresistible necesidad de darlo a todos"

Fiat Divina Voluntad

Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


AUDIO


...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

Lc 1, 42

«Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno

AUDIO


Vol. 33-8 (2-4) Febrero 4, 1934

“Amor de Dios oculto en la Virgen”

2 …En esta Celestial Reina todos pueden encontrar nuestro amor escondido en Ella, mucho más que poseyendo nuestra Voluntad Divina nos dominaba y nos hacía amar a todos, y Nosotros con nuestro dulce imperio la dominábamos a Ella para ser la Madre más afectuosa de todas. El verdadero amor no sabe estar sin amar y usa todas las artes, toma ocasión de las más pequeñas cosas, como de las más grandes para amar, nuestro amor ahora se esconde, ahora se hace patente, ahora directamente, y ahora por vía indirecta, para hacer conocer que amamos con amor incesante a aquélla que sacamos del fondo de nuestro amor. Don más grande no podíamos dar a todas las generaciones, que dar a esta inigualable criatura como Madre de todos, y como portadora de nuestro amor escondido en Ella, para darlo a todos sus hijos”.

3 Después de esto continuaba pensando en la Divina Voluntad, el pensamiento de que mi Mamá Celestial poseía en su materno corazón el amor escondido con el cual me amaba mi Creador, me llenaba de alegría, y el pensar que yo era mirada por Dios desde dentro de mi querida Madre Celestial, a través de su santidad y de su belleza raptora, ¡oh! cómo me sentía feliz y llena de confianza, porque ya no debía ser amada y mirada sola, sino amada y mirada junto con mi Mamá. ¡Ah! Ella para hacerme amar más por mi Jesús me cubrirá con sus virtudes, me vestirá con su belleza y esconderá mis miserias y mis debilidades. Pero un pensamiento quería afligir mi alegría: “Que Nuestro Señor hizo esto mientras la Reina del Cielo vivió sobre la tierra, pero cuando se la llevó al Cielo esta invención de amor divino terminó”. Y mi dulce Jesús regresando ha agregado: 

4 “Hija mía bendita, nuestras obras continúan siempre y son inseparables de Nosotros, así que nuestro amor oculto continúa en la Reina del Cielo y continuará siempre, no sería obrar como Dios si todo lo que hacemos pudiera separarse de Nosotros y no tener vida perenne. Por eso Nosotros amamos, nos vertemos sobre las criaturas, parece que nuestro amor parte de Nosotros, pero no, parte y queda con Nosotros, y el amor que se vuelca sobre las criaturas es inseparable de Nosotros y vuelve inseparable a aquélla que ha recibido nuestro amor, así que todas nuestras obras: Cielo y tierra, criaturas que salen a la luz del día, parece que parten de Nosotros, pero no, todas son inseparables de Nosotros, y esto es en virtud de nuestra inmensidad, que envolviendo todo, no hay punto donde no se encuentra y vuelva inseparable todo lo que Nosotros hacemos, por eso ni nuestras obras se pueden separar de Nosotros, ni Nosotros de ellas, se puede decir que forman un solo cuerpo para Nosotros, y nuestra inmensidad y potencia es como circulación de la sangre que mantiene a todo y a todos la vida, a lo más pueden ser obras distintas una de la otra, pero separables jamás”.

Fiat Divina Voluntad




Lc 1, 43

y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?

AUDIO

Vol. 34-38 (2) Mayo 28, 1937 

⚜️La Reina, portadora de Jesús, el gran don que le fue entregado.



