Variedades de la lengua


1. Variedades diatópicas

2. Variedades diastráticas

3. Variedades diafásicas

4. Actividades de regalo

5. Actividades voluntarias



En la lengua existen tres tipos de variedades: diatópicas, diastráticas y diafásicas.

1. Variedades diatópicas

En España, el castellano tiene dos variedades diatópicas o geográficas:

  • Una variedad septentrional, hablada en el Norte y centro de la Península.
  • Otra variedad meridional, hablada en el Sur y en las islas Canarias. Estas hablas han dado lugar a las modalidades lingüísticas del extremeño, el murciano, el andaluz y el canario.

2. Variedades diastráticas

Estas variedades vienen determinadas por factores sociales. Los factores sociales que más influyen son la edad y el nivel cultural. Este último es el más importante y está vinculado a la posición económica, los estudios y la profesión de los hablantes. Aunque existe una amplia gama de variedades, los extremos quedan bien delimitados: la lengua culta y la lengua vulgar.

• La lengua culta: es la utilizada por personas de elevado nivel cultural en situaciones formales. Esta variedad es la que marca las pautas de lo que se considera correcto en el idioma, y es la que se estudia en la asignatura de Lengua.

• La lengua vulgar: es la propia de personas con bajo nivel cultural. Se aparta de la lengua culta introduciendo alteraciones en la fonética, la sintaxis y el vocabulario, que se conocen como vulgarismos.

2.1. La lengua culta

La lengua culta es la que utilizan, al hablar y al escribir, las personas de elevado grado de cultura e instrucción en contextos lingüísticos formales: charlas y escritos profesionales, ambientes artísticos y literarios, conferencias, entrevistas, sermones, debates, etc.

Las características de la lengua culta son:

· Expresión fluida.

· Pronunciación cuidada.

· Corrección ortográfica.

· Riqueza y precisión en el vocabulario, de manera que lo dicho se corresponde exactamente con lo que se quiere decir. Se rechazan, por tanto, las muletillas y palabras comodines (que reemplazan a otras cuando no se sabe el término adecuado).

· Uso de un léxico culto que contiene términos abstractos y tecnicismos (palabras específicas de una determinada área del saber).

· Construcciones oracionales correctas, ordenadas y con gran variedad de nexos.

· Uso preciso de la subordinación y de los tiempos y modos verbales.

· Supresión de las interjecciones y de las frases hechas para mostrar los sentimientos.

El hablante culto ha de tener muy en cuenta el concepto de adecuación comunicativa; o sea, el uso de una forma de expresión concreta según el interlocutor y la situación: no se puede utilizar una variedad muy formal para hablar con una persona de bajo nivel cultural, pues apenas nos entendería. El hablante culto no es el que siempre utiliza el mismo registro formal, sino el que sabe utilizar la modalidad que más convenga a cada circunstancia: formal, informal, culta, familiar, coloquial...

Por otro lado, no hay que confundir el uso culto de la lengua con la pedantería ni con la cursilería. Lee el siguiente fragmento de La comedia nueva, que escribió Leandro Fernández de Moratín para criticar la situación teatral de su época, en la que abundaban malos escritores e intelectuales pedantes:

Doña Agustina.--Pues irán vendidos... Quinientos ejemplares.

Don Eleuterio.--La verdad es que no se han despachado más que tres.

Doña Agustina.--Por vida mía, que es bien poco.

Don Hermógenes.--Distingo. Poco, absolutamente hablando, niego; respectivamente, concedo; porque nada hay que sea poco ni mucho per se, sino respectivamente. Y así, si los tres ejemplares vendidos constituyen una cantidad tercia, con relación a nueve, y bajo este respecto los dichos tres ejemplares se llaman poco, también estos mismos tres ejemplares, relativamente a uno, componen una triplicada cantidad, a la cual podemos llamar mucho, por la diferencia que va de uno a tres. De donde concluyo: que no es poco lo que se ha vendido, y que es falta de ilustración sostener lo contrario.

L. Fernández de Moratín: La comedia nueva, Clásicos Castalia

2.2. La lengua vulgar

La lengua vulgar es propia de personas con escaso nivel cultural. Su léxico y su sintaxis son bastante pobres, abusa de los sobreentendidos y de los vulgarismos, y recurre continuamente a un vocabulario impreciso con palabras comodín (cosa, eso, hacer...). Los vulgarismos son formas lingüísticas que no respetan la norma de la lengua; deben evitarse tanto en el lenguaje escrito como en el lenguaje oral coloquial.

Algunos de los vulgarismos más frecuentes son:

Fonéticos

· Vacilación en las vocales: carnecería (carnicería), menistra (ministra), diabetis (diabetes)...

