Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


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...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

En Marzo

-Consagrados a San José

en la Solemnidad 19.03.24

-En Su Pasión y Muerte de Cruz

con Las Horas de Su Pasión

Semana Santa

Jueves Santo


EVANGELIO

Marzo 28, 2024


San Juan 13, 1-15
Los amó hasta el extremo

Santo Rosario

Por El Reino





AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo


Mayo 13, 1917 

Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos

Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

AUDIO


"Sé atenta, llama en todo lo que haces a mi Voluntad, y Ella no te negará jamás su acto, para formar en ti, por cuanto a criatura es posible, la plenitud de su Santidad.” 

El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 34-14 (2-3)

Semana Santa

2024



Para este momento litúrgico que celebramos como Iglesia, habiéndonos unido a Jesús desde feb. 5 hasta Marzo 23 haciendo la Semana Santa en Divina Voluntad: con las 24 Horas de Su Pasión y las enseñanzas para nuestro estudio y práctica de cada Hora, les dejamos el link con todo el material ofrecido para que en esta Semana Mayor continuemos acompañando a Jesús, Reparando, Rehaciendo los actos, girando en cada acto de su Pasión y dando la Correspondencia debida al Padre, por la Pasión y Muerte de Jesús.


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo

Contiene:

Las 24 Horas de la Pasión

Giros

Enseñanzas, Estudio y Práctica para cada Hora de la Pasión

Semana Santa

Jueves Santo


EVANGELIO

Juan 13, 1-15



Lectura del santo Evangelio según San Juan

Los amó hasta el extremo

“1.Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

2.Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, 

3.sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, 

4.se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. 

5.Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.

6.Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» 

7.Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde». 

8.Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». 

9.Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza». 

10.Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos». 

11.Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos».

12.Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? 

13.Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. 

14.Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. 

15.Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros”.


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

Semana Santa

2024

Continuamos unidos a Ti, en Tu Pasión



Recibamos:



Iniciamos,

Acerquémonos a contemplar con una Hora de la Pasión una parte del Evangelio:

El martes y miércoles santo, son la misma Hora de la Pasión, solo que desde la perspectiva de distinto Evangelista.  El martes Santo es con San Juan y el miércoles Santo es con San Mateo


HORA DE LA PASIÓN JUEVES SANTO


Hora 4 

De las 8 a las 9 de la noche

La Cena Eucarística

“Pero, oh mi Jesús, parece que tu amor no tiene reposo, veo que de nuevo haces sentarse a tus amados discípulos, tomas una palangana con agua, te ciñes una blanca toalla y te postras a los pies de los apóstoles, en un acto tan humilde que te atrae la mirada de todo el Cielo y lo hace permanecer estático, los mismos apóstoles se quedan casi sin movimiento al verte postrado a sus pies. Pero dime amor mío, ¿qué quieres? ¿Qué pretendes con este acto tan humilde, humildad jamás vista y que jamás se verá? «¡Ah hija mía, quiero todas las almas, y postrado ante ellas como un pobre mendigo, las pido, las urjo, y llorando tramo mis insidias de amor para tenerlas! Quiero, postrado a sus pies, con esta agua mezclada con mis lágrimas lavarlas de cualquier imperfección y prepararlas a recibirme en el sacramento. Me importa tanto este acto de recibirme en la Eucaristía, que no quiero confiar este oficio ni a los ángeles, ni siquiera a mi amada Mamá, sino que Yo mismo quiero purificarlas, aun las fibras más íntimas, para disponerlas a recibir el fruto del sacramento, y en los apóstoles era mi intención preparar a todas las almas.

Intento reparar todas las obras santas y la administración de los sacramentos, sobre todo hechas por sacerdotes con espíritu de soberbia, vacías de espíritu divino y de desinterés.

¡Ah, cuántas obras buenas me llegan más para deshonrarme que para darme honor! ¡Más para amargarme que para complacerme! ¡Más para darme muerte que para darme vida!

