Por los Dolores

Al Inmaculado Corazón de María

La Reina Celestial llora y ruega



De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 36-32 (3, 4)  Octubre 2, 1938 

Jesús ha hecho silencio, y mi pobre mente ha quedado afligida por los tantos males espeluznantes de los cuales está investida, y será investida la tierra. 

Mientras estaba en esto, se hacía ver la Soberana Reina con los ojos rojos y como ensangrentados por tanto que había llorado, ¡oh, qué amargura para el corazón ver llorar a mi Mamá Celestial! Y Ella con su acento materno, y con una ternura indecible, llorando me ha dicho: 

“Hija mía amadísima, ruega junto Conmigo. Cómo me duele el corazón al ver los flagelos en los cuales será envuelta la humanidad entera. La volubilidad de los dirigentes que hoy dicen y mañana se desdicen, arrojará a los pueblos en un mar de dolores y también de sangre; ¡pobres hijos míos! Ruega hija mía, no me dejes sola en mi dolor, y pon la intención de que tu dolor sea por el triunfo del reino de la Divina Voluntad”... 


Oremos, A la Reina del Divino Querer


Madre mía hermosa, que estás en el Cielo, haz que a tu Jesús no ofenda jamás; por tanto no permitas que me separe nunca de la Divina Voluntad.

Reina del Divino Querer, tómame en tu regazo materno y enséñame a vivir sólo de Voluntad Divina.

Reina Soberana, viviendo en la Divina Voluntad te pido para mí y para todos tu santa bendición descienda ésta como celestial rocío sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, sobre el mundo entero y lo transforme al bien, sobre las almas del Purgatorio y extinga en ellas el fuego que las quema. 

Tu bendición materna sea prenda de eterna salvación para todas las almas. 

Amén