Jesús a la S. D. Luisa Piccarreta


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...el título que darás al libro que publicarás sobre mi Voluntad será éste:

 

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 19-51 (2)

Febrero, 2024



EVANGELIO

Febrero 15, 2024


Lucas 9, 22-25
El que pierda su vida por mi causa la salvará

"Quise Bendecir a mi Mamá, sirviéndome de Ella como canal para hacer llegar a ti mis Bendiciones"


"Te bendigo en modo especial, te bendigo el corazón, la mente, el movimiento, la palabra, el respiro, toda y todo te bendigo"

🎧  Bendición A Través De María

Vol. 14-40 (1-4)

Mayo 13, 1917 Ntra. Señora de Fátima a los 3 pastorcitos


Rezad el Rosario todos los días

Para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra

Santo Rosario 

por el Reino









AUDIO Youtube:

Fiat Divina Voluntad


TEXTO Web: 

Virgen María, La Reina del Cielo

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"Sé atenta a recibir continuamente la palabra de mi Fiat, que es portador de creación, de vida y de conservación”.

                 Jesús

El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

Libro de Cielo Vol. 27-4 (3)

EVANGELIO

Lucas 9, 22-25



Lectura del santo Evangelio según San Lucas
El que pierda su vida por mi causa la salvará


22.Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día».

23.Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.

24.Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.

25.Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?


Palabra del Señor

"Gloria a Ti, Señor Jesús"

‘El Reino de mi Divina Voluntad en medio a las criaturas.  Libro de Cielo.  Llamada a las criaturas al orden, a su puesto y a la finalidad para la que fueron creadas por Dios’.


Sierva de Dios Luisa Piccarreta

"El Evangelio del reino de la Voluntad Divina"

Lc 9, 23

Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.


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La Reina del Cielo en el Reino de la Divina VoluntadDía 5

⚜️ "sacrificarse en cada instante, en cada acto, en el mismo bien que se quiere hacer, por toda la vida, sin jamás dar vida a la propia voluntad... Es tan grande este sacrificio, que Dios no puede pedir nada más de la criatura"


Ahora escúchame hija querida, en cuanto el Ser Supremo me pidió mi querer humano, y habiendo comprendido el grave mal que puede hacer la voluntad humana en la criatura, y cómo ella pone en peligro todo, incluso las obras más bellas de su Creador; cómo la criatura con su querer humano, toda es oscilante, es débil, inconstante, desordenada, y esto porque Dios al crearla la había creado unida, como en naturaleza, con su Voluntad Divina, de modo que Ella debía ser la fuerza, el movimiento primario, el sostén, el alimento, la vida de la voluntad humana, así que con no dar vida a la Voluntad Divina en la nuestra, se rechazan los bienes recibidos de Dios en la Creación y los derechos recibidos en naturaleza en el acto en que fuimos creados; ¡oh, cómo comprendí bien la grave ofensa que se hace a Dios y los males que llueven sobre la criatura! Así que tuve horror y miedo de hacer mi voluntad, y justamente temía, porque también Adán fue creado por Dios, inocente, y con hacer su voluntad, ¿en cuántos males no se arrojó él y a todas las generaciones? Por eso tu Mamá presa de terror, y más por el amor hacia mi Creador, juré no hacer jamás mi voluntad, y para estar más segura y testificar mayormente mi sacrificio a Aquél que tantos mares me había dado de gracias y privilegios, tomé esta mi voluntad humana y la até a los pies del trono divino en homenaje continuo de amor y de sacrificio, jurando no servirme jamás, aun por un solo instante de mi vida, de mi voluntad, sino siempre de la de Dios.

Hija mía, tal vez a ti no te parezca grande mi sacrificio de vivir sin mi voluntad, pero Yo te digo que no hay sacrificio semejante al mío, más bien, todos los otros sacrificios de toda la historia del mundo se pueden llamar sombras comparados al mío; sacrificarse un día, ahora sí y ahora no, es fácil, pero sacrificarse en cada instante, en cada acto, en el mismo bien que se quiere hacer, por toda la vida, sin jamás dar vida a la propia voluntad, es el sacrificio de los sacrificios y el testimonio más grande que puede ofrecerse, y el amor más puro, cribado por la misma Voluntad Divina, que puede ofrecerse a nuestro Creador. Es tan grande este sacrificio, que Dios no puede pedir nada más de la criatura, ni ella puede encontrar como puede sacrificarse más por su Creador..."

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Lc 9, 23

Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.


