Ludwig Wittgenstein

¿Pero cuántos géneros de oraciones hay? ¿Acaso aserción, pregunta y orden? -Hay innumerables géneros: innumerables géneros diferentes de empleo de todo lo que llamamos «signos», «palabras», «oraciones». Y esta multiplicidad no es algo fijo, dado de una vez por todas; sino que nuevos tipos de lenguaje, nuevos juegos de lenguaje, como podemos decir, nacen y otros envejecen y se olvidan. (Una figura aproximada de ello pueden dárnosla los cambios de la matemática). La expresión «juego de lenguaje» debe poner de relieve aquí que hablar el lenguaje forma parte de una actividad o de una forma de vida. Ten a la vista la multiplicidad de juegos de lenguaje en estos ejemplos y en otros: dar órdenes y actuar siguiendo órdenes, describir un objeto por su apariencia o por sus medidas, fabricar un objeto de acuerdo con una descripción (dibujo), relatar un suceso, hacer conjeturas sobre un suceso, formar y comprobar una hipótesis, presentar los resultados de un experimento mediante tablas y diagramas, inventar una historia y leerla, actuar en teatro, cantar a coro, adivinar acertijos, hacer un chiste y contarlo, resolver un problema de aritmética aplicada, traducir de un lenguaje a otro, suplicar, agradecer, maldecir, saludar, rezar.

LUDWIG WITTGENSTEIN. Investigaciones filosóficas. Traducción de A. García Suárez y

U. Moulines. Barcelona: Crítica, 1988, § 23, pp. 39-41.

Análisis del texto

El texto comienza con una pregunta que condensa las profundas diferencias que existen entre las dos etapas de la filosofía de Ludwig Wittgenstein:

Uno de los objetivos principales del positivismo lógico, el movimiento filosófico dentro del que se incluye la filosofía de la primera etapa de Wittgenstein, es hacer un análisis riguroso del lenguaje humano. Los positivistas lógicos consideran que buena parte de los problemas tradicionales de la Filosofía tienen su origen en confusiones o malas interpretaciones del lenguaje. Consideran que mediante la definición clara de los significados de las palabras y de las reglas de formación de oraciones, esas confusiones desaparecerán y con ellas los problemas filosóficos a que han dado lugar. Para que este proyecto pueda llevarse a cabo, es esencial que el lenguaje pueda ser analizado rigurosamente, que por debajo de la aparente multiplicidad y anarquía del lenguaje ordinario haya una lógica profunda. La labor de la Filosofía es justamente exponer esa lógica profunda.

Sin embargo, la pregunta con la que se inicia este fragmento pone en duda esa premisa esencial: acaso el lenguaje humano no pueda sistematizarse dentro de los cánones de la lógica. Si hay un número finito, determinado, de tipos de oraciones, acaso podamos sistematizarlas todas, y una primera e ingenua respuesta a la primera pregunta se ofrece inmediatamente a continuación:

Es habitual en sintaxis clasificar las oraciones en uno de estos tres grupos: enunciados, preguntas y órdenes. ¿Son estos todos los tipos de oraciones del lenguaje? Quizá esta clasificación sea suficiente en sintaxis, el autor no niega que esa clasificación sea útil en algunos casos, pero para Wittgenstein esta clasificación es insuficiente o demasiado general y oculta diferencias importantes para la Filosofía. Es necesario hacer un análisis más detallado de los tipos (géneros) de oraciones si queremos que de ese análisis salgan las respuestas a algunas cuestiones filosóficas. Pero entonces nos encontramos con que no hay una clasificación sencilla y breve:

Para la filosofía, a diferencia de para la sintaxis, no se trata sólo de clasificar los géneros (tipos) de oraciones, sino de cómo se usan, de cuál es su empleo. Y según adelanta el autor al comienzo del fragmento, esos usos son innumerables.

Además de haber muchos usos diferentes de las palabras, esos distintos usos son cambiantes, no son fijos. A lo largo de la Historia, las lenguas han cambiado de uso. El lenguaje pudo servir inicialmente sólo para algunos propósitos (quizás avisar, amenazar y consolar) pero hoy sirve para otros muy diferentes (explicar y predecir, razonar y calcular). Y nada indica que el catálogo de usos esté cerrado: nuevos usos del lenguaje surgirán en el futuro, otros se abandonarán.

El autor compara cada uno de estos usos del lenguaje a un juego. Es decir, usar el lenguaje de cierta manera es como jugar a un juego determinado: hay que seguir ciertas reglas, los participantes tienen determinadas metas, se emplean determinados objetos, etc. Cada juego es diferente en sus reglas, objetivos y objetos, y del mismo modo en cada juego de lenguaje los hablantes siguen reglas distintas. Sobre todo, importa señalar que cada "juego de lenguaje" se practica en conexión con ciertas actividades:

Al igual que los juegos forman parte de la vida cotidiana, y sólo se entienden en el contexto de una forma de vida (pensemos en los juegos tradicionales frente a los actuales juegos electrónicos), del mismo modo los "juegos de lenguaje" forman parte de distintas formas de vida (pensemos en las formas de vida prehistóricas frente a las formas de vida actuales).

En apoyo de su tesis de que hay innumerables usos del lenguaje, el autor hace una larga enumeración de ejemplos de lo que él considera distintas maneras de emplear el lenguaje humano:

En esta larga enumeración, el autor contrapone a propósito dos usos del lenguaje que podrían parecer sólo uno. Por ejemplo ordenar o describir: son usos diferentes dar órdenes y recibir órdenes, también es diferente describir algo según su apariencia a simple vista o describirlo dando sus medidas. Usaremos diferentes palabras y emplearemos distintos instrumentos si describimos algo a simple vista o dando medias; lo que en un caso será aceptable en el otro sería considerado una imprecisión inaceptable. El análisis de cómo se forman hipótesis y cómo se comprueban es muy diferente, ambos son procesos de interés para la Filosofía, pero es importante distinguirlos si queremos entender el método científico. En los ejemplos finales, se muestra la insuficiencia de la clasificación inicial que divide las oraciones en enunciados, preguntas e imperativos. Es el caso de maldecir o saludar; no es sencillo incluir estos usos del lenguaje en ninguno de los tres tipos.

En este fragmento Wittgenstein muestra su alejamiento de sus primeras teorías sobre el lenguaje: no es posible un análisis del lenguaje humano basado exclusivamente en la lógica. El lenguaje tiene muchos usos que van más allá de lo que las herramientas de la Lógica nos permiten analizar. Es necesario comprender el uso del lenguaje dentro de la actividad humana, como una parte más de nuestra vida. Este análisis centrado en el uso cotidiano de las palabras será el que acaso permita resolver algunos problemas filosóficos.