"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

JUNIO 20, 2024


Mateo 6, 19-23

DONDE ESTÁ TU TESORO, ALLÍ ESTÁ TU CORAZÓN

AUDIO


Las oraciones más potentes sobre el corazón de Jesús


"Lo conmoverá, de manera que no sabrá rehusar nada al alma revestida con sus mismas divisas"


Junto a ti Madre, 

Me revisto con las divisas de Jesús, don que me ha dado, con todo lo mismo que obró y sufrió en su Divina Humanidad.

Revisto mi cabeza con Tus espinas Jesús,

Adorno mis ojos con Tus Lágrimas,

Impregno mi lengua con Tu amargura,

Revisto mi alma con Tu Sangre,

Me adorno con Tus Llagas,

Traspaso mis manos y pies con Tus clavos,

y como otro Cristo me presento ante Tu Divina Majestad para corresponderte con mi ser y darte Gloria, Honor, Alabanza, Adoración, Amor con tu Voluntad por todos y todo.

Fiat Divina Voluntad 

En Virtud de la Divina Voluntad Vol. 11-126

Santo Rosario

Por El Reino









AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

La Reina del Cielo

EVANGELIO

Mateo 6, 19-23


Lectura del santo Evangelio según San Mateo

DONDE ESTÁ TU TESORO, ALLÍ ESTÁ TU CORAZÓN


19 «No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. 

20 Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. 

21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. 

22 «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; 

23 pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá! 


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Libro:

La Reina del Cielo

en el Reino de la Divina Voluntad



Con María 

en el Cenáculo 

del Evangelio

Mt 6, 21

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. 

AUDIO 


Visita de la Reina del Cielo

Día 23


 “...si quieres que te haga de verdadera Madre, hazme poner a Jesús en tu corazón, lo harás feliz con tu amor, lo alimentarás con el alimento de su Voluntad, porque Él no toma otro alimento, me lo vestirás con la santidad de tus obras, Yo vendré a tu corazón y haré crecer de nuevo junto contigo a mi querido Hijo, y haré a ti y a Él el oficio de Madre; así sentiré las puras alegrías de mi fecundidad materna. Tú debes saber que lo que no comienza de Jesús que está dentro del corazón, aunque sean las obras más bellas externas, no pueden jamás agradarme, porque están vacías de la Vida de mi querido Hijo.”

Fiat Divina Voluntad


Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


AUDIO


...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

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Al Recibir la Comunión

En Virtud de la Divina Voluntad Vol. 11-145,  Vol. 11-131, Vol. 33-52


Jesús, te recibo en Tu Voluntad, recibo el fruto completo de tu Vida Sacramental y doy un acto completo de Gloria al Padre y la debida correspondencia en todo y por todos. (11-145)

Jesús, al repetir lo que hiciste Tu, no sólo reparo todo, sino que te doy a Ti mismo a todos y te doy la gloria como si todos hubieran recibido la comunión. (11-131)

Te recibo en el Sacramento, y Tu encuentras a otro Jesús, a Ti mismo que te ama, te adora, te agradece, te repara. Puedes decir que repites el gran milagro que hiciste al instituir el Sacramento de la Eucaristía, en que te comulgaste a Ti mismo, es decir mi Jesús recibió a Jesús, era el honor más grande, la satisfacción más completa, la correspondencia del heroísmo de tu amor, recibirte a Ti mismo, nada te faltaba de todo de lo que era debido a tu Vida Sacramental, un Dios pagaba con la misma moneda al mismo Dios, lo que Tu dabas se te daba nuevamente. (33-52)


Fiat.

Mt. 6, 19-20 

No os amontonéis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben.  

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Vol. 22-14 (4) Julio 30,1927 

“Sólo Dios es testigo de un acto interno” 

Ser señalado, observado y hacer hablar a Dios de una criatura, es el acto, el honor más grande que ella puede recibir y no puede ser excluido de las obras grandes que Dios cumplirá por medio de ella.


“Hija mía, los actos internos de un alma que hace la Voluntad de Dios están exentos de cualquier mal y sombra de defecto.

Sólo Dios es testigo de un acto interno y mientras ninguno lo señala, ninguno lo mira, ninguno habla de él, Dios, como testigo del obrar de la criatura, donde a ninguno le es dado penetrar, en el interior de la criatura lo señala, lo mira, y de él le habla a todo el Cielo y muchas veces también a la tierra de los grandes portentos del obrar interno de esta criatura. 

