Dos Revelaciones de Jesús

Para Ti Consagrado

Excesos de Nuestro Amor

AUDIO


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol 35-29 (1-2) Enero 16, 1938

"No cesaré de llamarte hasta en tanto no te vea

Poseedora de mi don"



1) El Querer Divino está siempre en torno a mí, y ahora me llama, ahora me estrecha a su seno de luz, y si respondo a su llamada, si le correspondo con mi abrazo, me ama tanto y me quiere dar tanto, que no sé dónde poner lo que me quiere dar; y en medio de tanto amor y generosidad yo quedo confundida, y amo a aquel Santo Querer que tanto me ama. Mientras estaba en esto, mi dulce Jesús visitando mi pequeña alma, con ternura indecible me ha dicho: 

(2) “Hija de mi Querer, tú debes saber que solamente tu Jesús conoce todos los secretos de mi Fiat, porque siendo Yo el Verbo del Padre me glorío de hacerme narrador de lo que ha hecho por la criatura. Ahora, por esto te digo que su amor es exuberante: En cada cosa que hacía te llamaba, tanto en las obras de la Creación como en las obras de mi Redención, y si tú escuchabas su llamada y decías: ‘Estoy aquí, ¿qué quieres?’ Él te hacía don de sus obras; si tú no respondías, Él quedaba en actitud de llamarte siempre, hasta en tanto no lo hubieses escuchado. 

Si creaba el cielo, te llamaba en aquella extensión azul al decirte: ‘Hija mía, ven y ve cuan bello es el cielo que he creado para ti, lo he creado para hacerte don de él, ven a recibir este gran don; si tú no me escuchas Yo no puedo dártelo, y me haces quedar con el don suspendido en mis manos, y en actitud de llamarte siempre, no cesaré de llamarte hasta en tanto no te vea poseedora de mi don. 

El cielo contiene una extensión grandísima, tanto que la tierra se puede llamar un pequeño agujero comparada con él, por eso todos tienen en él su puesto y un cielo para cada uno, y Yo los llamo a todos por su nombre para hacerles el don’. ¿Pero cuál no es su dolor, llamar y volver a llamar y no ser escuchado, y miran el cielo como si no fuera un don que les ha dado? 

Este mi Querer ama tanto, que conforme creaba el sol así te llamaba con sus voces de luz, e iba en busca de ti y de todos para hacerte de ellos un don, así que tu nombre está escrito en el sol con caracteres de luz, Yo no lo puedo olvidar; y conforme su luz desciende de su esfera y llega hasta ti, así te va llamando siempre, así que no se contenta con llamarte desde la altura de su esfera, sino que amándote siempre más quiere descender hasta lo bajo, y por caminos de luz y calor te dice: ‘Recibe mi don, este sol lo he creado para ti’. Y si es escuchado, ¡oh, cómo hace fiesta porque ve que la criatura posee el sol como propiedad suya y don que le ha hecho su Creador! 

Donde quiera y por todas partes te llama: Te llama en el viento, ahora con imperio, ahora con gemidos, ahora como si quisiera llorar para moverte a escucharlo a fin de que recibas el don de este elemento; te llama en el mar por caminos de murmullo para decirte: ‘Este mar es tuyo, tómalo como don que Yo te hago’. Hasta en el aire que respiras, en el pajarito que canta, te llama para decirte: ‘De todo te hago don’. Ahora, si a la llamada el alma responde, el don es confirmado; si no responde, los dones quedan como suspendidos entre el cielo y la tierra. porque si mi Voluntad llama, es porque quiere ser llamada para mantener el comercio entre Ella y las criaturas, para hacerse conocer y para hacer surgir el amor incesante entre Ella y quien vive de su Fiat, porque sólo a quien vive en su Querer Divino le es más fácil escuchar sus tantas llamadas, porque mientras la llama en sus obras se hace oír en el fondo de su alma, oyendo así su llamada en ambas partes. 

