"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"


EVANGELIO

Junio 8, 2024


Inmaculado Corazón de María

Memoria


Marcos 12, 38-44
Esa pobre viuda ha echado más que nadie

Santo Rosario

Por El Reino









AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

La Reina del Cielo

EVANGELIO

Marcos 12, 38-44


Lectura del santo Evangelio según San Marcos
Esa pobre viuda ha echado más que nadie


38.Decía también en su instrucción: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas,

39.ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes;

40.y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa.

41.Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho.

42.Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as.

43.Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.

44.Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


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...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

Mc: 12, 40 

“… Fingen hacer largas oraciones” 

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Vol. 22-14 (4); julio 30,1927

⚜️ "Los actos externos, aunque buenos y santos no pueden agradarme como los actos internos, porque los externos están casi siempre impregnados del aire de la propia gloria"


Hija mía, los actos internos de un alma que hace la Voluntad de Dios están exentos de cualquier mal y sombra de defecto. 

Sólo Dios es testigo de un acto interno y mientras ninguno lo señala, ninguno lo mira, ninguno habla de él, Dios, como testigo del obrar de la criatura, donde a ninguno le es dado penetrar, en el interior de la criatura lo señala, lo mira, y de él le habla a todo el Cielo y muchas veces también a la tierra de los grandes portentos del obrar interno de esta criatura. 

Ser señalado, observado y hacer hablar a Dios de una criatura, es el acto, el honor más grande que ella puede recibir y no puede ser excluido de las obras grandes que Dios cumplirá por medio de ella. 

Los actos internos son heridas, dardos, flechas al seno divino, son mensajeros celestiales que salen de la criatura y vuelan a su Creador y llevan la marca de la gloria, del amor y de agradar sólo a Aquél que la ha creado. 

En efecto, ¿quién ve, quién escucha, quién aprecia todo lo que haces en tu interior? Ninguno, sólo Yo soy testigo, los escucho y los aprecio. 

He aquí por qué en nuestras obras más grandes escogemos almas que aparentemente nada tienen de grande y de maravilloso, almas internas que no están corrompidas ni con miras humanas, ni de rumores, estrépitos, ni gloria ni estima propia que llevan las obras externas. 

De hecho, en la Redención escogimos una Virgen simple, sin esplendores externos, pero tenía su interior hablante, que tanto supo decir a solas a su Creador que lo venció y obtuvo la Redención. 

Ahora, así hemos hecho para el reino del Fiat Divino, hemos escogido otra alma toda interna, que tanto dirá, que rogará a Dios para que conceda el reino deseado. Los actos externos, aunque buenos y santos no pueden agradarme como los actos internos, porque los externos están casi siempre impregnados del aire de la propia gloria, de la estima humana y a veces de crítica, y un pobre corazón siente en sí los efectos del elogio, o bien de la crítica después que ha hecho sacrificios, y lo humano sale en campo e inviste con su aire tenebroso sus actos, y por eso no llegan puros como deberían ser. 

En cambio, un acto interno no es ni criticado, ni alabado y lo humano no tiene donde entrar, el alma misma no sintiéndose observada por ninguno, le parece que no hace nada grande y por eso sus actos están impregnados todos de aire celestial. Por eso sé atenta y haz que tu interior gire siempre en mi Voluntad”. 


Fiat Divina Voluntad



Mc 12,41 

"muchos ricos echaban mucho"

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Vol. 7-56 Octubre 18, 1906 

⚜️Las obras que más agradan a Jesús, son las obras ocultas 


(1) Encontrándome en mi habitual estado, después de haberme hecho esperar mucho ha venido el bendito Jesús y me ha dicho: 

(2) “Hija mía, las obras que más me agradan son las obras ocultas, porque exentas de cualquier espíritu humano contienen tanto valor en ellas, que Yo las tengo como las cosas más excelentes dentro de mi corazón; tanto, que confrontadas mil obras externas y públicas con una obra interna y oculta, las mil externas quedan por debajo de la obra interna, porque en las obras externas el espíritu humano toma siempre su parte”.

Fiat Divina Voluntad



Mc 12, 43

43.Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.

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Vol. 27-28 (1-2) Enero 10, 1930

seas pequeña o grande, perteneces a nuestra familia divina”

(1) Me sentía, si bien abandonada en el Fiat Divino, también toda aniquilada, pero tanto, que me veía más pequeña que un átomo y pensaba entre mí: “Cómo soy miserable, pequeña e insignificante”. Y mi adorable Jesús interrumpiendo mi pensamiento, haciéndose oír y ver me ha dicho:

(2) “Hija mía, seas pequeña o grande, perteneces a nuestra familia divina, eres un miembro de ella y esto te basta, más bien es todo para ti y es la gloria y el honor más grande que podrías poseer”.

Fiat Divina Voluntad



Mc 12, 44 

“Pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”  

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Vol. 31-25 (1-2); enero 22, 1933.

“Para poder dar, Yo quiero lo pequeño, lo insignificante, también como pretexto para poder dar lo grande y así decir: ‘Me ha dado y he dado.’” 


Estaba pensando en el Querer Divino, y miles de pensamientos se agolpaban en mi mente y decía entre mí: “¿Pero por qué Jesús ama tanto el querer mi voluntad? Si ama el darme la suya yo gano, al tener una Voluntad Divina en mi poder, poseo todo, encierro todo, aun al mismo Dios, pero querer Él la mía, nada más por intercambio de la suya, es para maravillarse, ¿en qué cosa le podrá beneficiar, serle de utilidad una voluntad tan débil e insignificante, que sabe producir más mal que bien? Se ve que Jesús no entiende de cuentas, ni sabe dar, o mejor dicho, no quiere dar el justo valor a lo que da, a la correspondencia que recibe, porque con tal de obtener su intento, no se fija si obtiene poco o nada en comparación de lo mucho que ha dado, pero aquí se ve que su amor es verdadero amor, porque es desinteresado”. 

