Me fundo en Ti Jesús y en tu Divina Voluntad, Ven Jesús a Anunciar, a Leer Tu Evangelio del reino de la Voluntad Divina, para beber a grandes sorbos en estas fuentes y así, tomar Tu Vida Celestial en mí.


Libro de CieloVol. 23-29 (4)

AUDIO

"...Ahora, lo que Yo manifiesto acerca de mi Voluntad Divina y que tú escribes, se puede llamar

el Evangelio del reino de la Voluntad Divina,

nada se opone ni a las sagradas escrituras ni al Evangelio que Yo anuncié estando en la tierra, más bien se puede llamar el sostén del uno y del otro, y por eso permito y llamo a los sacerdotes a que vengan, que lean el evangelio todo de Cielo del reino de mi Fiat Divino, para decir como dije a los apóstoles: ‘Predíquenlo por todo el mundo’. Porque Yo me sirvo para mis obras del sacerdocio, y así como tuve el sacerdocio antes de mi venida para preparar al pueblo, el sacerdocio de mi Iglesia para confirmar mi venida y todo lo que Yo hice y dije, así tendré el sacerdocio del reino de mi Voluntad. 

He aquí a qué servirán las tantas cosas que te he manifestado: Las tantas verdades sorprendentes, las promesas de los tantos bienes que debo dar a los hijos del Fiat Voluntas Tua, serán el Evangelio, la base, la fuente inagotable de la cual todos tomarán la Vida Celestial, la felicidad terrenal y la restauración de su creación. 

¡Oh! cómo se sentirán felices quienes con ansia beban a grandes sorbos en estas fuentes de mis conocimientos, porque ellas contienen la virtud de llevar la Vida del Cielo y de desterrar cualquier infelicidad”. 

Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


AUDIO


...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina  Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"


tiempo pascual


EVANGELIO

abril 13, 2024


Juan 6, 16-21

Vieron a Jesús caminando sobre el lago

Santo Rosario

Por El Reino


AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo



Mayo 13, 1917 

Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos

Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

AUDIO



‘Mi voluntad ha resucitado


"Y si las circunstancias de la vida, las ocasiones, las penas, circundan a la criatura como buscando su voluntad, ella puede responder:

 ‘Mi voluntad ha resucitado, 

no la tengo más en mi poder, en sustitución 

tengo a la Divina Voluntad 

y con su luz quiero investir todo lo que me circunda: Circunstancias, penas, para formar en ellas tantas conquistas divinas’. 

Libro de Cielo Vol. 36-3

tiempo pascual

EVANGELIO

Juan 6, 16-21



Lectura del santo Evangelio según San Juan

Vieron a Jesús caminando sobre el lago


16 Al atardecer, bajaron sus discípulos a la orilla del mar, 

17 y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido donde ellos; 

18 soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. 

19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. 

20 Pero él les dijo: «Soy yo. No temáis.»

21 Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían. 


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Abril 13, 2023

Juan 6, 16-21

Vieron a Jesús caminando sobre el lago




Jn: 6, 18-19 

18 soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. 

19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca

AUDIO


Vol. 33-44 (1-2) Julio 14, 1935

“Viento impetuoso para purificar a las generaciones”

1 Mi mente está siempre de regreso en el mar interminable del Querer Divino, el cual, conforme murmura sonríe de amor a la criatura, y quiere sus sonrisas de amor, no quiere que le quede detrás y no le pague con la misma moneda. No hacer lo que hace la Divina Voluntad mientras se vive en Ella es casi imposible, pero ¿quién puede decir qué siente la criatura en este mar divino? La pureza de sus besos, sus castos abrazos que le infunden paz celestial, Vida Divina, tal fuerza de vencer al mismo Dios. ¡Oh! cómo amaría el que todos lo probaran, que vinieran a vivir en este mar, seguramente que no saldrían jamás. Pero mientras esto pensaba decía entre mí: “Pero quién sabe quién verá este reino del Fiat Divino cuando venga, ¡oh! cómo parece difícil”. Y mi amado Jesús haciéndome su breve visita me ha dicho:

2 “Hija mía, sin embargo vendrá, tú mides a lo humano los tiempos tristes que envuelven a las presentes generaciones, y por eso te parece difícil, pero el Ente Supremo tiene las medidas divinas, las cuales son tan largas, que lo que al humano es imposible, para Nosotros es fácil, no debemos hacer otra cosa que un viento impetuoso, el cual será tan fuerte, que se harán llevar por las corrientes del viento que purificará el aire malsano de la voluntad humana, y de todas las cosas tristes de estos tiempos hará un montón y las esparcirá como polvo investido por un viento impetuoso. Nuestro viento será tan fuerte, impetuoso y obrante, que no les resultará fácil el resistirlo, mucho más que sus ráfagas estarán repletas de gracias, de luz, de amor, que ahogarán a las generaciones humanas y se sentirán transformadas. ¿Cuántas veces un viento fuerte no derriba ciudades enteras y transporta hombres, árboles, tierra, agua a otros lugares, e incluso lejanos, sin que se puedan oponer? Mucho más nuestro viento divino, querido, decretado por Nosotros, con nuestra fuerza creadora.

