La Natividad de Mamita María

De los escritos de la S.D. Luisa PiccarretaVol. 24-44 (2) Septiembre 16, 1928

"Hizo regresar el germen humano en Ella tal como había salido de nuestras manos creadoras; por eso en cuanto fue concebida la pequeña Virgen Reina, así fue concebido en Ella y en las generaciones humanas el reino de mi Divina Voluntad"


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La Virgen al concebir, concibió el reino del Fiat; al nacer nos restituyó los derechos de poseerlo. Dificultad en el escribir. Heridas que recibe Jesús


(1) Mi abandono en el Fiat es continuo, y mientras seguía sus actos, mi pobre mente se ha detenido a pensar en la Concepción de la Celestial Reina y en su gran fortuna de ser preservada de la mancha original, y mi amado Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho: 

(2) “Hija mía, el germen con el cual fue concebida la Soberana Celestial fue tomado de la estirpe humana, porque también Ella tuvo su vida humana como todas las otras criaturas, como la tuve también Yo, pero con esta gran diferencia, no concedida a ninguna otra criatura, que en este germen humano, antes de que fuera concebida su bella alma, mi Fiat, con su Omnipotencia, concentró sus rayos en este germen y con su luz y calor aniquiló e hizo morir lo que de mal había en él, purificándolo del todo y volviéndolo puro y santo y exento de la mancha de origen, y después fue concebida en este germen la Inmaculada Niña. Así que todo el portento de la Inmaculada Concepción fue obrado por mi Divina Voluntad, no hizo otro germen humano, ni lo destruyó, sino lo purificó y con su calor y luz le quitó todos los humores que había contraído este germen por el pecado de Adán, e hizo regresar el germen humano en Ella tal como había salido de nuestras manos creadoras; por eso en cuanto fue concebida la pequeña Virgen Reina, así fue concebido en Ella y en las generaciones humanas el reino de mi Divina Voluntad, porque Nosotros al formar y dar a una criatura gracias sorprendentes, miramos en ella la humanidad de toda la familia humana como si fuera una sola. Mira entonces, en cuanto fue concebida la Virgen en este germen exento de toda mancha, que fue obra del Fiat Divino, así quedó concebido de nuevo en la humanidad su reino divino, y en cuanto la Inmaculada Virgen nació, así fue restituido el derecho de poderlo poseer. Ahora, al venir Yo a la tierra a tomar carne humana me serví del germen de la Soberana del Cielo, y se puede decir que junto con Ella trabajamos para formar de nuevo este nuestro reino en las generaciones humanas, por lo tanto no queda otra cosa que conocerlo para poseerlo, y por eso estoy manifestando lo que pertenece al reino y a mi Voluntad Divina, a fin de que la criatura recorra sus caminos, siga nuestros pasos y entre en posesión de Ella, y mi Divina Voluntad con su calor y luz repetirá el prodigio de quitar los humores nocivos que posee el germen humano, y para estar segura, pondrá el germen de su luz y calor y se constituirá vida del germen, y así se intercambiarán la posesión: Mi Divina Voluntad tomará posesión del germen para formar en él su Vida de luz, de calor y santidad, y la criatura regresará a tomar de nuevo posesión del reino de mi Fiat Divino. Entonces mira hija mía, todo está preparado, no se necesita otra cosa que hacerlo conocer, y por eso Yo tengo tanta premura de que se conozca lo que respecta a mi Divino Querer, para poner en las criaturas el deseo de poseer un bien tan grande, a fin de que mi Voluntad, atraída por los deseos de ellas, pueda concentrar sus rayos luminosos y con su calor cumplir el prodigio de restituir el derecho de poseer su reino de paz, de felicidad y de santidad”. 

(3) Después de esto, debiendo escribir lo que Jesús me había dicho, me resultaba casi imposible, y haciendo el primer intento, el segundo y el tercero, y viendo que no lo conseguía, pensaba entre mí que el bendito Jesús no quería que yo escribiera más, y por eso también yo no debía quererlo, así que he quitado el pensamiento de esforzarme más, pero después he querido probar de nuevo y parece que lo he conseguido, y con más facilidad que las otras veces, entonces pensaba entre mí: “¿Y por qué tantos sacrificios, tantas fatigas, pruebas y más pruebas para escribir sin poderlo hacer, y después de tantas fatigas hacerlo con facilidad?” Y mi dulce Jesús saliendo de mi interior me ha dicho: 

(4) “Hija mía, no te preocupes, he querido gozar un poco de ti y gustar el dulce extracto de tus sacrificios. Conforme tú intentabas escribir y no podías y volvías a intentarlo, Yo me sentía herido por tu amor al quererte sacrificar en escribir para cumplir mi Divina Voluntad, y Yo para gozar de las heridas que me hacías, te hacía imposible el tener los ojos abiertos para escribir, ¿no quieres que tu Jesús se divierta contigo y goce un poquito? Además de esto, tú debes saber que el sacrificio para cumplir mi Voluntad forma la sangre pura, noble y divina al alma, como el alimento forma la sangre al cuerpo, y Yo mojando en esta sangre mi pincel de amor, me divierto formando en ella, más bella, más graciosa, mi imagen en la criatura, por eso déjame hacer y piensa sólo en hacer mi Divina Voluntad, y Yo haré alguna cosa de más bello en la pequeña recién nacida de mi adorable Voluntad”.