Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


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...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

En Marzo

-Preparación a nuestra

Consagración a San José

Solemnidad 19 de Marzo.

-y, En unión a Jesús en

Su Pasión y Muerte en La Cruz



EVANGELIO

Marzo 11, 2024


Juan 4, 43-54

Anda, tu hijo está curado

Santo Rosario

Por El Reino

























AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo


Mayo 13, 1917 

Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos

Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

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"Sé atenta a recibir continuamente la palabra de mi Fiat, que es portador de creación, de vida y de conservación”.

                 Jesús

El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 27-4 (3)

EVANGELIO

Juan 4, 43-54



Lectura del santo Evangelio según San Juan

Anda, tu hijo está curado


43.Pasados los dos días, partió de allí para Galilea.

44.Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria.

45.Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.

46.Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm.

47.Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir.

48.Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»

49.Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»

50.Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.

51.Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía.

52.El les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.»

53.El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.

54.Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


Sierva de Dios Luisa Piccarreta

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Jn 4,

48.Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»

49.Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»

50.Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.

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Vol. 35-32 (2-3) Febrero 7, 1938

Desahogo que el Querer Divino hará en quien viva en Él.


(2) “Hija mía de mi Querer, cómo es bello mi Fiat al obrar con su virtud creadora, tú has visto que no usa la violencia, sino la dulzura, pero dulzura irresistible, más que la misma violencia. Con su dulzura embalsama a la criatura, le hace sentir lo bello de lo divino, de modo que ella misma dice: 

‘Hazlo pronto, ¡oh! Querer Santo, no tardes más, me siento languidecer si no te veo en mí que obras con tu virtud creadora’. 

Hija mía, las cosas, una voluntad forzada, no nos han agradado jamás, es más, ni siquiera las queremos, dan mucho de humano y no están en armonía ni con nuestro amor, ni con nuestras obras, donde todo es espontaneidad y Voluntad plena, que lo queremos, suspiramos hacer el bien, y lo hacemos, y por eso lo hacemos con tal plenitud de amor y de gracia que ninguno puede igualarnos. 

Tanto, que si no vemos la espontaneidad, la voluntad de querer recibir el bien que queremos hacer en ella, no hacemos nada; a lo más esperamos, hacemos sentir nuestros suspiros, nuestras ansias, pero no nos movemos a obrar si antes no vemos que con amor quiere recibir lo obrado por su Creador. 


(3) Ahora, tú debes saber que a cada acto que la criatura hace en nuestro Querer, así va creciendo su Vida en ella, y cuando llega a la plenitud en que todo es Voluntad mía en ella, entonces comenzamos el desahogo de nuestro amor, de nuestras gracias, de modo que a cada instante le damos nuevo amor y nuevas gracias sorprendentes, ponemos fuera nuestras demostraciones de magnificencia divina, la suntuosidad, el lujo de nuestras estratagemas de amor, todo lo que le hacemos lleva la marca de la abundancia de su Creador. 

Cuando el alma está llena de nuestra Voluntad Divina no ponemos atención en nada más, lo que tenemos damos, y lo que quiere es suyo. Es tanta la magnificencia que hacemos, que en cada acto suyo hacemos correr una nota de nuestras músicas divinas, a fin de que ni siquiera nuestra música nos falte en ella, y ella a menudo nos hace bellas sonatinas con nuestras notas divinas y, ¡oh, cómo nos sentimos felices, armonizar nuestras armonías, nuestros sonidos divinos! 

Tú debes saber, que para quien vive en nuestra Voluntad superamos el lujo, la ostentación, la magnificencia, la suntuosidad que tuvimos en la Creación, donde todo fue abundancia: Abundancia de luz que ninguno la puede medir, abundancia en la extensión del cielo que con lujo de belleza adorné con tantas estrellas. Cada cosa creada era creada con tal abundancia, investida con tal magnificencia de lujo, que ninguna puede tener necesidad de la otra, es más, todas pueden dar sin necesidad de recibir. 

Sólo la voluntad humana pone los límites, las estrechuras a la criatura, la arroja en las miserias e impide a mis bienes el darse a ellas. 

