Jn 6, 30 

¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas?

 AUDIO


Vol. 19-42 (4) Julio 29, 1926

El Querer Divino investía toda la Creación

 

(4) “Hija mía, tú debes saber que hasta en tanto mi Humanidad estuvo sobre la tierra, como también mientras estuvo la Soberana Reina, en la Creación no hubo soledad ni silencio sepulcral, porque en virtud de la luz de la Voluntad Divina, dondequiera que ésta se encontraba, como luz se expandía, y difundiéndose en todo se multiplicaba en todas las cosas creadas, y dondequiera se repetía mi acto, porque una era la Voluntad. Tan es cierto todo esto, que la Creación dio señales sensibles tanto en mi nacimiento y mucho más en mi muerte, hasta oscurecerse el sol y romperse las piedras, temblar la tierra, como si todos llorasen a su Creador, a su Rey, lloraban a Aquél que los había tenido en fiesta, que había roto su soledad y el silencio de tumba, y sintiendo todos la amargura de tan dura privación, dieron señales de dolor y de llanto y regresaron de nuevo al luto de la soledad y del silencio, porque partiendo Yo de la tierra, no había más quién emitiera la voz en la luz de mi Voluntad, que formando el eco volvía a la Creación hablante y obrante. Sucedía como a aquellos instrumentos de metal, que con arte encierran la voz de quien habla o de quien canta, y el instrumento habla, canta, llora, ríe, pero esto sucede en virtud del eco de la voz que ha hablado, pero si se quita el ingenio que produce aquel canto, el instrumento queda mudo. Mucho más que Yo no vine a la tierra por la Creación, sino que vine por el hombre, y por eso todo lo que hice, penas, oraciones, gemidos, suspiros, los dejé más que nueva Creación a bien de las almas, porque habiendo sido hecho todo lo que Yo hice en virtud de mi potencia creadora, está todo en acto de salvar al hombre. Además de esto, la Creación fue hecha para el hombre, en la cual debía ser él el rey de todas las cosas creadas, pero el hombre al sustraerse de mi Voluntad Divina perdió el régimen, el dominio, no podía formar leyes en el Reino de la Creación, como es costumbre de un rey cuando posee un Reino, porque habiendo perdido la unidad de la luz de mi Voluntad, no supo más regir, no tenía más fuerza de dominio, sus leyes no tenían valor; la Creación fue para él como un pueblo que se revela al rey y de él forma su hazmerreír. Por eso mi Humanidad fue rápidamente reconocida por toda la Creación como su Rey, porque sentía en Mí la fuerza de la unión de una sola Voluntad; pero, partiendo Yo, quedó de nuevo sin Rey y encerrada en su silencio, esperando de nuevo a quien en el Reino de mi Voluntad debía emitir su voz para hacerla resonar en ella. ¿Pero sabes tú quien es aquélla que pondrá de nuevo en fiesta a toda la Creación, quién formará su eco y la volverá de nuevo hablante? Eres tú hija mía la que retomarás el dominio, el régimen en el Reino de mi Voluntad, por eso sé atenta y tu vuelo en mi Querer sea continuo” 

Fiat Divina Voluntad