Ser señalado, observado y hacer hablar a Dios de una criatura, es el acto, el honor más grande que ella puede recibir y no puede ser excluido de las obras grandes que Dios cumplirá por medio de ella. Los actos internos son heridas, dardos, flechas al seno divino, son mensajeros celestiales que salen de la criatura y vuelan a su Creador y llevan la marca de la gloria, del amor y de agradar sólo a Aquél que la ha creado. En efecto, ¿quién ve, quién escucha, quién aprecia todo lo que haces en tu interior? Ninguno, sólo Yo soy testigo, los escucho y los aprecio. He aquí por qué en nuestras obras más grandes escogemos almas que aparentemente nada tienen de grande y de maravilloso, almas internas que no están corrompidas ni con miras humanas, ni de rumores, estrépitos, ni gloria ni estima propia que llevan las obras externas. De hecho, en la Redención escogimos una Virgen simple, sin esplendores externos, pero tenía su interior hablante, que tanto supo decir a solas a su Creador que lo venció y obtuvo la Redención. Ahora, así hemos hecho para el reino del Fiat Divino, hemos escogido otra alma toda interna, que tanto dirá, que rogará a Dios para que conceda el reino deseado.

Los actos externos aunque buenos y santos no pueden agradarme como los actos internos, porque los externos están casi siempre impregnados del aire de la propia gloria, de la estima humana y a veces de crítica, y un pobre corazón siente en sí los efectos del elogio, o bien de la crítica después que ha hecho sacrificios, y lo humano sale en campo e inviste con su aire tenebroso sus actos, y por eso no llegan puros como deberían ser.

En cambio un acto interno no es ni criticado, ni alabado y lo humano no tiene donde entrar, el alma misma no sintiéndose observada por ninguno, le parece que no hace nada grande y por eso sus actos están impregnados todos de aire celestial.

Por eso sé atenta y haz que tu interior gire siempre en mi Voluntad”.


Fiat Divina Voluntad


Mt. 6, 20-21

Amontonaos más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

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Vol. 2-89 (1-3) Octubre 29, 1899

La cosa principal para que Yo entre en un alma y forme mi habitación en ella, es el desapego total de toda cosa"


Continúa viniendo mi adorable Jesús, pero esta mañana, en cuanto ha venido me ha tomado entre sus brazos y me ha transportado fuera de mí misma; y yo, encontrándome en aquellos brazos comprendía muchas cosas y especialmente que para poder estar libremente en los brazos de Nuestro Señor y también para entrar buenamente en su corazón y salir de él como al alma más le plazca, y para no ser de peso y fastidio al bendito Jesús, es absolutamente necesario despojarse de todo. Por tanto, con todo el corazón le he dicho: “Mi amado y único Bien, lo que te pido para mí es que me despojes de todo, porque bien veo que para ser revestida por Ti y vivir en Ti, y que Tú vivas en mí, es necesario que no tenga ni siquiera la sombra de lo que no te pertenece”. 

Y Él todo benignidad, me ha dicho: “Hija mía, la cosa principal para que Yo entre en un alma y forme mi habitación en ella, es el desapego total de toda cosa. Sin esto no sólo no puedo morar en ella, sino que ni siquiera alguna virtud puede tomar habitación en el alma. Después que el alma ha hecho salir todo de sí, entonces Yo entro en ella y unido con la voluntad del alma fabricamos una casa, los cimientos de esta casa se basan en la humildad, y cuanto más profundos sean, tanto más altos y fuertes resultan los muros; estos muros serán fabricados con piedras de mortificación, cubiertos de oro purísimo de caridad. Después de que se han construido los muros, Yo, como excelentísimo pintor, no con cal y agua, sino con los méritos de mi Pasión, simbolizados por la cal, y con los colores de mi sangre, simbolizados por el agua, los recubro y en ellos formo las más excelentísimas pinturas, y esto sirve para protegerla bien de las lluvias, de las nevadas y de cualquier golpe. Inmediatamente después vienen las puertas, y para hacer que éstas sean sólidas como madera, no sujetas a la polilla, es necesario el silencio, que forma la muerte de los sentidos exteriores. Para custodiar esta casa es necesario un guardián que vigile por todas partes, por dentro y por fuera, y éste es el santo temor de Dios, que la guarda de cualquier inconveniente, viento, o cualquier otra cosa que pueda amenazarla. Este temor será la salvaguardia de esta casa, que hará obrar al alma no por temor de la pena, sino por temor de ofender al propietario de esta casa. Este santo temor debe hacer que todo se haga para agradar a Dios, sin ninguna otra intención. Enseguida se debe adornar esta casa y llenarla de tesoros, estos tesoros no deben ser otra cosa que deseos santos, lágrimas; estos eran los tesoros del Antiguo Testamento y en ellos encontraron su salvación, en el cumplimiento de sus votos su consolación, la fuerza en los sufrimientos; en suma, toda su fortuna la basaban en el deseo del futuro Redentor y en este deseo obraban como atletas.