Y después, ¿qué decirte de cuántas veces te llamé y llamo en todos los actos de mi Humanidad? Me concebí y te llamé para hacerte el don de mi Concepción; Nací y te llamé más fuerte, y llegué a llorar, a gemir y llorar para moverte a compasión, para que pronto me respondieras para hacerte el don de mi Nacimiento, de mis lágrimas, gemidos y vagidos. Si mi Mamá Celestial me fajaba, te llamaba para fajarte junto Conmigo; en suma, te llamaba en cada palabra que decía, en cada paso que daba, en cada pena que sufría, en cada gota de mi sangre, hasta en el último respiro que di sobre la cruz te llamé, para hacerte don de todo, y para ponerte al seguro te puse junto Conmigo en las manos de mi Padre Celestial. ¿Dónde no te he llamado para hacerte don de lo que Yo hacía, para desahogar mi amor, para hacerte sentir cuánto te amaba y para hacer descender en tu corazón la dulzura de mi voz raptora, que rapta, crea y conquista, y también para oír tu voz que me dijera: ‘Aquí estoy contigo, dime Jesús, ¿qué quieres?’ Esto como correspondencia de mi amor y como protesta de que aceptas mis dones, y así poder decir: ‘He sido escuchado, mi hija me ha reconocido y me ama’. Es verdad que estos son excesos de nuestro amor, pero amar y no ser reconocido, ni amado, no se puede soportar por largo tiempo, ni se puede seguir viviendo así. Por eso continuaremos nuestras locuras de amor, nuestras estratagemas para dar curso a nuestra Vida de amor”.

Fiat Divina Voluntad




"Los hijos de la Divina Voluntad serán soles y estrellas que coronarán a la Soberana Celestial"

AUDIO


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 33-43 (4) Julio 8, 1935

"Aguarda la corona de su pueblo, que alabándola como Reina 

le ofrecen su vida transformada en sol como testimonio de amor y de gloria"


“Hija mía, cómo es bella mi Mamá, su Majestad es encantadora, ante su santidad se abajan los Cielos, sus riquezas son interminables e incalculables, ninguno puede decirse similar a Ella, por eso Ella es Señora, Madre y Reina; ¿pero sabes cuáles son sus riquezas? Las almas. Cada alma vale más que un mundo entero, ninguno entra en el Cielo si no es por medio suyo y en virtud de su Maternidad y de sus dolores, así que cada alma es una propiedad suya, por eso se le puede dar de hecho el nombre de verdadera Señora. Mira entonces cómo es rica, sus riquezas son especiales, están llenas de vidas parlantes, amantes, que alaban a la Celestial Señora. Como Madre tiene sus hijos innumerables, como Reina tendrá su pueblo del reino de la Divina Voluntad. Estos hijos y este pueblo formarán su corona más refulgente, quién como sol y quién como estrella coronarán su augusta cabeza con tal belleza, de raptar todo el Cielo. Así que los hijos del reino de mi Divina Voluntad serán los que le darán los honores de Reina, y transformándose en soles le formarán la más bella corona. Por eso suspira tanto que venga este reino, porque a su corona refulgente con la cual la coronó la Santísima Trinidad, aguarda la corona de su pueblo, que alabándola como Reina le ofrecen su vida transformada en sol como testimonio de amor y de gloria. ¡Oh! si se comprendiera qué significa vivir en mi Querer, cuántos secretos divinos serían revelados, cuántos descubrimientos harían de su Creador. Por eso conténtate de morir antes que no vivir de mi Voluntad”.

En Honor a las Visitas de Nuestra Mamá Celestial hechas en un mes de Mayo, es que nos Consagramos el 31 de Mayo en la Fiesta Mariana de la 

Visitación de la Virgen María

Fórmula de Consagración


"Solemne Consagración de mi voluntad a mi Mamá Celestial"


Pronunciemos y hagamos vida, de las siguientes partes como fórmula de Consagración

De Nuestro Jesús y Mamá Celestial



"Yo cederé mi puesto en su corazón materno a quien viva en mi Querer; Ella los hará crecer, guiará sus pasos, los esconderá en su Maternidad y santidad, en todos sus actos se verá impreso su amor materno y su santidad, serán verdaderos hijos suyos" 

Libro de Cielo vol. 36, cap. 46 (7)


Padre Celestial, Majestad Altísima, es mi mayor deseo vivir en Tu Divina Voluntad, pronunciando mi Fiat!