Por eso espero con ansias que mi Voluntad sea conocida y que vivan en Ella, y entonces haré tal desahogo de magnificencia, que cada alma será una nueva creación, bella, pero distinta una de la otra; me recrearé, la haré de artífice insuperable, pondré fuera mi arte creador. ¡Oh, cómo lo espero, lo quiero, lo suspiro! Así que la Creación no ha terminado, tengo que hacer las obras más bellas. Por eso hija mía hazme trabajar, pero ¿sabes cuándo trabajo? Cuando te manifiesto una verdad sobre mi Divina Voluntad súbito la hago de artífice, y con mis manos creadoras trabajo en ti para hacer que esa verdad se haga vida en tu alma y, ¡oh, cómo gozo en el trabajo! El alma se hace como blanda cera en mis manos, y en ella formo la Vida que quiero, por eso sé atenta y déjame hacer”.

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Jn 4, 49

Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»

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Vol. 35-4 (2) Agosto 23, 1937

La Divina Voluntad quiere crecer y formar su plenitud en la criatura.


(2) “Hija mía bendita, cómo estoy contento cuando veo al alma dispuesta, que quiere escucharme y recibir el gran don del cual mi palabra es portadora. Yo no hablo jamás si no veo al alma dispuesta, porque si no está dispuesta mi palabra no puede entregarle el don del cual es generadora. 

Ahora, tú debes saber que por cuanto más la criatura busca mi Voluntad, la quiere conocer, la ama, no la deja escapar de ninguno de sus actos, tanto más crece su plenitud en ella; para hacerla crecer basta una atención de más, un suspiro, un deseo de querer su Vida y, ¡oh! cómo crece admirablemente y la eleva tan alto, hasta llegar a las alturas de las esferas divinas y conocer los más altos e íntimos secretos. 

Mi Voluntad es vida, y como vida no quiere detenerse sino que quiere siempre crecer, y para crecer espera el más pequeño acto, una invitación amorosa de la criatura, mucho más que no quiere crecer por la fuerza, sino quiere que también la criatura quiera que siempre crezca mi Voluntad y forme su plenitud en ella. 

Ahora, conforme crece su plenitud así crece la fuerza divina en el alma, la santidad, la belleza, la felicidad, el conocimiento, la plenitud de los bienes innumerables que posee mi Fiat Divino. Ve entonces qué significa un acto de más, un suspiro, un quererla, un llamarla: Es adquirir más fuerza divina, embellecerse de más, pero tanto, que Nosotros mismos quedamos arrobados, la miramos, la volvemos a mirar y reconocemos en ella nuestra fuerza, nuestra belleza y, ¡oh! cómo la amamos, nos sentimos más felices porque ella es para Nosotros la portadora de nuestras alegrías, de nuestros bienes. 

Delante a esta criatura nuestro amor se ensancha, se desborda de Nosotros y se vierte tanto en ella, que la llena toda, hasta formar en torno y dentro de ella nuestro laberinto de amor, el cual le da las ansias, los deseos ardientes de hacer crecer la plenitud de nuestra Voluntad. 

Hija mía, hay gran diferencia entre quien es todo atención, todo ojo, todo corazón porque quiere mi Voluntad, y entre quien la quiere pero sin gran atención, que parece que no tienen ojo para mirarla en todas las cosas, corazón para amarla, voz para llamarla, tal vez éstos poseen mi Voluntad en pequeña parte, pero su plenitud está lejana de ellos”.

Fiat Divina Voluntad



Jn 4, 50

Jesús le dice: «Vete,... y se puso en camino.

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Vol. 33-1 (3-4) Noviembre 19, 1933

Quien se dispone a hacer la Divina Voluntad forma el pasaporte, la vía, el tren.


(3) “Mi buena hija, tú debes saber que en cuanto el alma se dispone a hacer mi Divina Voluntad, forma el pasaporte para entrar en los interminables confines del reino del Fiat; pero, ¿sabes tú quién te presta lo necesario para formarlo, y quién se presta a firmarlo y darle el valor de pasaje en mi reino? Hija, es tan grande el acto de disponerse a hacer mi Voluntad, que mi misma Vida, mis méritos, forman el papel, la escritura, y tu Jesús es el firmante para hacerla conocer y darle libre entrada; se puede decir que todo el Cielo corre en ayuda de quien quiere hacer mi Voluntad, y Yo siento tanto amor que tomo lugar en la afortunada criatura y me siento amado por ella por mi misma Voluntad. Ahora, viéndome amado por ella por mi misma Voluntad, mi amor se hace celoso y no quiere perder ni siquiera un respiro, un latido de amor de esta criatura. Imagina tú misma mis premuras, las defensas que tomo, las ayudas que doy, las estratagemas amorosas que uso, en una palabra quiero rehacerme en ella, y para rehacerme me expongo Yo mismo para formar otro Jesús en la criatura, por eso pongo todo mi arte divino para obtener mi intento, no ahorro nada, hago todo, doy todo, donde reina mi Voluntad no puedo negar nada, porque me lo negaría a Mí mismo. 

