Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


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...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

Febrero, 2024



EVANGELIO

Febrero 10, 2024


Marcos 8, 1-10

La gente comió hasta quedar satisfecha

"Quise Bendecir a mi Mamá, sirviéndome de Ella como canal para hacer llegar a ti mis Bendiciones"


"Te bendigo en modo especial, te bendigo el corazón, la mente, el movimiento, la palabra, el respiro, toda y todo te bendigo"

🎧  Bendición A Través De María

Vol. 14-40 (1-4)

Mayo 13, 1917 Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos


Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

Santo Rosario 

por el Reino









AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo

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"Sé atenta a recibir continuamente la palabra de mi Fiat, que es portador de creación, de vida y de conservación”.

                 Jesús

El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 27-4 (3)

EVANGELIO

Marcos 8, 1-10




Lectura del santo Evangelio según San Marcos

La gente comió hasta quedar satisfecha



1. Por aquellos días, habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice:

2. «Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer.

3. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos.»

4. Sus discípulos le respondieron: «¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?»

5. Él les preguntaba: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos le respondieron: «Siete.»

6. Entonces él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente.

7.Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran.

8. Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas.

9. Fueron unos 4.000; y Jesús los despidió.

10. Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


Sierva de Dios Luisa Piccarreta

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Mc 8, 2 

“Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer”


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Vol. 29-2 (2)  febrero 15, 1931

“alimentos divinos”


“Hija mía buena, ánimo, no temas que Yo te pueda abandonar, siento mi Vida en ti, y si Yo te abandonara, esta Vida mía en ti permanecería sin alimento para hacerla crecer, sin luz para hacerla feliz, faltaría el cortejo real a mi Vida Divina que Yo mismo he formado en ti. Porque tú debes saber que mi Vida en Mí mismo no tiene necesidad de nada, ni de crecer, ni está sujeta a decrecer, pero mi Vida que voy formando en la criatura, para hacerla crecer tiene necesidad de alimentos divinos, de modo que poco a poco mi Vida Divina llene toda la criatura. Por eso no puedo dejarte, y mientras parece que te dejo y parece que todo ha terminado entre tú y Yo, de improviso regreso a mi pequeña hija para ponerte en la boca el alimento de mi Voluntad, porque tú debes saber que mi Voluntad es Luz, y al alma que vive en Ella le vienen suministradas las propiedades de la Luz, y mientras obra, sus obras se llenan de Luz, pero tanto, de desbordarse fuera, de modo que se ve que fueron hechas en las propiedades de la Luz de su Creador; si ama, 38 las propiedades del Amor Divino llenan el amor de la criatura; si adora, las propiedades de la adoración divina llenan la adoración de la criatura; en suma, no hay acto que haga la criatura, que las propiedades divinas no llenen estos actos. En mi Voluntad lo humano cesa, queda anulado, y la criatura tiene siempre qué tomar, las propiedades divinas están a su disposición. ¡Oh! si todos supieran qué significa vivir en mi Querer Divino, el gran bien que les viene, y en el modo más simple.”

  Fiat Divina Voluntad



Mc. 8, 3 

Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos.

 

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Vol. 32-2 (2) Marzo 19, 1933

Alimento que da a la criatura el Ser Supremo.

 

