Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


AUDIO


...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

En Marzo

-Preparación a nuestra

Consagración a San José

Solemnidad 19 de Marzo.

-y, En unión a Jesús en

Su Pasión y Muerte en La Cruz



EVANGELIO

Marzo 18, 2024


Juan 8, 12-20
Yo soy la luz del mundo




Santo Rosario

Por El Reino

























AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo


Mayo 13, 1917 

Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos

Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

AUDIO



"Sé atenta a recibir continuamente la palabra de mi Fiat, que es portador de creación, de vida y de conservación”.

                 Jesús

El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 27-4 (3)

EVANGELIO

Juan 8, 12-20



Lectura del santo Evangelio según San Juan
Yo soy la luz del mundo

12.Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida».

13.Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale».

14.Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.

15.Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie;

16.y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado.

17.Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido.

18.Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí».

19.Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».

20.Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


Sierva de Dios Luisa Piccarreta

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Jn 8,12

«Yo soy la luz del mundo...».

AUDIO


La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad

En el Día 20

⚜️ El pequeño Rey Jesús ha nacido Aquél que era dueño de la luz


Ahora, hija de mi corazón, mientras estás atenta en mirar al niñito Jesús, préstame atención y escúchame, tú debes saber que era media noche cuando el pequeño Rey salió de mi seno materno, pero la noche se cambió en día; Aquél que era dueño de la luz ponía en fuga la noche de la voluntad humana, la noche del pecado, la noche de todos los males; y por señal de lo que hacía en el orden de las almas con su acostumbrado Fiat omnipotente, la media noche se cambió en día fulgidísimo; todas las cosas creadas corrían para alabar en aquella pequeña Humanidad a su Creador.

Fiat Divina Voluntad



Jn 8, 12 

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas…” 

AUDIO


Vol. 2-62 (1-4) Agosto 18, 1899

“Mi palabra no sólo es verdad, sino también luz”


Viniendo esta mañana el amantísimo Jesús le he dicho: “Mi amado Jesús, yo creo que todo lo que escribo son muchos disparates.”

Y Jesús: “Mi palabra no sólo es verdad, sino también luz, y cuando una luz entra en un cuarto oscuro, ¿qué hace? Disipa las tinieblas y hace descubrir los objetos que hay, feos o bellos, si están en orden o en desorden, y del modo como se encuentra ese cuarto se juzga a la persona que ocupa aquella habitación. Ahora, la vida humana es el cuarto oscuro, y cuando la luz de la verdad entra en un alma, disipa las tinieblas, esto es, hace descubrir lo verdadero de lo falso, lo temporal de lo eterno, así que arroja de sí los vicios y se mete al orden de las virtudes, porque siendo mi luz santa, que es mi misma Divinidad, no podrá comunicar otra cosa que santidad y orden, por lo tanto el alma siente salir de sí, luz de paciencia, de humildad, de caridad y más. Si mi palabra produce en ti estas señales, ¿por qué temes?”

Después de esto, Jesús me ha hecho oír que rogaba al Padre por mí, diciendo: “Padre Santo, te pido por esta alma, haz que cumpla en todo perfectamente nuestra Santísima Voluntad, haz oh Padre adorable que sus acciones estén tan conformadas con las mías, pero en modo tal que no se puedan distinguir las unas de las otras, y así poder cumplir sobre de ella lo que he diseñado.”

¿Pero quién puede decir la fuerza que me sentía infundir en mi alma por esta oración de Jesús? Me sentía vestir el alma por una fuerza tal, que para cumplir la Voluntad Santísima de Dios no me hubiera importado sufrir mil martirios, si así fuera su beneplácito. Siempre sean dadas las gracias al Señor, que tanta misericordia usa con esta pobre pecadora.

______

Jn 8, 12 

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas…” 

AUDIO


Vol. 14-69 (2) Octubre 27, 1922

⚜️Herencia de Jesús. Mi Humanidad contenía en Sí dos generaciones, los hijos de las tinieblas y los hijos de la Luz


 “Tú debes saber que mi Humanidad contenía en Sí dos generaciones, los hijos de las tinieblas y los hijos de la Luz. A los primeros venía a rescatarlos, y por eso pagué con mi sangre para ponerlos a salvo.

