Novena de

 la Santa Navidad

Novena de la Santa Navidad


20 de Diciembre

5to. Exceso de Amor



El Amor Abandonado en amarga soledad

† 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén

Oración para todos los días

Señor mío Jesucristo, postrado ante tu divina presencia suplico a tu amorosísimo Corazón que me admitas a la meditación de los Excesos de tu Amor en el misterio de tu Encarnación. Dame tu ayuda, gracia, amor, dame profunda compasión y entendimiento, mientras medito el 5to. Exceso de tu amor. Y a ti Madre Inmaculada, te pido que me encierres en tu Corazón, y que me hagas un pequeño lugar en tu seno materno, para que pueda contemplar, comprender y acompañar a tu Hijo Jesús en este misterio, e imitándolos a El y a Ti, deje reinar en mí a la Divina Voluntad, como en el Cielo así en la tierra.  Amén

5ª  Hora

5º  Exceso de Amor


El Amor abandonado en amarga soledad 



Mi Jesús me llama a considerar el quinto exceso de su Amor, y yo apresto el oído del corazón para escuchar Su voz doliente pero creadora que internamente me dice: “Hija mía, no te alejes de Mí, no me dejes solo, mi Amor quiere compañía. Este es otro exceso de mi Amor, que no quiere estar solo. ¿Pero sabes tú con quién quiere estar en compañía? Con la criatura. 

Mira en el seno de mi Mamá: Junto conmigo están todas las criaturas, concebidas en Mí; Yo estoy con ellas todo amor, quiero decirles cuánto las amo, quiero hablar con ellas para narrar mis alegrías y mis dolores, y para decirles que vine en medio de ellas para hacerlas felices, para consolarlas, y que estaré en medio de ellas como un hermanito dando a cada una todos mis bienes, y mi Reino, y todo esto a costa de mi muerte. 

Quiero darles mis besos, mis caricias; quiero entretenerme con ellas, pero, ¡ay, cuántos dolores me dan!, Muchas me rehúyen, otras se hacen las sordas y me reducen al silencio, otras desprecian mis bienes y no se preocupan de mi reino y corresponden a mis besos y caricias con el descuido y con el olvido de Mi; y mi entretenimiento lo convierten en amargo llanto. 

¡Oh, qué solo estoy, a pesar de que permanezco en medio de todos! ¡Oh, cómo me pesa mi soledad! No tengo a quién decirle ni una palabra, ni encuentro con quién desahogarme en amor; estoy siempre triste y callado porque si hablo no soy escuchado. 

¡Ah, hija mía, te pido, te suplico no me dejes solo en tanta soledad! Dame el bien de hablar con escucharme; presta oídos a mis enseñanzas; Yo soy el maestro de los maestros. ¡Ah, cuántas cosas quiero enseñarte!, si me escuchas harás que deje de llorar y me entretendré contigo. ¿No quieres tú entretenerte conmigo?” 

Y mientras me abandonaba en Él, compadeciéndolo en su soledad, la voz interior continuaba: “Basta, basta, pasa a considerar el sexto exceso de mi Amor.” 

Oración final

Un Padre Nuestro, Ave María y Gloria

Y junto a Nuestra Madre Inmaculada, a Luisa y a nombre de todas las generaciones del pasado, presente y futuro, te pedimos que Venga el Reino de tu Divina Voluntad a reinar en nuestra alma; y por las intenciones del Papa y de toda la Iglesia en el Divino Querer.


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.  Amén

Profundicemos

Con los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta


5ª Hora

5to. Exceso de Amor

El Amor abandonado en amarga soledad


1-  Vol. 12- 123    "Dios creó al hombre para que le hiciera compañía"

2- Vol. 14-39  El aislamiento y la soledad de Jesús en medio de las criatura

3-  Vol. 24, cap. 37 (5-6)  Soledad de Jesús y quien le hacía compañía

4- Vol. 33-46 (4)  "Mi amor me lleva a concebir en cada alma"

5-  Vol. 19-8  "Como un maestro"