Jn 14,15 

“Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos” 


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Vol. 21-12 (2) Abril 3, 1927

🕊️ "Una voluntad libre que me ama y que voluntariamente se anula para hacer la mía y obrar en Ella es el gran portento de la Creación”


“… Una voluntad libre que me ama y que voluntariamente se anula para hacer la mía y obrar en Ella es el gran portento de la Creación, por el cual fueron creadas todas las cosas, porque debían servir a esta voluntad libre, no forzada, para amarme, y ella, teniendo dominio sobre todas y gozando de toda la Creación, debía servir como de voluntad a todas las cosas creadas, pues ellas no tienen voluntad y la criatura debía servir como de voluntad a ellas para dar en cada cosa creada su voluntad y su amor libre hacia su Creador. 

Y sólo en mi Voluntad la humana puede difundirse a todo para dar este honor tan grande a su Creador. Hija mía, una voluntad que no me ama libremente, sino forzada, dice distancia entre criatura y Creador, dice esclavitud y servidumbre, dice desemejanza. En cambio una voluntad libre que hace la mía y me ama, dice unión entre el alma y Dios, dice filiación, dice que lo que es de Dios es de ella, dice semejanza de santidad, de amor, de modos, tanto que lo que hace Uno lo hace el otro, donde se encuentra Uno, se encuentra el otro. 

Por eso creé al hombre libre de voluntad, para recibir este honor grande que conviene a un Dios; una voluntad forzada que me ama, que se sacrifica, Yo no sé qué hacer con ella, es más, ni siquiera la reconozco, ni merece ningún premio, por eso toda mi mira está sobre el alma que de espontánea voluntad🕊️ vive en la mía. El amor forzado es de los hombres, no de Dios, porque se contentan con las apariencias y no bajan al fondo del oro de la voluntad para tener un amor sincero y leal; como el rey que se contenta con la sujeción de los soldados con tal de que esté formado su ejército, y no pone atención si los soldados tienen la voluntad lejana de él; si ésta está lejana, tendrá el ejército, pero no estará al seguro, puede ser un ejército que trama contra su corona y contra su vida. 

Un patrón tendrá muchos siervos, pero si no lo sirven de voluntad, sino por necesidad, por conveniencia, por temor, por cobrar su salario, estos siervos que comen de su pan pueden ser sus primeros enemigos. Pero tu Jesús que ve en el fondo de la voluntad no se contenta con las apariencias, y si esta voluntad espontáneamente quiere y vive en la mía, mi gloria, la Creación, todo está al seguro, porque son, no los siervos, sino mis hijos que la poseen y que aman tanto la gloria de su Padre Celestial, que estarían dispuestos y se sentirían honrados de dar la propia vida por amor suyo.” 

Fiat Divina Voluntad




Jn 14, 16-17 

🕊️y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.


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Vol. 26-22 (1-2) Julio 24, 1929

🕊️(1) ... antes de la venida de Nuestro Señor a la tierra, cuando vino, y después de haber venido, ¿en qué modo se encontraba la Divina Voluntad con relación a las criaturas? Y mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho: 

(2) “Hija mía, mi Voluntad con su inmensidad ha estado siempre en medio a las criaturas, porque Ella, por su naturaleza, no hay punto donde no se encuentre, y las criaturas no pueden estar sin Ella, sería lo mismo que no tener vida ni percibirla, sin mi Divina Voluntad todas las cosas se resolverían en la nada; mucho más que el acto primero de todas las cosas creadas es mi Fiat Divino, Él es como la cabeza a los miembros, y si uno quisiera decir: ‘Puedo vivir sin la cabeza’, esto le resultaría imposible, es la más grande de las locuras el sólo pensarlo. Sin embargo el reinar es una cosa, es el ser reconocida, amada, suspirada y depender de Ella como dependen los miembros de la cabeza, esto es reinar; en cambio estar en medio de las criaturas, no es reinar si no se depende del todo de Ella. Ahora, mi Divina Voluntad, antes de mi venida a la tierra, si bien con su inmensidad estaba en medio de las criaturas, pero las relaciones que había entre estas y Ella, eran como si viviese en tierra extranjera, y desde lejos recibían las escasas comunicaciones, las breves noticias que les anunciaban mi venida a la tierra. Qué dolor, estar en medio de ellas y no ser reconocida y tenerla tan lejos de su voluntad como si estuviera en tierra extranjera. Con mi venida, como Yo la poseía como vida, y mi Humanidad la reconocía, la amaba y la hacía reinar, por medio mío se acercó a las criaturas, y las relaciones que Ella tenía con ellas eran como si no más estuviera en tierra extranjera, sino en sus tierras, pero como no la conocieron ni le dieron el dominio de hacerla reinar, por eso no se puede decir que mi Querer Divino haya formado su reino. Por eso mi venida a la tierra sirvió para acercar a las dos voluntades, humana y Divina, y ponerlas en íntimas relaciones y aumentar las noticias para hacerla conocer, tanto, que enseñé el Padre Nuestro para hacerlos decir venga tu reino, hágase tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra. Si mi Querer no vive como en el Cielo así en la tierra, no se puede decir que tiene su reino en medio a las criaturas; he aquí por qué en el tiempo del reino de Ella no sólo estará en medio a las criaturas, sino dentro de cada una de ellas como vida perenne, y para llegar a eso debe ser reconocida como cabeza y vida primaria de cada una de las criaturas, pero como esta cabeza no es reconocida, no fluye en los miembros su fuerza, su santidad, su belleza, ni hace correr en ellos su sangre noble y divina, por eso no se ve la vida del Cielo en las criaturas. He aquí el por qué amo tanto que mi Divina Voluntad sea conocida, el conocimiento hará surgir el amor, y sintiéndose amada y suspirada se sentirá atraída a venir a reinar en medio a las criaturas”.