Ofrecimiento de la voluntad humana a la Reina celestial


1.  FÓRMULA DE CONSAGRACIÓN: 

    Ofrecimiento de mi voluntad 



Ofrecimiento de la voluntad humana a la Reina celestial


  Mamá dulcísima, heme aquí ante los pies de vuestro trono postrada, soy tu pequeña hija que quiero darte todo mi amor filial, y como hija tuya quiero entrelazar todas las florecitas, todas las jaculatorias, mis promesas que tantas veces he hecho en este mes de gracias, de no hacer jamás mi voluntad, y formando corona quiero ponerla en tu seno como testimonio de amor, de agradecimiento a mi Mamá. Pero eso no basta, quiero que la tomes entre tus manos como señal de que aceptas mi don, y el toque de tus dedos maternos me la convierta en tantos soles, al menos por cuantas veces he tratado de hacer la Voluntad Divina en mis pequeños actos. ¡Ah! sí Madre Reina, tu hija quiere darte los homenajes de luz y de soles fulgidísimos, sé que Tú tienes muchos de estos soles, pero no son los soles de tu hija, en cambio yo quiero darte los míos, para decirte que te amo y para comprometerte a amarme.

  Mamá Santa, Tú me sonríes y con toda bondad aceptas mi regalo, y yo te agradezco de corazón, pero quiero decirte tantas cosas, quiero encerrar en tu corazón materno mis penas, mis temores, mis debilidades, todo mi ser como lugar de refugio, quiero consagrarte mi voluntad. ¡Ah! Mamá mía, acéptala, haz un triunfo de la gracia y un campo donde la Divina Voluntad extienda su reino. Esta mi voluntad a ti consagrada nos volverá inseparables y nos tendrá en continua relación, las puertas del Cielo no se cerrarán para mí, porque habiéndote consagrado mi voluntad, a cambio me darás la tuya, así que, o la Mamá vendrá a estarse con su hija en la tierra, o la hija irá a vivir con su Mamá en el Cielo, ¡oh! cómo seré feliz.

  Escucha Mamá queridísima, para hacer más solemne la consagración de mi voluntad a ti, llamo a la Trinidad Sacrosanta, a todos los ángeles, a todos los santos, y ante todos protesto, y con juramento, el hacer solemne consagración de mi voluntad a mi Mamá celestial.

   Y ahora Soberana Reina, para concluir te pido tu santa bendición para mí y para todos, tu bendición sea celestial rocío que descienda sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, descienda sobre el mundo entero y lo cambie al bien, descienda sobre las almas del purgatorio y apague el fuego que las quema, tu bendición materna sea prenda de salvación a todas las almas.  

Amén.


Nihil obstat Mons. Giuseppe Asciano,Canciller arzobispal, arquidiócesis de Trani24 de septiembre de 1997

2.  Consagración Eterna A La Divina Voluntad 

Demos Gracias a Dios 

     Oh Voluntad Divina y Adorable, heme aquí ante la inmensidad de tu Luz, para que tu Eterna Bondad me abra las puertas y me haga entrar en Ella, para formar mi vida toda en Ti, Voluntad Divina.

     Así pues, postrado ante tu Luz, yo, el más pequeño entre todas las criaturas, entro, oh Adorable Voluntad, en el pequeño grupo de los hijos de tu “FIAT” Supremo.

      Postrado en mi nada, invoco y suplico a tu Luz que me revista y eclipse todo lo que no Te pertenece, de modo que ya no mire, ni comprenda, ni viva, sino en Ti, Voluntad Divina.

      Esta será, pues, mi vida, el centro de mi inteligencia, la raptora de mi corazón y de todo mi ser. En mi corazón no quiero que tenga más vida el querer humano; lo arrojaré afuera de mí y así formaré el nuevo Edén de paz, de felicidad y de amor.

     Con Ella seré siempre feliz, y tendré una fuerza única y una Santidad que todo santifica y conduce a Dios.

      Aquí postrado, invoco la ayuda de la Sacrosanta Trinidad para que me admita a vivir en el claustro de la Divina Voluntad, y así regrese en mí aquel Orden primero de la Creación, tal y como fue creada la criatura.

    Madre del Cielo, Soberana y Reina del “FIAT” Divino, tómame de la mano e introdúceme en la Luz del Divino Querer. Tú serás mi guía, mi dulcísima Madre, y me enseñarás a vivir y a mantenerme en el orden y en el recinto de la Divina Voluntad. Soberana Celestial, a tu Corazón confío todo mi ser. Tú me enseñarás la Doctrina de la Divina Voluntad y yo pondré toda mi atención en escucharte. Extenderás tu manto sobre mí, para que la serpiente infernal no se atreva a penetrar en este sagrado Edén para seducirme y hacerme caer en el laberinto del querer humano.