Alimento Celestial y Divino

(2) “Hija mía bendita, nuestra bondad suprema no se contentó con amar al hombre, con darle todo el universo a su disposición, sino que para dar desahogo a nuestro intenso amor, poníamos nuestras cualidades divinas para alimentar su alma, así que poníamos nuestra potencia, sabiduría, bondad, amor, santidad, fuerza, como su alimento celestial y divino. Así que cada vez que venía a Nosotros le poníamos nuestra mesa celestial para alimentarlo y saciarlo; no hay cosa que más nos una, nos identifique con la criatura que el alimento, el cual llega a convertirse en sangre, calor, fuerza, crecimiento y vida de ella, así nuestra Divinidad, queriendo alimentarla con nuestras cualidades divinas, se hacía calor, fuerza, crecimiento y vida de la criatura. Pero esto no bastó, este alimento digerido no sólo hacía crecer a la criatura toda bella y santa con las virtudes de los alimentos que tomaba, sino que servía para hacer crecer la Vida Divina, la cual no se adapta a alimentos humanos, sino que quiere sus mismos alimentos divinos para crecer y formar su misma Vida en el fondo del interior del alma. Mira, ¿se puede dar amor más grande, unión más íntima e inseparable, que exponer nuestro Ser Divino, nuestras cualidades inmensas e infinitas por alimento, para hacerla crecer con nuestras similitudes? Y además, servirnos de ellas para suministrarle los alimentos para no hacernos quedar en ayunas en su alma, y así pueda decir: ‘Dios alimenta mi alma, y yo con el alimento que me da alimento su Vida y la hago crecer en mí’. El amor sólo está contento cuando puede decir: ‘Tú me has amado, y yo te he amado; lo que tú has hecho por mí, yo lo he hecho por ti’. Y como sabemos que la criatura no nos puede igualar jamás, le damos de lo nuestro, y así igualamos las partes y quedamos contentos y felices, ella y Nosotros, porque el verdadero amor sólo se siente feliz y satisfecho cuando puede decir: ‘Lo que es tuyo es mío’. Y no creas que esto fue para el primer hombre, lo que hacemos una vez lo continuamos siempre, todavía ahora estamos a disposición de las criaturas, cada vez que se une con nuestra Voluntad, que pierde la suya en la nuestra, que la hace dominar, son como tantas visitas que viene a hacer a nuestro Ser Supremo, y Nosotros, ¿la dejaremos ir en ayunas? ¡Ah! no, no sólo la alimentamos, sino que le damos de lo nuestro, a fin de que tenga alimentos suficientes para crecer como nuestro Querer la quiere, y a fin de que no le falten los medios necesarios para hacer crecer siempre más nuestra Vida en ella. Mucho más, que por parte nuestra no le hacemos faltar jamás nada, más bien damos siempre en modo sobreabundante, si falta alguna cosa será siempre por parte de la criatura, pero por Nosotros, jamás”.

  Fiat Divina Voluntad

 


 Mc. 8, 4

«¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?»

 

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Vol. 32-14 (3) Junio 15, 1933

La intención forma la vida de la acción

 

(3) Ahora, tú debes saber que Yo no miro la acción externa de la criatura, sino la intención que forma la vida de la acción, ella es como el alma de la acción, ésta se vuelve como el velo de la intención. Sucede como el alma al cuerpo, que no es el cuerpo el que piensa, el que habla, palpita, obra y camina, sino que el alma da vida al pensamiento, a la palabra, al movimiento, así que el cuerpo es velo del alma, la cubre y se hace portador de ella, pero la parte vital, la acción, el paso, es del alma. Tal es la intención, verdadera vida de las acciones. Ahora, si tú llamas a mi Divina Voluntad como vida de tu mente, como latido de tu corazón, como acción de tus manos y así de todo lo demás, tú formarás la vida de la inteligencia de mi Voluntad en tu mente, la vida de sus acciones en tus manos, su paso divino en tus pies, de modo que todo lo que hagas servirá de velo a la Vida Divina que con tu intención has formado en el interior de tus actos, ¿pero qué cosa es esta intención? Es tu voluntad que haciendo una llamada a la mía se vacía de sí misma, y forma el vacío en su acto para dar el puesto a la acción de mi Voluntad, y ella haciéndose velo esconde en las acciones, aun en las más ordinarias y naturales, la acción extraordinaria de un Dios, tanto, que de fuera se ven acciones comunes, pero si se quita el velo del querer humano se encuentra encerrada la Virtud obrante de la acción divina, y esto forma la santidad de la criatura, no la diversidad de las acciones, no las obras que hacen rumor, no, sino la vida común, las acciones necesarias de la vida, de las cuales la criatura no puede prescindir, todas son velos que pueden esconder nuestra Voluntad, y hacerse campo donde Dios mismo se abaja para hacerse actor escondido de sus acciones divinas. Y así como el cuerpo vela al alma, así la voluntad vela a Dios, lo esconde y forma por medio de sus acciones ordinarias la cadena de las acciones extraordinarias de Dios en su alma. Por eso sé atenta, llama en todo lo que haces a mi Voluntad, y Ella no te negará jamás su acto, para formar en ti, por cuanto a criatura es posible, la plenitud de su santidad”. 