El alma sin deseo obra casi como muerta; aun las mismas virtudes, todo es tedio, fastidio, animadversión, ninguna cosa le agrada, camina casi arrastrándose por el camino del bien. Todo lo contrario el alma que desea, ninguna cosa le causa peso, todo es alegría, vuela, en las mismas penas encuentra sus gustos, y esto porque había un anticipado deseo, y las cosas que primero se desean, después vienen a amarse, y amándose, se encuentran los placeres más agradables. Por eso este deseo debe acompañar al alma desde antes de que se fabrique esta casa.

Los adornos de esta casa serán las piedras más preciosas, las perlas, las gemas más costosas de esta mi vida, basada siempre en el sufrir y el puro sufrir; y como Aquel que la habita es el dador de todo bien, pone en ella el ajuar de todas las virtudes, la perfuma con los más suaves olores, siembra las flores más encantadoras y perfumadas, hace sonar una música celestial de las más agradables, hace respirar un aire de Paraíso". 

Fiat Divina Voluntad


Mt. 6, 21

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

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cita completa



Vol. 14-36 (3-5) Junio 15, 1922

"El Latido Divino"

para ti no hay celdas en mi cuerpo, porque quien vive en mi Querer no puede vivir en un apartamento mío, sino debe vivir en el latido de mi corazón


(3) Ahora, mi Voluntad no ha cambiado, tal cual era, es y será, mucho más pues habiendo venido Yo a la tierra, vine a atar nuevamente la Voluntad Divina a la humana, y quien no huye de este nudo y se da en poder de Ella, haciéndose preceder, acompañar y seguir, encerrando su acto dentro de mi Querer, lo que sucedió de Mí sucede del alma. Mira, a medida que tú fundías tus pensamientos, tus palabras, tus obras, tus reparaciones, tu pequeño amor en mi Querer, los extendía, los multiplicaba y se hacían antídoto de cada pensamiento, de cada palabra, de cada obra, se hacían reparación de cada ofensa, amor por cada amor que se me debe, y si esto no sucede es por defecto de la voluntad humana, que no dejándose del todo en poder de la Voluntad Divina, no toma todo ni puede darse a todos, por lo tanto siente las sensaciones de lo humano que la hacen infeliz, la limitan, la empobrecen y la hacen parcial. He aquí el por qué todo mi interés es que tu querer haga vida en el mío, y que comprendas bien qué significa vivir en Él, por cuanto a criatura es posible, porque si haces esto habrás obtenido todo y me darás todo”. 

(4) Dicho esto desapareció. Pero después ha agregado de nuevo y se hacía ver todo llagado, pero esas llagas formaban tantas celdas en las cuales Jesús llamaba a las almas para encerrarlas en ellas y ponerlas al seguro, entonces yo le he dicho: “Amor mío, ¿y mi celda cuál es? A fin de que encerrándome en ella no salga más”. 

(5) Y Jesús: “Hija mía, para ti no hay celdas en mi cuerpo, porque quien vive en mi Querer no puede vivir en un apartamento mío, sino debe vivir en el latido de mi corazón. El latido es el centro y la vida del cuerpo humano, si cesa el latido cesa la vida, el latido mantiene la circulación de la sangre, el calor, la respiración, por consiguiente la fuerza, la actividad de los miembros; si el latido no es regular toda la actividad humana está en desorden, aun la misma inteligencia pierde la vivacidad, el ingenio, la plenitud de la luz intelectual, porque al crear al hombre le puse en el corazón un sonido especial, al cual até la armonía eterna, de manera que si el latido está sano, todo es armonía en la criatura. 

Ahora, mi Voluntad es como el latido en la criatura, si Ella late armoniza la santidad, armonizan las virtudes, armoniza entre el Cielo y la tierra; su armonía se extiende hasta la Trinidad Sacrosanta, he aquí por qué para ti es mi latido el que se ofrece como celda para encerrarte dentro, y latiendo con un solo latido armonices entre el Cielo y la tierra, circules en el pasado, en el presente y en el futuro, en todo te encuentres tú circulante en Mí y Yo en ti”. 


Fiat Divina Voluntad


Mt. 6, 22

«La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. 

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Vol. 19-49 (8-9) Agosto 22, 1926

"Mi Voluntad es más que luz, Ella se expande dondequiera y lleva el bien que contiene"

"VACIAR TODAS LAS TINIEBLAS DE LA NOCHE DE LA VOLUNTAD HUMANA"


“Hija mía, no hay cosa más penetrante que la luz, ella se expande dondequiera con una rapidez encantadora, llevando sus benéficos efectos a todos aquellos que se hacen investir por ella; la luz no se niega a hacer bien a ninguno, sean personas, sea tierra, sea agua, sea planta u otro, su naturaleza es iluminar y hacer el bien, y por eso no deja atrás a ninguno, lleva a todos su beso de luz y les dona el bien que contiene.