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EN EL SACERDOTE


  "Para ser hábil en OBRAR COSAS GRANDES PARA DIOS"


Vol. 10-7 Diciembre 22, 1910

"es necesario triturar, pulverizar lo que concierne a lo humano para poder vivir de Dios"

Continuando mi habitual estado, veía ante mi mente a varios sacerdotes, y el bendito Jesús decía: “Para ser hábil en obrar cosas grandes para Dios, es necesario destruir la estima propia, el respeto humano y la propia naturaleza, para revivir de la Vida Divina y preocuparse sólo de la estima de Nuestro Señor y de lo que corresponde al honor y gloria suya; es necesario triturar, pulverizar lo que concierne a lo humano para poder vivir de Dios; y he aquí que, no ustedes, sino Dios en ustedes hablará, obrará, y las almas y las obras a ustedes confiadas tendrán espléndidos efectos, y tendrán los frutos deseados por ustedes y por Mí, como la obra de las reuniones de los sacerdotes que te dije antes, y uno de estos podría ser hábil para promover y también efectuar esta obra, pero un poco de estima propia, de vano temor, de respeto humano lo vuelve inhábil, y la gracia cuando encuentra al alma circundada por estas bajezas, vuela y no se detiene y el sacerdote queda hombre y obra como hombre, y tiene en su obrar los efectos que puede tener un hombre, no ya los efectos que puede tener un sacerdote animado por el Espíritu de Jesucristo”.

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Lc 9, 23

Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.


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"el perder los propios derechos es el más grande sacrificio que puede hacer la criatura, y que dispone a mi bondad a abrirle las puertas de mi Querer, y haciéndola vivir en Ella, recompensarla con mis derechos divinos"


Vol. 17-15 (5) Septiembre 22, 1924

⚜️  “El vivir en mi Querer lleva consigo la pérdida de cualquier derecho de voluntad propia, todos los derechos son por parte de la Voluntad Divina, y si el alma no pierde los propios derechos, no se puede decir verdadero vivir en mi Querer”


Y Jesús: “Hija mía, el vivir en mi Querer lleva consigo la pérdida de cualquier derecho de voluntad propia, todos los derechos son por parte de la Voluntad Divina, y si el alma no pierde los propios derechos, no se puede decir verdadero vivir en mi Querer, a lo más se puede decir vivir resignada, uniformada, porque el vivir en mi Querer no es la sola acción que haga según mi Voluntad, sino es que todo el interior de la criatura no dé lugar ni a un afecto, ni a un pensamiento, ni a un deseo, ni siquiera a un respiro en el cual mi Querer no tenga su lugar, ni mi Querer toleraría aun un afecto humano del cual Él no fuera la vida; tendría asco de hacer vivir al alma en mi Voluntad con sus afectos, pensamientos, etc., que pudiera tener una voluntad humana. 

¿Y crees tú que sea fácil que un alma voluntariamente pierda sus propios derechos? 

¡Oh, cómo es difícil! Más bien hay almas que cuando llegan al punto de perder todos los derechos sobre su voluntad, se echan para atrás, y se contentan con llevar una vida mediana, porque el perder los propios derechos es el más grande sacrificio que puede hacer la criatura, y que dispone a mi bondad a abrirle las puertas de mi Querer, y haciéndola vivir en Ella, recompensarla con mis derechos divinos. Por eso sé atenta y no salgas jamás de los confines de mi Voluntad”.


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Lc 9, 23

Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.


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Vol. 1-2 (7) Septiembre 14, 1899

“La Cruz”

⚜️ "desde ahora se puede ver si alguno se salvará o se perderá, si al presentarse la cruz el alma la abraza, la lleva con resignación, con paciencia y besa y agradece a la mano que la envía, es señal de que es salvo"


(7) “Amada mía, la cruz hace distinguir a los réprobos de los predestinados. Así como en el día del juicio los buenos se alegrarán al ver la cruz, así desde ahora se puede ver si alguno se salvará o se perderá, si al presentarse la cruz el alma la abraza, la lleva con resignación, con paciencia y besa y agradece a la mano que la envía, es señal de que es salvo; si al contrario, al presentarse la cruz se irritan, la desprecian y llegan hasta ofenderme, puedes decir que es una señal de que esa alma se encamina por la vía del infierno; así harán los réprobos en el día del juicio, que al ver la cruz se afligirán y blasfemarán. La cruz dice todo, la cruz es un libro que sin engaño y a claras notas te dice y te hace distinguir al santo del pecador, al perfecto del imperfecto, al fervoroso del tibio. La cruz comunica tal luz al alma, que desde ahora no sólo hace distinguir al bueno del reo, sino hace conocer quién debe ser más o menos glorioso en el Cielo, quién debe ocupar un puesto superior o un puesto menor. Todas las otras virtudes están humildes y reverentes ante la virtud de la cruz, e injertándose con ella reciben mayor lustre y esplendor”.