  Fiat Divina Voluntad



Mc 8, 8 

Comieron y se saciaron

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Vol. 21-1 (4-5)  Febrero 23, 1927

"Es precisamente este el obrar divino: Un acto que hace se multiplica en tantos, que todos pueden hacer suyo aquel acto como si hubiera sido hecho por cada uno, mientras que el acto ha sido uno, así que el alma donde reina mi Querer se pone en las condiciones de Dios mismo"


“habiendo recibido la santa Comunión, estaba diciendo a mi amado Jesús: 

“Amor mío y vida mía, tu Voluntad tiene virtud de multiplicar tu Vida por cuantos seres existen y existirán sobre la tierra, y yo en tu Querer quiero formar tantos Jesús para darte todo entero a cada alma del purgatorio, a cada bienaventurado del Cielo, a cada viviente sobre la tierra”. 

Ahora, mientras esto decía, mi celestial Jesús me ha dicho:

“Hija mía, para quien vive en mi Querer, Éste es exactamente lo que hace, multiplica los actos del alma en virtud suya por cuantos son los seres creados, el alma recibe la actitud divina, y su acto se hace acto de todos.

Es precisamente este el obrar divino:

Un acto que hace se multiplica en tantos, que todos pueden hacer suyo aquel acto como si hubiera sido hecho por cada uno, mientras que el acto ha sido uno, así que el alma donde reina mi Querer se pone en las condiciones de Dios mismo, sea de gloria, sea de dolor, según que las criaturas lo reciban o lo rechacen; la gloria que su acto puede llevar, el bien y la Vida de Jesús a todos, es grande, exuberante, infinito; el dolor de que no todas las criaturas tomen aquel bien y de que mi misma Vida quede suspendida, sin llevar lo útil de mi Vida Divina, es dolor que supera todo dolor”.

 Fiat Divina Voluntad

Mc. 8, 10

Subió a continuación a la barca con sus discípulos.

 

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Vol. 13-37 (1-2) Noviembre 28, 1921

El mar de la Divina Voluntad y la barquita de luz

 

(1) Continuando mi habitual estado, me he encontrado en un mar inmenso de luz, no se veía ni donde terminaba ni donde comenzaba, había una barquita, pero formada también ella de luz, de luz era el fondo de la barca, de luz las velas, en suma toda era luz, sin embargo las diversas partes que se necesitaban para formar la barca se distinguían entre ellas por la diversidad de la luz, una más resplandeciente que la otra; esta barquita navegaba este mar de luz con una velocidad increíble. Yo he quedado encantada, y mucho más al ver que la barquita ahora se perdía en el mar y no aparecía más, ahora salía y mientras estaba lejana, sumergiéndose en el mar se encontraba en el mismo punto donde había salido antes. Por esto mi siempre amable Jesús se divertía mucho al ver a esta barquita, y llamándome me ha dicho:

(2) “Hija mía, el mar que tú ves es mi Voluntad, Ella es luz y nadie puede navegar este mar sino quien quiere vivir de luz. La barca que ves con tanta gracia navegar este mar es el alma que vive en mi Querer; con su continuo vivir en mi Querer ha respirado el aire de mi Voluntad y mi Voluntad la ha vaciado de la madera, de las velas, del ancla, del mástil y la ha convertido toda en luz, así que el alma, conforme va haciendo sus actos en mi Querer, se vacía de sí y se llena de luz. El capitán de esta barca soy Yo, Yo la guío de acuerdo a su velocidad, Yo la sumerjo para darle reposo y tener tiempo para confiarle los secretos de mi Querer, ninguno podría ser hábil en guiarla, porque no conociendo el mar no pueden conocer el modo como guiarla, ni Yo me fiaría de ninguno, a lo más escojo una guía como espectador y oyente de los grandes prodigios que hace mi Querer. ¿Quién puede ser hábil para guiar la carrera en mi Querer? En cambio Yo, en un solo instante la hago hacer la carrera que otro guía la haría hacer en un siglo”.