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Jn 14, 16-17 

y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.


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Vol. 36-24 (4-5) Agosto 12, 1938

🕊️ Vida Divina En la criatura

"Ninguno puede poseer un bien si no lo conoce"

"poseyendo mi Fiat, su virtud creadora, en todo lo que ella hace"


(4) “Cuando debemos manifestar una verdad concerniente a nuestra Voluntad, primero la amamos en Nosotros mismos, la facilitamos, la adaptamos a la inteligencia humana, a fin de que a la criatura le resulte fácil comprenderla y hacerla vida propia, la proveemos con nuestro amor y después la hacemos conocer, como anhelante de amor, que quiere darse a las criaturas como vida que siente la necesidad de querer formarse en ellas. Pero no contentos con esto, purificamos la inteligencia humana, la investimos con nuestra luz, la renovamos a fin de que conozca nuestra verdad, la bese, la encierre en sí misma y le dé toda la libertad de formar su Vida en ella para quedar transformada en la misma Verdad. Por eso cada verdad nuestra lleva nuestra Vida Divina a la criatura, una Vida anhelante, que ama y quiere ser amada, y nuestro amor es tanto, que nos adaptamos a la condición humana para facilitar el conocimiento, porque si nos conocemos, es fácil vencer a la voluntad humana para hacerla nuestra, y ella tendrá interés de poseer a su Dios. Sin conocimiento los caminos están cerrados, rotas las comunicaciones y Nosotros quedamos como el Dios lejano de la criatura, mientras que estamos dentro y fuera de ellos, y ellos quedan lejanos de Nosotros. Ninguno puede poseer un bien si no lo conoce, por eso queremos hacer conocer que para quien vive en la Divina Voluntad y obra en Ella, todo se vuelve Vida Divina en ella; poseyendo mi Fiat, su virtud creadora, en todo lo que ella hace, si piensa, si habla, si obra, si camina, si ama, mi Fiat extiende su Vida y piensa, habla, obra, camina y ama, forma la creación obrante y hablante; la criatura le sirve para continuar su creación, es más, para hacer cosas más bellas aún. Por lo tanto la Creación no ha terminado, sino que continúa aún en las almas que viven en nuestro Querer, y si en la Creación se ve el orden, la belleza, la potencia de nuestras obras, en la criatura se verá el amor, el orden, la belleza, nuestra virtud creadora que repite tantas Vidas nuestras por cuantas veces nos ha prestado sus actos para hacernos obrar. 

(5) La criatura es vida, no es obra como la Creación, por eso sentimos un amor irresistible de formar Vidas nuestras en ella, y ¡oh! cómo nos deleitamos, cómo estamos contentos, cómo nuestro amor encuentra su reposo, y nuestra Voluntad su cumplimiento, el cual es de formar nuestra Vida en ella. En cambio quien no vive en nuestro Querer, sus obras y pasos son sin vida, como pinturas que no pueden ni recibir vida ni darla, ni pueden producir ningún bien, porque no puede haber vida ni bien sin mi Voluntad”.



