Libro:

La Reina del Cielo

en el Reino de la Divina Voluntad



Con María 

en el Cenáculo 

del Evangelio


Mt. 6; 10
"venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo."


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Visita de la Reina del Cielo

Día 26

😎 Queréis ser santos? ¿queréis que todos los males cesen? ¿queréis alguna gracia, incluso difícil? ¿queréis también las cosas necesarias para la vida natural?  

"Hagan la Voluntad de mi Hijo, no se aparten de lo que Él les dice" 


Hija mía, en estas pocas palabras Yo daba una lección, la más útil, necesaria y sublime a las criaturas, Yo hablaba con el corazón de Madre y decía: 

“¿Hijos míos, queréis ser santos? Hagan la Voluntad de mi Hijo, no se aparten de lo que Él les dice y tendréis su semejanza, su santidad en vuestro poder; 

¿queréis que todos los males cesen? Hagan lo que les dice mi Hijo, 

¿queréis alguna gracia, incluso difícil? Hagan lo que les dice y quiere; 

¿queréis también las cosas necesarias para la vida natural? Hagan lo que dice mi Hijo, porque en sus palabras, en lo que os dice y quiere, tiene encerrada tal potencia, que en cuanto habla, su palabra encierra lo que pedís y hace surgir en vuestras alma las gracias que queréis.” 

Cuántos se ven llenos de pasiones, débiles, afligidos, desventurados, miserables, no obstante que ruegan y ruegan, pero como no hacen lo que dice mi Hijo nada obtienen, el Cielo parece cerrado para ellos. Esto es un dolor para tu Mamá, porque veo que mientras ruegan se alejan de la fuente donde residen todos los bienes, como es la Voluntad de mi Hijo. 

Fiat Divina Voluntad





Mc 1, 27

"... «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad!"


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Visita de la Reina del Cielo

Día 26



 

“Pero no es todo hija mía, nuestro amor ardía, y queríamos hacer conocer cuánto los amábamos y darles a ellos la más sublime de las lecciones, y he aquí como: En lo mejor del banquete faltó el vino, y mi corazón de madre se sintió consumir de amor porque quiso prestar ayuda, y sabiendo que mi Hijo todo podía, con acento suplicante, pero segura de que me habría escuchado le digo: “Hijo mío, los esposos no tienen más vino” Y Él me responde: “No ha llegado mi hora de hacer milagros.” Y Yo, sabiendo que de seguro no me habría negado lo que le pedía, digo a los que servían la mesa: “Hagan lo que les dice mi Hijo, y tendréis lo que queréis, más bien tendréis de más y sobreabundante.”

Hija mía, en estas pocas palabras Yo daba una lección, la más útil, necesaria y sublime a las criaturas, Yo hablaba con el corazón de Madre y decía: 

¿Hijos míos, queréis ser santos? Hagan la Voluntad de mi Hijo, no se aparten de lo que Él les dice y tendréis su semejanza, su santidad en vuestro poder; 

¿queréis que todos los males cesen? Hagan lo que les dice mi Hijo, 

¿queréis alguna gracia, incluso difícil? Hagan lo que les dice y quiere; 

¿queréis también las cosas necesarias para la vida natural? Hagan lo que dice mi Hijo, porque en sus palabras, en lo que os dice y quiere, tiene encerrada tal potencia, que en cuanto habla, su palabra encierra lo que pedís y hace surgir en vuestras almas las gracias que queréis.” 

Cuántos se ven llenos de pasiones, débiles, afligidos, desventurados, miserables, no obstante que ruegan y ruegan, pero como no hacen lo que dice mi Hijo nada obtienen, el Cielo parece cerrado para ellos. Esto es un dolor para tu Mamá, porque veo que mientras ruegan se alejan de la fuente donde residen todos los bienes, como es la Voluntad de mi Hijo.

Entonces, los sirvientes hicieron exactamente lo que les dijo mi Hijo, es decir: “Llenen las vasijas de agua, y llévenlas a la mesa.” Mi querido Jesús bendijo aquella agua, y se convirtió en vino exquisito. ¡Oh, mil veces bienaventurado quien hace lo que Él dice y quiere! Con esto mi Hijo me daba el honor más grande, me constituía Reina de los milagros, por eso quiso mi unión y plegaria al hacer el primer milagro. Él me amaba demasiado, tanto, que quiso darme el primer puesto de Reina también en los milagros, y con los hechos lo decía, no con las palabras: “Si quieren gracias, milagros, vengan a mi Madre, Yo no le negaré jamás nada de lo que Ella quiere.”

