La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad


Ofrecimiento de la voluntad humana a la Reina Celestial




1° día

El primer paso de la Divina Voluntad en la Inmaculada Concepción de la Mamá celestial

"Solemne Consagración de mi voluntad a mi Mamá celestial"


Oración 

a la Reina del Cielo

 para cada día del mes

Para hacer la oración, leída:


Oración 

a la Reina del Cielo

 para cada día del mes



Reina Inmaculada, celestial Madre mía, vengo sobre tus rodillas maternas para abandonarme como tu querida hija en tus brazos, para pedirte con los suspiros más ardientes en este mes consagrado a ti, la gracia más grande: “Que me admitas a vivir en el reino de la Divina Voluntad.” 

Mamá santa, Tú que eres la Reina de este reino, admíteme como hija tuya a vivir en él, a fin de que no esté más desierto sino poblado de tus hijos. Por eso Soberana Reina, a ti me confío, a fin de que guíes mis pasos en el reino del Querer Divino, y estrechada a tu mano materna guiarás todo mi ser para que haga vida perenne en la Divina Voluntad. Tú me harás de Mamá, y como a mi Mamá te entrego mi voluntad, para que me la cambies por la Divina Voluntad y así pueda estar segura de no salir de su reino. Por eso te ruego que me ilumines para hacerme comprender qué significa Voluntad de Dios. 

Ave María 


Florecita del mes: 

En la mañana, al medio día y en la tarde, es decir, tres veces al día, iré sobre las rodillas de nuestra Mamá celestial a decirle: “Mamá mía, te amo, y Tú ámame y dale un sorbo de Voluntad de Dios a mi alma, y dame tu bendición para que pueda hacer todas mis acciones bajo tu mirada materna. 

La Virgen nos dice:


"...Que tú escuches mis lecciones todas de Cielo y aprendas a vivir de Voluntad Divina!"


1° día ⤵️

Para recibir su Visita Celestial, con el texto:


La Reina del Cielo en el reino de la Divina Voluntad


1° día

El primer paso de la Divina Voluntad 

en la Inmaculada Concepción de la Mamá celestial


 

 

El alma a su Inmaculada Reina

Heme aquí, oh Mamá dulcísima, postrada ante ti, hoy es el primer día del mes de mayo, consagrado a ti, en el cual todos tus hijos quieren ofrecerte sus florecitas para demostrarte su amor y para comprometer  a  tu  amor  a  amarlos, y yo te veo como descender de la patria celestial cortejada por  legiones angélicas para recibir las bellas  rosas,  las  humildes  violetas,  los  castos lirios de tus hijos, y corresponderlos con tus sonrisas de amor, con tus gracias y bendiciones, y estrechándote al seno materno los dones de tus hijos,  te los lleves al Cielo para conservarlos como prenda y corona para el punto de  su muerte. Mamá celestial, en medio a tantos, yo que soy la más pequeña, la más necesitada de tus hijos, quiero venir hasta tu seno materno para llevarte   no flores y rosas, sino un sol cada día. Pero la Mamá debe ayudar a la hija dándome tus lecciones de Cielo, para enseñarme como formar estos soles divinos, para darte el homenaje más bello y el amor más puro. Mamá querida, Tú has entendido que cosa quiere tu hija, quiero ser enseñada por ti a vivir de Voluntad Divina, y yo transformando mis actos y toda yo misma en la Divina Voluntad, de acuerdo a tus enseñanzas, cada día te llevaré a tu seno materno todos mis actos cambiados en soles.


