Vol. 19-51 (2) Agosto 27, 1926

Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


“...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.

"Que se haga conocer que mi Divina Voluntad ya quiere venir a reinar como en el Cielo así en la tierra en medio a las criaturas"

Vol. 25-21 (3)

Enero, 2024

Celebramos La Epifanía




EVANGELIO

Enero 19, 2024


Marcos 3, 13-19
Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros

Mayo 13, 1917 Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos


Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

Santo Rosario

por el Reino



AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo

AUDIO



"Sé atenta a recibir continuamente la palabra de mi Fiat, que es portador de creación, de vida y de conservación”.

                 Jesús

El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 27-4 (3)

EVANGELIO

Marcos 3, 13-19


Lectura del santo Evangelio según San Marcos
Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros


13.Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él.
14.Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar
15.con poder de expulsar los demonios.
16.Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro;
17.a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno;
18.a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo
19.y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.

Sierva de Dios Luisa Piccarreta

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Mc 3, 14

Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar“ 


AUDIO


Vol. 25-32 (1-2) Marzo 22, 1929

⚜️ "llamé a mi alrededor a los apóstoles, para servirme de ellos como pregoneros de lo que había hecho y dicho"


“Así será del reino de mi Voluntad Divina, te llamé a ti como a una segunda madre mía... y... he llamado a mi ministro"


Mi pobre mente me la siento fijada en el Querer Divino, y pensaba entre mí: “Pero, ¿cómo podrá venir su reino a la tierra? Y además, ¿cómo puede venir si no se conoce?” Mientras esto pensaba, mi siempre amable Jesús saliendo de mi interior me ha dicho:

“Hija mía, Yo en mis obras me sirvo de medios humanos, si bien hago la primera parte, el fundamento y toda la sustancia de la obra que quiero hacer, y después me sirvo de las criaturas para hacer que mi obra sea conocida y tenga vida en medio a las criaturas. Así hice en la Redención, me serví de los apóstoles para hacerla conocer, para propagarla y recibir y dar los frutos de la Redención. Y si los apóstoles no hubieran querido decir nada de lo que Yo dije e hice al venir a la tierra, y encerrados en su mutismo no hubieran hecho un paso, ni un sacrificio, ni puesto la vida para hacer conocer el gran bien de mi venida a la tierra, habrían hecho morir mi Redención en el momento de nacer, y las generaciones habrían estado privadas del Evangelio, de los Sacramentos y de todos los bienes que ha hecho y hará mi Redención.

Fue esta mi finalidad por la que en los últimos años de mi vida acá abajo llamé a mi alrededor a los apóstoles, para servirme de ellos como pregoneros de lo que había hecho y dicho. ¡Oh, si los apóstoles hubieran callado habrían sido reos por las tantas almas perdidas si no hubieran conocido el bien de la Redención, reos por tanto bien no hecho por las criaturas! 

En cambio, porque no callaron y pusieron su vida, se pueden llamar, después de Mí, autores y causa de tantas almas salvadas y de todos los bienes que se han hecho en mi Iglesia, que como primeros pregoneros forman sus columnas inquebrantables.

Esta es nuestra costumbre divina, primero hacemos nuestro primer acto en nuestras obras, ponemos todo lo que se necesita, y después las confiamos a las criaturas, dándoles gracias suficientes para que puedan continuar lo que Nosotros hemos hecho, y por eso nuestras obras son conocidas según el interés y la buena voluntad que tienen las criaturas.

 

Así será del reino de mi Voluntad Divina, te llamé a ti como a una segunda madre mía, y al tú por tú, como hice con Ella en el reino de la Redención, te he manifestado los tantos secretos de mi Fiat Divino, el gran bien de Él y cómo quiere venir a reinar sobre la tierra. Puedo decir que he hecho todo, y si he llamado a mi ministro a fin de que tú te confiaras con él para hacerle conocer, mi finalidad ha sido para que tuviese interés de hacer conocer tanto bien, y si por parte de quien debiera ocuparse no existiera este interés, el reino de mi Voluntad lo pondría en peligro de hacerlo morir al nacer, quedando ellos como reos de todo el bien que puede traer un reino tan santo; también merecerían que haciéndolos a un lado, llamara a otros como pregoneros y propagadores de los conocimientos de mi Fiat Divino.

Hasta en tanto que no encuentre quién tenga interés, y tenga más en cuenta que a su propia vida el hacer conocer sus conocimientos, el reino de mi Voluntad no puede tener su principio, ni su vida sobre la tierra”. 