Mi Voluntad es más que luz, Ella se expande dondequiera y lleva el bien que contiene, y los actos hechos en Ella forman la atmósfera de oro y de plata que tiene virtud de VACIAR TODAS LAS TINIEBLAS DE LA NOCHE DE LA VOLUNTAD HUMANA, y con su luz benéfica lleva el beso del Eterno Querer, para disponer a las criaturas a querer venir al Reino del Fiat Supremo. 

Cada acto tuyo hecho en Él es un horizonte nuevo que haces surgir al ojo de la inteligencia humana, para hacerle suspirar la luz del bien que posee mi Voluntad. 

Hija mía, para preparar este Reino se necesita el trabajo, se requieren leyes celestiales, que son leyes todas de amor; en Él no entrarán las leyes de temor, de penas, de condena, porque las leyes de amor de mi Voluntad serán amigables, filiales, de recíproco amor entre Creador y criatura, así que los temores, las condenas, no tendrán ni vigor ni vida, y si habrá algún sufrimiento, será pena de triunfo y de gloria. 

Por eso sé atenta, porque se trata de hacer conocer un Reino celestial, de manifestar sus secretos, sus prerrogativas, sus bienes, para atraer a las almas a amarlo, a suspirarlo y a hacerles tomar la posesión de él”.


Fiat Divina Voluntad

Mt. 6, 19

No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban

AUDIO 



Reparemos en María a Jesús:

-"al ser desnudado reparo por quienes se visten lujosamente y con indecencia, por los pecados contra la modestia y por quienes están tan atados a las riquezas, a los honores y a los placeres, que de todo eso se hacen un dios para sus corazones. 


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo

Una parte de la Hora 18 de Su Pasión.

Jesús es despojado de Sus vestiduras


"...Y aquí te esperan nuevos dolores. Te vuelven a desvestir arrancándote de nuevo tus vestiduras junto con la corona de espinas. ¡Ah!, tú gimes al sentir que te arrancan de la cabeza las espinas; y al arrancarte tus ropas, te arrancan también tus carnes laceradas que se encuentran pegadas a ellas. Tus llagas se vuelven a abrir, la sangre diluvia corriendo hasta el suelo y es tan grande tu dolor, que casi muerto, caes. Pero nadie se mueve a compasión por ti, mi Bien. Al contrario, con rabia bestial te ponen de nuevo la corona de espinas a fuerza de golpes; y es tan insoportable tanto dolor por las laceraciones y por los cabellos que pegados a tu sangre coagulada te han arrancado, que solamente los ángeles podrían decir todo lo que sufres, mientras que ellos horrorizados y llorando retiran sus miradas celestiales. 

Desnudado Jesús mío, déjame que te estreche a mi corazón para calentarte, porque veo que tiemblas y que un sudor mortal friísimo invade toda tu santísima humanidad. ¡Cuánto quisiera darte mi vida y mi sangre para sustituir la tuya que has perdido para darme vida! Y mientras tanto, Jesús, mirándome con sus ojos llorosos y moribundos, parece que me dice: 

« ¡Hijo mío, cuánto me cuestan las almas! Este es el lugar en donde espero a todos para salvarlos y donde quiero reparar los pecados de quienes llegan a degradarse hasta por debajo de las bestias y que se obstinan tanto en ofenderme, que llegan a no saber vivir sin estar pecando. Su razón queda ciega y pecan frenéticamente; por eso me vuelven a poner la corona de espinas por tercera vez. Y al ser desnudado reparo por quienes se visten lujosamente y con indecencia, por los pecados contra la modestia y por quienes están tan atados a las riquezas, a los honores y a los placeres, que de todo eso se hacen un dios para sus corazones.  ¡Ah, sí!, cada una de estas ofensas es una muerte que siento, y si no muero, es porque la Voluntad de mi Eterno Padre aún no ha decretado el momento de mi muerte”. 

Desnudado Bien mío, mientras reparo contigo, te suplico que con tus santísimas manos me despojes de todo y que no permitas que ningún afecto malo entre en mi corazón; vigílamelo, rodéalo con tus penas y llénalo con tu amor. Haz que mi vida no sea más que la repetición de tu vida y confirma este despojo con tu bendición. ¡Oh Jesús!, bendíceme de corazón y dame la fuerza para asistir a tu dolorosa crucifixión, para quedar crucificado junto contigo.

Fiat Divina Voluntad