Lección de la Reina del Cielo

Hija bendita, tu oración ha herido mi materno corazón, y llamándome del Cielo estoy ya junto a mi hija para darte mis lecciones todas de Cielo. Mírame hija querida, miríadas de ángeles me circundan y reverentes están todos a la expectativa para oírme hablar de aquel Fiat Divino, del cual poseo más que todos su fuente, conozco sus admirables secretos, sus alegrías infinitas, su felicidad indescriptible y su valor incalculable. Oír que mi hija me llama porque quiere mis lecciones sobre la Divina Voluntad, es para Mí la fiesta más grande,   la alegría más pura, y si tú escuchas mis lecciones Yo me sentiré afortunada de ser tu Mamá. ¡Oh, cómo suspiro por tener una hija que quiera vivir toda de Voluntad Divina! Dime oh hija, ¿me contentarás? ¿Me darás tu corazón, tu voluntad, toda tú misma en mis manos maternas a fin de que te prepare, te disponga, te fortifique, te vacíe de todo, de modo que pueda llenarte toda de  luz de Divina Voluntad y forme en ti su Vida Divina? Por eso apoya tu cabeza sobre el corazón de tu Mamá celestial, y sé atenta a escucharme para que mis sublimes lecciones te hagan decidir a no hacer  jamás  tu  voluntad,  sino  siempre la de Dios.

Hija mía, escúchame, es mi corazón materno que te ama  tanto  y  que  quiere volcarse sobre ti; debes saber que te tengo  aquí escrita en  mi corazón,  el cual te ama como verdadera hija, pero siento un dolor porque no  te  veo  igual a tu Mamá, ¿pero sabes quién nos vuelve diferentes? ¡Ah! es tu  voluntad la que te quita la frescura de la gracia, la belleza que enamora a tu Creador, la fuerza que todo vence y soporta, el amor que todo consume, en suma, no es la Voluntad que anima a tu Mamá celestial. Tú debes saber que Yo conocí mi voluntad humana sólo para tenerla sacrificada en homenaje a mi Creador, mi vida fue toda de Voluntad Divina, desde el primer instante de mi concepción fui plasmada, enfervorizada y puesta en su luz, la cual purificó con su potencia mi germen humano y quedé concebida sin mancha original, por eso, si mi concepción fue sin mancha y tan gloriosa de formar el honor de la  Familia Divina, fue sólo el Fiat omnipotente que se volcó sobre mi germen, y pura y santa quedé concebida. Así que si el Querer Divino no se hubiera vertido sobre mi germen, más que una tierna madre para impedir los efectos del pecado original, habría encontrado la triste suerte de las otras criaturas, de ser concebida con el pecado original, por eso la causa primaria fue la Divina Voluntad, a Ella sea el honor, la gloria, el agradecimiento  de  ser  toda  concebida sin mancha de origen.

Ahora hija de mi corazón escucha a tu Mamá, haz a un lado tu voluntad humana, conténtate de morir antes que concederle un acto de vida; tu Mamá celestial estaría contenta de morir miles y miles de veces antes que hacer un solo acto de mi voluntad, ¿no quieres tú entonces imitarme? ¡Ah! si tú la tuvieras sacrificada en honor de tu Creador, el Querer Divino hará el primer  paso en tu alma y te sentirás rodeada de un aura celestial, purificada y enfervorizada, de modo de sentirte aniquilar los gérmenes de tus pasiones, y te sentirías puesta en los primeros pasos del reino de la Divina Voluntad; por  eso sé atenta, si eres fiel en escucharme Yo te guiaré, te llevaré de la mano por los caminos interminables del Fiat Divino, te tendré defendida bajo mi manto azul y serás mi honor, mi gloria, y nuestra victoria.


El alma

Virgen Inmaculada, ponme en tus rodillas maternas  y  hazme  de  Mamá, con tus santas manos posesiónate  de  mi  voluntad,  purifícala,  fórjala,  inflámala con  el toque de tus dedos maternos, enséñame a vivir únicamente de Voluntad Divina.



Florecita: Hoy para honrarme, desde la mañana y en todas tus acciones pondrás tu voluntad en mis manos diciéndome: “Mamá mía, ofrece Tú misma   el sacrificio de mi voluntad a mi Creador.”


Jaculatoria: Mamá mía, encierra la Divina Voluntad en mi alma para que tome su primer lugar, y forme su trono y su morada.

Canción Reina Inmaculada

Tomado de la oración para todos los días  del libro 

"La Virgen María en el Reino de la Divina Voluntad" 

Continuamos en el Estudio, para el Ejercicio en Tu Voluntad


Imágenes de apoyo

Para la 1° Lección

Para ir al índice:  Consagración a la Divina Voluntad