(2) “...Yo soy la portadora de Jesús, esto fue un don que el Ente Supremo me confió, y cuando fue una realidad que Yo tuve la gracia, el amor, la potencia y la misma Voluntad Divina para tenerlo custodiado, defendido, amado, entonces me hizo la entrega del don, esto es, el Verbo Eterno, que se encarnó en mi seno diciéndome: ‘Hija nuestra, te hacemos el gran don de la Vida del Hijo Dios, a fin de que tú seas la dueña de Ella y lo dones a quien quieras, pero debes saber cómo tenerlo defendido, jamás lo dejes solo en aquellos a quien lo dones, para suplir si no lo aman, para repararlo si lo ofenden, harás de modo que nada le falte a la decencia, a la santidad, a la pureza que le conviene, sé atenta, es el don más grande que te hacemos, y te damos el poder de bilocarlo cuantas veces quieras, a fin de que quien lo quiera pueda recibir este gran don y poseerlo’


(desciende en los corazones Sacramentado)

Ahora, este Hijo es mío, es don mío, y como mío conozco sus secretos amorosos, sus ansias, sus suspiros, pero tanto, que llega a llorar y con sollozos repetidos me dice: ‘Mamá mía, dame a las almas, quiero las almas’. Yo quiero lo que quiere Él, puedo decir que suspiro y lloro junto, porque quiero que todos posean a mi Hijo, pero debo poner al seguro su Vida, el gran don que Dios me confió; he aquí por qué si desciende en los corazones Sacramentado Yo desciendo junto por garantía de mi don, no puedo dejarlo solo; pobre Hijo mío si no tuviera a su Mamá que desciende junto, cómo me lo tratan mal, quién no le dice un te amo de corazón, y Yo debo amarlo; quién lo recibe distraído, sin pensar en el gran don que reciben, y Yo me derramo sobre Él para no dejarlo sentir sus distracciones y frialdades; quién llega a hacerlo llorar, y Yo debo quitarle el llanto y hacer los dulces reproches a la criatura, que no me lo hagan llorar. Cuántas escenas conmovedoras suceden en los corazones que lo reciben Sacramentado; hay almas que jamás se contentan de amarlo, y Yo les doy mi amor, y también el suyo para hacerlo amar, estas son escenas de Cielo, y los mismos ángeles quedan raptados, y nos reanimamos de las penas que nos han dado las otras criaturas. 


(la Consagración sobre la Hostia Santa)

¿Pero quién puede decirte todo? Soy la portadora de Jesús, ni Él quiere estar sin Mí, tanto, que cuando el sacerdote está por pronunciar las palabras de la Consagración sobre la Hostia Santa, hago alas con mis manos maternas, a fin de que descienda por medio de mis manos para consagrarse, para que si manos indignas lo tocan, Yo hago sentir las mías que lo defienden y lo cubren con mi amor. Pero esto no basta, estoy siempre en guardia para ver si quieren a mi Hijo, tanto, que si algún pecador se arrepiente de sus graves pecados y la luz de la gracia despunta en su corazón, Yo, rápidamente le llevo a Jesús como confirmación del perdón, y Yo pienso en todo lo que se necesita para hacer que se quede en aquel corazón convertido. Soy la portadora de Jesús, y lo soy porque poseo en Mí el reino de su Voluntad Divina; Ella me revela quién lo quiere, y Yo corro, vuelo para llevarlo, pero sin jamás dejarlo, y no sólo soy portadora, sino espectadora, escucha de lo que hace y dice a las almas. ¿Crees tú que Yo no estaba presente para escuchar las tantas lecciones que mi amado Hijo te daba sobre su Divina Voluntad? Yo estaba presente, escuchaba palabra por palabra lo que te decía, y en cada palabra Yo agradecía a mi Hijo y me sentía doblemente glorificada porque hablaba del reino que Yo ya poseía, que había sido toda mi fortuna y la causa del gran don de mi Hijo, y al oírlo hablar Yo veía injertada la fortuna de mis hijos con la mía; ¡oh! cómo exultaba, todas las lecciones que te ha dado, y aún más, están ya escritas en mi corazón, y al ver que te las repetía a ti, Yo gozaba en cada lección un paraíso de más, y cuantas veces tú no estabas atenta y olvidabas, Yo pedía perdón por ti y le rogaba que repitiese sus lecciones, y Él para contentarme, porque no sabe negar nada a su Mamá, te repetía sus bellas lecciones. 