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Jn: 6, 18-19 

18 soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. 

19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca

AUDIO

Vol. 34-44 (1-2) Julio 25, 1937

“Cómo un acto en el Querer Divino puede ser un viento impetuoso, un aire, una atmósfera celestial”

1 El mar del Querer murmura siempre, y muchas veces forma sus olas impetuosas para asaltar a las criaturas, para envolverlas en sus olas amorosas, para darles su Vida, pero con tal insistencia y astucias amorosas, como si tuviese necesidad de nosotros, pobres criaturas, y uno queda raptado. ¡Oh! cómo es verdad que sólo Dios sabe amarnos. Ahora, mientras mi mente se perdía en este mar, mi dulce Jesús sorprendiéndome con su breve visita me ha dicho: 

2 “Hija bendita de mi Querer, ¿has visto cómo era dulce el murmullo del mar de mi Voluntad? También las almas que viven en Ella no hacen otra cosa que murmurar junto en este mar, ellas, eco perfecto de mi Fiat, no cesan jamás de murmurar amor, gloria, adoración, pero en modo simple: Si respiran murmuran amor, si laten, si circula la sangre en las venas, si piensan, si se mueven, en todo murmuran amor, amor, gloria a nuestro Creador, y si llaman a mi Voluntad en sus actos forman las olas impetuosas para envolver a Dios y a las criaturas, a fin de que todos, Cielo y tierra hagan una sola voluntad. 

Un acto en mi Voluntad puede ser un viento impetuoso que transporte, extirpe con su fuerza las pasiones, las debilidades, las malas costumbres, el aire putrefacto del pecado, y sustituirlos por las virtudes, la fuerza divina, las santas costumbres, el aire santificante de mi Voluntad

Un acto en mi Querer puede ser un aire universal, que penetrando dondequiera y en todos, de noche y de día puede hacerse respirar para infundir su Vida, su santidad, y quitando el aire malsano del querer humano, lo sustituye por el aire saludable de mi Fiat, de modo de quedar endulzadas, embalsamadas, vivificadas, sanadas por este aire divino. 

Un acto en mi Fiat puede ser una atmósfera celestial, que encerrando en sí todas nuestras obras, la misma Creación, y con la fuerza de nuestras obras asaltar a nuestra Divinidad e imponerse sobre de Nosotros, haciéndonos dar gracias y dones para volver capaces a las criaturas de poder recibir el reino de nuestro Querer. Un acto en nuestra Voluntad puede contener tales maravillas, que la criatura es incapaz de poder comprender todo su valor”.

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Jn 6,19

“ven a Jesús que caminaba sobre el mar”

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Vol. 36-18 (6) Julio 6, 1938

⚜️ "siente este mar divino que le hace de lecho, la lleva en los brazos de sus aguas celestiales, la alimenta, la hace caminar en su mar"

"por quien está en su mar y conoce que está dentro"


Ahora, tú debes saber que la criatura, haga o no haga nuestra Voluntad, viva o no viva en Ella, está en su inmensidad, más bien es Vida de su vida y acto de sus actos, y la asiste continuamente con su acto creante y conservante, pero quien vive en Ella siente su Vida, su potencia, su santidad, y ¡oh, cuánto la ama! Sucede a esta criatura como al pez que está en el mar y lo conoce, siente este mar divino que le hace de lecho, la lleva en los brazos de sus aguas celestiales, la alimenta, la hace caminar en su mar, la recrea, la embellece, y si quiere dormir le forma el lecho en el fondo de su mar para hacer que ninguno la despierte, es más, duerme junto con ella. Es tanto el amor de mi Voluntad por quien está en su mar y conoce que está dentro, que hace en esta criatura todas las artes que quiere hacer: Si quiere pensar, piensa en ella; si quiere mirar, mira en sus ojos; si quiere hablar, habla y la tiene en continua comunicación, y le dice tantas maravillas de nuestro eterno amor; si quiere obrar, obra; si quiere caminar, camina; si quiere amar, ama.