· Adición de vocales: amoto (moto), arrascar (rascar), arradio (radio)...

· Diptongación de vocales que van en hiato: Juaquín (Joaquín), vidio (vídeo)...

· Simplificación o deformación de grupos consonánticos: istancia, arcarde, trastorista...

· Supresión de algunos sonidos: na (nada), toa, miaja, paece (parece), toavía, destrozao...

· Alteraciones consonánticas: agüela, dentrífrico, cocreta, probe (pobre)...

Morfosintácticos

· Incorrecciones en el uso de las formas verbales: haiga (haya), semos (somos), comistes (comiste), conducí (conduje), andé (anduve), siéntensen (siéntense)

· Alteración en el orden de los pronombres personales: me se ha olvidado (se me)...

· Dequeísmo: pienso de que lloverá mañana (pienso que...), creo de que no es así (creo que...)

· Tendencia a fundir palabras: m’ha dicho, s’acabó, p’atrás, voy a casa Pepe

· Empleo del determinante artículo con nombres propios: la Vanesa...

· Uso inadecuado de los pronombres personales: loísmo, laísmo, leísmo.

· Uso incorrecto de preposiciones: contra más...

Léxicos:

· Voces de jerga y argot: trullo, abrirse…

· Insultos y palabras malsonantes


3. Variedades diafásicas

La lengua está condicionada también por la situación comunicativa: de qué hablamos, con quién hablamos (si debemos usar las formas de cortesía o no), si usamos la variedad hablada o la escrita, etc. Existen dos posibilidades: según la adecuación a la situación comunicativa (asunto, receptor…): formal, informal; según la adecuación al canal: oral, escrita.

Situación de habla formal: se da cuando se habla de temas serios y ante unos receptores con los que no hay lazos familiares o de amistad. En estas situaciones se producen los discursos, las conferencias y muchos mensajes escritos (científicos, literarios, administrativos, periodísticos...).

● Situación de habla informal: se da de manera espontánea entre personas que tienen confianza y lazos afectivos; son ejemplos las conversaciones, las cartas, los mensajes a amigos en el móvil o el correo electrónico, etc. La lengua hablada en situaciones informales, como las conversaciones con amigos y familiares se conoce como lengua coloquial. Es una lengua espontánea, muy apoyada en los gestos y en la presencia física de los interlocutores. Por ello, aunque sea menos elaborada que la culta, en ningún caso podemos considerarla incorrecta.

Las variedades condicionadas por la situación se conocen como registros o estilos. La capacidad lingüística del hablante es mayor en cuanto sea capaz de utilizar un mayor número de registros y adecuarlos al momento del habla. Así, una persona culta utilizará la lengua coloquial cuando esté hablando espontáneamente con sus amigos, pero será capaz de recurrir a la lengua culta y elaborada en situaciones formales. Por el contrario, quien haya recibido una escasa instrucción, usará la lengua de forma más repetitiva, sin variar apenas de registro.

3.1. Lengua hablada y lengua escrita

La comunicación verbal tiene dos formas de manifestarse: el habla o comunicación oral y la escritura o comunicación escrita. El hecho de que la comunicación se haga de una u otra forma le confiere unas características específicas a cada una.

Las principales diferencias entre ellas son las siguientes:

En general la lengua hablada es más espontánea e improvisada que la escrita, pero no siempre ocurre así. Hay textos hablados no planificados, como las conversaciones, los saludos, etc. y textos hablados planificados, como los discursos o conferencias.

También pueden darse situaciones intermedias entre lo hablado o lo escrito: así, la lectura en voz alta o la recitación son lengua oral basada en un texto escrito; mientras que la conversación por internet, el chat, se transmite por escrito, pero tiene la misma espontaneidad, rapidez y contacto entre los interlocutores que se dan en la conversación hablada.

Las distintas modalidades textuales (narraciones, argumentaciones, exposiciones, instrucciones, descripciones, diálogos) pueden darse tanto en la lengua oral como en la escrita. Fíjate en cómo se han clasificado algunos textos en esta tabla:

3.2. Uso coloquial de la lengua

Esta variedad no hay que identificarla con la lengua hablada, puesto que existen registros hablados formales, como las conferencias, los discursos, etc.; ni con la lengua vulgar, pues, aunque sea descuidada e informal, no incurre en vulgarismos, de hecho, los hablantes cultos la utilizan en su conversación cotidiana.

La lengua coloquial es la lengua de la conversación, y, por lo tanto, es necesaria la presencia física de los interlocutores. Los gestos apoyan la comunicación verbal, de manera que muchas frases quedan sin terminar, pero no se pierde el sentido: me compré un jamón así...