 Fiat Divina Voluntad




Mc 3, 14

"Instituyó Doce, para que estuvieran con él"

 

AUDIO


Giremos


Vol. 4-157 (6)  Diciembre 4, 1902

"modo como debe comportarse el sacerdote en su obrar"

"quise un sacerdote que me asistiera en aquel estado de víctima, el cual fue san Juan"


(6) “Mi Potencia se extendía por doquier, y desde cualquier lugar que me encontrara podía realizar los más estrepitosos milagros, sin embargo, en casi todos los milagros quise asistir personalmente, como al resucitar a Lázaro, fui, hice quitar la lápida, lo hice desatar, y después con el imperio de mi voz lo volví a llamar a la vida. Al resucitar a la niña, la tomé de la mano con mi mano derecha llamándola nuevamente a vida, y tantas otras cosas que están registradas en el Evangelio, que a todos son conocidas, quise asistir con mi presencia. Esto enseña, estando encerrada la vida futura de la Iglesia en la mía, el modo como debe comportarse el sacerdote en su obrar. 

Y estas son cosas que se refieren a ti, pero en modo general, tu lugar propio lo encontrarán sobre el calvario. Yo, sacerdote y víctima y levantado sobre el leño de la cruz, quise un sacerdote que me asistiera en aquel estado de víctima, el cual fue san Juan, que representaba la Iglesia naciente; en él Yo veía a todos: Papas, obispos, sacerdotes y todos los fieles juntos, y él mientras me asistía, me ofrecía como víctima para la gloria del Padre y para el buen éxito de la Iglesia naciente. Esto no sucedió por casualidad, que un sacerdote me asistiera en ese estado de víctima, sino que todo fue un profundo misterio, predestinado desde “ab eterno” en la mente divina, significando que al escoger a una alma víctima por las graves necesidades que en la Iglesia hay, un sacerdote Me la ofrezca, Me la asista, la ayude y la anime a sufrir; si estas cosas se comprenden, está bien, ellos mismos recibirán el fruto de la obra que prestan, como san Juan, ¿cuántos bienes no recibió por haberme asistido en el monte calvario? Si en cambio no, no hacen otra cosa que poner mi obra en continuos conflictos, desviando mis más bellos designios.

 Fiat Divina Voluntad




Mc. 3; 13

Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él.

AUDIO


¿Cómo puede dejar de repetir lo que comenzó junto con nuestro Ser Supremo?


Vol. 36-4 (5) Abril 25, 1938
quien vive en nuestro Fiat siente su inmutabilidad, y se siente investir por tal firmeza, que no cambiaría acción ni por el Cielo ni por la tierra...

(5) Después ha agregado: “Además del amor incesante, hay otra señal para saber si el alma vive en mi Querer, y si Éste reina en ella, y esta señal es la inmutabilidad; no cambiarse jamás del bien al mal es sólo de Dios, un carácter firme, constante, no ser fácil para cambiar acción, que sólo una paciencia divina puede tener, la constancia de hacer siempre un acto sin cansarse jamás, sin jamás sentir fastidio, desagrado, es sólo de Dios. Ahora, quien vive en nuestro Fiat siente su inmutabilidad, y se siente investir por tal firmeza, que no cambiaría acción ni por el Cielo ni por la tierra, se contentaría con morir antes que dejar de hacer, y repetir continuamente lo que está haciendo, mucho más que lo que se hace con ánimo firme, sin jamás cambiarse, ha tenido por principio a Dios, y por lo tanto siente a Dios en su acto, y conforme repite el acto se lo siente correr en su acto, y Dios mismo anima su acción. ¿Cómo puede dejar de repetir lo que comenzó junto con nuestro Ser Supremo? Debería salir de nuestra Voluntad para cambiar acción; Ella cuando obra no cambia jamás, y así vuelve a quien vive en su Querer, y ¡oh! cómo se distingue pronto quien no vive mi Voluntad, hoy quiere hacer una cosa, mañana alguna otra; una vez le agrada hacer un sacrificio, en otra ocasión le huye. No se puede fiar de ella, es siempre una caña que se mueve al soplo de los vientos de sus pasiones. La mutabilidad de la voluntad humana es tanta, que llega a convertir a la criatura en el hazmerreír de sí misma, y tal vez también de los mismos demonios. He aquí el por qué llamo a la criatura a vivir en nuestro Querer, para que sea sostenida y reforzada por Él, y así pueda hacer honor a nuestra obra creadora, porque sólo el hombre es voluble, mientras que todas nuestras demás obras no se cambian jamás, el cielo está siempre fijo, no se cansa jamás de estar distendido; el sol hace siempre su curso, no cambia jamás su acción de dar su luz para bien de toda la tierra; el aire está siempre en acto de hacerse respirar, todas las cosas, tal como han sido creadas por Nosotros, así se mantienen, y hacen siempre la misma acción, sólo el hombre con no querer vivir en nuestro Querer Divino, desciende de los modos de su Creador y no sabe conducir a término sus obras, por lo tanto no las sabe amar, ni apreciar, ni recibir el mérito de sus obras”.