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Jn 6, 19 

19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca...

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Vol. 36-14 (2) Junio 16, 1938
'Tú me has dado, y yo te doy'


Cómo el Querer Divino quiere dar siempre a la criatura, y quiere recibir; entrega de ambas partes


(2) “Mi pequeña hija de mi Voluntad, tú no sabes hasta donde me hace llegar mi amor por quien vive en Ella, cuántas invenciones me hace hacer y cuántas combinar, llego a hacerle nuevas sorpresas para tener siempre qué hacer con ella, y para tenerla siempre sorprendida y ocupada de Mí, no le doy tiempo, ahora le digo una verdad, ahora le hago un don, ahora le hago ver nuestra belleza que la rapta, nuestro amor que gime, que arde, que delira porque quiere ser amado, en suma, no le doy tiempo, pero lo que más quiero, es que tampoco ella me dé tiempo a Mí, quiero siempre dar. Ahora escucha qué hago para dar y recibir siempre, llamo a la criatura a vivir en mi Voluntad y le hago don de su santidad, de su luz, de su Vida, de su amor, de sus alegrías infinitas, por cuanto ella pueda contener; después de que ha vivido por algún tiempo, encontrándola fiel voy a ella y le digo: ‘Hazme la entrega de lo que te he dado’. Y ella que quiere hacerme ver cuánto me ama, sin dudar un instante, prontamente me entrega todo, aun su respiro, su latido, su movimiento, todo, todo me da, no se queda nada para sí, y queda feliz de que ha dado todo a su Jesús. Yo tomo todo, miro y vuelvo a mirar lo que me ha dado para gozarme y felicitarme en sus dones, me los pongo en mi corazón para gozármelos como propiedad de mi hija. ¿Pero crees que Yo quedo contento? Por parte de la criatura, sí, quedo contento, pero por parte mía, no, jamás, mi amor no me da paz, crece, se desborda y me hace dar en los excesos más grandes, ¿y sabes qué hago? Hago la entrega de mi Ser a mi amada criatura, le duplico todo lo que me ha dado, le doy amor, luz, santidad duplicadas, le entrego mi respiro, mi movimiento, mi misma Vida, de modo que respiro en su respiro, me muevo en su movimiento, amo en su amor, no hay cosa que no haga en ella. Hacer algo sin ella no lo quiero, me sentiría como si no la amase en todas mis cosas, y esto a mi amor le sería insoportable, a quien me ha dado todo debo dar todo; ¿y te parece poco que tu Jesús te entregue su Vida para hacerte vivir de Mí, y me haga entregar la tuya para vivir de ti? Y todo esto casi como para encontrar pretextos para poder dar siempre y recibir siempre, para tener ocasión de decirle mi larga historia de mi Voluntad y mi eterna historia de amor; y esto no para darle una simple noticia, para hacerle ver cuán bueno soy, santo, potente, sino para dotarla de mi amor, de mi Voluntad, de mi santidad, bondad y belleza mías. ¿No es esto acaso un amor excesivo que da en lo increíble? El solo quererla tener Conmigo ya es mi amor más grande, porque si la quiero tener Conmigo es porque quiero darle de lo mío, y como ella no tiene nada que sea digno de Mí, le doy de lo mío a fin de que haciéndolo suyo me pueda decir: ‘Tú me has dado, y yo te doy’. ¿No es esto un amor para ablandar y enternecer los corazones más duros? Sólo tu Jesús puede y sabe amar de esta manera, ninguno puede decir que puede igualarme en mi amor. Y Yo, esto sólo puedo hacerlo con quien vive en mi Querer, porque cada acto que hace en Él es un sol que surge con toda la plenitud de la gloria y de la santidad, y Yo me voy a refugiar en estos soles para deleitarme y tomar reposo, y encontrando a mi amada criatura investida por estos soles, cómo me parece bella, mucho más que viviendo en mi Querer nada hay de humano en ella, pierde los derechos sobre su voluntad y sobre todo lo que es humano, todos los derechos sobre su querer son nuestros, y ella adquiere el imperio sobre todo lo que es divino. Y ¡oh! cómo es bello, cómo estamos contentos y felices al verla imperar con derecho sobre todo lo que nos pertenece, impera sobre nuestro amor y toma de él cuanto quiere para amarnos, e impera sobre este nuestro amor para hacerse amar; impera sobre nuestra sabiduría y nos hace decir cosas, verdades jamás dichas de nuestro Ser Supremo; impera sobre nuestra bondad y nos la hace llover más que lluvia benéfica sobre todas las criaturas; su imperio es dulce y potente sobre nuestro seno paterno y nos hace llegar a decir: ‘¿Quién te puede resistir hija nuestra? lo quieres tú, lo queremos Nosotros’. Por eso, si quieres todo, no salgas jamás de nuestra Voluntad, todo será tuyo y tú serás toda nuestra”.