Éstas son las ofensas que más me afligen. Ah, sí hija mía, numera todas las ofensas más íntimas que se me hacen y repárame con mis mismas reparaciones, consuela mi corazón amargado».

Veo, dulce amor mío, que ya estás a los pies de Judas, oigo tu respiro afanoso, veo que no sólo lloras, sino que sollozas, y mientras lavas aquellos pies, los besas, te los estrechas al corazón, y no pudiendo hablar porque tu voz está ahogada por el llanto, lo miras con tus ojos hinchados por el llanto y le dices con el corazón:

«Hijo mío, ah, te ruego con la voz de mis lágrimas: ¡No te vayas al infierno, dame tu alma que postrado a tus pies te pido! Di, ¿qué quieres? ¿Qué pretendes? Todo te daré con tal de que no te pierdas. ¡Ah, evítame este dolor, a Mí, tu Dios!» Y te estrechas de nuevo esos pies a tu corazón, pero viendo la dureza de Judas, tu corazón se ve en apuros, el amor te sofoca y estás a punto de desfallecer.

Corazón mío y vida mía, permíteme que te sostenga entre mis brazos. Comprendo que éstas son las estratagemas amorosas que usas con cada pecador obstinado, y yo te ruego, oh Jesús, mientras te compadezco y te doy reparación por las ofensas que recibes de las almas que se obstinan en no quererse convertir, que me permitas recorrer junto contigo la tierra, y donde estén los pecadores obstinados démosles tus lágrimas para ablandarlos, tus besos y tus abrazos de amor para encadenarlos a Ti, de manera que no te puedan huir, y así consolarte por el dolor de la pérdida de Judas.”

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Jn 13, 5

“Empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura


Hora 4  La Cena Eucarística

“Quiero, postrado a sus pies, con este recipiente de agua mezclada con mis lágrimas lavarlas de cualquier imperfección”

"Yo mismo quiero purificar hasta las fibras más íntimas de los Apóstoles, para disponerlos a recibir el fruto del Sacramento, y en ellos es mi intención preparar a todas las almas. Quiero reparar por todas las obras santas, por la administración de los Sacramentos y en especial por las cosas hechas por los Sacerdotes con espíritu de soberbia, vacías de espíritu Divino y de desinterés..."

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


Sierva de Dios Luisa Piccarreta

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Semana Santa

Jueves Santo

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Vol. 2-82 (10-17)


“Gracia te pido para mis perdidos hijos,... ¿Qué cosa quieres de ellos? ¿Reparación? Reparo yo por ellos. ¿Gloria, honor? Yo te honro y glorifico por ellos. ¿Agradecimientos? Yo te agradezco, todo lo que quieres de ellos te lo doy Yo, con tal que los pueda tener junto Conmigo reinando”.

Jn 13,15

Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.

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La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad

Día 28

⚜️ “Se queda en el sacramento de la Eucaristía, a fin de que cualquiera que lo quiera lo pueda poseer.”


Hija queridísima, no me niegues tu compañía en tantas amarguras mías.

La Divinidad ya ha decretado el último día de mi Hijo acá abajo. Ya un apóstol lo ha traicionado, poniéndolo en las manos de los Judíos para hacerlo morir. Ya mi querido Hijo, dando en exceso de amor y no queriendo dejar a sus hijos, que con tanto amor vino a buscar sobre la tierra, se queda en el sacramento de la Eucaristía, a fin de que cualquiera que lo quiera lo pueda poseer. Así que la Vida de mi Hijo está por terminar y por emprender el vuelo a su Patria celestial. ¡Ah hija querida! El Fiat Divino me lo dio, y Yo en el Fiat Divino le recibí, y ahora en el mismo Fiat hago la entrega. Se me desgarra el corazón, mares inmensos de dolores me inundan, siento que la vida se me va por el espasmo atroz, pero nada podía negar al Fiat Divino, por el contrario, me sentía dispuesta a sacrificarlo con mis mismas manos si Él lo hubiera querido. La fuerza del Querer Divino es omnipotente, y Yo sentía tal fortaleza en virtud del Él, que me habría contentado con morir antes que negar nada a la Divina Voluntad.