Jn 14, 17

"El Espíritu de Verdad, que el mundo no puede recibir porque no lo ve y no lo conoce" 


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Vol. 33-54 (1-2) Noviembre 24, 1935

🕊️ El verdadero amor llama siempre a aquél que ama, y lo encierra dentro. Sin la Divina Voluntad todo está velado


(1) Mi pobre mente se encuentra bajo las olas impetuosas del Querer Divino, impetuosas pero pacíficas, portadoras de felicidad, tanto que la pobre criatura se siente impedida e incapaz de poderlas recibir todas, y mientras seguía los actos del Fiat, he llegado al punto de la creación del hombre, y pensaba entre mí: “Con cuánto amor podía amar Adán inocente al Señor antes de pecar”. Y mi amado Jesús sorprendiéndome me ha dicho: (2) “Hija mía, me amó tanto por cuanto a criatura es posible. Él era un complejo de amor, ni siquiera una fibra estaba vacía del amor hacia su Creador, sentía a lo vivo, palpitante en su corazón la Vida de su Creador, el verdadero amor llama a cada instante a Aquél que ama, y que dándole con su amor su vida, retoma por vida propia a Aquél que ama. Ahora, amando mi Voluntad Divina encuentra en la criatura a Sí misma, la facilidad de su régimen, nada se opone a su dominio, su puesto noble es de Rey dominante, forma su suspirado reino en ella. Cuando la criatura me ama cuanto más puede, ningún vacío de Dios se puede encontrar en ella, antes bien, con su amor me encierra en el centro de su alma, de modo que no puedo salir, ni puedo librarme de ella, y si pudiera salir, lo que Yo no hago jamás, se vendría junto a Mí, sin podernos ni Yo, ni ella separarnos, porque el amor soy Yo mismo. Por eso quien me ama en verdad puede decir: ‘He vencido a Aquél que me ha creado, lo tengo dentro de mí, lo poseo, es todo mío, ninguno me lo puede quitar’. Ahora hija mía, el amor en Adán antes de pecar era perfecto, total, mi Voluntad tenía su Vida en él, de modo que la sentía más que su misma vida; en cuanto pecó, la Vida de mi Fiat se retiró y le dejamos la luz, porque sin Él no podía vivir, habría regresado a la nada. Al crearlo hicimos como un padre que pone en común sus bienes y su misma vida con su propio hijo. Ahora, éste desobedece, se rebela al propio padre, el padre con dolor es obligado a ponerlo fuera de sus habitaciones, no haciéndole más poseer ni sus bienes en común, ni su vida, pero es tanto su amor, que aunque lejano no le hace faltar las cosas necesarias, los medios de estricta necesidad, porque sabe que si el padre se retira, la vida del hijo se termina. Así hizo mi Divina Voluntad, retiró su Vida, pero dejó su luz como ayuda, sostén, y como medio necesario para que su hijo no pereciera del todo. Ahora con retirar su Vida, todas las cosas y obras de Dios quedaron veladas para el hombre. Él mismo, velada la inteligencia, la memoria, la voluntad, quedó como aquellos pobres infelices moribundos, que cubriéndose la pupila con un velo delgado, no ven más clara la vida de la luz. Mi misma Divinidad al descender del Cielo a la tierra se veló de mi Humanidad. ¡Oh! si las criaturas poseyeran como vida mi Voluntad, súbito me hubieran conocido, porque Ella misma habría develado quién soy Yo, mi Querer en ella, y aquél mismo Divino Querer en Mí, se habrían rápidamente conocido, amado, se habrían puesto a mi alrededor, no se habrían podido separar de Mí, reconociéndome bajo la semejanza de su parte humana como Verbo Eterno, Aquél que los amaba tanto, que se había vestido como uno de ellos. Así que Yo no hubiera tenido necesidad de manifestarme, mi Voluntad residiendo en ellos me habría develado, ni Yo habría podido ocultarme, en cambio debí decirles quién era Yo, ¿y cuántos no me creyeron? Por eso hasta en tanto que no reine mi Voluntad en las criaturas, todo está velado, los mismos sacramentos, que más que nueva creación, con tanto amor dejé en mi Iglesia, están velados para ellas, cuántas sorpresas, cuántos bellos secretos y cosas maravillosas impide comprender, ver, gustar, una pupila velada, mucho más que este velo es el humano querer el que lo forma e impide ver las cosas cual son en sí mismas. Entonces, mi Voluntad reinante en las criaturas como vida quitará este velo y todas las cosas serán develadas, y entonces verán las caricias que les hacemos por medio de las cosas creadas, los besos, los abrazos amorosos, en cada cosa creada sentirán nuestro latido ardiente que los ama, verán en 2034 los sacramentos correr nuestra Vida para darse continuamente a ellos, y sentirán la necesidad de darse a Nosotros. Este será el gran prodigio que hará mi Divina Voluntad, romper todos los velos, abundar de gracias inauditas, tomar posesión de las almas como vida propia, de modo que ninguno le podrá resistir, y así tendrá su reino sobre la tierra”.