"Mamá celestial, 

encierra mi voluntad  

en  tu  corazón y déjame el Sol de la Divina Voluntad en mi alma"

J a c u l a t o r i a

 Libro: La Reina del Cielo Día 31

Al Inmaculado

Corazón de María

Vol. 34-2 (2)

 "...después lo poníamos en su materno corazón, y de su corazón desciende en el afortunado que debe recibir aquel bien.


Así que no hay gracia que descienda sobre la tierra, 

no hay santidad que se forme, 

no hay pecador que se convierta, 

no hay amor que parta de nuestro trono, 

que primero no sea puesto en su corazón de Madre"



El Reino del FIAT Divino

www.fiatdivinavoluntad.com

De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

AUDIO




"Nuestro Amor, nuestra Sabiduría infinita, nuestro mismo Fiat se impone sobre Nosotros, y no nos hace hacer nada 

que no descienda por medio suyo”




De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 34-2 (2)  Diciembre 8, 1935


Prodigios de la Inmaculada Concepción. Comunicación de los derechos divinos. Dios no quiere hacer nada sin su Madre Celestial.


(2) “... ¡Oh! cómo nos sentíamos atados y como hechos prisioneros por el amor de esta Virgen Santísima, mucho más que como nos amaba, adoraba, rogaba, obraba con el acto creciente de nuestro Fiat que poseía, encerraba en sí a su Creador, conforme nos amaba así nos sentíamos absorbidos en Ella sin poderle resistir, era tanta su potencia que nos dominaba y encerraba en sí nuestra Trinidad Sacrosanta, y Nosotros la amábamos tanto que la hacíamos hacer lo que Ella quería; ¿quién tenía corazón para negarle algo? Más bien nos sentíamos más felices de contentarla, porque un alma que nos ama es nuestra felicidad, porque oímos el eco, la alegría de nuestra felicidad en ella, y quien posee nuestra Voluntad como vida es todo para Nosotros. 

Este es el gran prodigio de quien posee nuestra Voluntad como vida, sentir en sí el participar en sus mismos derechos divinos, con esto siente que su amor no termina jamás, y tiene tanto que puede amar por todos y dar amor a todos; con su acto creciente no dice jamás basta a su santidad. Mucho más que la Soberana Reina con poseer nuestra Voluntad como vida, tenía siempre qué darnos, siempre qué decir, nos tenía siempre ocupados y Nosotros teníamos siempre qué dar, y siempre nuestros secretos amorosos para comunicarle, tanto que nada hacemos sin Ella, primero nos entendíamos con Ella, después lo poníamos en su materno corazón, y de su corazón desciende en el afortunado que debe recibir aquel bien. 


Así que no hay gracia que descienda sobre la tierra, 

no hay santidad que se forme, 

no hay pecador que se convierta, 

no hay amor que parta de nuestro trono, 

que primero no sea puesto en su corazón de Madre, 

la cual forma la maduración de aquel bien, lo fecunda con su amor, lo enriquece con sus gracias, y si es necesario con la virtud de sus dolores, y después lo pone en quien lo debe recibir, de modo que quien lo recibe siente la Paternidad Divina y la Maternidad de su Madre Celestial

Podemos hacer sin Ella, pero no queremos, ¿quién tendrá corazón de hacerla a un lado? 

Nuestro Amor, nuestra Sabiduría infinita, nuestro mismo Fiat se impone sobre Nosotros, y no nos hace hacer nada que no descienda por medio suyo.”