Fiat Divina Voluntad



Jn: 6, 18-20 

18 soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. 

19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo. 

20 Pero él les dijo: «Soy yo. No temáis.»

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Vol. 22-23 (2) septiembre 3, 1927

“le falta el reino de mi Divina Voluntad,...le falta la plenitud de la felicidad y el mar de la paz, con los cuales por ningún lado la pueden turbar y romper su felicidad.”


Estaba navegando el mar de luz del Fiat Divino siguiendo sus actos, y ¡oh! cómo comprendía que todo el bien estaba en Él.  Y mi siempre amable Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho:

(2)  “hasta que la criatura no haga reinar mi Divina Voluntad en ella, será siempre infeliz, siempre inquieta, porque sentirá en sí, por cuan buena sea, santa, docta, rica, que le falta la plenitud de la felicidad y el mar de la paz, con los cuales por ningún lado la pueden turbar y romper su felicidad.

Por tanto podrá ser la felicidad a medias y dividida su paz, pero como no es entera, la mitad que le falta tendrá el camino abierto para llevarle la infelicidad y la turbación.

Mira, también en el orden natural sucede así: Uno es rico no le falta nada, posee sus diez, veinte millones o bien millares de millones, pero conociendo que podría adquirir otro y ser más rico todavía, se siente inquieto, infeliz, y poniendo como de lado sus riquezas es todo pies, todo obras, todo palabras, todo ojo a las otras riquezas que quisiera adquirir. Pobrecito, ¿cómo puede ser feliz, pacífico, si le falta la fuente de los bienes que le diga: ‘Repósate, todo es tuyo y todo lo que quieres está en tu poder’? Otro es rey, pero cuánta infelicidad bajo aquella corona: Temores de poder perder su reino, esperanzas y avidez por adquirir otros reinos, de dominar a costa de guerras sobre todo el mundo; así que el poseer un reino no es otra cosa que un camino abierto para volver infeliz e inquieto al pobre rey. Un tercero es docto, pero no poseyendo todas las ciencias, sabiendo que puede poseer otras ciencias, no descansa, ni se siente feliz y pacífico, ¿cuántas veces delante de otro más erudito que él se siente humillado y siente la infelicidad porque le falta la plenitud de la ciencia?

Así sucede en el orden sobrenatural: Aquél tal es bueno, pero no siente en sí que posea la fuente de la bondad, porque siente que ante algunas circunstancias su paciencia es débil, su firmeza en el bien es intermitente, su caridad frecuentemente claudica, su oración es inconstante. Esto lo hace infeliz, inquieto, porque ve que su bondad no es entera, está como a la mitad, y ve que la otra mitad que le falta sirve para torturarlo y para hacerlo infeliz. Pobrecito, cómo se ve claro que le falta el reino de mi Divina Voluntad, porque si reinara en él poseería la fuente de la bondad que le diría:

‘Repósate, todo está en tu poder, fuente de paciencia, de firmeza, de caridad, de oración’.

Y sintiendo en sí la fuente, se sentiría extender dentro y fuera de él el mar de la felicidad y de la paz, y la infelicidad e intranquilidad no encontrarían más el camino para entrar en él….”

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Jn: 6, 20 

“Soy yo, no teman”

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Vol. 31-2 (3-5) Agosto 7, 1932

“Yo no lo quiero, no quiero las tempestades en el mar de tu alma, sino paz perenne. Los temores, los miedos, las dudas, son las tempestades, y éstas impedirían el continuo murmullo de tu plácido ‘te amo’”

3 Después continuando mi estado de opresión por las privaciones de mi dulce Jesús, pensaba entre mí: “Sin embargo, a pesar de que estoy privada de Aquél que es para mí más que mi misma vida, no obstante siento una profunda paz, ni temo nada, ni tengo ningún temor de si es por culpa mía que el Celestial Jesús me priva de Él, ni tengo ningún miedo de que me pudiese perder, no siento ninguna otra cosa en mi pequeña alma, sino un mar plácido, que si bien murmura, pero su murmullo no es otro que, ‘te amo’, y este mi pequeño ‘te amo’ no te pide otra cosa sino que venga el reino de tu Voluntad sobre la tierra, y sin jamás dejar de murmurar, formo mis pequeñas olas, muy frecuentemente, para librarme de mi exilio y tomar el Cielo por asalto para encerrarme en mi patria celestial”. ¡Pero qué, todo es en vano, mis olas caen en mi mar y continúo plácidamente murmurando, ‘te amo, te amo!’ Y pongo al Cielo y a la tierra a pedirte tu Fiat. Pero mientras mi mente pensaba desatinos, mi Sumo Bien Jesús, estrechándome entre sus brazos, todo ternura me ha dicho: 