(estoy dentro, concurro junto con Él)

Hija mía, Yo estoy siempre con Jesús, pero a veces me escondo en Él, y parece que Él hace todo, como si hiciera sin Mí, pero Yo estoy dentro, concurro junto con Él y estoy al día de lo que hace; otras veces se esconde Él en su Mamá y me hace hacer a Mí, pero siempre es concurrente conmigo; otras veces nos hacemos presentes los dos, y las almas ven a la Madre y al Hijo, quienes los aman tanto según las circunstancias y el bien que ellas requieren, y muchas veces es el amor que no podemos contener que nos hace dar en excesos hacia ellas; pero ten por seguro que si está mi Hijo, estoy Yo, y que si estoy Yo, está mi Hijo, es un trabajo que me fue dado por el Ente Supremo, del cual Yo no puedo ni quiero retirarme, mucho más que estas son las alegrías de mi maternidad, los frutos de mis dolores, la gloria del reino que poseo, la Voluntad y el cumplimiento de la Trinidad Sacrosanta”. 

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Lc 1, 43

“Y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?”

AUDIO


Vol. 17-40 (3) Mayo 1, 1925 

⚜️ “La misión única de Madre del Hijo de Dios y el oficio de Corredentora del género humano


(3) Además de Mí está mi Celestial Mamá, que tuvo la misión única de Madre del Hijo de Dios y el oficio de Corredentora del género humano. Como misión de Maternidad Divina fue enriquecida de tanta Gracia, que unido todo junto lo de todas las demás criaturas, celestes y terrestres, jamás podrán igualarla; pero esto no bastó para atraer al Verbo a su seno materno, abrazó a todas las criaturas, amó, reparó, adoró a la Majestad Suprema por todas, de manera de poder hacer Ella sola todo lo que las generaciones humanas debían hacer hacia Dios; entonces en su corazón virginal tenía una vena inagotable hacia Dios y hacia todas las criaturas. Cuando la Divinidad encontró en esta Virgen la compensación del amor de todos, se sintió raptar y en Ella hizo su Concepción, y al concebirme Ella tomó el oficio de Corredentora y tomó parte y abrazó junto Conmigo todas las penas, las satisfacciones, las reparaciones, el amor materno hacia todos; así que en el corazón de mi Mamá había una fibra de amor materno hacia cada criatura. Por eso, con verdad y con justicia la declaré, cuando Yo estaba sobre la cruz, Madre de todos. Ella corría junto Conmigo en el amor, en las penas, en todo, no me dejaba jamás solo; y si el Eterno no le hubiera dado tanta gracia de poder recibir de Ella sola el amor de todos, jamás se habría movido del Cielo para venir a la tierra a redimir al género humano. He aquí la necesidad, la conveniencia de que debido a la misión de Madre del Verbo tenía que abrazar todo y sobrepasar todo. Cuando un oficio es único, viene como de consecuencia que nada se le debe escapar, debe tener bajo su mirada todo, para poder dar ese bien que posee, debe ser como un verdadero sol que puede dar luz a todos. Esto fue de Mí y de mi Mamá Celestial.

Fiat Divina Voluntad




Lc 1, 48

“Porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”

AUDIO

Vol. 24-35 (4) Agosto 15, 1928

“La gloria de la Virgen es insuperable”.