La lengua coloquial presenta los siguientes rasgos, que la hacen especialmente expresiva:

> Rasgos morfosintácticos

· Abundancia de frases exclamativas y de interjecciones: ¡Menudo viaje! ¡Bah! ¡Ostras, Pedrín!

· Uso de diminutivos y expresiones cariñosas: perrito, torpecillo, majete, cariño. Los diminutivos se usan también para potenciar los adverbios: vive lejillos tu amigo.

· Uso de vocativos para apelar al interlocutor: Devuélveme mi libro, Benjamín. Hombre, ya está bien. El vocativo más frecuente es el nombre propio de la persona con la que estemos hablando. También aparecen continuas apelaciones requiriendo la aprobación del interlocutor: ¡Ya verás! ¿No crees que...?

· Oraciones cortas, interrumpidas, sin terminar o con incisos que desvían de la primera intención comunicativa: Tu hermano, el que... Tu hermano me dijo que si... ¡Anda que no hace tiempo que no veía a tu hermano! Abundan también las frases interrogativas y exclamativas.

· Uso de muletillas, repeticiones y palabras de relleno: Pues, el otro día, vamos, ayer mismo, me encontré con un billete de los grandes, bueno, de quinientos, y eso. Los términos pues, vamos, bueno, y eso no aportan ninguna información sino que están de relleno. Como el habla coloquial es espontánea, el hablante no dispone de tiempo para elaborar las frases y elegir las palabras, y utiliza las muletillas. Muchas otras pertenecen a la función fática del lenguaje y sirven para iniciar la conversación, saber si el interlocutor ha entendido lo dicho, etc.

Rasgos léxicos

· Fórmulas de cortesía y saludo: buenas tardes, hasta luego, muchas gracias

· Palabras comodines que se usan en diversas situaciones y con distintos significados: cosa, eso, chisme, tema... Los comodines obedecen a una falta de precisión léxica.

· Frases hechas: hincando los codos, hacer la vista gorda, sacarle los tres pies al gato.

· Exageraciones y comparaciones: es un sol, más bueno que el pan.

· Maldiciones y juramentos: ¡maldición!, ¡por lo que más quieras!

4. Actividades de regalo

El coleccionismo y la erudición estuvieron íntimamente relacionados en el ciclo humanista. En la época barroca, a medida que las colecciones privadas se fueron especializando, aparecieron diferentes modelos de colección. De ellos, los más conocidos son los que se desarrollaron en torno a la pintura, que tanto éxito tuvo entre la nobleza española de los siglos XVI y XVII. La pinacoteca aunaba la condición de ámbito de deleite visual y foco de prestigio social que se reservaban los grandes capitales nobiliarios.

Frente al protagonismo del coleccionismo pictórico, desde finales del siglo XVI se fueron individualizando algunas colecciones anticuarias que, además de cumplir las funciones de exposición y prestigio, también solían acoger actividades de estudio erudito. Esta faceta del humanismo italiano había sido asimilada con sorprendente éxito por parte de la nueva nobleza española y explica el surgimiento de los núcleos eruditos humanistas que se desarrollaban bajo su protección. Antonio Agustín, el Marqués de Mondéjar, el Duque de Villahermosa, Ustarroz o Lastanosa poseían colecciones de monedas y antigüedades en las que «la moda de lo antiguo» incitaba a la reflexión erudita y propiciaba la formación de academias.

Juan Ramón Ballesteros

La antigüedad barroca

Ayuntamiento de Estepa

A. Indica el tema del texto.

B. Resúmelo.

C. Comenta su estructura.

D. Explica las variedades de la lengua con ayuda del fragmento.

E. Explica el signo lingüístico con ayuda del texto.



5. Actividades voluntarias


1. Lee el texto y realiza las cuestiones:

Tonilla.--

¡Vaya, que es poquito grande

Madril! ¡Y qué bien pintao

está todo! ¿Oyes, Colás?

A fe que en Madril no hallamos

nengún probe!

Colás.—

¡Calla, tonta!

¿Qué sabes tú de eso? ¡Hay tantos...!

Ramón de la Cruz: «La presumida burlada», Teatro cómico breve, Edelvives

a) Señala y explica los vulgarismos que contiene.

b) Cópialo ahora en tu cuaderno, cambiando las formas vulgares por las correctas.

c) Sustituye las palabras subrayadas por otras más precisas:

  • Mi hermano me enseñó el cuadro que hizo.
  • Con el sol me han salido unas cosas rojas en la piel.
  • En aquel local hacen ordenadores.
  • Mañana irás al médico del oído.
  • Mi tía hace trajes de señora.