Mi Humanidad era Santa y nada heredó de las miserias del primer hombre, y si bien era semejante en las facciones naturales, pero era intangible de cualquier mínimo lunar que pudiera ensombrecer mi Santidad; mi herencia fue sólo la Voluntad de mi Padre, en la cual debía desarrollar todos mis actos humanos para formar en Mí la generación de los hijos de la Luz. Mira, esta generación me fue dado el formarla propiamente en el regazo de la Voluntad de mi Padre Celestial, y Yo no ahorré ni fatigas, ni actos, ni penas, ni oraciones, es más, estaba en la cima de todas las cosas que hacía y sufría, de manera que la concebí en Mí, la fecundé y la formé; eran propiamente ellos, los que el Divino Padre con tanto amor me había confiado, era mi herencia predilecta que me fue dada en la Santísima Voluntad Suprema.

Ahora, después de haber conocido los bienes de la Redención, como es que quiero a todos salvados, dándoles todos los medios que se necesitan, paso a hacer conocer que en Mí hay otra generación que debo hacer salir, mis hijos que deben vivir en el Divino Querer, y que en mi mismo corazón tengo preparadas todas las gracias, todos mis actos internos hechos en el ámbito de la Voluntad eterna para ellos, y éstos esperan el beso de sus actos, su unión, para darles la herencia de la Voluntad Suprema; y como la recibí Yo, quiero darla a ellos para hacer salir de Mí la segunda generación, la de los hijos de la Luz.

Si mi Humanidad no diera esta herencia que poseía, es decir la Divina Voluntad, la sola y única cosa que Yo amaba y que me daba todo el bien, habría sido incompleto mi descendimiento a la tierra, no podría decir que he dado todo, es más, habría reservado para Mí la cosa más grande, la parte más noble y divina. Ves ahora cómo es necesario que mi Querer sea conocido en todas sus relaciones, en los prodigios, en los efectos, en el valor, lo que hice Yo en este Querer para las criaturas, lo que deben hacer ellas; y esto será un potente imán para atraer a las criaturas para hacerlas recibir la herencia de mi Querer y hacer salir en campo la generación de los hijos de la Luz. Sé atenta hija mía, tú serás el portavoz, la trompeta para llamarlos y reunir esta generación tan predilecta y tan suspirada por Mí

______

Jn 8,12

«Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida».

AUDIO


Vol. 3-55 (1-3) Marzo 25, 1900 

⚜️“El Verbo de Dios al encarnarse se vuelve luz de las almas”


(1) Esta mañana, mi adorable Jesús al venir me ha dicho: 

(2) “Así como el sol es la luz del mundo, así el Verbo de Dios al encarnarse se hizo luz de las almas, y así como el sol material da luz a todos en general y a cada uno en particular, tanto que cada uno lo puede gozar como si fuera propio, así el Verbo, mientras da luz en general, es sol para cada uno en particular, tan es verdad, que a este sol divino cada uno lo puede tener consigo como si fuera para él solo”. 

(3) ¿Quién puede decir lo que comprendía acerca de esta luz y los benéficos efectos que produce en las almas que tienen este Sol como si fuera propio? Me parecía que el alma poseyendo esta luz pone en fuga las tinieblas, como el sol material al surgir sobre nuestro horizonte pone en fuga las tinieblas de la noche. Esta luz divina, si el alma es fría, la calienta; si está desnuda de virtudes, la hace fecunda; si está inundada por la dañina enfermedad de la tibieza, con su calor absorbe aquel humor malo; en una palabra, para no alargarme demasiado, este sol divino, introduciendo al alma en el centro de su esfera, la cubre con todos sus rayos y llega a transformarla en su misma luz.

Fiat Divina Voluntad



Jn 8, 14 

"Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy..."

AUDIO


Vol. 4-57 (2) Febrero 17, 1901 

“El hombre viene de Dios y debe regresar a Dios”


(2) “Hija mía, el hombre primero nace en Mí, y por eso recibe la marca de la Divinidad, y saliendo de Mí para renacer del seno materno le doy orden de caminar un pequeño tramo de camino, y al término de ese camino, haciéndome encontrar por él, lo recibo de nuevo en Mí, haciéndolo vivir eternamente Conmigo. Mira un poco cuán noble es el hombre, de donde viene, a donde va y cuál es su destino. Ahora, ¿cuál debería ser la santidad de este hombre saliendo de un Dios tan Santo? Pero el hombre al recorrer el camino para venir otra vez a Mí, destruye en él lo que ha recibido de divino, se corrompe de modo que en el encuentro que tenemos para recibirlo en Mí no lo reconozco más, no descubro más en él la marca divina, nada encuentro de mío en él, y no reconociéndolo más, mi justicia lo condena a andar disperso en el camino de la perdición”. 