4 “Mi recién nacida de mi Voluntad, parece que vas buscando cómo turbarte, pero Yo no lo quiero, no quiero las tempestades en el mar de tu alma, sino paz perenne. Los temores, los miedos, las dudas, son las tempestades, y éstas impedirían el continuo murmullo de tu plácido ‘te amo’, que debe correr y murmurar siempre para vencer a tu Creador, a fin de que mande su Querer a descender sobre la tierra para hacerlo reinar. 

5 Ahora, tú debes saber que en quien se hace dominar por mi Voluntad y vive en Ella, los males pierden la vida; el temor de ofenderme, los miedos, las turbaciones, pierden la semilla para renacer, el alma y el cuerpo quedan confirmados en el bien, se encuentra en las condiciones de los bienaventurados, para los cuales el mal no tiene más vida, porque en las regiones celestiales, en mi Voluntad, el mal absolutamente no puede entrar, así que quien vive en Ella, se puede llamar y adquiere el derecho de ciudadano del Cielo, y si se encuentra sobre la tierra, es como un ciudadano extraviado de la patria celestial, en la que lo tiene mi Divina Voluntad para sus grandes designios, y para bien de la miserable humanidad.

Jn 6, 18-19

cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y se asustaron

 AUDIO


Entremos en el Querer Divino y,

⚜️Reparemos en María a Jesús,

por nuestra falta de correspondencia, por los afectos que te debemos, por nuestro arrepentimiento y verdadera conversión.

Jesús ¡Me uno a tus súplicas diciendo,

"especialmente de las que han sido llamadas a desposarse con mi amor y a mi santo servicio! "

«...¡Que ninguna de estas almas se nos pierda! ».


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor JesucristoUna parte de la Hora 19 en la oración para atenuar a la Divina Justicia

“ « …¡Piedad, Padre mío, piedad, no para mí que quiero sufrir hasta el infinito por las pobres almas, sino de todas ellas y especialmente de las que han sido llamadas a desposarse con mi amor y a mi santo servicio! ¡Oh Padre!, escucha cómo mi Corazón, próximo a la muerte, acelera sus latidos de fuego y grita: ¡Padre mío, por mis innumerables penas te pido gracias eficaces de arrepentimiento y de verdadera conversión para todas estas infelices almas! ¡Que ninguna de estas almas se nos pierda! ». 

« ¡Tengo sed, Padre mío, tengo sed de todas las almas y especialmente de éstas! ¡Tengo sed de sufrir más y más por cada una de estas almas! Siempre he hecho tu Voluntad, Padre mío; que ahora esta Voluntad mía, que es también la tuya, se cumpla perfectamente por amor a mí, tu amadísimo Hijo, en quien has hallado todas tus complacencias ». 


¡Oh Jesús mío, ya no resisto más! ¡Me uno a tus súplicas, a tus sufrimientos, a tu amor penante! Dame tu Corazón para que pueda sentir tu misma sed de almas consagradas a ti y para que con los latidos de mi corazón te devuelva el amor y los afectos que ellas te deben. Permíteme que haga un recorrido por todas estas almas y que ponga tu Corazón en ellas, para que cuando apenas los toque puedan calentarse las que están frías, sacudirse las que están tibias, encaminarse de nuevo las que están extraviadas, de modo que puedan volver a recibir todas aquellas gracias que han rechazado. Tu Corazón está sofocado de dolor y de amargura al constatar que por su falta de correspondencia no se han llegado a realizar los planes que habías hecho para ellas, y por lo tanto, que tantas almas que por medio de ellas debían obtener vida y salvación han sufrido las tristes consecuencias. Pero yo les mostraré tu Corazón tan amargado, por su causa; desde tu Corazón las heriré con tus flechas de fuego, presentándoles todas tus súplicas y todos tus sufrimientos por ellas, de modo que no será posible que no se rindan a ti; así regresarán contritas a ti, se verán restablecidos tus amorosos designios sobre ellas y ya no estarán en ti y cerca de ti para ofenderte, sino para repararte, consolarte y defenderte.”

Fiat Divina Voluntad