(4) Ahora, el disponerse a hacer mi Voluntad forma el pasaporte, el comenzar el acto forma la vía que debe recorrer en Ella, vía de Cielo, santa, divina, por eso a quien entra en Ella Yo le susurro al oído del corazón: ‘Olvida la tierra, ya no es más tuya, de ahora en adelante no verás otra cosa que Cielo, mi reino no tiene confines, por lo tanto tu vía será larga, por eso conviene que con tus actos apresures el paso para formarte muchas vías y así tomar mucho de los bienes que hay en mi reino. Entonces, el comenzar el acto forma la vía, el cumplirlo forma el tren, y Yo cuando veo formado el tren hago de motor para ponerlo en veloz camino, y ¡oh! cómo me es bello, agradable, pasear en estas vías que la criatura se ha hecho en mi Voluntad. Estos actos hechos en mi Voluntad son siglos que encierran de méritos y de bienes incalculables, porque está el motor divino que camina, el cual tiene tanta velocidad que en minutos encierra los siglos,  y vuelve de tal manera rica a la criatura, bella y santa, de darnos el honor ante toda la corte celestial, señalándola como el más grande prodigio de su arte creador.

Fiat Divina Voluntad


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Jn 4, 50

Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.

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Vol. 20-14 (5-6) Octubre 22, 1926

⚜️  “La palabra de tu Jesús es el más grande milagro”


(5) Después yo estaba pensando en lo que está escrito arriba, especialmente en que cada palabra y manifestación sobre la Suprema Voluntad es un milagro salido de Ella, y Jesús para confirmarme lo que me había dicho ha agregado: 

(6) “Hija mía, ¿qué crees tú que haya sido más milagro cuando vine a la tierra: Mi palabra, el evangelio que anuncié, o bien que di la vida a los muertos, la vista a los ciegos, el oído a los sordos, etc.? ¡Ah! hija mía, fue más grande milagro mi palabra, mi evangelio, mucho más que los mismos milagros salieron de mi palabra; la base, la sustancia de todos los milagros salió de mi palabra creadora, los Sacramentos, la misma Creación, milagro permanente, tuvieron vida de mi palabra y mi misma Iglesia tiene por régimen, por fundamento mi palabra, mi evangelio. Así que fue más milagro mi palabra, mi evangelio, que los mismos milagros, los cuales si tuvieron vida, fue por mi palabra milagrosa. Por lo tanto debes estar segura que la palabra de tu Jesús es el más grande milagro; mi palabra es como viento impetuoso que corre, golpea el oído, entra en los corazones, calienta, purifica, ilumina, gira, vuelve a girar de nación en nación, recorre todo el mundo, gira por todos los siglos; ¿quién puede dar muerte y sepultar una palabra mía? Ninguno. Y si alguna vez parece que mi palabra calla y está como escondida, ella no pierde jamás la vida, cuando menos se crea, sale y gira por todas partes; pasarán los siglos en los cuales todos: Hombres y cosas serán arrollados y desaparecerán, pero mi palabra no pasará jamás, porque contiene la vida, la fuerza milagrosa de Aquél que la hizo salir. Por eso ten por seguro que cada palabra y manifestación que te hago sobre el Fiat Eterno es el más grande milagro, que servirán para el reino de mi Voluntad. He aquí por qué tanto te incito y tanto me interesa que ni siquiera una palabra mía no sea manifestada y escrita por ti, porque me veo regresar un milagro mío que tanto bien llevará a los hijos del Fiat Supremo”.

   Fiat Divina Voluntad



Jn 4, 53

El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.

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Vol. 2-43 Junio 25, 1899.

“Quiero que la fe te inunde por todas partes…”


(1) Esta mañana Jesús continúa haciéndose ver de vez en cuando, participándome un poco de sus sufrimientos y a veces veía al confesor con Él, y como él me había dicho que rezara por ciertas necesidades suyas, viéndolo junto con Nuestro Señor he comenzado a rogar a Jesús que le concediera lo que él quería. Mientras yo le rogaba, Jesús, todo bondad se dirigió al confesor y le ha dicho:

(2) “Quiero que la fe te inunde por todas partes, como aquellas barcas que son inundadas por las aguas del mar, y como la fe soy Yo mismo, siendo inundado por Mí, que todo poseo, puedo y doy libremente a quien en Mí confía, sin que tú pienses en lo que vendrá, y al cuándo y el cómo y qué harás, Yo mismo, según tus necesidades me prestaré a socorrerte”.