  Fiat Divina Voluntad


 


Mc 8, 2 

“Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer”


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Vol. 25-20 (1-2)  enero 6, 1929

"qué infeliz muchedumbre, no son otra cosa que la turba que se salió de la heredad paterna, dada a ellos por su celestial Padre"


Continúo mi habitual estado en el Fiat Divino, y mientras seguía sus actos veía una multitud de gente, toda de baja estatura, mal nutridos, enfermizos, raquíticos y algunos llagados; en esta multitud no había ni frescura infantil, ni belleza de edad juvenil, ni dignidad de hombre maduro, parecía una revoltijo de gente sin régimen, sin alimentos suficientes, hambrientos, y que si comían no se saciaban jamás, ¡cuánta compasión despertaba esta gran muchedumbre, que parecía que fuese todo el mundo! Yo no sabía quienes eran, ni el significado de su naturaleza por la que ninguno había alcanzado su debida estatura, y mi amado Jesús suspirando ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho:

“Hija mía, qué infeliz muchedumbre, no son otra cosa que la turba que se salió de la heredad paterna, dada a ellos por su celestial Padre.

Pobres hijos sin herencia paterna, no tienen tierras donde estar al seguro, no tienen alimentos suficientes para nutrirse y están obligados a vivir de robos, rapiña, y de alimentos sin sustancia, y por eso les resulta muy difícil el crecer a debida estatura, porque sus miembros no tienen fuerza suficiente para desarrollarse, y por eso están raquíticos, enfermos, hambrientos, sin saciarse jamás, todo lo que toman no se adapta a su crecimiento porque no son alimentos adecuados y establecidos para ellos, ni de su herencia. Hija mía, la herencia dada por mi Celestial Padre a esta muchedumbre era mi Divina Voluntad, en Ella debían encontrar alimento para crecer a debida estatura, aire balsámico para volverlos sanos y fuertes, el cual debía pintar sobre sus rostros la frescura infantil, la belleza juvenil y la dignidad y gracia del hombre maduro, no había bien que esta herencia no poseyera, del cual el hombre debía ser el dueño, tener a su disposición todos los bienes que quisiera, en el alma y en el cuerpo. Por eso, en cuanto el hombre salió de la heredad de mi Divina Voluntad, no encontró más las cosas a su disposición, no fue más dueño, sino siervo y está obligado a vivir con penurias y privaciones, ¿así que cómo puede crecer a debida estatura? He aquí el por qué espero con tanto amor la muchedumbre de quienes deben vivir en nuestra heredad del Fiat Divino. Nuestra Voluntad nos formará la bella turba de gente de justa estatura, bella y fresca, que será nutrida con alimentos sustanciosos que los volverán fuertes y desarrollados y formarán toda la gloria de nuestra obra creadora. Nuestro dolor es grande al mirar a esta turba infeliz y deformada, y en nuestro dolor repetimos: ‘¡Ah, nuestra obra no salió de nuestras manos creadoras enferma, sin belleza y sin frescura, sino que era un amor el sólo mirarla, nos extasiaba, tan bella era!’ Pero mientras decimos esto, nuestro Amor se inflama, quiere salir fuera y quiere poner en camino a nuestro Querer Divino para hacerlo reinar en medio a las criaturas, para restablecer bella y graciosa nuestra obra, como salió de nuestras manos creadoras.”



 

Mc. 8, 3

Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos.

