Al Inmaculado 

Corazón de María

Libro de Cielo 33-8 (2-3)





"Su Creador ama en su materno corazón"





El Reino del FIAT Divino

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De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 33-8 (2-3) Febrero 4, 1934

Amor de Dios oculto en la Virgen. 


La Paternidad Divina le da la Maternidad Divina, y genera en Ella las generaciones humanas como sus hijos


(2) “ …“Pequeña hija de mi Querer, tu te amo, por cuan pequeño sea, hiere a nuestro amor, y de aquellas heridas que nos hace nos da ocasión para hacer salir nuestro amor escondido, y hacerse revelador de nuestros íntimos secretos y de cuánto hemos amado a las criaturas. Tú debes saber que Nosotros amábamos a todo el género humano, pero estábamos obligados a tener oculto en nuestro Ser Divino todo el fuego inmenso de nuestro amor, porque no encontrábamos en ellos ni belleza que raptara nuestro amor, ni amor que hiriéndonos hiciera salir nuestro amor para inundarlos para hacerse conocer, amarlos y hacerse amar, más bien estaban inmersos en el letargo de las culpas, tanto de hacernos horrorizar al sólo verlos. Pero nuestro amor ardía, lo amábamos y queríamos hacer llegar nuestro amor a todos, ¿cómo hacer? Debíamos usar una gran invención de nuestro amor para llegar a esto, y he aquí cómo: Llamamos a vida a la pequeña Virgencita María, y creándola toda pura, toda santa, toda bella, toda amor, sin mancha de origen, y haciendo concebir junto con Ella nuestra misma Voluntad Divina, a fin de que entre Ella y Nosotros hubiera libre acceso, perenne unión e inseparabilidad. Ahora, la Celestial Reina con su belleza nos raptaba, y nuestro amor corría, corría; con su amor nos hería y nuestro amor desbordando se escondía en Ella, y mirando a través de su belleza y de su amor a todas las criaturas, nuestro amor se desahogaba y amaba con amor oculto en esta Celestial Reina a todas las criaturas. Así que a todos amamos en Ella, a través de su belleza no nos parecen más feas, nuestro amor no estaba más restringido en Nosotros, sino difundido en el corazón de una criatura tan santa, que comunicándole nuestra Paternidad Divina y amando a todos en Ella, adquirió la Maternidad Divina para poder amar a todos como hijos suyos, generados por su Padre Celestial; en cuanto sentía que Nosotros amábamos a todas las criaturas en Ella, así sentía que nuestro amor formaba la nueva generación de todo el género humano en su corazón materno…

(3) Después de esto continuaba pensando en la Divina Voluntad, el pensamiento de que mi Mamá Celestial poseía en su materno corazón el amor escondido con el cual me amaba mi Creador, me llenaba de alegría, y el pensar que yo era mirada por Dios desde dentro de mi querida Madre Celestial, a través de su santidad y de su belleza raptora, ¡oh! cómo me sentía feliz y llena de confianza, porque ya no debía ser amada y mirada sola, sino amada y mirada junto con mi Mamá. ¡Ah! Ella para hacerme amar más por mi Jesús me cubrirá con sus virtudes, me vestirá con su belleza y esconderá mis miserias y mis debilidades…

…nuestro amor escondido hacia cada criatura la Soberana Señora lo posee todavía en el Cielo, es más, es su más grande triunfo y contento, porque siente que su Creador ama en su materno corazón a todas las criaturas, y Ella haciendo de verdadera Madre, cuántas veces me las esconde en su amor para hacerlas amar, en sus dolores para hacerlas perdonar, en sus oraciones para hacerles dar las gracias más grandes. ¡Ah! Ella es la que cubre y que sabe cubrir y disculpar a sus hijos ante el trono de nuestra Majestad, por eso hazte cubrir por tu Mamá Celestial, la cual pensará en las necesidades de su hija”. ”