Fiat Divina Voluntad



Jn 13, 1

“Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo"

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Vol. 36-27 (7) Agosto 28, 1938

“¡Cuánto amor al crearlo! Nuestro Ser Divino hacía correr amor, y al formarlo corría nuestro amor..."

“Ahora, de la creación de los seres pasé a la creación del hombre, ¡cuánto amor al crearlo! Nuestro Ser Divino hacía correr amor, y al formarlo corría nuestro amor e investía cada una de las fibras de su corazón, cada pequeña partícula de sus huesos, extendíamos nuestro amor en sus nervios, hacíamos correr en su sangre nuestro amor, investíamos sus pasos, su movimiento, su voz, su latido, cada uno de sus pensamientos con nuestro amor. Cuando nuestro amor lo modeló, lo formó, lo llenó tanto de nuestro amor, de modo que en cada cosa, aun en su respiro debía darnos amor, así como Nosotros lo amábamos en todo. Nuestro amor llegó al exceso de infundir en él su aliento para dejarle nuestro aliento de amor; luego, por cumplimiento y corona creamos nuestra imagen en su alma, dotándola de las tres potencias: Memoria, inteligencia y voluntad, quedándonos en él como nuestro portador. Así que el hombre está unido a Nosotros como miembro, y Nosotros estamos en él como en una habitación nuestra; ¿pero cuánto dolor no encontramos en él? Nuestro amor no está en vigor; nuestra Imagen está, pero no se reconoce; nuestra habitación está llena de enemigos que nos ofenden; podemos decir que ha cambiado nuestra suerte y la suya, ha puesto de cabeza nuestros designios sobre de él, y no hace otra cosa que llevar dolor a nuestro brazo que continúa amándolo y dándole vida. Ahora hija mía, nuestro amor quiere llegar a los excesos más grandes, quiere salvar nuestro brazo, que es el hombre, a cualquier costo quiere reordenarlo, seremos obligados por nuestro amor a darle de nuevo nuestro aliento, para expulsar a sus y nuestros enemigos, lo cubriremos de nuevo con nuestro amor, y haremos entrar en él la Vida de nuestra Voluntad. No conviene ni a nuestra majestad ni a nuestra santidad, potencia y sabiduría, que en nuestra obra creadora haya este desorden que nos deshonra tanto, ¡ah, no, triunfaremos sobre el hombre, y la señal más cierta es que estamos manifestando los prodigios de nuestro Querer y cómo se vive en Él! Si no hiciéramos esto estaría en entredicho nuestra potencia, como si fuésemos impotentes para salvar nuestra obra, nuestro mismo brazo, lo que no puede ser, sería como si no pudiésemos hacer lo que queremos. ¡Ah, no, no, nuestro amor y nuestra Voluntad vencerán y triunfarán sobre todo!”.

Fiat Divina Voluntad


Jn 13, 2
Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle


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Vol. 18-11 (6)  Noviembre 5, 1925

"los gemidos del Espíritu Santo"

"El Sacramento de la Eucaristía"