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Lc 9, 23

Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.


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Vol. 14-6 (1-3) Febrero 24, 1922

⚜️“Nuestra cruz sufrida en la Voluntad de Dios se hace tan grande como la de Jesús”


(1) Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre adorable Jesús se hacía ver en el momento de tomar la cruz para ponerla sobre su santísimo hombro, y me ha dicho: 

(2) “Hija mía, cuando recibí la cruz la miré de arriba a abajo para ver el lugar que tomaba en mi cruz cada alma, y entre tantas, miré con más amor y puse atención especial a aquéllas que habrían estado resignadas y habrían hecho vida en mi Voluntad, las miré y vi su cruz ancha y larga como la mía, porque mi Voluntad suplía a lo que a su cruz le faltaba, y la alargaba y ensanchaba como la mía. ¡Oh! cómo sobresalía tu cruz larga, larga por tantos años de cama, sufrida sólo para cumplir mi Voluntad. La mía era sólo para cumplir la Voluntad de mi Padre Celestial, la tuya para cumplir la mía; una hacía honor a la otra, y como una y otra contenían la misma medida se confundían juntas. 

(3) Ahora, mi Voluntad tiene la virtud de ablandar la dureza, de endulzar la amargura, de alargar y ensanchar las cosas pequeñas, por eso cuando sentí la cruz sobre mi hombro, sentí también la suavidad, la dulzura de la cruz de las almas que habrían sufrido en mi Querer, ¡ah! mi corazón tuvo un respiro de alivio, y la suavidad de las cruces de ellas hizo adaptar la cruz sobre mi hombro, y se hundió tanto que me hizo una llaga profunda, y si bien me dio un dolor acerbo, sentía al mismo tiempo la suavidad y la dulzura de las almas que habrían sufrido en mi Querer. Y como mi Voluntad es eterna, su sufrir, sus reparaciones, sus actos, corrían en cada gota de mi sangre, corrían en cada llaga, en cada ofensa; mi Querer las hacía encontrarse como presentes a las ofensas pasadas, desde que el primer hombre pecó; a las presentes y a las futuras; eran propiamente ellas las que me daban nuevamente los derechos de mi Querer, y Yo, por amor de ellas decretaba la Redención, y si los demás toman parte de Ella, es por causa de éstas que pueden hacerlo. No hay bien que Yo conceda, ni en el Cielo ni en la tierra, que no sea por causa de ellas”.

Fiat Divina Voluntad



Lc 9, 24

“Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará”.


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Vol. 7-46 (2) Septiembre 23, 1906

⚜️ así perderás en todo las obras humanas y las reencontrarás divinas.


(2) “...el obrar por Cristo y en Cristo hace desaparecer la obra humana, porque obrando en Cristo, y siendo Cristo fuego, consume la obra humana, y habiéndola consumido, su fuego la hace resurgir en obra divina, por eso obra junto Conmigo, como si estuviéramos juntos haciendo la misma cosa; si sufres, como si estuvieras sufriendo junto Conmigo; si rezas, si trabajas, todo en Mí y junto Conmigo, y así perderás en todo las obras humanas y las reencontrarás divinas. ¡Oh, cuántas riquezas inmensas podrían adquirir las criaturas, y no las hacen suyas!”


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Lc 9, 24

“Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará”.



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“Hija mía, el último acto de mi Vida"


Vol. 17-6 (1-3); julio 25, 1924

"deja todos los derechos a la Voluntad Suprema y Yo iré formando en ti la santidad del vivir en mi Querer”


Esta mañana mi dulce Jesús se hacía ver en mi interior, en acto de extender los brazos en forma de cruz, y yo quedaba extendida junto con Él; después me ha dicho:

“Hija mía, el último acto de mi Vida fue el extenderme sobre la cruz y permanecer ahí hasta que morí con los brazos abiertos, sin poderme mover ni oponerme a lo que querían hacerme. 

Yo era el verdadero retrato, la viva imagen de quien vive no de voluntad humana, sino Divina. Aquél no poder moverme, ni poder oponerme, ese haber perdido todo derecho sobre Mí, la tensión horrible de mis brazos, ¡cuántas cosas decían! Y mientras Yo perdía los derechos, los demás hacían adquisición de mi Vida. 

El primer derecho fue de la Voluntad Suprema, que haciendo uso de su inmensidad y omnividencia, tomaba todas las almas, inocentes y pecadoras, buenas y santas, y me las ponía en los brazos extendidos, a fin de que las llevara al Cielo, y Yo no rechacé a ninguno, así que en mis brazos la Voluntad Divina dio lugar a todos. 