Fiat Divina Voluntad



Jn 8, 19

Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».

AUDIO


Vol. 35-28 Enero 10, 1938

La primera predicación que hizo el pequeño rey Jesús a los niños de Egipto

“Arriba tienen un Padre Celestial que os ama mucho”

(1) Estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino y, ¡oh! cómo suspiro que ningún acto se me escape de lo que ha hecho, tanto en la Creación como en la Redención. Me parece que me falta alguna cosa si todo lo que ha hecho yo no lo reconociera, no lo amara, no lo besara, no me lo estrechara al corazón como si fuera mío; y el Divino Querer quedaría como descontento si quien vive en Él no conociera todos sus actos, y si no encontrara en todo lo que Él ha hecho el pequeño ‘te amo’ de aquél a quien tanto ama, y mucho más porque no hay cosa que no ha hecho para él. Así, he llegado al momento en el cual el celestial Niño se encontraba en Egipto, en el momento cuando daba sus primeros pasos, y yo besaba sus pasos, ponía mi ‘te amo’ en cada paso que daba y le pedía los primeros pasos de su Voluntad para todas las generaciones humanas. Yo buscaba seguirlo en todo, si oraba, si lloraba, le pedía que su Voluntad animase todas las plegarias de las criaturas, y que sus lágrimas regenerasen la Vida de su Fiat en la familia humana. Entonces, mientras estaba atenta a seguirlo en todo, el pequeño Rey Niño, visitando mi pobre alma me ha dicho: 

(2) “Hija de mi Querer, cómo estoy contento cuando la criatura no me deja solo, pues me la siento por delante, por detrás, en todos mis actos. Ahora, tú debes saber que mi exilio en Egipto no estuvo exento de conquistas, cuando llegué a la edad de cerca de tres años, desde nuestra pequeña casita oía a los niños que jugaban, gritaban en medio de la calle, y Yo, pequeño como era, salía en medio de ellos, y en cuanto me veían corrían a mi alrededor, todos querían estar cerca de Mí, porque era tanta mi belleza, el encanto de mi mirada, la dulzura de mi voz, que se sentían raptados a amarme, por eso se apiñaban a mi alrededor y me amaban tanto, que no sabían separarse de Mí. También Yo amaba a estos niñitos, y como el amor cuando es verdadero busca hacerse conocer, y no sólo eso, sino busca dar lo que puede hacer feliz en el tiempo y en la eternidad, por eso, a estos pequeños Yo les di mi primera predicación, adaptándome a su pequeña capacidad, mucho más que poseyendo la inocencia me podían entender más fácilmente. Ahora,  ¿quieres oír cuál fue mi predicación? Yo les decía: ‘Niñitos míos, escúchenme, Yo os amo mucho, y quiero haceros conocer vuestro origen. Miren el cielo, allá arriba tienen un Padre Celestial que os ama mucho, pero os ama tanto que no se contentó con haceros de Padre desde el Cielo, de miraros, de crearos un sol, un mar, una tierra florida para volveros felices, sino que amándoos con un amor exuberante quiso descender en vuestros corazones, formar su morada real en el fondo de vuestra alma, haciéndose dulce prisionero de cada uno de ustedes, ¿pero para hacer qué? Para dar vida a vuestro latido, respiro y movimiento; así que caminan ustedes, y Él camina en vuestros pasos, se mueve en vuestras manitas, habla en vuestra voz; y mientras camináis, os movéis, etc., como os ama mucho, ahora os besa, os estrecha, os abraza y os lleva como en triunfo, porque sois sus amados hijos. Cuántos besos y abrazos escondidos no os da este nuestro Padre Celestial, y ustedes por estar desatentos no habéis hecho que vuestro beso encuentre al suyo, vuestros abrazos a su paterno abrazo, y Él ha quedado con el dolor de que sus hijos no lo han ni besado ni abrazado. Ahora, niñitos míos amados, ¿sabéis qué quiere de ustedes este Padre Celestial? Quiere ser reconocido en ustedes, que tiene su sede en el centro de vuestra alma, y como Él ha dado todo, no hay cosa que Él no os dé, quiere vuestro amor en todo lo que hacéis. Ámenlo, que el amor no se aparte jamás de vuestros corazoncitos, de vuestros labios, de vuestras obras, de todo, y esto será el alimento delicioso que daréis a su Paternidad. Él os ama mucho y quiere ser amado. Ninguno puede llegar a amaros como Él os ama, tan es verdad, que tenéis también un padre terreno, pero cómo es diferente del amor del Padre Celestial, él no os sigue siempre, no vigila vuestros pasos, no duerme junto con ustedes, no late en vuestro corazón, y si os caéis ni siquiera lo sabe; en cambio el Padre Celestial no os deja jamás, si estáis por caer os da la mano para no dejaros caer, si dormís os vigila, y también si jugáis o hacéis impertinencias está con ustedes y conoce todo lo que hacéis. Por eso ámenlo mucho, mucho’. Y encendiéndome de más en amor les decía: ‘Denme su palabra de que lo amaréis siempre, siempre, digan junto Conmigo: Os amamos, Padre nuestro que estás en los Cielos, os amamos Padre nuestro que resides en nuestros corazones”. 