(6) Tu amor no se detenga, recorra todos los tabernáculos, cada hostia sacramental, y en cada hostia oirás gemir al Espíritu Santo con dolor inenarrable. El Sacramento de la Eucaristía no es sólo su vida que reciben las almas, sino es mi misma Vida que se da a ellas, así que el fruto de este Sacramento es formar mi Vida en ellas, y cada comunión sirve para hacer crecer mi Vida, para desarrollarla de modo de poder decir: ‘Yo soy otro Cristo’. Pero, ¡ay de Mí! qué pocos lo aprovechan, es más, cuántas veces desciendo en los corazones y me hacen encontrar las armas para herirme, y me repiten la tragedia de mi Pasión, y en cuanto se consumen las especies Sacramentales, en vez de incitarme a quedar con ellas soy obligado a salir bañado en lágrimas, llorando mi suerte Sacramental, y no encuentro quién calme mi llanto y mis gemidos dolientes. Si tú pudieses romper los velos de la hostia que me cubren, me encontrarías bañado en llanto conociendo la suerte que me espera al descender en los corazones. Por eso tu correspondencia de amor por cada hostia sea continuo, para calmarme el llanto y volver menos dolorosos los gemidos del Espíritu Santo.

Fiat Divina Voluntad



Jn 13, 3-4

Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido

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Vol. 2-82 (10-17)

⚜️ “Gracia te pido para mis perdidos hijos, no me resiste el ánimo verlos separados de Mí, a cualquier costo quiero salvarlos, y si bien veo que no hay otro medio que poner mi propia vida, la quiero poner con tal de que readquieran la de ellos. ¿Qué cosa quieres de ellos? ¿Reparación? Reparo yo por ellos. ¿Gloria, honor? Yo te honro y glorifico por ellos. ¿Agradecimientos? Yo te agradezco, todo lo que quieres de ellos te lo doy Yo, con tal que los pueda tener junto Conmigo reinando”.


Vol. 2-82 (10-17)  Octubre 14, 1899

"Jesús ...habla en modo conmovedor de la esperanza"

 

(10) “La naturaleza de la esperanza es paz, y lo que ella es por naturaleza, el alma que vive en el seno de esta madre pacífica lo consigue por gracia”.

(11) Y en el momento mismo en que Jesús bendito dice estas palabras, con una luz intelectual me hace ver bajo la semejanza de una madre lo que ha hecho esta esperanza por el hombre. ¡Oh, qué escena tan conmovedora y ternísima, que si todos la pudiesen ver, llorarían de pena hasta los corazones más duros y todos se aficionarían, la querrían tanto, que resultaría imposible separarse por un solo momento de sus rodillas maternas. Y ahora trataré de decir lo que comprendo y puedo:

(12) El hombre vivía encadenado, esclavo del demonio, condenado a la muerte eterna, sin esperanza de poder resurgir a la vida eterna; todo estaba perdido y su suerte estaba en ruinas. Esta madre vivía en el Empíreo, unida con el Padre y el Espíritu Santo, bienaventurada, feliz con Ellos; pero parecía que no estuviera contenta, quería a sus hijos, a sus amadas imágenes en torno a ella, la obra más bella salida de sus manos. Ahora, mientras estaba en el Cielo, su ojo estaba atento al hombre que estaba perdido en la tierra. Toda ella se ocupa de la manera de salvar a estos sus amados hijos, y viendo que estos hijos no pueden absolutamente satisfacer a la Divinidad, aun a costa de cualquier sacrificio, pues son muy inferiores a Ella, ¿qué cosa hace esta madre piadosa? Ve que no hay otro medio para salvar a estos hijos que dar la propia vida para salvar la de ellos, y tomar sobre sí sus penas y miserias y hacer todo lo que ellos debían hacer por ellos mismos, entonces, ¿qué piensa hacer? Esta madre amorosa se presenta ante la divina justicia con lágrimas en los ojos, con las voces más tiernas, con las razones más potentes que su magnánimo corazón le dicta y dice: 

“Gracia te pido para mis perdidos hijos, no me resiste el ánimo verlos separados de Mí, a cualquier costo quiero salvarlos, y si bien veo que no hay otro medio que poner mi propia vida, la quiero poner con tal de que readquieran la de ellos. ¿Qué cosa quieres de ellos? ¿Reparación? Reparo yo por ellos. ¿Gloria, honor? Yo te honro y glorifico por ellos. ¿Agradecimientos? Yo te agradezco, todo lo que quieres de ellos te lo doy Yo, con tal que los pueda tener junto Conmigo reinando”.