Mc. 3; 19

y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.

AUDIO


Vol. 34-31 (4) Abril 8, 1937
"quien quiere entrar en este reino encontrará en Ella la puerta, los derechos y la vestidura real para entrar"


(4) Ahora hija mía, mi Divina Voluntad con su Inmensidad envuelve a todos y a todo, no hay ser que no nade en Ella, por eso todo lo que se hace se vuelve derecho de todos, y todos pueden repetir aquel acto, menos quien no quiere repetirlo y poseerlo, y no quiere reconocer que vive en Ella, que su vida está animada por el Fiat Divino, estos son como ciegos, que mientras el sol los dardea con su luz, ellos no ven y yacen como si fuera noche para ellos; están como paralizados, que mientras pueden tener el uso de los miembros para hacer el bien, se contentan con quedar inmovilizados, son como mudos que no saben hablar, pero son ciegos, paralíticos y mudos voluntarios; pero todos los demás, como mi Voluntad es vida y está en comunicación con todos, así todo lo que se puede hacer en Ella es vida, bien, y derecho de todos, y todos pueden repetir aquel acto para formar la Vida Divina obrante en ellos. Los primeros derechos de hacer poseer el reino de mi Querer a las generaciones humanas fueron dados a Adán, porque él, en la primera época de su vida, sus actos fueron hechos en el Querer Divino, y si bien pecó y perdió voluntariamente la Vida obrante de mi Voluntad en él, y él en Nosotros, pero sus actos quedaron, pues lo que se hace en nuestro Querer no sale, porque son nuestros triunfos, nuestras victorias sobre el querer humano, así que son nuestros, y Nosotros jamás ponemos fuera lo que es nuestro. Por lo tanto quien entra en Él encuentra el primer amor de Adán, sus primeros actos que le dan el derecho de poseer nuestro Fiat y de repetir los mismos actos que él hizo, sus actos aún son hablantes, su amor aún está fundido en el nuestro, e incesantemente nos ama con nuestro mismo amor. Por eso el obrar en el Querer Divino se vuelve eterno con Nosotros, y no está sujeto a terminar y se pone a disposición de todos, de modo que sólo quien es ingrato no lo toma y no se quiere servir de la Vida para recibir vida. Estos derechos de poseer mi Voluntad como vida, fueron dados por la Reina del Cielo, porque también Ella es de la estirpe humana, pero en modo más extenso y con más sacrificio, porque le costó la Vida de su mismo Hijo y Dios para dar la posesión del reino de nuestro Fiat a las generaciones humanas, y habiéndole costado tanto, es la que más suspira y ruega que entren sus hijos en este reino tan santo. 

Después fue mi descendimiento del Cielo a la tierra, en que tomando carne humana, cada acto mío, pena, oración, lágrima, suspiro, obra y paso, constituía un derecho de hacer poseer el reino del Fiat a las generaciones humanas. Puedo decir, mi Humanidad es vuestra y de todos, y quien quiere entrar en este reino encontrará en Ella la puerta, los derechos y la vestidura real para entrar, mi Humanidad es la vestidura que debe cubrir y vestir con decencia a todos aquellos que lo poseerán. Mi amor es tanto, que llamo a otras criaturas que con gracias portentosas y con el sacrificio de su vida, las hago vivir en mi Querer, las cuales constituyen nuevos derechos, pagando con su vida para dar la posesión de mi reino a la familia humana. Por eso tu voluntad corra siempre en la mía, a fin de que completos tus actos, puedas dar el salto a la patria celestial”.

Marcos 3, 13-19
Llamó a los que quiso y los hizo sus compañeros

AUDIO


Reparemos a Jesús, por el dolor que le causan los malos actos e ingratitudes de sus almas elegidas.

Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo 

Una parte de la Hora 4 de Su Pasión

 

“¡Oh Jesús mío!, veo que tus pasos vacilan, más sin embargo, quieres caminar. Dime, Bien mío, ¿a dónde quieres ir? ¡Ah!, ya comprendo, vas en busca de tus amados discípulos; yo quiero acompañarte para sostenerte por si tú vacilas. Pero, ¡oh Jesús mío, tu Corazón se encuentra con otra triste amargura!, ellos duermen, y tú, siempre piadoso, los llamas, los despiertas y con amor paternal los reprendes y les recomiendas la vela y la oración; y al regresar al huerto llevas ya otra herida en el Corazón, y en esta herida, oh Amor mío, veo todas las heridas que recibes de las almas consagradas, que por tentación, por el estado de ánimo en que se encuentran o por la falta de mortificación, en vez de abrazarse a ti, en vez de velar y orar, se abandonan a sí mismas, y por el sueño, en vez de progresar en el amor y unirse más a ti, retroceden... ¡Cuánto te compadezco, oh Amor apasionado!, y te reparo por todas las ingratitudes de quienes te son más fieles.  Estas son las ofensas que más entristecen tu Corazón adorable y es tal y tanta la amargura, que te hacen delirar. 

Pero, ¡oh amor infinito!, tu amor, que ya hierve entre tus venas, triunfa sobre todo y olvida todo. Te veo postrado por tierra y oras, te ofreces, reparas y tratas de glorificar al Padre en todo, por todas las ofensas que recibe de parte de todas las criaturas. También yo, ¡oh Jesús mío!, me postro junto contigo y unido a ti quiero hacer lo mismo que tú haces.”

“Afectuoso Bien mío, pero mientras con toda atención les estás lavando los pies a tus apóstoles, te miro y veo que otro dolor traspasa tu Corazón santísimo: los apóstoles representan para ti a todos los futuros hijos de la Iglesia; cada uno de ellos representaba la serie de cada uno de los males que iban a existir en la Iglesia, y por lo tanto, la serie de cada uno de tus dolores: en uno las debilidades, en otro los engaños o las hipocresías o el amor desmedido a los intereses..., en San Pedro, el faltar a los buenos propósitos y todas las ofensas de los jefes de la Iglesia, en San Juan las ofensas de los que te son más fieles, en Judas a todos los apóstatas junto con toda la serie de los graves males cometidos por éstos. 

Tu Corazón está sofocado por tanto dolor y por tu amor, tanto, que no pudiendo contenerte, te detienes a los pies de cada apóstol y lloras amargamente, oras y reparas por cada una de estas ofensas y pides para todos el remedio oportuno. 

Jesús mío, también yo me uno a ti: hago mías tus oraciones, tus reparaciones y los remedios oportunos que has solicitado para cada alma. Quiero mezclar mis lágrimas con las tuyas para que nunca estés solo, sino que siempre me tengas contigo para dividir tus penas. Pero mientras sigues lavando los pies de tus apóstoles, dulce Amor mío, veo que ya estás a los pies de Judas. Puedo oír tu respiro como sofocado... y veo que no solamente estás llorando, sino que sollozas, y que mientras estás lavando esos pies, los besas, te los estrechas al Corazón, y no pudiendo emitir palabra alguna porque el llanto te sofoca, lo miras con tus ojos hinchados por las lágrimas, y con el Corazón le dices: 

« ¡Hijito mío, ah, te lo suplico con la voz de mis lágrimas, no te vayas al infierno! ¡Dame tu alma; postrado a tus pies te la pido! Dime, ¿qué es lo que quieres?, ¿qué es lo que pretendes? Te daré todo con tal de que no te pierdas. ¡Ah, evítame este dolor, a mí, tu Dios! ». 

Y vuelves a estrechar sus pies a tu Corazón... Pero viendo la dureza de Judas, tu Corazón se ve en aprietos, tu amor te sofoca y estás a punto de desfallecer. 

Corazón mío, Vida mía, déjame que te sostenga entre mis brazos. Me doy cuenta de que estos son los inventos de tu amor que usas con los pecadores obstinados... ¡Ah, Corazón mío!, mientras te compadezco y reparo por las ofensas que recibes de las almas que se obstinan en no querer convertirse, te suplico que recorramos juntos la tierra y en donde haya pecadores obstinados, démosle a cada uno tus lágrimas para enternecerlos, tus besos y tus abrazos de amor para encadenarlos a ti, de manera que ya no puedan huir de ti, y así te consueles por el dolor que te causó la perdición de Judas.”