Fritzia Irízar

Desde el cráter

Fritzia Irízar

Hace 66 millones de años en la península de Yucatán en México, un asteroide impactó la tierra transformando la vida hasta entonces conocida. Este fenómeno, derivó en la extinción de las especies que reinaban la tierra y determinó el inicio de un nuevo orden en la vida del planeta. Pocas veces mas allá de la ficción, la vida como ahora la conocemos ha sufrido un atentado global como el que todos vivimos este año, un atentado puntual y directo a nuestra especie, selectivo y casi con el diseño de un macabro experimento, pero sobretodo, un atentado que ya nos cambio a todos.

No hay duda que para entender nuestro presente y poder imaginar nuestro futuro, es indispensable el estudio de nuestro pasado, aún el más lejano, del que solo hay registro entre rocas o debajo del mar como es el caso del cráter de Chicxulub. Buscando pistas en el pasado catastrófico de nuestro planeta, llegue hasta el centro del cráter de Chicxulub en Yucatán, deseando permitirme pensar en un futuro posible, armada con dos instrumentos de observación una lupa y una cámara fotográfica, como buscando pistas, pero al mismo tiempo transformando la lupa a cada momento en una esfera de adivinación. El cráter a simple vista solo es paisaje, uno marino y otro selvático, pero en un contexto como el de la pandemia que vivimos, es oráculo. Hace 66 millones de años las especies fuertes y grandes perecieron, hoy el atentando es para los débiles, pero no los débiles por fuerza de la naturaleza, los débiles víctimas de los sistemas, víctimas del envenenamiento masivo por dinero o productividad alimentaria, víctimas de sus circunstancias de las que es casi imposible escapar.