Pero mientras mi mente desatinaba, mi dulcísimo Jesús se hacía ver que estaba todo atento en escuchar mis disparates, y complaciéndose todo me ha dicho:  “Hija mía bendita, si Yo quisiera hacer las cuentas a la criatura, no tendría jamás nada que darle, porque, en primera, lo que ella me puede dar, todo le ha sido dado por Mí, por lo tanto dándome no me da otra cosa que lo mío, y por ello mi amor me hace siempre hacer a un lado las cuentas; hacer cuentas con las criaturas, sería obstruir mi amor y hacerlo perder la libertad de darles lo que quiere dar a la criatura, y se encontraría a disgusto. Además de esto, para darte mi Divina Voluntad es necesario que des la tuya, porque dos voluntades no pueden reinar dentro de un corazón, se harían guerra mutuamente, y la tuya sería de obstáculo a la mía, y por tanto no sería libre de hacer lo que quiere, y Yo para volver libre a la mía, con tanta insistencia te pido la tuya, pero esto no es todo aún, tú debes saber que tu voluntad estando en ti es débil, insignificante, pero en cuanto llega a mis manos creadoras y transformadoras, cambia de aspecto, Yo la vuelvo potente, la vivifico y encierro en ella el valor productor del bien, y Yo me sirvo de esto para no estar ocioso, y haciéndome celestial jardinero trabajo en este campo de tu voluntad y la hago un bello prado florido y un jardín de mis delicias. Así que lo que en tus manos es insignificante y quizá aun dañino, en las mías cambia naturaleza y me sirve para divertirme y tener un poco de tierra a mi disposición para formar las más bellas flores. Y además, para poder dar, Yo quiero lo pequeño, lo insignificante, también como pretexto para poder dar lo grande y así decir: ‘Me ha dado y he dado’. Es verdad que me ha dado lo pequeño, pero eso tenía, y despojándose aun de lo pequeño por Mí, es el don más grande, y lo confío a la exuberancia de mi amor a fin de que supla lo que le falta a la criatura”. 

Mc 12, 38

Decía también en su instrucción: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas

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⚜️ Reparemos en María a Jesús:

 -"quiero reparar los pecados de quienes llegan a degradarse hasta por debajo de las bestias"

-"al ser desnudado reparo por quienes se visten lujosamente y con indecencia, por los pecados contra la modestia y por quienes están tan atados a las riquezas, a los honores y a los placeres, que de todo eso se hacen un dios para sus corazones. 


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor JesucristoUna parte de la Hora 18 de Su Pasión.

Jesús es despojado de Sus vestiduras


"...Y aquí te esperan nuevos dolores. Te vuelven a desvestir arrancándote de nuevo tus vestiduras junto con la corona de espinas. ¡Ah!, tú gimes al sentir que te arrancan de la cabeza las espinas; y al arrancarte tus ropas, te arrancan también tus carnes laceradas que se encuentran pegadas a ellas. Tus llagas se vuelven a abrir, la sangre diluvia corriendo hasta el suelo y es tan grande tu dolor, que casi muerto, caes. Pero nadie se mueve a compasión por ti, mi Bien. Al contrario, con rabia bestial te ponen de nuevo la corona de espinas a fuerza de golpes; y es tan insoportable tanto dolor por las laceraciones y por los cabellos que pegados a tu sangre coagulada te han arrancado, que solamente los ángeles podrían decir todo lo que sufres, mientras que ellos horrorizados y llorando retiran sus miradas celestiales. 

Desnudado Jesús mío, déjame que te estreche a mi corazón para calentarte, porque veo que tiemblas y que un sudor mortal friísimo invade toda tu santísima humanidad. ¡Cuánto quisiera darte mi vida y mi sangre para sustituir la tuya que has perdido para darme vida! Y mientras tanto, Jesús, mirándome con sus ojos llorosos y moribundos, parece que me dice: 

« ¡Hijo mío, cuánto me cuestan las almas! Este es el lugar en donde espero a todos para salvarlos y donde quiero reparar los pecados de quienes llegan a degradarse hasta por debajo de las bestias y que se obstinan tanto en ofenderme, que llegan a no saber vivir sin estar pecando. Su razón queda ciega y pecan frenéticamente; por eso me vuelven a poner la corona de espinas por tercera vez. Y al ser desnudado reparo por quienes se visten lujosamente y con indecencia, por los pecados contra la modestia y por quienes están tan atados a las riquezas, a los honores y a los placeres, que de todo eso se hacen un dios para sus corazones. ¡Ah, sí!, cada una de estas ofensas es una muerte que siento, y si no muero, es porque la Voluntad de mi Eterno Padre aún no ha decretado el momento de mi muerte”. 

Desnudado Bien mío, mientras reparo contigo, te suplico que con tus santísimas manos me despojes de todo y que no permitas que ningún afecto malo entre en mi corazón; vigílamelo, rodéalo con tus penas y llénalo con tu amor. Haz que mi vida no sea más que la repetición de tu vida y confirma este despojo con tu bendición. ¡Oh Jesús!, bendíceme de corazón y dame la fuerza para asistir a tu dolorosa crucifixión, para quedar crucificado junto contigo.

Fiat Divina Voluntad