Ahora, como la Voluntad Suprema es un acto continu ado, nunca interrumpido, y lo que hace una vez no deja nunca de hacerlo, y si bien mi Humanidad está en el Cielo y no está sujeta a sufrir, va buscando almas que no se muevan en la voluntad humana sino en la Divina, que no se opongan a nada, que pierdan todo derecho propio, a fin de que quedando todo derecho en poder de la Divina Voluntad, continúe su acto de poner en los brazos de quien se presta a extenderse en mi Querer a todas las almas, pecadores y santos, inocentes y malos, a fin de que repita y continúe lo que hicieron mis brazos extendidos en cruz. He aquí por qué me he extendido dentro de ti, para que la Suprema Voluntad continúe su acto de traerme a todos a mis brazos.

La santidad no está formada por un solo acto, sino por muchos actos unidos juntos. Un solo acto no forma ni santidad ni perversidad, porque faltando la continuidad de los actos, faltan los colores y las vivas tintas de la santidad, y faltando éstos no se puede dar un peso y un valor justo ni de la santidad ni de la perversidad. Así que lo que hace refulgir y pone el sello a la santidad son los actos buenos continuados. 

Nadie puede decir que es rico porque posee una moneda, sino quien posee propiedades extensas, villas, palacios, etc., etc. Así es de la santidad, y si la santidad tiene necesidad de tantos actos buenos, sacrificios, heroísmo, pero puede estar sujeta a vacíos, a intervalos; la santidad en mi Querer no está sujeta a fases intermitentes, sino que debe asociarse al acto continuado del Querer Eterno, que jamás, jamás se detiene, sino que siempre está obrante, siempre triunfante, que siempre ama y jamás se detiene. 

Así que la santidad en mi Querer pone en el alma el sello del obrar de su Creador, cual es su amor continuo, la conservación continua de todas las cosas por Él creadas, jamás se cambia y es inmutable. Quien está sujeto a cambiarse pertenece a la tierra y no al Cielo; el cambiarse es de la voluntad humana, no de la Divina; interrumpir el bien es de la criatura, no del Creador; todo eso sería deshonroso a la santidad del vivir en mi Querer, porque ella contiene la divisa, la imagen de la santidad de su Creador. Por eso sé atenta, deja todos los derechos a la Voluntad Suprema y Yo iré formando en ti la santidad del vivir en mi Querer”

Fiat Divina Voluntad


 

Lc 9, 25

"Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?"


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Vol. 12-61 Septiembre 4, 1918

"Lamentos de Jesús por los sacerdotes"  "Heridas de mi corazón"


“Hija mía, las criaturas quieren desafiar mi justicia, no quieren rendirse y por eso mi justicia hace su curso contra las criaturas.


Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús en cuanto ha venido me ha dicho: “Hija mía, las criaturas quieren desafiar mi justicia, no quieren rendirse y por eso mi justicia hace su curso contra las criaturas, y éstas de todas las clases, no faltando ni siquiera aquellos que se dicen mis ministros, y tal vez éstos más que los demás; que veneno contienen, envenenan a quien se les acerca, en lugar de ponerme a Mí en las almas quieren ponerse ellos, quieren hacerse rodear, hacerse conocer, y Yo quedo a un lado; su contacto venenoso en lugar de hacer a las almas recogidas, me las distraen; en vez de hacerlas retiradas, las hacen más disipadas, más defectuosas, tanto, que se ven almas que no tienen contacto con ellos más buenas, más recogidas, más retiradas, así que no puedo fiarme de ninguno; estoy obligado a permitir que las gentes se alejen de las iglesias, de los sacramentos, a fin de que su contacto no me las envenene más y las vuelva más malas. Mi dolor es grande, las heridas de mi corazón son profundas, por eso ruega, y unida con los pocos buenos que hay, compadece mi acerbo dolor”.

Lc 9, 23

Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.

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⚜️Fundidos en Jesús y en su Divina Voluntad, Reparemos en María a Jesús, "por quienes no llevan con resignación su propia cruz".


Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Una parte de la Hora 18 de Su Pasión

“...Pacientísimo Jesús mío, veo que ya das los primeros pasos bajo el peso enorme de la cruz. Uno mis pasos a los tuyos y cuando tú, por la debilidad, desangrado y vacilante, estés por caer, a tu lado estaré yo para sostenerte y pondré mis hombros bajo la cruz para compartir contigo su peso. No me desdeñes, acéptame cual fiel compañero tuyo.

 ¡Oh Jesús!, me miras y veo que reparas por quienes no llevan con resignación su propia cruz, sino que reniegan, se irritan, se suicidan o cometen homicidios; y tú pides para todos resignación y amor a la propia cruz”.