(3) Después ha agregado: “Si te ejercitas en esta fe, casi nadando en ella, en recompensa te infundiré en el corazón tres gozos espirituales: El primero, que penetrarás las cosas de Dios con claridad y al hacer cosas santas te sentirás inundado por una alegría, por un gozo tal, que te sentirás como empapado, y esto es la unción de mi gracia.

(4) El segundo es un fastidio de las cosas terrenas y sentirás en tu corazón alegría por las cosas celestiales.

(5) El tercero es un desapego total de todo, y en donde antes sentías inclinación, sentirás un fastidio, como desde hace tiempo lo estoy infundiendo en tu corazón, y tú ya lo estás experimentando. Y por esto tu corazón será inundado por la alegría que gozan las almas totalmente desapegadas, que tienen su corazón tan inundado de mi amor, que de las cosas que las rodean externamente no reciben ninguna impresión”.


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Jn 4, 53

El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.

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⚜️Vol. 11-5 (1-4) Febrero 18, 1912

"Cómo quien vive de la Vida de Jesús puede decir que su vida ha terminado"


Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre y todo amable Jesús ha venido y me ha dicho:

“Hija mía, todo lo que haces por Mí, aún un respiro, entra en Mí como prenda de tu amor por Mí, y Yo en correspondencia te doy mis prendas de amor, así que el alma puede decir: “Yo vivo de las prendas que me da mi amado Jesús”.

Después ha agregado:

“Hija amada mía, viviendo tú de mi Vida, se puede decir que tu vida ha terminado, que no vives más, así que no viviendo más tú, sino Yo en ti, todo lo que te hacen, agradable o desagradable, Yo lo recibo como hecho propiamente a Mí; y esto lo puedes comprender porque ante eso que te hacen, agradable o desagradable, tú no sientes nada, esto significa que debe ser otro quien siente ese gusto o ese disgusto, ¿y quién otro lo puede sentir sino Yo que vivo en ti y que te amo tanto, tanto?”

Juan 4, 43-54

Anda, tu hijo está curado


Jn 4, 44

Pues Jesús mismo había afirmado que Un profeta no es estimado en su propia patria”

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Reparemos en María a Jesús 

⚜️ por “tantas almas consagradas a ti, almas que con tanto cuidado tratabas de convertirlas en portentos de tu amor y que, ingratas, no te corresponden y te hacen sufrir todavía más amargamente”


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor JesucristoUna parte de la Hora 2 de Su Pasión

“Después le das una última mirada a Jerusalén, el centro de tus prodigios y de las predilecciones de tu Corazón …y tú te estremeces, se te rompe el Corazón por el dolor y lloras por su próxima destrucción. De este modo reparas por tantas almas consagradas a ti, almas que con tanto cuidado tratabas de convertirlas en portentos de tu amor y que, ingratas, no te corresponden y te hacen sufrir todavía más amargamente.” 


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Juan 4, 43-54

Anda, tu hijo está curado


Jn 4, 44

Pues Jesús mismo había afirmado que Un profeta no es estimado en su propia patria

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Reparemos en María a Jesús 

Por las frialdades, las tibiezas, las faltas de correspondencia y  las ingratitudes de las criaturas.


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor JesucristoUna parte de la Hora 6 de Su Pasión

La Segunda Hora de Agonía en  el Huerto de Getsemaní 

Fatigado Jesús mío, beso tu pecho herido por las frialdades, las tibiezas, las faltas de correspondencia y  las ingratitudes de las criaturas. Te compadezco y para  darte alivio te ofrezco el amor recíproco del Padre y del Espíritu Santo y la perfecta correspondencia que existe entre las tres Divinas Personas; y yo, oh Jesús mío, sumergiéndome en tu amor, quiero protegerte,  para poder impedir que las criaturas te sigan hiriendo con estos pecados y haciendo mío todo tu amor quiero herirlas con él, para que jamás vuelvan a tener la osadía de ofenderte, y también quiero depositarlo en tu pecho para consolarte y sanarte.