Libro:

La Reina del Cielo

en el Reino de la Divina Voluntad



Con María 

en el Cenáculo 

del Evangelio

Jn 10, 2

“pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas”.

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Visita de la Reina del Cielo

Día 25

“Nazaret, símbolo y realidad del reino del Fiat Divino. Vida oculta. La depositaria. Fuente y canal perenne de los bienes de Jesús”


"...en esta casa de Nazaret fue formado en tu Mamá y en la Humanidad de mi Hijo el reino de la Divina Voluntad, para hacer don de él a la familia humana cuando se hubieran dispuesto a recibir el bien de este reino. Y si bien mi Hijo era Rey y Yo Reina, pero éramos Rey y Reina sin pueblo; nuestro reino, si bien podía encerrar a todos y dar vida a todos, estaba desierto, porque se requería primero la Redención para preparar y disponer al hombre a venir a este reino tan santo. Mucho más que siendo poseído por Mí y por mi Hijo, que pertenecíamos según el orden humano a la familia humana, y en virtud del Fiat Divino y del Verbo Encarnado a la Familia Divina, las criaturas recibían el derecho de entrar en este reino, y la Divinidad cedía el derecho y dejaba las puertas abiertas a quien quisiera entrar. Así que nuestra vida oculta durante tantos años sirvió para preparar el reino de la Divina Voluntad a las criaturas; por esto quiero hacerte conocer lo que obró en Mí este Fiat Supremo, a fin de que olvides tu voluntad, y dando la mano a tu Madre, te pueda conducir en los bienes que con tanto amor te he preparado"

Fiat Divina Voluntad


Jn 16, 24

“Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado


Mt 6, 7-8

7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. 

8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.

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Visita de la Reina del Cielo

Día 25

En Jerusalén nos dirigimos directamente al templo, y habiendo llegado nos postramos con la cara en tierra, adoramos profundamente a Dios y oramos largamente. Nuestra oración era de tal manera fervorosa y recogida, que abría  el Cielo, atraía y ataba al celestial Padre, y por eso aceleraba la reconciliación entre Él y los hombres.

Ahora hija mía, te quiero confiar una pena que me tortura: Desgraciadamente hay tantos que van a la Iglesia para rogar, pero la plegaria que ellos dirigen a Dios se queda en sus labios, porque su corazón y su mente están lejos de Él. Cuántos van a la iglesia por pura costumbre o para pasar inútilmente el tiempo, estos cierran el Cielo en vez de abrirlo; y ¡cómo son numerosas las irreverencias que se cometen en la casa de Dios! Cuántos flagelos no se podrían evitar en el mundo, y cuántos castigos no se convertirían en gracias, si todas las almas se esforzaran en imitar nuestro ejemplo. 

Solamente la plegaria que sale de un alma en la cual reina la Divina Voluntad, obra en modo irresistible sobre el corazón de Dios, ella es tan poderosa de vencerlo y de obtener de Él las máximas gracias. Ten por eso cuidado de vivir en el Divino Querer, y tu Mamá, que te ama, cederá a tu plegaria los derechos de su poderosa intercesión.


Fiat Divina Voluntad



Marcos 12, 28b-34

El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás


Mt 6, 6 

⚜️ “Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” 


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Visita de la Reina del Cielo

Día 25

María, modelo de oración

En Jerusalén nos dirigimos directamente al templo, y habiendo llegado nos postramos con la cara en tierra, adoramos profundamente a Dios y oramos largamente. Nuestra oración era de tal manera fervorosa y recogida, que abría el Cielo, atraía y ataba al celestial Padre, y por eso aceleraba la reconciliación entre Él y los hombres. 

Ahora hija mía, te quiero confiar una pena que me tortura: Desgraciadamente hay tantos que van a la Iglesia para rogar, pero la plegaria que ellos dirigen a Dios se queda en sus labios, porque su corazón y su mente están lejos de Él. Cuántos van a la iglesia por pura costumbre o para pasar inútilmente el tiempo, estos cierran el Cielo en vez de abrirlo; y ¡cómo son numerosas las irreverencias que se cometen en la casa de Dios! Cuántos flagelos no se podrían evitar en el mundo, y cuántos castigos no se convertirían en gracias, si todas las almas se esforzaran en imitar nuestro ejemplo.

Solamente la plegaria que sale de un alma en la cual reina la Divina Voluntad, obra en modo irresistible sobre el corazón de Dios, ella es tan poderosa de vencerlo y de obtener de Él las máximas gracias. Ten por eso cuidado de vivir en el Divino Querer, y tu Mamá, que te ama, cederá a tu plegaria los derechos de su poderosa intercesión.


Fiat Divina Voluntad





Mt 6, 34 

Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

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Visita de la Reina del Cielo

Día 25

"Él sacrificaba a su Divina Voluntad a su propia Mamá, a Aquella que Él amaba tanto, para demostrarme cómo también Yo, un día debía sacrificar su misma Vida al Querer Supremo".


Cual no fue mi asombro e inquietud que sentí cuando llegados al punto donde nos debíamos reunir y no lo vi a su lado. Sin saber lo que había sucedido, sentimos tal espanto y tal dolor que nos quedamos mudos los dos. Quebrantados por el dolor regresamos apresuradamente, preguntando con ansia a cuantos encontrábamos: “¡Ah! díganos si habéis visto a Jesús, nuestro Hijo, porque no podemos vivir sin Él” Y llorando lo describíamos: “Él es todo amable, sus bellos ojos azules resplandecen de luz y hablan al corazón; su mirada golpea, rapta, encadena; su frente es majestuosa, su rostro es bello, de una belleza encantadora; su voz dulcísima desciende hasta el corazón y endulza todas las amarguras; sus cabellos rizados, y como de oro finísimo lo hacen hermoso, gracioso; todo es majestad, dignidad, santidad en Él; Él es el más bello entre los hijos de los hombres.” Sin embargo, a pesar de nuestra búsqueda ninguno nos supo decir nada, el dolor que Yo sentía se recrudecía en modo tal, que me hacía llorar amargamente y abría a cada instante en mi alma heridas profundas, las cuales me provocaban verdaderos espasmos de muerte. Hija querida, si Jesús era mi Hijo, Él era también mi Dios, por eso mi dolor fue todo en el orden divino, se puede decir, tan potente e inmenso, de superar todos los otros posibles dolores juntos. Si el Fiat que Yo poseía no me hubiera sostenido continuamente con su fuerza divina, Yo habría muerto de espanto…

Y ahora una palabrita a ti, hija queridísima: En este misterio mi Hijo quiere darnos a Mí y a ti una enseñanza sublime. ¿Podrías acaso suponer que Él ignorase lo que Yo sufría? Todo lo contrario, porque mis lágrimas, mi búsqueda, mi crudo e intenso dolor se repercutían en su corazón, sin embargo, durante aquellas horas tan penosas, Él sacrificaba a su Divina Voluntad a su propia Mamá, a Aquella que Él amaba tanto, para demostrarme cómo también Yo, un día debía sacrificar su misma Vida al Querer Supremo.

Fiat Divina Voluntad