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Jn 13, 2

"Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara"


Vol. 2-82 (13-14)

(13) La Divinidad queda conmovida al ver las lágrimas, el amor de esta piadosa madre, y convencida por sus potentes razones se siente inclinada a amar a estos hijos, y lloran juntos su desventura, y poniéndose de acuerdo concluyen que aceptan el sacrificio de la vida de esta madre, quedando por ello plenamente satisfechos, para readquirir a estos hijos. No apenas es firmado el decreto, desciende enseguida del Cielo y viene a la tierra, y dejando sus vestiduras reales que tenía en el Cielo se viste de las miserias humanas, como si fuese la más vil esclava y vive en la pobreza más extrema, en los sufrimientos más inauditos, en los desprecios más insoportables a la naturaleza humana; no hace otra cosa que llorar e interceder por sus amados hijos. Pero lo que más lo hace a uno quedar asombrado, tanto de esta madre como de estos hijos, es que mientras ella ama tanto a estos hijos, éstos, en vez de recibir a esta madre con los brazos abiertos, ya que viene a salvarlos, hacen lo contrario; ninguno la quiere recibir ni reconocer, es más, la obligan a ir errante, la desprecian y empiezan a planear cómo matar a esta madre tan tierna y excesivamente amante de ellos. ¿Qué hará esta madre tan tierna al verse tan malamente correspondida por sus ingratos hijos? ¿Se detendrá acaso? ¡Ah! no, más bien se enciende más de amor por ellos y corre de un punto a otro para reunirlos y ponérselos en su regazo. ¡Oh, cómo se fatiga, cómo se cansa, hasta gotear sudor, no sólo de agua sino también de sangre! No se da un momento de tregua, está siempre en actitud de efectuar su salvación, provee a todas sus necesidades, remedia todos sus males pasados, presentes y futuros; en suma, no hay cosa que no ordene y disponga para su bien.

(14) ¿Pero qué cosa hacen estos hijos? ¿Se han tal vez arrepentido de la ingratitud que tuvieron al recibirla? ¿Han cambiado sus pensamientos en favor de esta madre? ¡Ah! no, la miran con malos ojos, la deshonran con las calumnias más negras, le procuran oprobios, desprecios, confusiones, la golpean con todo tipo de flagelos, reduciéndola toda a una llaga, y terminan con hacerla morir con una muerte, la más infame que se pueda encontrar, en medio de crueles espasmos y dolores. Pero, ¿qué cosa hace esta madre en medio de tantas penas? ¿Odiará tal vez a estos hijos tan rebeldes e insolentes? ¡Ah no, jamás!, ahora más que nunca los ama extremadamente, ofrece sus penas por su misma salvación y expira con la palabra de la paz y del perdón.

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Jn 13, 15

"os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis" 


Vol. 2-82 (15-16)

(15) ¡Oh! Madre mía bella, ¡oh amada esperanza, cuán amable eres en ti misma, yo te amo! ¡Ah! Tenme siempre en tu regazo y seré la más feliz del mundo. Mientras estoy determinada a dejar de hablar de la esperanza, una voz me resuena por todas partes que dice:

(16) “La esperanza contiene todo el bien presente y futuro, y quien vive en su regazo y crece sobre sus rodillas, todo lo que quiere obtiene. ¿Qué cosa quiere el alma: gloria, honor? La esperanza le dará todo el honor y la gloria más grande en la tierra, ante todas las gentes, y en el Cielo la glorificará eternamente. ¿Querrá tal vez riqueza? ¡Oh! Esta madre esperanza es riquísima, y lo que es más, dando sus bienes a sus hijos, no disminuyen sus riquezas en nada; además, estas riquezas no son fugaces y pasajeras, sino eternas. ¿Querrá placeres, contentos? ¡Ah! Sí, esta esperanza contiene en sí todos los placeres y gustos posibles, que se puedan encontrar en el Cielo y en la tierra, que ningún otro jamás podrá igualarla, y quien a su seno se nutre, los gusta hasta la saciedad, y ¡oh! cómo es feliz y contenta. ¿Querrá ser docta, sabia? Esta Madre esperanza contiene en sí las ciencias más sublimes, más bien es la maestra de todos los maestros, y quien se hace enseñar por ella aprende la ciencia de la verdadera santidad”.