(3) Hija mía, por estas palabras dichas a los niños, quién se conmovía, quién lloraba de alegría, quién quedaba arrobado, quién se estrechaba tan fuerte a Mí, que no me querían dejar más. Yo les hacía sentir la Vida palpitante de mi Padre Celestial en sus corazoncitos, y ellos gozaban por esto, hacían fiesta porque tenían no ya un Padre lejano, sino en su propio corazón, y Yo para fortalecerlos y para darles la fuerza de alejarse de Mí, los bendecía, renovando sobre aquellos niños nuestra fuerza creadora, invocando la potencia del Padre, la sabiduría de Mí, Hijo, y la virtud del Espíritu Santo, y les decía: ‘Vayan y después regresen’. Y así se alejaban, pero volvían los siguientes días. Una muchedumbre de niños se ponían a espiar cuando debía salir, y para ver qué cosa hacía Yo en nuestra casita, y cuando Yo salía me aplaudían con sus manitas, me hacían fiesta, y gritaban tanto, que mi Mamá salía a la puerta para ver qué cosa sucedía y, ¡oh! cómo quedaba admirada al ver a su pequeño Hijo hablar con tanta gracia a aquellos niños, tanto, que sentía que le estallaba el corazón por amor, y veía en ellos las primicias de mi Vida acá abajo, porque de estos niños que me escuchaban ninguno se perdió. El conocer que tenían un Padre en sus corazones fue como una garantía y prenda de poder poseer la patria celestial, para amar a aquel Padre que ya estaba también en el Cielo. Hija mía, esta predicación que Yo, pequeño niño, hacía a los niños de Egipto, era el fundamento, la sustancia de la creación del hombre, contiene la doctrina más necesaria, la santidad más alta, hace surgir el amor a cada instante para amarse el Creador y la criatura. Qué dolor al ver tantas pequeñas vidas que no conocen la Vida de un Dios en sus almas, crecen sin Paternidad Divina, como si estuviesen solos en el mundo, no sienten ni conocen cuánto son amados; ¿cómo pueden amarme? Por eso, quitado el amor, el corazón se endurece, la vida se afea y, pobre juventud, se da en brazos de los más graves delitos. Esto es un dolor para tu Jesús, y quiero que sea un dolor para ti, a fin de que ruegues por tantos que enseñan que estoy en sus corazones, que amo y quiero ser amado”

Jn 8, 19

Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».


AUDIO


⚜️ Reparemos en María a Jesús,  por quienes no reconocen la Divinidad de Jesús y burlonamente preguntan: "¿eres tú verdaderamente el Hijo de Dios?"



Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo 

Una parte de la Hora 11 de Su Pasión


“…tus enemigos siguen acusándote, y Caifás viendo que no respondes a sus acusaciones, te dice: 

« Te conjuro por el Dios vivo: dime, ¿eres tú verdaderamente el Hijo de Dios? ». 

Y tú, Amor mío, teniendo siempre en tus labios la palabra de la verdad, con majestad suprema y con voz sonora y suave a la vez, ante la cual todos quedan impresionados y hasta los mismos demonios se hunden todavía más en el abismo, respondes: 

« Tú lo has dicho, yo soy el verdadero Hijo de Dios y un día descenderé sobre las nubes del cielo para juzgar a todas las naciones ». 

Al escuchar tus palabras creadoras, todos se quedan callados en un profundo silencio, sintiendo un escalofrío por el susto...”