 

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Vol. 26-22 (1-2) Julio 24, 1929

“el Querer Divino quiere formar su reino en medio a las criaturas” 

 

(1) Estaba pensando en el Fiat Supremo, y pensaba: “Si el Querer Divino quiere formar su reino en medio a las criaturas, entonces, antes de la venida de Nuestro Señor a la tierra, cuando vino, y después de haber venido, ¿en qué modo se encontraba la Divina Voluntad con relación a las criaturas? Y mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho:

(2) “Hija mía, mi Voluntad con su inmensidad ha estado siempre en medio a las criaturas, porque Ella, por su naturaleza, no hay punto donde no se encuentre, y las criaturas no pueden estar sin Ella, sería lo mismo que no tener vida ni percibirla, sin mi Divina Voluntad todas las cosas se resolverían en la nada; mucho más que el acto primero de todas las cosas creadas es mi Fiat Divino, Él es como la cabeza a los miembros, y si uno quisiera decir: ‘Puedo vivir sin la cabeza’, esto le resultaría imposible, es la más grande de las locuras el sólo pensarlo. Sin embargo el reinar es una cosa, es el ser reconocida, amada, suspirada y depender de Ella como dependen los miembros de la cabeza, esto es reinar; en cambio estar en medio de las criaturas, no es reinar si no se depende del todo de Ella. Ahora, mi Divina Voluntad, antes de mi venida a la tierra, si bien con su inmensidad estaba en medio de las criaturas, pero las relaciones que había entre estas y Ella, eran como si viviese en tierra extranjera, y desde lejos recibían las escasas comunicaciones, las breves noticias que les anunciaban mi venida a la tierra. Qué dolor, estar en medio de ellas y no ser reconocida y tenerla tan lejos de su voluntad como si estuviera en tierra extranjera. Con mi venida, como Yo la poseía como vida, y mi Humanidad la reconocía, la amaba y la hacía reinar, por medio mío se acercó a las criaturas, y las relaciones que Ella tenía con ellas eran como si no más estuviera en tierra extranjera, sino en sus tierras, pero como no la conocieron ni le dieron el dominio de hacerla reinar, por eso no se puede decir que mi Querer Divino haya formado su reino. Por eso mi venida a la tierra sirvió para acercar a las dos voluntades, humana y Divina, y ponerlas en íntimas relaciones y aumentar las noticias para hacerla conocer, tanto, que enseñé el Padre Nuestro para hacerlos decir venga tu reino, hágase tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra. Si mi Querer no vive como en el Cielo así en la tierra, no se puede decir que tiene su reino en medio a las criaturas; 

he aquí por qué en el tiempo del reino de Ella no sólo estará en medio a las criaturas, sino dentro de cada una de ellas como vida perenne, y para llegar a eso debe ser reconocida como cabeza y vida primaria de cada una de las criaturas, pero como esta cabeza no es reconocida, no fluye en los miembros su fuerza, su santidad, su belleza, ni hace correr en ellos su sangre noble y divina, por eso no se ve la vida del Cielo en las criaturas. He aquí el por qué amo tanto que mi Divina Voluntad sea conocida, el conocimiento hará surgir el amor, y sintiéndose amada y suspirada se sentirá atraída a venir a reinar en medio a las criaturas”.

Marcos 7, 6

"y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente"


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Fundidos en Jesús y en su Divina Voluntad, reparemos en María a Jesús, 

"por todas las faltas de gratitud, por todas las veces que las criaturas no te agradecen todos los recursos que nos proporcionas para la conservación de nuestra vida corporal"


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor JesucristoUna parte de la Hora 4 de su Pasión  

“Dulce Amor mío, incontentable siempre en tu amor, veo que al terminar la cena legal, te pones de pie junto con tus amados discípulos y elevas al Padre el himno de acción de gracias por haberles dado el alimento, queriendo así reparar por todas las faltas de gratitud, por todas las veces que las criaturas no te agradecen todos los recursos que nos proporcionas para la conservación de nuestra vida corporal. Es por eso que tú, ¡oh Jesús!, en todo lo que haces, en todo lo que tocas y ves, tienes siempre en tus labios estas palabras:

« ¡Gracias te sean dadas, oh Padre! ». 

¡Oh Jesús!, también yo, unido a ti, tomaré estas palabras de tus mismos labios y diré siempre y en todo: « Gracias, por mí y por todos », para continuar tu misma reparación por las faltas de gratitud de las criaturas.”