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Jn 13, 5

luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido

Vol.2-82 (17) 


(17) En suma, la esperanza nos suministra todo, de modo que, si uno es débil, le dará la fuerza; si otro está manchado, la esperanza instituyó los Sacramentos y ahí preparó el lavado de sus manchas; si siente hambre y sed, esta Madre piadosa nos da el alimento más bello, más sabroso, como son sus delicadísimas carnes y por bebida su preciosísima sangre. ¿Qué otra cosa de más puede hacer esta madre pacífica de la esperanza? ¿Quién se le asemejará? ¡Ah!, Sólo ella ha puesto en paz el Cielo y la tierra, la esperanza ha unido con ella la fe y la caridad y ha formado ese anillo indisoluble entre la naturaleza humana y la Divina. ¿Pero quién es esta Madre? ¿Quién es esta esperanza? Es Jesucristo, que obró nuestra Redención y formó la esperanza del hombre descarriado.

Fiat Divina Voluntad



Jn 13, 8

“Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo»”

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Vol. 36-46 (3) Diciembre 28, 1938

“Nuestra Voluntad primero purifica, santifica, embellece, y después los admite en nuestro Querer a hacer vida junto con Nosotros” 

“(3) Ahora, tú debes saber que Nosotros amamos mucho a la criatura, pero a pesar de que la amamos, no toleramos que esté junto a Nosotros indecente, sucia, sin belleza, desnuda, o bien cubierta con míseros andrajos. No sería digno a nuestra majestad suprema tener hijos que no nos semejen y que en algún modo no estén bien vestidos, con los vestidos reales de nuestro Fiat, sería como un rey que tiene su ejército y sus súbditos mal vestidos, cubiertos de porquerías, tanto, de dar asco al mirarlos, quién ciego, quién cojo, quién deforme. ¿No sería un deshonor para este rey el estar circundado por un ejército tan miserable, de dar piedad? ¿No se condenaría al rey que no tiene cuidado de formarse un ejército digno de él, de modo que todos deberían quedar admirados no sólo al mirar la majestad del rey, sino también el orden, la belleza del ejército, la prestancia de los jóvenes, el modo como están vestidos? ¿No sería un honor para el rey estar circundado por ministros, por un ejército tal, que él tomara placer al verlos? Ahora, nuestro amor invencible, con sabiduría infinita, queriendo tratar al tú por tú con la criatura, ha dispuesto dar mi Voluntad a ella, a fin de que con su luz la embellezca, con su amor la vista, con su santidad la santifique. Mira entonces cómo es necesario que nuestra Voluntad reine en la criatura, porque sólo Ella tiene potencia de purificarla y embellecerla, de modo de formar nuestro ejército divino, y Nosotros nos sentiremos honrados de vivir con ellos y en ellos, serán nuestros hijos que nos circundan, vestidos con nuestros vestidos reales, embellecidos con nuestra semejanza. Por eso nuestra Voluntad primero purifica, santifica, embellece, y después los admite en nuestro Querer a hacer vida junto con Nosotros. Mucho más que, en cuanto la criatura entra en nuestro Querer, es tanto nuestro amor, que nuestro Ser Divino le llueve encima su lluvia de amor; y al verla tan amada por Nosotros todos corren a su alrededor, ángeles y santos para amarla, la misma Creación exulta de alegría al ver a nuestra Voluntad triunfadora en aquella criatura y le llueve amor, y ¡oh! cómo es bello ver que todos la aman, y ella se siente tan obligada al verse amada por todos, que ama a todos”.