Fiat Divina Voluntad




Mc 10, 6-9

6 Pero desde el comienzo de la creación, "El los hizo varón y hembra.

7 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre,

8 y los dos se harán una sola carne." De manera que ya no son dos, sino una sola carne.

9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre."

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Visita de la Reina del Cielo 

Día 26

El matrimonio. Las Bodas de Caná.

Vínculo Nupcial entre el Fiat y la criatura 


"Con nuestra presencia renovamos la santidad, la belleza, el orden del matrimonio que Dios había instituido en el Edén, uniendo con vínculo indisoluble a Adán y Eva para poblar la tierra y multiplicar las futuras generaciones"


Queridísima hija, mi corazón lleno de amor quiere satisfacer tu deseo y explicarte el motivo por el cual Yo quise asistir con mi Hijo Jesús a las Bodas de Caná. ¿Crees tú que Yo haya intervenido por simple conveniencia? ¡Ah no, hija mía! En este milagro están encerrados profundos misterios...

Mi Jesús había regresado del desierto y estaba a punto de iniciar su Vida Pública, pero primero quiso asistir a estas bodas y permitió que Yo fuera también invitada. No fuimos para gozar de la fiesta, sino para obrar grandes cosas en favor de las generaciones humanas. Mi Hijo tomaba su lugar de padre y rey de las familias humanas y Yo el puesto de madre y reina. Con nuestra presencia renovamos la santidad, la belleza y el orden del matrimonio que Dios había instituido en el Edén, uniendo con vínculo indisoluble a Adán y Eva para poblar la tierra y multiplicar las futuras generaciones. 

Como ves, hija mía, el matrimonio es la esencia de la que brota la vida del género humano“  es el medio por el cual la tierra es poblada. 

A causa del pecado nuestros progenitores, al haberse sustraído de la Divina Voluntad destruyeron la integridad de la familia y por eso Yo, tu Madre y nueva Eva inocente, participé en las Bodas de Caná con mi Hijo Divino para restituir la santidad al matrimonio y reordenar los planes que Dios había preordenado en el Edén. Además, deseando que todas las familias Me pertenecieran y que por medio mío se instaurara en ellas el Reino del Fiat Divino, Yo me constituí su Reina. 

Pero esto no es todo aún. Nuestro amor ardía en deseos de manifestarse a los hombres y darles la más sublime entre las lecciones, y de este modo logramos nuestro deseo: hacia el final del banquete faltó el vino, por lo que mi corazón de Madre, que amaba intensamente, se sintió enternecer. Queriendo ir en ayuda de los esposos y sabiendo que mi Hijo podía todo, me dirigí a El con acento suplicante: “Hijo mío, los esposos no tienen ya vino…” “Mi hora no ha llegado aún”, me respondió entonces El. A pesar del aparente rechazo, Yo sabía que Jesús nada me habría negado, y por eso dije a los que servían la mesa: “haced todo lo que El os diga”. Hija mía, con éstas pocas palabras Yo di a los hombres de todos los siglos, una entre las más útiles, más necesarias y más sublimes de las lecciones. Yo les hablaba a ellos con corazón de Madre y les decía: “Hijos míos, ¿queréis ser santos? ¡Haced la Voluntad de mi Hijo!, no os separéis jamás de lo que El os enseña y tendréis en vuestro poder su semejanza y su santidad. ¿Queréis que todos vuestros males cesen? ¿deseáis obtener cualquier gracia, por muy difícil que sea? ¿pedís las cosas que son indispensables para la vida natural? ¡Haced todo lo que mi Hijo os dice y quiere y obtendréis no sólo lo que os es necesario, sino más, superabundantemente!” 

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Mc 12, 17

Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios.» Y se maravillaban de él.

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Visita de la Reina del Cielo

Día 26


☀️ "Escúchame, no busques a otro si quieres todo en tu poder, y dame el contento de que pueda hacer de ti la verdadera hija mía y de la Divina Voluntad, y entonces Yo tomaré el empeño de formar el esponsalicio entre tú y el Fiat, y haciéndote de verdadera Madre, vincularé el esponsalicio con darte por dote la misma Vida de mi Hijo, y por don mi Maternidad y todas mis virtudes".


Fiat Divina Voluntad