   Corazón de mi Sumo Bien Jesús, Tú me darás tus llamas para que me incendien, me consuman y me alimenten, para formar en mí la Vida del Supremo Querer.

       San José, tú serás mi protector, el custodio de mi corazón, y tendrás las llaves de mi querer en tus manos. Celosamente custodiarás mi corazón y nunca más me lo darás, para estar así seguro de no salirme jamás de la Voluntad de Dios.

     Ángel custodio mío, guárdame, defiéndeme, ayúdame en todo, para que mi vida sea llamada que atraiga a todos al Reino de la Divina Voluntad.

       Corte del Cielo toda, dame tu ayuda, y yo viviré para siempre en la Voluntad Divina.


Amén

Atendamos la siguiente enseñanza y llamemos nosotros también a Jesús en su Divina Voluntad, y pronunciemos con nuestras propias palabras nuestra correspondencia de amor y agradecimiento al Padre Celestial, por el obrar Divino en la Reina del Cielo y por la Bendición tan grande que se nos da, al recibir sus Visitas Celestiales, y poder consagrar nuestra voluntad humana a Nuestra Reina y Madre de la Divina Voluntad


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 12, cap. 142  diciembre 18, 1920

3.  Correspondencia de Amor y de Agradecimiento por todo lo que Dios obró en la Mamá Celestial



“…me he encontrado junto con mi dulce Jesús, pero tan estrechada con Él y Él conmigo, que casi no podía ver su Divina Persona; y no sé cómo le he dicho:  

     “Mi dulce Jesús, mientras estoy estrechada a Ti quiero testimoniarte mi amor, mi agradecimiento y todo lo que la criatura está en deber de hacer por haber Tú creado a nuestra Reina Mamá Inmaculada, la más bella, la más santa, y un portento de gracia, enriqueciéndola con todos los dones y haciéndola nuestra Madre, y esto lo hago a nombre de las criaturas pasadas, presentes y futuras; quiero tomar cada acto de criatura, palabra, pensamiento, latido, paso, y en cada uno de ellos decirte que te amo, te agradezco, te bendigo, te adoro por todo lo que has hecho a mí y tu Celestial Mamá”.

Jesús ha agradecido mi acto, pero tanto que me ha dicho:

  “Hija mía, con ansia esperaba este acto tuyo a nombre de todas las generaciones; mi justicia, mi amor, sentían la necesidad de esta correspondencia, porque grandes son las gracias que descienden sobre todos por haber enriquecido tanto a mi Mamá, sin embargo no tienen nunca una palabra, un gracias que decirme”.

Padre Pablo Martín Sanguiao



4.  Renovemos nuestra plena consagración a María y con Ella a la Voluntad de Dios



"...Y ahora… quiere seguir haciendo de Madre a Jesús, o sea, darle la vida en su Cuerpo Místico (Madre de la Iglesia), en nosotros, en cada uno de nosotros, y por eso dice con las palabras que San Pablo ha tomado de Ella: “Hijitos míos, que Yo de nuevo doy a luz con dolor hasta que no vea a Cristo formado en vosotros” (Gál 4,19), y nosotros le decimos: “Oh María, concebida sin pecado, ruega por nosotros, que recurrimos a Tí”. 

Y como la Inmaculada desde el primer instante de su existencia se dio a Dios y Dios se dio totalmente a Ella, así nosotros, sus hijos, debemos hacer ahora y cada día: renovar nuestra plena consagración a Ella y con Ella a la Voluntad de Dios, para que también en nosotros el Señor pueda establecer su morada y formar su Vida. 

Digámosle:

 

Oh María, Madre de Jesús y Madre mía, 

yo te entrego y te consagro mi vida, como hizo tu Hijo Jesús. 

Me abandono a tu derecho de Madre y a tu poder de Reina, a la Sabiduría y al Amor con que Dios te ha colmado, renunciando totalmente al pecado y a aquel que lo inspira, y entrego a Ti mi voluntad humana, para que Tú la conserves en tu Corazón Materno y la ofrezcas al Señor junto con el sacrificio que Tú has hecho de Ti misma y de tu voluntad. En cambio enseñame a hacer como Tú la Voluntad Divina y a vivir en Ella. ¡Amén! 

Para ir al índice de las 31 Visitas Celestiales:  

Consagración a la Divina Voluntad