Fiat Divina Voluntad



Jn 13, 12-15

12.Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? 

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Vol.18-11 (7) Noviembre 5, 1925

“El orden es el Sacramento que encierra todos los demás Sacramentos juntos.”

Desciende en el Sacramento del orden, aquí sí, encontrarás nuestros más íntimos dolores escondidos, las lágrimas más amargas, los gemidos más desgarradores. El orden constituye al hombre a una altura suprema, de un carácter divino, lo hace el repetidor de mi Vida, el administrador de los Sacramentos, el revelador de mis secretos, de mi Evangelio, de la ciencia más sagrada, el pacificador entre el Cielo y la tierra, el portador de Jesús a las almas; pero, ¡ay de Mí! Cuántas veces vemos en el ordenado que será un nuevo Judas, un usurpador del carácter que le ha sido impreso. ¡Oh! cómo gime el Espíritu Santo al ver en el ordenado arrancarse las cosas más sagradas, el carácter más grande que existe entre el Cielo y la tierra; cuántas profanaciones, cada acto de este ordenado hecho no según el carácter impreso, será un grito de dolor, un llanto amargo, un gemido desgarrador. El orden es el Sacramento que encierra todos los demás Sacramentos juntos, por eso si el ordenado sabe conservar en sí, íntegro el carácter recibido, pondrá casi a salvo todos los otros Sacramentos, será él el defensor y el salvador del mismo Jesús. Por eso, no viendo esto en el ordenado, nuestros dolores se concentran más, nuestros gemidos se vuelven más continuos y dolientes, por eso corra tu correspondencia de amor en cada acto sacerdotal para hacer compañía al amor gimiente del Espíritu Santo.

Juan 13, 4-5

se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos

AUDIO


⚜️ Reparemos en María a Jesús,

Quiero reparar todas las obras santas, la administración de los sacramentos, y especialmente todas las cosas hechas por los sacerdotes con espíritu de soberbia, vacías de espíritu divino y de desinterés”

Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo En la Hora 4 de Su Pasión

“...tomas una palangana con agua, y tomando una toalla blanca, te postras a los pies de los apóstoles,... Pero dime Amor mío, ¿qué es lo que quieres? ¿Qué es lo que pretendes hacer con este acto tan humilde? ...

« ¡Ah, hijo mío! Quiero a todas las almas, y postrado a sus pies como un pobre mendigo, se las pido a cada uno con insistencia, y llorando tramo inventos de amor para llegar a hacerlas mías... Con este recipiente de agua mezclada con mis lágrimas y postrado a sus pies, quiero lavarlas de toda imperfección y prepararlas para recibirme en el sacramento que estoy por instituir. Es tan importante para mí este acto de recibirme en la Eucaristía, que no quiero confiarle este oficio ni a los ángeles y ni siquiera a mi querida Madre, sino que yo mismo quiero purificar las almas de mis apóstoles, hasta las partes más íntimas de su ser, para disponerlos a recibir el fruto del sacramento; y es también mi intención preparar en los apóstoles a todas las almas ». 

« Quiero reparar todas las obras santas, la administración de los sacramentos, y especialmente todas las cosas hechas por los sacerdotes con espíritu de soberbia, vacías de espíritu divino y de desinterés. 

¡Ah, cuántas obras buenas llegan a mí más para deshonrarme que para honrarme! 

¡Más para hacerme sufrir que para complacerme! 

¡Más para darme muerte que para darme vida! 

Estas son las ofensas que más me entristecen... ¡Oh alma!, numera todas las ofensas más íntimas que se me hacen, y con mis mismas reparaciones, repara y consuela mi Corazón lleno de amarguras ».

Fiat Divina Voluntad