(4) “Hija mía, la gloria de la Mamá en el Cielo es insuperable, ningún otro en las regiones celestiales posee mares de gracia, de luz, mares de belleza y de santidad, mares de potencia, de ciencia y de amor, y mucho más, pues estos mares los posee en el mar interminable de su Creador, los otros habitantes de la bienaventurada patria a lo más poseen, quién los pequeños ríos, quién las gotitas, quién las fuentecitas, sólo Ella es la única, porque fue la única que hizo vida en el Fiat Divino, jamás tuvo lugar en Ella el querer humano, su vida fue toda de Voluntad Divina y en virtud de Ella concentró en Sí a todas las criaturas, concibiéndolas en su materno corazón y bilocando tantas veces a su Hijo Jesús para darlo a cada una de las criaturas que había concebido en su virginal corazón, por eso su Maternidad es extendida a todos, todos pueden presumir y decir: ‘La Madre de Jesús es mi Madre, y esta Madre tan dulce, amable, amante, nos da a cada uno a su Hijo amado como prenda de su amor materno’. Sólo mi Voluntad podía darle esta virtud de concebir a todas las criaturas como hijos suyos y de multiplicar tantas veces a su Jesús por cuantos hijos tenía. Ahora en el Cielo la Madre Soberana poseyendo sus mares, no hace otra cosa que elevar olas altísimas de luz, de santidad, de amor, etc., y las descarga sobre el trono del Ente Supremo, el cual para no dejarse vencer por el amor de Ella, de debajo los mares de la Virgen Reina, donde tiene el suyo más extenso, más profundo, forma sus olas más altas y las vierte sobre Ella, y Ella prepara las otras, y Dios las otras, de modo que todo el empíreo queda anegado por estas olas de luz, de bellezas, de amor y similares, tanto, que todos toman parte y gozan, y viendo que ellos, es decir los bienaventurados, no pueden formar estas olas porque no poseen mares, comprenden que su Madre y Reina, si todo esto posee, es porque formó su vida y santidad en la Voluntad Divina, así que los santos, en la Virgen conocen qué significa Santidad de Querer Divino en la criatura, y por eso suspiran a otras criaturas que lleven estos mares a la patria celestial, para ver formar otras olas encantadoras y para su mayor gozo. La tierra no conoce aún la santidad en mi Voluntad, y por eso amo tanto el hacerla conocer, pero al Cielo le es bien conocida porque está la Reina Soberana, que con sólo verla se hace reveladora de la santidad de mi Fiat, así que Ella en virtud de Él, en la tierra fue un portento de gracias para Sí y para toda la familia humana, y es portento de gloria en la patria celestial, ninguna otra criatura se puede decir similar a Ella”.



Lc 1, 49

“Porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre”


AUDIO

Vol. 14-13 (2) Marzo 16, 1922

“…entre Yo y mi Mamá corría tal corriente, que su latido corría en el mío y el mío corría en el suyo, así que Ella vivía de mi latido eterno y Yo de su latido materno”


“Hija mía, se ve que sin tu Jesús no sabes pensar, ni decir otra cosa que disparates, tampoco mi querida Mamá hacía nada de extraordinario en su vida exterior, es más, aparentemente hizo menos que cualquier otro, Ella se abajaba a las acciones más ordinarias de la vida, hilaba, cosía, barría, encendía el fuego, ¿quién habría pensado que Ella era la Madre de Dios? Sus acciones externas nada hacían entreverlo, y cuando me llevó en su seno, conteniendo en Ella al Verbo Eterno, cada movimiento suyo, cada acción humana de Ella obtenía adoración de todo lo creado, de Ella salía la vida y la conservación de todas las criaturas, el sol dependía de Ella y de Ella esperaba la conservación de su luz y de su calor, la tierra el desarrollo de la vida de las plantas, todo giraba en torno a Ella, Cielos y tierra estaban pendientes de sus indicaciones, sin embargo ¿quién veía algo? Nadie. Toda su grandeza, potencia y santidad, los mares inmensos de bienes que de Ella salían era de su interior; cada latido suyo, respiro, pensamiento, palabra, eran un desahogo en su Creador. Entre Ella y Dios había continuas corrientes que recibía y daba, nada salía de Ella que no hiriese a su Creador y en lo que no quedase herida por Él. Estas corrientes la engrandecían, la elevaban, la hacían superar todo, pero nadie veía nada, sólo Yo, su Dios e Hijo estaba al corriente de todo; entre Yo y mi Mamá corría tal corriente, que su latido corría en el mío y el mío corría en el suyo, así que Ella vivía de mi latido eterno y Yo de su latido materno, por eso, nuestras vidas se confundían juntas, y era precisamente esto lo que ante Mí la hacía distinguirse como mi Madre. Las acciones externas no me satisfacen, ni me agradan, si no parten de un interior del que Yo formo la vida.