2. Vuelve a leer el fragmento de Moratín y realiza las cuestiones siguientes:

a) Explica lo que quiere decir don Hermógenes. «Traduce» sus palabras a una variedad también formal pero sin pedanterías.

b) Indica el significado de “despachar” en el texto. Señala otros significados en contextos menos formales.

c) Invierte el camino del punto anterior: busca un sinónimo propio de la lengua culta para estos términos y crea frases con ellos: parienta, trozo, morir, gordo, borracho.

d) Escribe la forma correcta de los siguientes verbos y crea oraciones con ellas: querramos, condució, haiga, cantastes, satisfació, costreñido.

e) Explica cómo se ha creado la palabra ilustración y el origen de la expresión per se.

3. Indica y explica las incorrecciones que haya en las siguientes oraciones y escríbelas correctamente:

a) ¡Pos hija, pa como condució tu marío...!

b) Tráeme eso de encender la tele.

c) Lo hemos pasao bien.

d) Me se cayó el cacho bocadillo cuando me llamastes.

e) Mi agüela m’ha preparao cocretas de bacalado.

4. Realiza las siguientes clasificaciones:

a) Copia la tabla de la clasificación de las modalidades textuales en tu cuaderno y complétala con estos ejemplos de textos y situaciones comunicativas en las casillas correspondientes:

Una enciclopedia.

Explicar a un amigo las reglas de un videojuego.

Secuencia de una novela en la que hablan los personajes.

La clase del profesor.

Un libro biográfico.

Una página web de temas científicos que incluya vídeos, archivos sonoros, etc.

Una redacción en defensa de las energías renovables.

Un debate.

Una bitácora en la que escribes tus opiniones.

Una receta de cocina por televisión.

b) Clasifica estas tipologías textuales, según que pertenezcan a la lengua oral o a la escrita:

formas del lenguaje periodístico

a) Reportaje de televisión

b) Noticia de periódico.

c) Noticia de radio.

d) Tertulia.

e) Artículo editorial.

f) Anuncio en una revista.

g) Llamadas de los oyentes.

h) Cartas al director.

formas de la comunicación digital

a) Videoconversación.

b) Un mensaje sms.

c) Foro.

d) Programa radiofónico en la web.

e) Un vídeo de Youtube.

f) Una página de Wikipedia.

5. Aquí tienes la transcripción de una conversación, un texto oral. Conviértelo en un texto escrito quitando los elementos que se repiten, ordenando las frases incompletas y usando un estilo más elaborado.

—¿Es muy difícil educar a un hijo?

—Yo, todavía no... no me resulta difícil porque, como ya te digo, mi hija tiene tres años. Desde luego, a medida que vaya creciendo y vaya cumpliendo años es cuando verdaderamente vendrán los problemas. Desde luego, es muy importante que vea en la casa una unión, un ambiente agradable familiar, que se tenga mucha confianza en ella y que siempre sepa ella que nos tiene a nosotros, vamos, y que pueda acudir a nosotros para lo que sea. Eso creo yo que es una cosa de lo más primordial, vamos.

Sociolingüística andaluza, 6, Universidad de Sevilla

6. Indica los rasgos de la lengua coloquial que aparecen en el diálogo. Después convierte el diálogo en una carta.

–Vamos a ver a la abuelita –dijo.

–¿Dónde está?

–En una casa de campo, a media hora de aquí... Ya verás: es la residencia de unas monjas muy simpáticas que se cuidan de ella y la ayudan.

–¿Qué le pasa?

–Está enferma. Durante la guerra sufrió mucho y ahora tiene que descansar, ¿comprendes?... Ha perdido la memoria y no se acuerda de muchas cosas...

–¿Por qué?

–Porque tiene ya muchos años y ha sufrido mucho... Tú, ¿te acuerdas de ellas?

–Un poco –dijo Álvaro–. Antes vivía en Pedralbes.

–Bueno, pues cuando la veas, si no te reconoce, no hagas caso... La pobre ha sufrido mucho.

Juan Goytisolo: Señas de identidad, Seix Barral

7. El doctor Sete ha emitido en dos momentos distintos del día estos mensajes: a) “Pase y siéntese. Usted dirá.”, b) “Venga, pasad. Poneos cómodos.”. Comenta su uso.

8. Califica como verdadera o falsa cada una de estas afirmaciones y explica tu elección:

a) Las personas cultas usan siempre la lengua culta.

b) La lengua coloquial es incorrecta.

c) Los vulgarismos pueden aceptarse según la situación.

d) Los factores sociales del habla son la edad, el sexo y el nivel cultural.

e) Las variedades sociales se llaman registros o estilos.

f) Las conferencias son situaciones formales de habla.

9. Confecciona un esquema sobre las variedades de la lengua.