Arturo Hernández Alcázar

Acción persistente para disipar en dos días

Arturo Hernández Alcázar

Tacubaya, ciudad de México

Durante los días 22 y 23 de septiembre de 2020 haré desaparecer una imagen valiéndome de diversos medios y estrategias.

Hace más de diez años encolé una imagen impresa en papel sobre una tela para pintar en bastidor. La tela, de 1m x 1.50 ha transitado entre varios estudios y departamentos, sufriendo algunas modificaciones y daños; sin embargo, la imagen de la columna de humo negro persiste.

Pocos días antes de nuestra llamada y tu invitación, y después de 7 meses y más de cuarentena, comencé a erosionar esta imagen, arrancar papel, incidir en los pliegues endurecidos y las arrugas formadas en las uniones y grumos de papel, lijar, como si por esta acción pudiese disipar las columnas de humo que nos rodean.

La acción fue persistente y recurrente a lo largo de los días. La colisión con la imagen fija, sólida, muerta, será el portal a otra dimensión de percepción del tiempo).

La columna de humo es disipada con vibración, frecuencias, voz, luz, radiación, con la mirada, con la cabeza y con el cuerpo, con actividad mental, con máquinas y sustancias.

El proceso de erosión no puede detenerse. El aire todo lo toca y no se fija a nada.