Fiat Divina Voluntad



Lc 1, 52

“Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes”

AUDIO


Vol. 20-46 (5) Enero 6, 1927

"las dignidades, los cetros, las riquezas, son siempre humos que ciegan al alma"

...mira el orden de mi Providencia Divina: Para el gran portento de mi Encarnación elegí y me serví de una Virgen, humilde, pobre; por custodio que me hacía de padre, al virgen San José, tan pobre que tenía necesidad de trabajar para mantenernos la vida. Mira cómo en las obras más grandes, y más grande no podía ser el misterio de la Encarnación, nos servimos de personas que en la apariencia no llaman la atención de nadie, porque las dignidades, los cetros, las riquezas, son siempre humos que ciegan al alma y le impiden penetrar en los arcanos celestiales para recibir un acto grande de Dios y al mismo Dios.  

En cambio para manifestar a los pueblos la venida de Mi, Verbo del Padre a la tierra, quise y me serví de autoridad regia, de hombres doctos y sabios, para que por su autoridad pudieran difundir el conocimiento del Dios nacido, y queriendo pudieran aun imponerse sobre los pueblos..."

Fiat Divina Voluntad

Lc 1, 42

"y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"

AUDIO


Reparemos "todas las ofensas que se le hacen a la Santísima Virgen, las blasfemias y las ingratitudes de tantos que no quieren reconocer los inmensos beneficios que nos has dado dándonosla por madre" 


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo 

Una parte de la Hora 21 

La Segunda Hora de Agonía sobre la Cruz 


"... Mientras tanto, viendo que ya no tienes nada que darle, habiéndole dado todo, vuelves tu débil mirada hacia tu Madre. También ella está más que moribunda a causa de tus penas y es tan grande el amor que la tortura, que la tiene crusificada junto contigo. Madre e hijo se comprenden; y tú das un suspiro de satisfacción y te consuelas al ver que todavía puedes darles a las criaturas a tu Madre; y viendo en Juan a todo el género humano, con una voz tan tierna que enternece a todos los corazones, le dices a tu Madre: 

«¡Mujer, he ahí a tu hijo!». 

Y a Juan: «¡He ahí a tu Madre!». 

Tu voz penetra en su Corazón materno y junto con la voz de tu sangre sigues diciendo:

«Madre mía, a ti te confío todos mis hijos. ¡Así como me amas a mí, ámalos también a ellos! Que todos tus cuidados y ternuras maternas sean para mis hijos. Tú me los salvarás a todos».

Tu Madre Santísima acepta. Y mientras tanto, son tan intensas tus penas, que de nuevo te reducen al silencio. ¡Oh Jesús mío!, quiero reparar todas las ofensas que se le hacen a la Santísima Virgen, las blasfemias y las ingratitudes de tantos que no quieren reconocer los inmensos beneficios que nos has dado dándonosla por madre ¿Cómo podemos agradecerte este beneficio tan grande?

Recurro a tu misma fuente, ¡oh Jesús!, y te ofrezco tu sangre, tus llagas y el amor infinito de tu corazón. 

¡Oh Virgen Santísima, qué conmoción tan grande sientes al oír la voz de tu amado Jesús que te deja como Madre de todos nosotros! Te doy gracias, Virgen bendita, y para darte gracias como mereces te ofrezco la misma gratitud de tu Jesús. ¡Oh dulce Madre!, protégenos, cuídanos, no dejes que jamás te ofendamos en lo más mínimo, tennos siempre abrazados a Jesús y con tus manos átanos a él, de manera que nunca más podamos volver a huir de él. Quiero reparar con tus mismas intenciones todas las ofensas que le hacen a Jesús y las que te hacen a ti también, ¡oh dulce Madre mía!" 

Inscrito del Magnificat, que está en idioma español en el Santuario de la  Visitación y del Nacimiento de Juan Bautista